─︎─︎─︎─︎─︎─︎ AMO Y SIRVIENTE ─︎─︎─︎─︎─︎─︎

Las tierras al sur de Vachirawit eran mucho más cálidas y soleadas de lo que Gulf esperaba. El viaje tomó unos días a caballo, en los que Gulf cargó el látigo que Mew le había regalado en su cinturón, la única pertenencia que se había llevado del castillo de Bright.

Mew lo tomó como criado personal, o por lo menos esa fue la excusa que le dió a su padre, y le asignó una recámara tres veces más grande que el catre detrás de la perrera que Bright le había brindado por tantos años. Aquí había una cama suave, una mesa y un pequeño fuego que la mantenía caliente. Aunque con el clima templado del Sur, no era tan necesario. La nueva recámara de Gulf estaba alineada con la recámara de Mew, en caso que el lo necesitase. Pero lo cierto es que Gulf pasaba casi todas las noches en el dormitorio de su nuevo Amo. La primera noche luego de que llegaron al Sur, Mew le arrancó la ropa a jirones a Gulf al instante que estuvieron solos en su recamara.

—Eres mio....eres todo mío ahora...— Mew gruñía entre dientes apretados, mientras la ropa desgarrada de Gulf yace esparcida por el piso. La mirada de Mew parecía la de una bestia hambrienta, y eso puso duro a Gulf inmediatamente.

Una vez que el muchacho estuvo completamente desnudo, Mew lo giró y lo arrojó contra la pared con un movimiento violento. La mejilla de Gulf chocó contra los ladrillos dolorosamente mientras su nuevo Amo lo sujetaba del cuello. No pasó mucho tiempo antes de que Mew estuviese dentro de él.

Gulf gritó de placer con su rostro contra la pared; aun no se había acostumbrado del todo a ser follado, pero dolia mucho menos que la primera vez. Y el placer aparecía más rápido también. Mew sujetaba su cuello con un mano y su cintura con la otra, y embestía como si su vida se fuese en ello, como si romper la conexión con Gulf fuese a matarlo.

La polla de su Amo entraba y salía de él, tocando rincones que despertaban los placeres más increíbles. Gulf envolvió su propia polla en su palma y comenzó a frotar mientras Mew mordía su cuello. Era una sensación tan placentera como intoxicante, y Gulf sintió que iba a desvanecerse en cualquier momento. Solo podia oir la voz agitada de Mew, quien no paraba de repetir —Eres mío, al fin eres mio....

Luego de un par de embestidas más, cuando el orgasmo de Gulf ya estaba pulsando en su propia polla, Mew se retiró de él y tomándolo de nuevo por el cuello, lo arrojó hacia la cama. Gulf aterrizó sentado al borde ella, y antes de que pudiese hacer o decir algo, Mew y a estaba de rodillas en el piso, tomando su polla en la boca.

Gulf gimió tanto de placer como de sorpresa; su orgasmo estaba tan cerca, que la lengua caliente y suave de su Amo lo estremecieron contra su voluntad. Era increíble mirara hacia abajo y ver los labios de Mew envueltos alrededor de su polla, subiendo y bajando para tomarla toda, y esos ojos negros hambrientos, fijos en él.

También era hermoso ver a su Amo desnudo en el piso, atragantándose con su polla.

Cuando se corrió, se aferró a los cabellos negros de su Amo con fuerza, mientras las olas de placer lo atravesaban. Mew jugaba con su lengua mientras el semen de Gulf brotaba con violencia. Luego de tragar hasta la última gota como si se tratase de un manjar, su Amo levantó su cuerpo e hizo algo que Gulf jamás esperaba; lo besó.

Por algún motivo, ese simple gesto fue más íntimo y más poderoso que cualquier cosa que Gulf había hecho con Mew, o con nadie. Se aferró a los hombros de su Amo, y dejó que sus labios y lenguas danzaran. Pudo sentir su propio sabor en los labios de Mew, y eso lo hacía aún más excitante. El joven Lord gemía contra sus boca, inmerso en los besos que estaban compartiendo, y Gulf se dejó caer de espaldas en la cama, con el cuerpo de su Amo sobre él.

Continuaron besándose mientras yacían uno sobre el otro, Mew comenzó a morder suavemente el labio inferior de Gulf, y este envolvió sus piernas alrededor de su cintura. En ese preciso instante recordó que su Amo aun no se había corrido, y segundos más tarde Mew volvió a entrar en él.

Desde esa postura, Gulf podía mirar el rostro enrojecido de su Amo mientras embestía dentro de él, y además su polla golpeaba su próstata sin piedad, anunciando que un nuevo orgasmo estaba cerca, más poderoso que el anterior.

—Soy suyo, Amo....soy solo suyo....—Gulf jadeaba contra el cuello de Mew, y este le respondió besando sus labios y enterrando su polla lo más profundo posible. Cuando Mew se corrió dentro de él, el muchacho clavó sus uñas tan fuerte en la espalda de su Amo que hizo brotar un fino hilo de sangre. Mew arqueo su espalda y gruñó de placer, mientras su semilla llenaba a Gulf por completo.

Minutos más tarde, ambos yacían en la amplia cama de Mew, sus respiraciones agitadas eran el único sonido que llenaba la habitación. Gulf sonreía para sí mismo, mientras la semilla, aún caliente, de su Amo resbalaba fuera de él.

—¿Desea que me retire, Amo?— Gulf preguntó, todavía acostumbrado a Bright. Pero la sonrisa de Mew fue respuesta suficiente.

—Que insolente eres, muchachito de las perreras....— su Amo suspiró antes de tomarlo por los cabellos y besarlo.

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