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VIII

Ya habían pasado los días, desde ese pequeño problema, como era de esperar, los rumores en el pueblo no se hicieron esperar, y pues la verdad, aunque me doliera, no los podía contrariar, así que solo me mantenía al margen de los comentarios que hicieran, ella no había vuelto por aquí, no les mentire, eso me hacía sentir mal, pero a la vez me dejaba más en claro que ella, solo era una niña y yo un viejo, sin nada para darle o bueno si solo dolores de cabeza, eso me lo repetí día y noche, no la saque de mis pensamientos y tampoco de mi corazón, pues el sentimiento que sentía era cada día más fuerte, el novio o bueno el niñito ese como lo llama en privado, no volvió a aparecer, y tampoco me importaba mucho.

Había entrado una ola invernal en el pueblo, ya que no tenía disposición para cuidarme ni nada de eso, me dio gripa, no le puse cuidado y tampoco tenía tiempo, ya que me la pasaba últimamente en la capital, por cosas con el obispado de lugar, y eso a la vez me mantenía lejos de ella y de lo que provocaba en mi.

Los domingos iba a misa, pero cuando la familia se acercaba a despedirse ella desaparecía, aunque me doliera no le iba a poner tanto problema, ya que entendía que no quería hablar conmigo o por lo menos no en ese momento.

Un dia, sin meditarlo, ya después de que todo el la capital se hubiera arreglado, me dio por salir a correr, me puse un pantalón corto, una playera blanca y unos zapatos deportivos, al salir de la capilla, muchas de las personas que estaban allí se quedaron viéndome, algo raro pero no le puse mucha atención, empecé a trotar por el pueblo, cuando pasaba por el lado de algún habitante del lugar se despedían y yo solo bajaba la cabeza como forma de contestación.

En un momento sentí que las piernas no me daban más, así que decidí volver a la iglesia, iba bien hasta que sentí que no podía respirar, pare unos momento y trate de tomar aire, pero parecía que los pulmones no me lo recibían.

Al cabo de unos minutos sentí como volvía el aire a mi, seguí corriendo y no le puse atención, tal vez era por la gripa que me acababa de pasar, así que no le puse atención, gracias a Dios no había nadie por ahi, porque si no me hubieran llevado al hospital y la verdad no tenía intenciones de ir y menos por una simple gripa.

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