Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5

'Pov Anie

—Es un idiota—escupe Mora tras la linea. Y por el tono amargo que utilizó sé que comparte el mismo desazón que siento yo.

Asiento.

—Lo sé, ¿puedes creer que ni siquiera me dijo pudrete? Digo, no estoy dolida pero si... extraña —suspiro pesada y me enrredó el cabello con la sabana.

—Si yo estuviera en tu lugar le hubiera dado unas buenas cachetadas... y tal vez una patada en los huevos —murmura Mora.

Lanzó una risilla.

—Que bueno que no estas en mi lugar —suspiro.—lo peor de todo es que voy a tener que hacer el trabajo con ese... idiota o en el peor de los casos, sola y fingir que lo hicimos los dos.

—Pues por acá las cosas estan peor, el imbécil del Evan me ofreció dinero a cambio de que hiciera el trabajo y lo colocara en el grupo —me cuenta.

—¿De verdad? ¿Y qué le dijiste?.

—Por supuesto que lo acepte. Son dosciento cincuenta dolares.

—¡Mora! Con ese dinero estas vendiendo tu integridad —chillo, negando incluso con la cabeza. Camino hacia el armario y de esta saco mi pijama. La escucho bufar y después, más suaves golpes.

—Mi integridad no me dará dosciento cincuenta dolares —razona.

—Te pasas —le digo y bostezo.—Tengo que irme ya es muy tarde y mañana tenemos que levantarnos temprano. Adiós —me despido.

—Dale amiga, adiós —se despide Mora.

Finalizo la llamada coloco el celelular a cargar. Mora es tan afortunada, va hacer la tarea sola pero con dinero en el bolsillo, mientras que a mi me toca todo lo contrario. Estoy celosa y ofuscada con mi compañero. Este año la profesora se rifó con la disición que tomó.

A la mañana siguiente me levanto más temprano de lo normal con un solo objetivo, abordar a mis padres con un solo proposito.

—Papas —les digo.

Ambos se giran al verme.

—Hija, buenos días ¿ese milagro que estas despierta tan temprano? —pregunta mi madre.

Me adentro a la cocina.

—¡Margaret!. Buenos días princesa —me saluda mi padre sonriente, dandome un beso en la frente.— ¿Cómo amaneces hija?.

—Muy bien pa'. Yo... queria hablar con ustedes.

—Oh, oh —vocifera papá que inmeditamente comparte mirada con mi madre.

Ésta deja el sarten sobre el fuego y se gira completamente hacia mi. Un aura extraña y tensa nos rodea. Papá agarra la mano de mamá y la aprieta, esta hace lo mismo. Sus rostros estan demasiado palidos y en los ojos de mi padre brilla el desconcierto y terror.

—¿Qué pasa amor? —mi madre es la que habla.

Los miro a ambos. Primero a mamá y luego a papá, finalmente es a mamá quien miro al final.

—Bueno es que... necesito que alguno de los dos me compre un libro que tengo que leer.

El semblante de papá cambia en cuestion de minutos a uno mas relajado y hasta feliz. Mientras que mi mamá suelta una risilla. Ambos se sueltan las manos y mamá sigue cocinando.

Frunzo el ceño. ¿Y a estos dos que bicho les pico?

—Gracias a dios —gime papá.

—¡Oh un libro! —mamá toma aire tratando de calmar el ataque de risa.— ¿Y cómo se llama el libro amor?.

—Cien años de soledad, de Gabriel Garcia Marquez —respondo muy confundida por sus repentinas reacciones.

—Un buen libro —dice papá.

—El mejor —lo apoya mamá.

Papá rie y asiente.

—Esta bien cariño. Papá lo comprará.

—Pero, pero lo necesito para hoy.

Papá asiente y se lleva la tasa de cafe a la boca solo para descubrir que ya no habia. Chasquea la lengua y vuelve a llenar la tasa.

—Okay, voy alistarme —aviso.

—Bien cariño —dice mamá.

Salgo de la cocina dispuesta a irme al cuarto. A mis espaldas mi mamá vuelve a reír.

—Es increible que hubieramos pensado en eso —farfulla mamá.

—Y nos pidio libros. ¡Libros! —papá le sigue el juego.

Subo a la segunda planta y me encierro en mi cuarto.

Tanto drama por un libro. Mis padres son muy raros.

Cuando acabo de vestirme agarro mi mochila y salgó de la habitación. Papá es el unico que todavia (aparte de mi) esta en la casa.

—¿Todavia no te has ido a la oficina? —le pregunto, entrando a la cocina. Me siento en la mesa justo enfrente de mi. Papá mierde una galleta y toma cafe.

—Hoy entro a las ocho. Creo que al fín me daran vacaciones.

—Eso esta bien —digo y destapo mi desayuno. Hago un puchero al ver el cereal asentado en el tazon.

—¿Qué pasa?.

Alzo la mirada hacia mi padre.

—Mamá lo volvio a olvidar y le hecho leche al cereal. Ahora parece una de esas recetas de arroz que le encanta preparar pero que detesto. Se asentó —le explico, agarrando la cuchara y mostrandole lo que parecia ser mi desayuno.

Papá sonrie.

—¿Quieres galleta con mermelada? —me pregunta mi padre en un susurro complice, inclinandose un poco en la mesa.

—¿Y desabodecer las normas de mamá?. Si.

He llegado al salón decidida a enfrentarlo. Mora aún sigue hablando y hablando como una cotorra y ya me esta empezando a hartar por la sencilla razón que no entiendo ni un poco lo que quere decir. Miro hacia su pupitre encontrandolo vacío, frunzo ligeramente el ceño, ya habian empezado las clases y el doctor aún no hacia acto de presencia, era tal mi desesperación que solo miraba hacia su puesto y a la entrado del salón pero nada.

—Pissss pisss ¡Anie! —susurra Mora, la miro rapidamente.— ¿por qué estas tan inquieta? ¿qué te pasa?.

—¿Inquieta? —le pregunto. ¡oh dios Anie se más discreta!.— ¿yo? No.

—Ahh noo —bufea Mora, ruedo mis ojos en el acto.— ¡claro que si! Volteas y volteas como si te observaran y no entiendo, ¿qué pasa? ¿a quién buscas?

—¿Yo? Claro que no metete en tus asuntos —exijo y miro hacia el tablero.

Han pasado ya una semana y aun no he sabido nada de mi compañero. Estoy empezando a alterarme, tenemos que empezar el bendito ensayo sobre el  libro y no me e leido ni una sola página, juro que voy a matarlo cuando lo vea.

—Que hay hermana —me espanto y giró bruscamente para chocar de frente con la estupida cara de Potrick.— no me digas que no me has extrañado—bromea el rubio.

—¿Extrañarte, Potrick? ¿¡En serio!? ¡Ja! —blanqueo los ojos observandolo mientras diviso a lo lejos el rojizo cabello de Mora.

—Que hay Potrick —lo saluda con un casto asentimiento de cabeza.— hola, Anie —se voltea para y me da un pico en el cachete. Despues se aparta y suspira lastimero.

—¿Qué pasa? ¿por qué tan deprimida? —pregunto extrañada

—Es que —se muerde el labio, dudosa en contar.— e terminado con August.

Nos sentamos en una de las tantas bancas de la cafeteria mientras Mora llora desconsolada, rápidamente la abrazo. Ruedo los ojos al ver la poco sensibilidad de Potrick quien esta relajado sentado en el otro lado de la banca mirando .

—Ya calmate, tampoco es para tanto —le dice desinteresado, sacando su iPhone.— ya volveran, ustedes siempre vuelven.

Lo fulminó con la mirada. ¡¿En serio este tipo es tan inhumano?! ¡Estupido chico!.

—Porque mejor no te callas Potrick estoy que te mato —amenazo.

—Calma, cariño —Potrick pasa sus dedos por el largo cabello haciendole rulitos sin mirarla.—además, yo estoy hablando con la verdad. O dime Anie, ¿cuántas veces Mora y August han terminado? ¿cuántas? —aun que estoy molesta con Potrick,  él tiene razón; ellos siempre terminan y vuelven. <<Eso se llama amor Anie, cosa que tú no tienes>>.— muchas veces ya hasta e perdido la cuenta —Potrick empieza a contar con sus manos confundido.

Mora deja de llorar de repente se pone de pie secando sus lágrimas, que por cierto, han provocado que su perfecto maquillaje se corra. Acto siguiente se pone en frente del rubio y le da una fuerte bofetada, cosa que no me sorprende ya que Mora es muy violenta, siempre  termina desquitando su enfado con el imbécil de Potrick pero solo por esta vez se lo merecia.

—¿Qué ? ¿por qué? —pregunta en shock Potrick llevandose las manos en su ahora rojo cachete.— si solo e dicho la verdad. Lo que pasa es que a ti no te gusta escucharla —se defiende. Mora vuelve a levantar la otra mano e inmediatamente Potrick tapa sus otro cachetes. — no, no ¡Anie! Ayudame —Mora le sigue pegando muy duro y yo me dedico a reír. ¡Qué divertido!.

—¡ERES UN IDIOTA! ¡HIJO DE TU MADRE! ¡TE ODIO! ¡TE ODIO! Y ¡TE ODIO! —Mora sigue concentrada en pegarle a nuestro amigo sin importarle que casi medio colegio la esta viendo.— no llegado bien a la escuela y yo siento que te odio —sigue gritando y pegandole.— ¡Odio a los hombres como tú!, ¡es más odio a todos los hombres!.

Sigo riendo sin parar hasta retorcerme, estos dos si que hacen buena comedia.

¡Extrañaba estas típicas peleas!

—¿Por qué le pega esta vez? —me espante un poco al ver el rostro de Lia algo preocupada.— ¡Anie, has algo! .

Seco una lágrima que se me a escapado tratando de calmarme.

—Lia es eso es el problema de ellos —le digo reincorporandome en el banco aun riendome.— No nos metamos.

—Anie en serio intenta calmarla —pide Lia agarrándo mi mano mientras su rostro se torna mas preocupada.— pobre Potrick.

¿¡Pobre Potrick!? Okay, creo que me estoy perdiendo de algo.

—Lia, si no te conociera diría que estas enamorada de Potrick —le susurro. Esta se pone rígida ante mi comentario.— pero como se de tus gustos desechare esa idea —levantándome me dirijo donde estan Mora y Potrick aun discutiendo.  Agarrando fuertemente a Mora por los hombros la miro y hago que me mire.— Mora, calma —ella me mira.—¿Mejor? —asiento.— Bueno, vamos a sentarnos, okay.

Lka se levanta rapidamente dirigiéndose donde Potrick quién aun no se a levantado de suelo.

—¿Te encuentras bien?— Potrick asiente y luedo baja la mirada.— ¿no te ha hecho nada?.

—No, pero gracias por preocuparte —responde éste. Lia ríe nerviosa mientras le da una mano y asiente. Éste la toma.— ya extrañaba sus golper, ehhh —bromea.

Ellos ríen mientras se sientan esta vez juntos.

—¿Peleaste de nuevo con August? —pregunta Lia.

—No me hables de ese hombre —pide seria, sacando su estuche de maquillaje.— es más desde ahora August Morgan, a muerto, ¿okay?—dictamina.

Lia asiente mirando a Potrick, éste parece corresponderle  la mirada pero luego agacha la cabeza y sonríe.

—¿De qué te ríes? —le grita Mora.— ¿acaso quieres volver a sentir mis puños? —se levanta dispuesta a llegar a los puños.

Potrick la mira y yo lo miro a él. Cuando nuestras miradas se cruzar niego con la cabeza. Pero el rubio jamás a callado lo que siente y piensa, no cuando se trata de Mora.

—Eres patética Mora —vuelve a reir.

—Serás.. —murmura esta e intenta levantarse de la banca, pero se lo impido.

—¡Ya basta Mora! —habla Lía.— Mora, por favor —se para enfrente de mora.— deja de gritar y pegarle al pobre de Potrick que él no tiene la culpa de tus histeria, ya dejalo, ¡por dios!.

¡Okay, okay ¿qué a paso aquí?!.

Antes de que podamos reaccionar empieza a sonar un teléfono. Todos buscamos en nuestras mochilas menos Lia ya que ella no tiene celular.

—¿Hola? —dice Mora alejándose de nosotros.

Alzo una ceja y Potrick también.

—¡Ay vamos de nuevo! —exclama Potrick abrazandonos.— reconciliación a la vista.

Todos sonreímos. Pero notó que el ambiente se a vuelto muy romántico últimamente y no estoy hablando solo de Mora y August, sino también de Lia y Potrick. Algo se esta empezando a cocinar... o ya estaba cocido hace mucho tiempo.

Todos tienen a quien amar menos tú, que patética eres Anie.

Cállate.

Richie 'pov

Estaba verdaderamente furioso cuando salí de la escuela.

Tengo tantas cosas en mi cabeza y ahora esto, lo único que necesito es seguir entrenando. No puedo dejar de entrenar, por eso e faltado a clases. Sé cuales son mis objetivos y  metas ahora tengo mejores cosas que hacer que el estudio.

<<al final solo habrá un solo vencedor >>

Oh no.

Nuevamente soy un niño.

—P-por favor se-señor no me haga nada —ruego practicamente temblando de miedo.

—¿Me temes? —me preguntan poniendome un objeto pulsante sobre mi palida y maltratada piel—¡CONTESTA! —gritó provocando que mi cuerpo temblara.— que contestes —volvio a gritarme mientras hace un pequeño corte en mi brazo.

—¡AY! —grite fuerte.— no por favor...¡Por favor! ¡Ay! si, si le temo mucho, ¡Ay!.

Su filoso objeto me hace temblar de pavor y por más que llore o pida que se detuviera, éste parecía no escuchar. Seguía haciéndome pequeñas pero dolorosos cortes en mi brazo y antebrazo, sentia mi sangre correr por todo mi brazo hasta caer al suelo a mezcla de su risa a causa de mi dolor.

—Muy bien pequeño —me felicita riendose.— eres muy bueno al igual que tu madre.

Tras el silencio  puedo jurar que escuchaba como caia al piso mi sangre formando un eco espeluznante y poniendome aun mas paranoico. Mi respiración se  hacía cada vez mas dificultosa pero ya no podia llorar.

—Por fa-favor de-dejemos ve-ver a mi mami —gimo casi sin voz, agonizando de dolor.

—Tú  mami —imito mi vos.— te dejó. Ya no está en este mundo.

Abró mis ojos como plato y ahora sí, las lágrimas calleron con mayor facilidad. ¡Mi madre no podia! ¡Ella no podia dejarme! No ella.
Mi vista me ardía, el trapo que me tapaba mis ojos estaba empapado de mis  lágrimas.

—NO. NO. NO. NO. MI MAMI NO —grite fuerte, ignorando completamente el fuerte dolor de cabeza.— ¡usted me esta mintiendo no... No, no y no le creo! ¡Miente! ¡Miente! —negandome a creerle, segui gritando y removiendome de un lado a otro.

El señor ríe fuertemente en tono burlon. Definitivamente estaba disfrutando con mi dolor.

—Me importa una mierda si lo crees o no niñato —decia.— pronto entenderas el porque de mis acciones.

De nuevo volví a sentir su filoso objeto en mi piel, sobre todo en las heridas que estaban abiertas.

Lo pasa por mi cuello, luego por mis cachetes.

Termina debajo del trapo que por cierto estaba muy apretado. Pense que me iba a cortar pero en vez de cortarme a mi corto fue el trapo permitiendome verlo. Abro de apoco mis ojos. Los sentí pesados, veía doble, todo era oscuro. Hasta que lo veo. El hombre iba enfundado en un traje negro, era joven pero ya tenia arrugas que adornaban su cara. Traía una barba larga y blanco y su cabello (pulcramente peinado hacia atras) que caía más haya de los hombros.

Él me daba mucho miedo.  Observe también el objeto que brillaba en su regordete mano y  gotas de sangre caían de el.

—Eres igual  que el bastarda de tu padre —escupe con sorna mientras se pone de cuclilla.—sabes por culpa de tu padre es que tu estas aquí.— su mirada se posa en mis ojos. Su mirada estaba cargada de odio. Dos grandes ojos avellanos me miran mientras que yo tengo que luchar por mantener los mios abiertos.

—No, mi padre es bueno, usted es el malo —contraataco negandome a creerle. Que estupido habia sido en aquel entonces.

El muy desgraciado volvío a reírse de mi, esta vez con desden.

—Eso niño —se pone de pie mientras se rie.— Odiame, odiame aún más de lo que te odio yo a ti.

—Lo odio, lo detesto —le grito fuerte.

—Cállate —gruñe y me abofetea.— tu y tu padre, los detesto a los dos, sabes si sales de aqui con vida, aunque lo dudo, odiame, mucho y observame bien por que cuando esto acabe abra solo un vencedor.

Luego me dio la espalda y empezó a caminar hacia la salida.

—¡Lo habra! —grite, ya harto de tanta humillacion, no podia permitir que me humillara aun mas de lo que estaba, se señor se paro en seco pero no me miro.— tenga por seguro habra un solo vencedor —repetí, asegurandome que el me escuchara antes de caer desmayado.

Aquel desgraciado habia cumplido con lo prometido. Ahora yo lo odiaba tanto.

Me encuentro de nuevo en este estupido colegio, pero no fue por decisión propio sino porque Jorge me obligo a venir. Amenazando con mandarme a otro país si seguia sin asistir a clases.

Estoy incomodo. Anie no me a parado de mirar desde que nuestras miradas se encontraron a puertas del colegio. Desde ese intercambiamos de miradas supe que estaba enojada conmigo pero tampoco se atrevia acercarse a mi. Al final de las clases la veo irse con sus amigos.

Debo de disculparme con ella aunque no quiera.

La seguí hasta el estacionamiento donde la veo despedirse de sus dos amigas, mi corazón extrañamente se ascelera mientras transpiraba.

Corró hacía su dirección y cuando estaba a nada de alcanzarla, ella se voltea dejandome impactado por ese olor que sé que conozco pero que no puedo recordar. Alza la mirada, en cámara lenta la observo sonreírme. Entonces, me detengo.

Los dos nos quedamos en silencio, solo observandonos.

—Hola —me dice.

—Hola —respondo y me aclaro la garganta.— este... yo queria, quiero disculparme —rápidamente me corrijo. Mis manos tiemblan y sudan  como condenadas, creo que mis piernas estan a punto de fallarme. ¿Qué narices me pasa? Debe ser porque es la primera vez que me disculpo sinceramente con alguie.—por comportarme como un.. Co-como un...

—Idiota —finaliza ella por mi al verme tan indeciso.

Asiento lentamente.

—Si —acepto.— la verdad es que no estoy acostumbrado a tener compañia.

—Se nota —murmuro ella  muy bajito a la par que escondia su rostro pero no lo suficiente ya que la oigo.— pero eso ya no importa— vuelve a mirarme a los ojos .— Tenemos una semana de retraso. ¡Ya sabes! El ensayo.

—¿Eh?, si claro, claro. Emm ¿dónde nos reunimos? — pregunto tratando de no perder el control.

—Entonces, este sábado —propone.— ¿en tu casa o en la mia?

—Preferiría en tu casa —digo rapidamente. No quiero que ella vaya a mi casa. ¡NUNCA!.— estaría más cómodo.

Anie asiente.

—Bien —dice ella, alejandose paso a paso de mi sin dejarme de mirar a los ojos.
— entonces... En mi casa —el pensaba un poco.— A las diez —mientras hablabla una bonita sonrisa crecia en un su bonito rostro.— Por nada en el mundo faltes, ¡ahhh! y llega puntual —se despide con las manos y sube al auto bus.

Entonces es cuando me doy cuenta que estaba sonríendo como un idiota. Me colocó serio de inmediato dandome golpes mentalmente por aquella estupidez. Vuelvo caminando hacia mi moto, me monto en ella, la enciendo y salgo.

A toda velocidad.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro