Capítulo 1
Samanta Toussaint: Nuestra historia comienza en el liceo o como yo lo llamo "El Retén de Menores", era un día aburrido y normal como cualquier otro, la misma y aburrida rutina diaria, fastidiar a Yeray y sus amiguitos, entre otras cosas. Luego de salir de la primera clase, estaba con Yeray y unas amigas sentada en frente de la estatua hablando "BOBADAS" como siempre, y Fiorella para sacarme conversación me dijo que quería presentarme a un amigo de ella, yo no estaba muy de acuerdo con la idea porque... No soy de las que se la pasa conociendo "Personas" y menos en el liceo, así que como no tenía opción, yo no le dije nada al respecto mientras que ella me miraba tipo: "Te va a encantar" ya de repente ella volteó y llamó a un chico de 3er año, que creo que se llama "Alejandro", es uno de esos "POPULARES" que suelen evadirme, y lo único que sé de él es que es primo de Yeray y que es popular, nada más.
Ella lo abrazó como si fueran novios (No me lo restriegues en la cara Fiorella) – Pensaba – Y luego lo acercó, lo puso en frente mío, y después de soltar una risita pícara de SIFRINA me dijo:
Sam, este es el chico que quería presentarte desde hace unos días.
Ah – Dije de forma seca – Yo lo conozco, o bueno, mejor dicho, sé quién es él, yo creo que lo tengo a él en Facebook, aunque no es novedad porque todo el mundo lo tiene.
Se llama Alejandro Moya – Dijo Fiorella – Él es como el hermano que nunca tuve ¿No crees que es lo más cuchi que hay en el planeta?
Sí... Claro – Dije de manera sarcástica – Mucho gusto – Dije.
Igual chica – Dijo Alejandro – Oye, eres muy linda.
Alejandro por favor – Intervino Yeray algo frustrado – ¡No empieces con tus bromas!
No Yeray, descuida – Dije – No importa, y gracias lo mismo digo de ti Alejandro.
Samanta: O sea me siento raro, como si me estuvieran tomando del pelo, la verdad que ¡Esto es raro muy!, es la primera vez que alguien (Varón) me dice que soy muy linda; Es DEMASIADO raro, no sé, debió ser que se confundió o sino lo diría por echarme broma o qué sé yo... Pero... Debo admitirles una cosa y es que Alejandro está guapísimo, DEMASIADO diría yo. Horas más tarde saliendo del colegio entré a la panadería que está enfrente del liceo, ya que lo que tenía era un hambre infernal, se me antojaba un sándwich de jamón, queso, salsa rosada con tomate y lechuga, de esos que tanto me gusta y de tomar, un jugo de naranja. Pero para mi sorpresa, entró alguien a quien no estaba esperando encontrar en ese lugar, ¡ERA ALEJANDRO!, lo vi y seguí de largo, me sorprendió que estuviera en una panadería como esta porque se ve que es un niño "FRESA" y los FRESAS no suelen comer aquí... Me puse a mirar unas cosas para por fin pedir lo que iba a pedir y ya cuando me había decidido y estaba a punto de hacer mi pedido, el me tomó, me jaló por el brazo y me dijo lo siguiente:
¡Oye Sam!, ¿Por qué tan seria? ¿Qué tienes? – Dijo de forma espontanea – Ven siéntate que yo te brindo lo que quieras.
Lo miro algo confundida – No, gracias – Dije – Yo misma me compro mis cosas.
Pues es hora de que te dejes consentir por alguien Samanta – Dijo Alejandro de forma pícara.
Estaba entre 3 y 2, quería pero no quería, en realidad no quería pero sabía que él iba a seguir insistiendo si no aceptaba y no estaba de humor, además me moría de hambre así que asentí y me senté a su lado.
¿Qué pretendes Alejandro? – Pregunté mirándolo fijamente.
Hacerme tu amigo Samanta – Contestó con una sonrisa pícara en su rostro – ¿Qué ibas a comprar Sam? – Preguntó – ¿Puedo llamarte así?
Sí, sí puedes – Decía – Quiero un sándwich y un jugo de naranja – Contesté.
¿Y de postre? No me digas que solo te vas a comer eso – Se reía.
No me parece gracioso – Dije algo frustrada – Y bueno... Pide cualquier cosa, lo que quieras comprar – Dije.
Mientras Alejandro hacía el pedido me lo quedé viendo por unos instantes, es que él es tan lindo, me atrevo a decir que es el chico más guapo del colegio... Es alto cabello negro, ojos café y ¡Esas cejas gruesas!, tenía puesto un suéter a rayas que me encanta y su forma de peinarse 😍.
Luego de algunos minutos, él volteó para traerme la comida, y automáticamente yo baje la mirada porque me dio la gran impresión de que Alejandro se había dado cuenta de que lo observaba hace un momento, así que puso el sándwich en la mesa y dijo:
Sabía que me estabas observando Samanta.
(Me sonrojo) si, es que estaba viendo tu suéter, ¡ME ENCANTA! Es demasiado Fashion... Como quisiera uno así – Dije para disimular.
A mí también me encanta mi suéter – Dijo sonriendo – Cuando quieras te lo presto.
Ah – Dije – Está bien, gracias Alejandro.
Narra Alejandro: si les digo la verdad, yo estaba muy encantado con Sam, es una chama muy simpática y siento que me estoy interesando cada vez más en ella, esto que pasó hoy de invitarla a comer, es solo el comienzo de lo que pienso hacer, ¡Tengo planes! Ya sabrán cuales son mis verdaderas intenciones para con Samanta, luego de comer y platicar un rato con ella, tomó sus cosas y se puso en pie e iba a irse, pero yo la tome nuevamente por el brazo y le dije haciendo contacto visual:
No te vas a ir de aquí sin darme tu número Samanta.
Ella al principio no quería dármelo, supongo que tenía miedo de que la fuera a acosar mucho, pero luego de tanto insistir, terminó aceptando y anoté su número, me dio las gracias por todo y se fue.
Esa chiquita va a ser mía de cualquier forma, y me va a servir de diversión por un rato, esa chiquita va a caer en mis redes fácilmente, veo fuego en sus ojos... ¡Ya verán! Porque las chicas como ella son fáciles de chantajear y manipular.
Samanta: Yo la verdad no sé que es lo que quiere Alejandro conmigo, él dice que es solo amistad lo que está buscando pero, yo no le creo nada; pero sea lo que sea voy a averiguarlo, porque esto está muy sospechoso. Me siento muy extraña ya que los chicos guapos y populares como Alejandro no se fijan en mí para nada, siempre me ignoran y me tratan mal, y es raro que ahora alguien como él me esté tomando en cuenta y quiera socializar conmigo, ¡Hasta me pidió el número! yo de verdad que tengo mucho miedo... Miedo de que me pasen otras cosas con él y también tengo miedo de llegar a enamorarme de alguien que... No conozco.
Llegué a casa a estudiar (Porque aunque no lo parezca soy aplicada en mis estudios), mientras estudiaba para el examen de castellano me acorde del rato que pasé con Alejandro en la panadería, y se puede decir que aunque dude de sus intenciones hacia mí, me está cayendo muy bien, jugaba con el lápiz mientras leía y repetía la lección cuando de repente siento que suena mi teléfono, y de golpe solté el cuaderno y el lápiz, y agarre entre mis manos el teléfono y vi que era un mensaje de Alejandro, bueno suponía que era él, y pues el mensaje decía lo siguiente:
"Hola Samanta, como estás, soy Alejandro, quiero que sepas que quedé impactado contigo y aunque suene loco, creo que me gustas, pero... Es la verdad"
Apenas leí el mensaje, me puse fría como un hielo aunque era demasiado pronto para que me estuviera diciendo todo eso pero aún así ¡NO SABÍA QUE RESPONDERLE A ALEJANDRO! O sea, es la primera vez que un chico HERMOSO y popular se fija en mí, de verdad aún no me creo esto, ¡ESTOY SOÑANDO! Yo no lo esperaba de él, ni de nadie... Porque como ya sabrán creía que Alejandro lo que estaba era jugando conmigo.
Alejandro: Risa pícara y perversa – Espero que Samanta se haya creído todas las tonterías que le escribí en ese mensaje, pues ahora es que voy a iniciar mi plan para que Samanta sea mía por completo, va a caer en mis redes, vamos a caerle a labia, así la iré manejando a mi antojo poco a poco.
Samanta: luego de que me calmé un poco y tomé un poco de agua, volví a agarrar el teléfono y armándome de valor le respondí a Alejandro:
"Estoy bien, gracias a Dios, ¿Es enserio?, ¿No me estás mintiendo verdad?"
En seguida respondió:
"sí, es verdad, samanta, ¡Tú me gustas y no sé por qué!"
Yo aún sentía que él estaba jugando conmigo de pana, ya que ¡Mirenme bien vale!, yo no soy la típica supermodelo que todo hombre quiere a su lado, yo solo soy pues... Soy... ¡Soy una tabla de carpintería!
Bueno, no le seguí respondiendo los mensajes porque no quise torturarme más con la idea, estaba confundida, ¡Muy confundida!, yo esta vez no sabía en qué lió me había metido, pero quería salir de él a toda costa.
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