Capítulo 07
─︎─︎─︎─︎─︎─︎ AMO Y SIRVIENTE ─︎─︎─︎─︎─︎─︎
Mew sonrió complacido cuando vio a Gulf en su puerta. Al igual que la noche de su primer encuentro, el atractivo Lord tenía pantalones de cuero y su torso, una exquisita escultura de hielo, completamente desnudo. Cuando Gulf entró a la recámara, una vez más sintió el calor que emanaba de la chimenea, y el aroma de la piel de Mew impregnándolo todo. Dió unos pasos hacia adentro y Mew cerró la puerta detrás de él.
—Mi hermano mandó a llamar por ti, ¿verdad?— Mew inquirió.
—L-lo hizo...Amo....— Gulf respondió nervioso.
—Y sin embargo, aqui estas....— Mew se acercó hacia el muchacho lentamente, hasta que sus narices casi se tocaban. Era apenas unos centímetros más alto que Gulf, y el aroma a vino dulce de su aliento hizo que sus rodillas temblasen. —¿Tienes una respuesta para eso, muchachito de las perreras?—
—N-no...Mi Amo....—Gulf respondió con su labio inferior tembloroso, apenas rozando los labios de Mew. La extrema cercanía entre ambos le provocó vértigo. Nunca deseó tanto besar a otro hombre como en ese momento. Nunca deseó besar a otro hombre. Pero una vez más, Mew se alejó.
—Dame el látigo. Y quitate la ropa ... .—su Amo le ordenó mientras caminaba hacia la mesita junto a la cama para servirse una copa de vino.
Gulf arrojó el látigo sobre la cama y comenzó a desvestirse, como su Amo le había ordenado. Primero se quitó las botas, luego la camisa y luego los pantalones, hasta quedar completamente desnudo antes los ojos deseosos de Mew. Le gustaba como su Amo admiraba su cuerpo desnudo, Gulf no recordaba que nadie lo haya mirado de esa manera en toda su vida.
—Muy bien...ahora inclínate sobre la cama, con el culo al aire...— Mew ordenó mientras tomaba el látigo entre sus manos.
Más allá de la excitación, y de que su polla ya estaba dura, Gulf sintió un dejo de temor.
—¿A-acaso va a azotarme, Amo?— preguntó con iguales partes de miedo y lujuria.
—Has desobedecido a mi hermano, quien es tu legítimo Lord....es mi deber castigarte por ello — Mew respondió con total naturalidad, mientras desplegaba todo el largo del látigo de cuero.
Gulf sintió pánico al ver el alcance que tenía ese artículo de castigo, y al pensar en el efecto que podría tener sobre su carne. Pero Mew se acercó y lo tranquilizó, apoyando sus dedos suavemente en su barbilla y mirándolo a los ojos.
—No temas, Gulf, no voy a lastimarte. No de veras...— la manera en la que Mew le susurró fue tan íntima que hizo temblar las rodillas de Gulf. Y la manera en la que pronuncio su nombre hizo que el muchacho sonriese y asintiese con la cabeza, dejando ir sus miedos.
Pleno de confianza por su Amo Gulf se trepó a la cama aunque sus piernas y brazos aún temblaban un poco, y se posicionó sobre sus rodillas y codos, el torso levemente tocando el colchón, su rostro de lado y sus caderas levantadas. Mew acarició la suave piel de sus nalgas por unos momentos, y Gulf sintió un escalofrío de placer ante tales caricias.
Pero las caricias cesaron pronto, haciendo que Gulf deje escapar un suave quejido de protesta. Luego de unos segundos en los que las expectativas y la anticipación casi matan a Gulf, sintió el agudo beso del cuero chocando contra sus nalgas. Un grito escapó de su garganta y apretó sus párpados, enredando sus dedos en las cobijas de la cama. Instantes luego del golpe, una oleada de calor intenso invadía su piel.
Gulf estaba tratando de recuperar su aliento cuando un segundo azote , aún más fuerte que el anterior, besó su piel inflamada. Otro gemido escapó de Gulf, mitad dolor y mitad placer. La piel de sus nalgas ardía, miles de cosquillas punzantes la recorrían, y Gulf luchaba para respirar.
Pero había algo increíblemente excitante en toda la situación; imaginarse a sí mismo en esa posición tan vulnerable, a la merced de los azotes de Mew. El tercer azote hizo que brotaran lágrimas de sus ojos, pero también que su polla se pusiera dura. Gulf jamás había sentido su cuerpo tan despierto, tan deseoso, como en ese momento. Otro azote siguió, y otro, y otro, cada uno coronado por un gemido más placentero que doloroso.
Los azotes de Mew era deliberados; no eran gratuitamente crueles. Sabía exactamente cómo girar la muñeca para que el cuero pellizque la piel sin lastimarla en exceso. Luego de unos instantes, Gulf perdió la cuenta de cuantos azotes habían sido; las lágrimas corrían por sus mejillas y su polla dolía de necesidad.
Cuando Gulf sintió que había llegado a su límite, y que no podría soportar ni un azote más, Mew se detuvo. El muchacho relajó su cuerpo contra la cama, dejando que el aire entre en sus pulmones. La piel de sus nalgas ardía como los mil demonios, y Gulf supo que no podría caminar ni sentarse normalmente durante unos días. Poco le importaba. Su mente daba vueltas, confuso por el dolor y el placer que lo invadian por completo.
Unos instantes más tarde, Gulf se estremeció nuevamente; Mew estaba acariciando la piel inflamada de sus nalgas con la mayor suavidad posible. Rozaba las cicatrices frescas con las yemas de sus dedos y sus labios, y la piel estaba tan sensitiva luego de los azotes que cada sensación se multiplicada por mil. Gulf gimió de alivio y placer mientras Mew acariciaba y besaba su piel con una inusitada ternura.
—Lo has hecho muy bien, muchachito de las perreras...— Mew susurraba contra su piel mientras la besaba —Eres tan hermoso. Mereces una gran recompensa por esto....¿te gustaria?—
—Si, si Amo....—Gulf apenas podía respirar, su rostro cubierto de sudor yacía de lado contra el colchón mientras mantenía sus caderas elevadas. Mew se había subido a la cama y estaba arrodillado detrás de él, besando sus muslos y sus nalgas.
Mew apoyó sus manos cálidas en las caderas de Gulf y deslizó su lengua por su entrada, dibujando círculos alrededor de ella. El muchacho gritó de placer ante esa nueva sensación, y Mew continuó lamiendo y besando su entrada. Al cabo de unos instantes, deslizó su lengua dentro de él, haciendo que Gulf se estremeciera de placer. Nunca antes alguien le había hecho eso, y su polla pulsaba fuera de control, más deseosa que nunca. Mew acariciaba sus muslos mientras curvaba su lengua dentro de él, llegando a lugares que Gulf ni imaginaba que existían.
—Voy a disfrutar mucho follar este culo....—Mew hizo una pausa, su aliento cálido acarició la piel de Gulf. —¿Quieres que te folle, muchachito de las perreras?—
—Ssi....Si, Amo...por favor.... —Gulf jadeo contra la cama, mientras Mew retomaba su trabajo de lamer y besar su entrada.
—Debes rogar mucho mejor que eso.... —Mew advirtió, antes de embestir con su lengua dentro de Gulf.
—¡Por favor, Amo! ¡Folleme!—Gulf gritó mientras su polla pulsaba con dolor. Si Mew arruinaba su orgasmo una vez más, Gulf pensó que literalmente, moriría.
—Oh pero creí que tu solo te dejabas follar por mi hermanito, ¿no es cierto?— Mew comenzó a embestir con su lengua hacia adelante y atrás, como si estuviese follando a Gulf con ella.
—¡Por favor, Amo!— Gulf suplicó con lágrimas en los ojos, ya no le importaba que alguien en el castillo lo escuchase. Solo quería que esa tortura, por más deliciosa que fuera, termine de una buena vez. Solo deseaba tener a su Amo dentro suyo.
—Oh, ¿pero estás seguro que quieres mi polla ahora y no la de tu lord?—Mew continuó torturandolo con su lengua y sus labios mientras Gulf se retorcia de placer en la cama.
—Sí, Amo....ahg por favor— Gulf ya estaba llorando para esas alturas —Necesito su polla, por favor....lo quiero dentro mio, mi Amo....quiero que me follle, ¡por favor!—
Mew hizo una pausa.
—No puedo negarme a algo así ... .— suspiró. Gulf no podía verlo, pero por el sonido de su voz supo que su Amo estaba sonriendo, complacido.
Luego de unos instantes en los que no ocurrió nada, y la anticipación estuvo a punto de asesinar a Gulf, Mew introdujo sus dedos dentro del muchacho, Gulf se estremeció.
—SShh, son solo mis dedos...igual que ayer....—Mew lo tranquilizó, apoyando una de sus manos cálidas en la parte baja de su espalda. Tal gesto, acompañado de su suspiro, fue increíblemente reconfortante para Gulf. Además, se encontraba húmedo gracias a la lengua de Mew, así que sus dedos se deslizaban fácilmente, otorgándole una presión deliciosa. —¿Te gusta esto, verdad? Te ves tan necesitado....—
—Necesito más, Amo....—Gulf rogó —Necesito su polla dentro de mi, Amo....por favor folleme....—
Mew retiró sus dedos, dejando un vacio dentro de Gulf que lo hizo gemir de angustia. Pero al cabo de unos instantes, sintió la punta de la polla de Mew haciendo presión contra su entrada. Era mucho más dura y grande de lo que esperaba. También estaba húmeda, por lo que Gulf supuso que Mew había escupido sobre ella o untado con alguna sustancia.
—Tranquilo, Gulf, no voy a lastimarte....— Mew dijo con un tono de voz tan íntimo como tranquilizador, a la vez que sostenía las caderas de Gulf con ambas manos. Al muchacho le gustaba cuando lo llamaba por su nombre, le hacía sentir cosquillas en su estómago, garganta y muslos — Tal vez duela al principio, pero luego te gustará, te lo prometo....—
Lo prometió.
Gulf tomó un respiro hondo y antes de lo anticipado, Mew estaba dentro suyo. El muchacho dejó escapar un grito de sorpresa y dolor , pero Mew entraba en él lentamente, centimetro a centimetro. En unos segundos se acostumbró a su tamaño, a medida que su polla lo abría con calma. Mew empujaba con sus caderas hacia adelante, y los músculos internos de Gulf cedían ante su tamaño, no sin brindarle algo de dolor.
Una vez que todo su largo estuvo dentro de él, Gulf dejó escapar otra exhalación lenta. Dolia, pero tambien se sentia tan bien tener a su Amo dentro suyo, completandolo, definitivamente su polla no se podia comparar para nada con el joven Lord. Mew comenzó a moverse, meciendo sus caderas hacia atrás y adelante, despacio al principio. Con cada movimiento los músculos internos de Gulf cedían cada vez más, y su polla pulsaba con más intensidad. En unos instantes, el dolor se había desvanecido casi por completo, dando lugar a un placer completamente nuevo y desconocido. Mew lo supo, y comenzó a embestir dentro de Gulf con más ímpetu que antes.
El muchacho castaño se aferró con ambas manos a las cobijas de la cama, mientras Mew enterraba su polla dentro de él con ánimos renovados. Cada embestida era más dura que la anterior, ganando velocidad y profundidad. Gulf nunca había experimentado un placer tan intenso en su vida, y su cuerpo se retorcía contra su voluntad mientras las lágrimas seguían brotando de sus ojos.
—Te ves tan hermoso así, con mi polla dentro de ti....—Mew gruñó entre dientes apretados mientras embestía más rápido y más duro. Sus manos sostenían la cadera de Gulf con fuerza, y el sonido de las carnes de ambos chocando llenaba la habitación, junto con los gemidos del muchacho.
La polla de Gulf dolía, Mew le estaba brindando un placer inmenso, pero aún así necesitaba algo de fricción sobre ella. Parecía que su Amo le hubiese leído la mente, porque unos segundos más tardes envolvió su mano cálida alrededor de ella, y comenzó a masturbarlo a la par que seguía follandolo por detrás.
Fue mucho más de lo que Gulf pudo soportar; comenzó a gemir y retorcerse fuera de control a medida que su placer aumentaba. La polla de Mew entrando y saliendo cada vez más rápido y profundo, y su mano subiendo y bajando por su polla pulsante, precipitaron su orgasmo. El muchacho sintió todo su cuerpo endurecerse, y por un momento creyó que realmente iba a morirse allí mismo, en la cama de Mew. Su semilla brotó violentamente de él a medida que Mew lo frotaba más rápido, manchando su cama y haciendo un verdadero desastre. Al mismo tiempo, sus músculos internos se contrajeron con violencia, provocando que Mew se corriera dentro de él.
Su Amo dejó escapar un gruñido de placer, Gulf pensó que era el sonido más excitante que había oído en su vida. La polla de Mew vibraba dentro de él, llevándolo a límites jamás imaginados, y llenándolo con su semen caliente.
Una vez que ambos habían sucumbido al placer cúlmine, Mew desplomó su cuerpo, agitado y exhausto, sobre el de Gulf. Su polla seguía dentro de él, vibrando cada vez más lento. Permanecieron así, conectados, jadeantes y en silencio, por algunos instantes. El único sonido en la habitación era el suave crepitar del fuego.
Al cabo de unos momentos, Mew giró en la cama, y su polla se deslizó fuera de Gulf. El muchacho sintió sus interiores ardiendo, pero ese ardor, más las cosquillas cálidas de la semilla de Mew chorreando por sus muslos, lo hicieron sonreír. Se apoyó sobre su codo para observar el rostro enrojecido y satisfecho de su Amo. Mew no dijo nada, solo le sonrió mientras acariciaba su cabello rubio con sus dedos.
Pero el silencio se tornó incómodo en poco tiempo, o a menos para Gulf, que no sabía cómo actuar a continuación. Recordó que a Bright le gustaba que se retire apenas había cumplido su misión, así que supuso que Mew querría lo mismo. No había realmente nada con un hermano, sería ingenuo pensar que habría algo con el otro. Y Gulf no era ingenuo, a pesar de que su orgasmo con Mew lo había dejado más vulnerable que de costumbre. Tal vez era una de las consecuencias de dejar que alguien entre en ti, en todo sentido. Eso no le gustaba. Se incorporó lentamente de la cama para buscar sus ropas, cuando Mew lo sujetó de la muñeca con fuerza.
—¿Que haces?— su voz fue un suspiro ronco; su Amo estaba agotado y al borde del sueño.
—¿Llo he complacido, mi Amo?— Gulf no sabía qué decir, ni cómo actuar.
—Por supuesto ... .y ahora quiero que te quedes—Mew ordenó, antes de girar en la cama y quedarse dormido.
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