Naruto despertó cuando sintió un calambre en el estómago, como cuando tuvo el accidente en el baño.

Lo primero que vio fue un techo de láminas y una lámpara encendida.

Algo mareado, logro sentarse en la cama y comprobó que su dolor de estómago no se había alivianado ni un poco, antes de recordar de repente que no había comido nada.

-¿Qué sucedió? -

Recordó haber bajado del autobús, de acomodar la bolsa de juguetes y... a una persona.  

Naruto masajeo sus sienes, su memoria es borrosa. Normalmente, este tipo de cosas solo suceden cuando se embriaga . 

Decidió mirar la habitación, esta estaba vacía, con una sola ventana pequeña. Las paredes estaban llenas de moho y el techo estaba agrietado.

Naruto trato de no perder la calma, no podía darse el lujo de ponerse estérico, por el bien de su bebé. Lentamente se bajó de la cama, cuando dio un paso hacia la puerta, escucho un tintineo.

Tal vez porque sus sentidos estaban bloqueados, no sintió lo frio del metal que presionaba su pierna. Observo la cadena que estaba incrustada en la pared, con un candado algo oxidado y una pequeña campana.

-¿Por qué...? -

Tap, tap, tap.

Naruto se sobresaltó cuando escucho pasos dirigirse hacia aquí, así que se volvió a acostar en la cama y se tapó con la sabana.

No sería correcto actuar precipitadamente.

El chillido de la puerta perforo sus oídos y no pudo evitar encogerse en su lugar.

-Se que estas despierto -

 El cuerpo de Naruto tembló al reconocer esa voz.

-No te preocupes, no te hare daño -

Sintió sus dedos recorrer su columna vertebral.

-No quiero lastimarte -

El rubio apretó los dientes y se quitó la sabana.

-¡Loco bastardo, desátame ahora! - Naruto lo tomo del cuello de su camisa - ¿¡Qué demonios quieres de mí?! -

Sai sonrió levemente y aparto las manos del rubio.

-Sabes lo que quiero -

Naruto sintió escalofríos y con voz temblorosa le rogo.

-Sai, por favor desátame. Si lo haces, no te demandare y pretenderé que esto nunca paso -

Silencio.

-Ha - Sai soltó un suspiro - ¿Por qué debería desatarte? ¿Para qué corras a los brazos de ese bastardo? - acaricio su mejilla y sonrió cuando sintió el cuerpo de Naruto estremecerse ante su toque - Ya te tengo - su dedo viajo hacia sus labios y bajo hasta su cuello - Ya te tengo a mi lado - rozo su manzana de adán. 

Naruto jadeo.

-¿Tienes hambre? -

El rubio quiso negarse, pero su estómago lo traiciono.

Sai no había borrado su sonrisa - Voy a cocinarte algo delicioso ¿Tienes sed? -

"Lo mejor que puedo hacer es obedecer a este bastardo" pensó Naruto y asintió con la cabeza.

-Bien, ahora vuelvo - Sai aparto su mano y salió de la habitación.

La habitación volvió a quedar en silencio.

Naruto vio la cadena y con ambas manos trato de separarla, pero fue un caso perdido.

"Sasuke, por favor... ven por mi"

 El rubio no sabía cuánto tiempo había pasado, pero al mirar por la ventana se dio cuenta que ya estaba oscuro.

Click

La puerta se abrio y Sai apareció con una bandeja.

-Lamento la tardanza, todavía no me acostumbro a esta casa -

Naruto alzo una ceja - ¿No es tuya? -

-No -

Ahora que lo pensaba no había escuchado ningún ruido de auto.

-¿Dónde estamos? -

-Muy lejos de la ciudad -

-¿Huh? -

-Por favor, come - Sai dejo la bandeja sobre la cama - Prepare tu comida favorita -

Naruto vio el tazón de ramen, no se sorprende de que Sai supiera sus gustos. Dudo en comer, tenía miedo de que tuviera algo que pudiera perjudicar su salud.

Sai se dio cuenta, agarro la cuchara y tomo un poco. Le dio un sorbo y sonrió para darle confianza al rubio.

-No esta envenenada - dijo y le dio la cuchara.

Naruto frunció el ceño, pero no dijo nada. Limpio la cuchara con su playera y se dispuso a comer.

Por el bien de su bebé, tenía que comer algo.

Sai lo observo, como si fuera su cosa favorita.

Naruto tuvo que soportarlo.

 Después de media hora, el tazón quedo medio vacío. Por primera vez en su vida, no pudo disfrutar el ramen, de hecho temía que se volviera una de sus comidas menos favoritas. 

Sai que lo miro durante mucho tiempo, soltó un suspiro y luego hablo suavemente - No soy bueno cocinando, pero mejorare -

Naruto no tenía energía para gritar, tenía que aceptar todo lo que le dijera, mientras no fuera algo físico.

-¿Quieres algo más? -

-Solo deseo dormir -

-Bien -

De repente Sai se acercó a su rostro, haciendo que Naruto brincara en su lugar.

-¿Qué...?-

Antes de que terminara la pregunta, sus labios fueron sellados con los labios de Sai.  

Naruto se quedó petrificado, respirando pausadamente, ansiando morir ahora mismo. El torrente de emociones, se convirtió en ira y mordió sus labios.

Sai se apartó rápidamente y se limpió la línea de sangre de su labio inferior. Su mirada era irritada y furiosa.

Naruto se limpió los labios con el dorso de su mano - No lo vuelvas a hacer -

-Te tienes que acostumbrar -

-¡No pienso estar contigo! -

-¿De verdad? - Sai lo empujo hacia la cama y puso sus manos encima de su cabeza - Agradece que siga siendo bueno contigo, porque si fuera un villano, esto... - apunto el estómago de Naruto - Ya no estaría dentro de ti -

Las lágrimas que había soportado todo el tiempo, se desbordaron. Lo que menos quería es que su bebé fuera lastimado, no tenía la culpa de nada. 

-Sai... puedes hacerme lo que quieras, pero a mi bebé no lo toques - 

Sai dibujo una sonrisa en su rostro - Ahora estamos en la misma sintonía - 

Naruto no respondió.

-No te preocupes, no hare nada más allá de los límites, solo un beso es suficiente - 

Sai volvió a bajar su cabeza y le dio un beso corto en los labios. 

-Buenas noches, cariño -