Yeray ve, vamos a hacer una cosa – Dijo Fiorella – Déjanos solas por favor.

Si, esta bien – Dije y me aparté.

Samanta, Yeray me dijo qué has estado muy rara desde que fuiste anoche a casa de María verdad – Dijo Fiorella – Me puedes decir... ¿Qué te dijo ella?

Fiorella querida – Dijo – Todos ustedes son unos mentirosos.

¿Por qué me dices eso vale? – Decía Fiorella algo nerviosa.

Pues porque ya me se toda la verdad – Dijo enfadada.

(¡María!, ¡ERES UNA IDIOTA! ¿Por qué  carambas lo hiciste? Rompiste el juramento) – Pensaba Fiorella.

¿De qué hablas chama?, ¿Estás loca mija? – Contestó.

Si así van a ser las cosas chama... No me dirijas la palabra, ya que yo no trato con gente que me agarra de mamadera de gallo – Dijo enfadada y se marchó.

Fiorella: ¿Cómo es posible que María haya roto el juramento que hicimos aquella vez?, ¿Está loca la chama o que?, bueno, ya para que... Que Yeray vea que es lo que va a hacer con ella, no pienso calarme el espectáculo de Samanta... Después de esa escena, llamé a Yeray y le dije al oído:

Samanta sabe todo el asunto... Ahora encárgate tú de explicárselo con más claridad y tacto – Dije – Ya que tú conoces más la historia sobre eso que yo.

Ay sí, pobrecita, lo dice la que lo ayudaba en todo - Rueda los ojos - Déjamelo a mí – Dijo – Luego le explico todo.

Ajá sí, más te vale que lo hagas Yeray - Dije.

Samanta pasó toda la mañana ignorándonos, bueno chamos, no era para menos, le ocultamos algo que de por si ella tenía que saber desde hace mucho tiempo ya que estamos hablando de que el primo de su novio es un tremendo criminal que salió de la cárcel... Y asesino de por sí. Salimos de clases y ella se fue sin esperar a nadie, de verdad que nosotros debíamos de explicarle porque le ocultamos todo esto – Correré para ver si la logro alcanzar – Me dijo Yeray – Sí, ve a ver vale – Contesté.

¡Samanta! – Gritaba – ¡Espérame!

¿Qué quieres ahora Yeray? – Dijo todavía enfadada.

Al menos... ¿Puedes dejar que te explique la razón por la cual nadie te ha dicho nada de este asunto? – Dijo Yeray mientras respiraba profundo luego de correr tras ella.

A ver – Dijo cruzando los brazos – Espero que tengas una muy buena explicación porque... Lo que hicieron es muy serio Yeray.

Amor... No te dijimos nada de eso, porque... Después del incidente... Nos prohibieron hablar sobre esto vale, fue cosa de María y los padres y así pues – Explicaba – Además no sabía qué pasaría si te decía eso.

¡Me hubiera cuidado más Yeray! – Dijo casi llorando de la rabia – Tal vez si me hubiera enterado mucho antes sobre esto... ¡No hubiera sido tan tonta en confiar de nuevo en ese desgraciado!

Samanta... ¡Perdóname! Por favor – Dijo Yeray.

Te amo Yeray, en serio – Dijo – Pero... Si sigues ocultándome cosas de esa magnitud... Esta relación no va a funcionar.

Samanta... No – Dijo Yeray algo nervioso – Tu no me estás terminando... ¿O sí?

Adiós – Siguió caminando.

¡YERAY! – Grité – Oye... ¿Qué te pasó? – Dije al ver la expresión de tristeza en su rostro.

Samanta... Samanta y yo terminamos Fiorella – Dijo y se le escaparon unas lágrimas.

Yeray, vale que mal – Dije – Dale un poco de espacio... Quizás lo dijo por decirlo, ¡Está muy enfadada! Y sabes que no es para menos.

No... Lo sé – Dijo Yeray – Para mí, ella hablaba muy enserio.

Esto, esto solo es culpa de María, ella no tenía por qué abrir la bocota, ciertamente teníamos que decirle a ella esto algún día pero... No era el momento adecuado para decirle, después de todo lo que estaba pasandole a ella, es que cuando la vea ¡ME VA A OÍR!, es más, ¡Iré a su casa YA MISMO!

Al rato, llegué al barrio donde viven Samanta y María, pasé directo hacia la casa de María (Espero tenga suerte de encontrarla a esta hora) – Pensaba – Toqué la puerta.

¡Ya voy! – Contestaron.

¿Será ella? – Me preguntaron.

¡Ah!, hola Fiorella, eres tú – Dijo María sonriendo.

Ahórrate tus buenos tratos mija – Dije molesta – Vengo a hablarte de algo MUY serio que acaba de pasar.

¡Relájate Fiorella! – Dijo – Pasa y hablamos en mi cuarto.

Ya estando allá:

¿De qué querías hablarme Fio? – Dijo María sentándose en la cama.

¿Cómo te atreviste a decirle a Samanta sobre lo que pasó hace años contigo y con Abel? – Dije molesta.

Samanta... Te dije que no le dijeras nada... Pero bueno ya que – Pensaba – Se lo dije, para animarla un poco... Para que se sintiera mejor sabiendo que una de sus amigas le entendía su dolor...

¿Sabes lo que esto ocasionó no? – Dije puesta en pie.

¿Qué sucedió? – Dijo algo nerviosa.

¡Por tu culpa Samanta le terminó a Yeray hace rato! – Grité.

¡No! – Dijo ella – No puede ser... ¡NO PUEDE SER POSIBLE!

Si... Si... ¡ESO PASÓ! – Dije – ¿Ya ves lo que ocasionaste al decirle esto?

Sí – Dijo María algo frustrada por lo que había hecho – En vez de hacer una gracia... Lo que hice fue una morisqueta.

Espero que sepas como arreglar esto María – Dije – Porque Yeray está muy dolido por toda esta situación.

Yo... Hablaré con ella lo más pronto posible – Dijo – Supongo que ya ella está en su casa.

Pues si María – Dije – Anda.

Iré ya mismo – Dijo María y me hizo señas para que nos fuéramos.

María: No si, que belleza vale, la verdad pensé que Samanta entendería mejor las cosas pero, no, lo que hizo fue un desastre total, Yeray no fue el único que le falló a ella en ese lado, ¡NO PUEDE PAGARLA DE ESA MANERA CON ÉL!, esta muchachita vale... ¡ME VA A SACAR DE MIS CASILLAS POR COMPLETO!, dejé a Fiorella en la entrada y me fui directo a casa de Samanta, sus padres me dejaron pasar y me dirigí hacia el cuarto de ella – María, ¿Cómo estás mujer? – Dijo ella al verme.

Vengo a hablar seriamente contigo Samanta – Dije.

Supongo que ya sabes que le dije a los chicos que sabía lo que había pasado contigo – Dijo yendo directo al punto.

De eso precisamente quería hablarte chama  – Dije – Me enteré... De que le terminaste a Yeray por esa razón...

¿Qué? – Dijo ella – No, ¡QUE VA!... ¿Quién te dijo que fue eso lo que pasó?

Bueno, eso le hiciste creer a él Samanta – Le dije – Y es mejor que aclaren eso pronto. 

Lo dejaré así María – Dijo Samanta sonriendo.

¿Qué locura estás planeando hacer ahora Samanta? – Dije cruzada de brazos.

Quiero ver... Que va a hacer él al respecto – Contestó.

De verdad que sacas cada cosa Samanta – Dije poniendo mi mano en la frente en señal de fastidio.

Samanta sigue siendo una niña muy inmadura, e infantil... Pero no deja de ser una muy buena persona, espero que pase lo que ella quiere que pase... Porque no me gustaría que ella perdiera a Yeray por una cosa que me pasó a mí en el pasado y por una mala decisión de ella... (Samanta, solo espero que tú sepas lo que haces cariño, no quiero verte sufrir ahora por Yeray) – Pensaba.