Alza tu frente,
aún no el óleo del anochecer nos alcanza,
aún no nos mancha,
aún podemos soñar
con ser lo mejor del otro
entre escombros de desesperanza.

Superávit de amor,
la marea mece nuestro barco.
Soñamos que nos acercamos
a las estrellas
hasta que despertamos,
en la vulgaridad de la realidad
nos encontramos.

¿Has oído de la leyenda
de los amantes que se vuelven mariposas?
¿Has visto los arcoíris
tras las violentas tempestades?
¿Le has sonreído a la tristeza,
llorado al amor,
sentido mal de la cabeza
con un corazón delator?
Porque, de cierto, yo
no creo que puedas entenderme
si la respuesta es no.
De cierto, yo
me siento perdido en la mar
de los lamentos con una sola canción.

Cariño, oh,
soy incapaz de prosperar por mi cuenta,
balbuceo y deliro
y arruino cada oportunidad
de tomar la cuerda
que me saque de esta fúnebre cueva.

Tú tienes estelas
en las líneas de tus palmas.
Tú tienes luceros
en las niñas de tus retinas.
Tú tienes mi presente extraviado
en un futuro a tu lado.

Verás, no
yo nada tengo,
han lo mejor de mí
estos vaivenes arrebatado.
Un Fénix sin cenizas
para resucitar,
pero con flama para acalorar
el hielo de tu alma,
el hielo de una vida de pesar.

Alza tu frente, cariño,
aún no el óleo del anochecer nos alcanza.
Aún podemos soñar
con amaneceres y miradas
de amor,
de añoranza.

¿Y no es esa una gran hazaña?

***

N/A: Escrito en junio de 2023. Este poema lo consideré por varias semanas. La verdad es que sí me dio lástima darle el "no".