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6 💀 - Hey, Bad Boy

💀Los Ángeles, California 🌞
.15 años antes

Un pequeño niño azabache de tez pálida, camina desgarbadamente con lentitud, atravesando el parque nacional de la ciudad porque es un atajo más corto y rápido para llegar más pronto a su casa junto a su padre y su hermana. Mantiene la cabeza agachada, sus ojos siguen la piedra que es lanzada hacia el frente cada que le da un suave puntapié, pero su mente está distraída en otra cosa... o más bien, en otra persona.

Se trata de ese estúpido rubio cabeza hueca de siempre. Ese niño con cara de querubín crecido y mejillas demasiado rojas para ser sano. De nuevo hoy ha sido un grano en el trasero, y le ha molestado toda el recreo con eso de "ay, si, ay si, yo y mi acento italiano, nos creemos demasiado". Es un tonto, pensaba refunfuñando, como sí él quisiera ser diferente al resto a propósito. No era su culpa tener acento. No era su culpa ser tan tímido.

Todo había ocurrido desde aquella vez que él se había negado a ser su amigo, todos eran amigos del rubio, y él no quería ser más del montón. A él, a su temprana edad de ocho años, había entendido rápidamente, que le gustaba la...

Exclusividad.

A él le gustaba la idea de pertenecer a alguien completamente. Y que el otro sea su todo totalmente. No le gustaba los términos medios, y el rubio parecía querer partirse para todos. Y él, no quería una parte, una sobra, unas migajas. Él quería todo el paquete. O nada. Ser amigo de todos, era al final, ser amigo de nadie. Pero lo malo era que, él no sabía cómo expresar aquello sin sentirse extremadamente nervioso. Así que en cambio, lo ignoraba. Y esta indiferencia, era lo que molestaba al rubio.

Bueno, hasta ahí estaba todo bien todavía, se ignoraban aunque a veces el rubio le sacaba la lengua molesto; por no haber accedido a ser su amigo. Pero luego, un día cuando estaban practicando una obra de teatro. Ocurrió. Había un papel que el rubio verdaderamente quería. A él no le importaba en lo más mínimo, (hasta el punto de ni molestarse en saber el nombre de la obra) pero tenían que audicionar todos obligatoriamente, para conseguirlo. Era solo sobre saber cantar. El rubio sabía cantar, era más que obvio que él lo ganaría. Sin embargo...

Fue la dulce voz de un pequeño niño italiano demasiado desgarbado el que consiguió el papel. Una voz suave, fresca, y extrañamente hechizante. Fue automático, los profesores que habían sido los jueces, quedaron más que maravillados. Y él le arrebató su sueño al niño rubio. Le robó los reflectores, y la seguridad de su voz. La de él había sido más poderosa que la del rubio, había sido una gigantesca sorpresa.

Incluso el rubio lloró. Él se sintió pésimo. Así de fácil, Nico y Will, se hicieron rivales desde entonces. Porque los dos se admiraban demasiado, y a la vez se envidiaban, se interesaban por el otro, pero tampoco querían dejar el orgullo por el otro. Porque el otro debía dar el primer paso. No él. No Yo. Se convencían.

Ah, niños. Típico de los niños, ¿no? Demostrar su amor de forma totalmente contraria e inmadura de lo que en realidad quieren. Aún tan jóvenes para reconocer esos nuevos sentimientos que los abruma y los obliga a actuar impulsivamente. Los niños nunca saben cómo hacerle saber al otro que le gusta. Y en consecuencia, actúan de forma totalmente irracional y de cualquier forma para llamar la atención del otro. Will estaba a punto de hacer una de esas cosas irracionales. Él no sabía porqué, solo sentía la necesidad de estar cerca suyo, perseguirlo, acosarlo, si eso significaba conseguir al menos unos segundos de sus ojos obsidianas dirigidas a él.

Se subió en un árbol, y se escondió detrás de una rama frondosa. Sentándose, y fijándose en la distancia, tratando de visualizar su figura. Esperaba la llegada de aquel niño con ridículo acento italiano. Will sabía que tomaba esta ruta hasta su casa siempre, y él, iba a emboscarlo. ¿Por qué? ¡No se lo pregunten! Él no tenía idea, simplemente, necesitaba hacerlo. Su corazón se retorcía del entusiasmo, esperaba con ansias.

Entonces su espera fue recompensada cuando lo vio. Venía pateando una piedra, con la cabeza agachada haciendo que sus largos mechones crespos se balancearan con cada paso. A Will le molestaba ese balanceo por alguna razón. Le hacían sentirse nervioso y con los dedos inquietos. Se preparó mentalmente, y esperó a que pasara debajo de él sin hacer el minúsculo ruido.

Nico no se enteró de su presencia, hasta que Will estaba abruptamente sobre su espalda. (Tumbándolo al suelo) ¿Cómo? Porque él se había dejado caer encima suyo a propósito, lo cual causó que el azabache soltara un grito de estupefacto.

- ¡JA, JA! ¡TE TENGO! - Exclamó Will, cuando la espalda de Nico se removía violentamente debajo suyo, tratando de quitarlo de encima. - Estás en mi poder, ¡ahora nadie podrá salvarte! - y fingió reírse como un villano.

Fue favorecedor y muy satisfactorio para Will unos minutos... Luego, él logró finalmente liberarse, y de inmediato, se enfrascaron en una ardua pelea de niños, con pequeños puños y pies siendo lanzados como patadas en cualquier zona del cuerpo que era posible alcanzar. Rodando contra el suelo, se ensuciaron la ropa y la cara con arena. Pero ninguno quiso parar.

Ellos eran rivales... Pero a veces, se olvidaban de por qué o cómo llegaron a serlo. Y aquello dejaba de importar. Solo peleaban y ya. No entendían porqué... Tal vez, tal vez porque a ambos le encantaba la cercanía del otro. Tal vez porque era embriagante y viciante el pelear, porque era el único momento en que sus mentes callaban y solo existía el otro. Y los puños a veces se abrían y se convertían en suaves caricias que dejaban confundido al otro.

Por eso todos los días, cada salida, después de clases camino a casa. Tomaban ambos la misma ruta, el mismo punto de encuentro. Para caer a trompadas, y sonreír internamente por la rara forma en que se comunicaban.

Hasta que...

El destino los saludó, con una sonrisa triste y una noticia que rompía el corazón. Circunstancias, imprevistos, que obligaron a él... A mudarse. Su padre y su madre se separaron. Will se iba. Lejos. ¿Texas? El mapa le mostró la distancia una noche de investigación. Ya no sé verían más. (El corazón estaba devastado) Ya no se molestarán más. (Sus ojos estaban nublados). Y ya no pelearían más ni estarían tan cerca el uno del otro, para escuchar los latidos del otro.

Ni siquiera le preguntó la última vez que se vieron en el parque, si lo extrañaría. Ni siquiera le importó que Will estuviera casi como llorando, pero aguantando sus lágrimas como un pequeño hombrecito. Porque estaba enojado, frustrado y ellos no eran amigos. Eran rivales. Pero eso ellos sólo lo creían. Ellos no sabían todavía, porque estaban tan afligidos por la descarada y trágica separación.

Lo único que Nico sabía, era que él nunca le iba a perdonar por irse. Y dejarlo solo.

🌞~~~🌞~~~🌞

Actualidad. (Dah 😐)

Una lata de cerveza es lanzada en mi dirección con un movimiento giratorio, digno de un lanzador de Béisbol. La agarro en el aire, y Leo me sonríe felicitándome por ello.

Estábamos en la cocina, Leo había metido un montón de cervezas en el congelador para la fiesta que supuestamente se realizaría hoy a la noche, y sacó otra más para él, la segunda cerveza que le había visto tomar en el día. La abrió inmediatamente, dándole un hondo sorbo como si fuese jugo de manzana y soltando un eructo exagerado. Valdez estaba aprovechando sus vacaciones a todas luces, ya que su representante les prohibía consumir demasiado alcohol, (aunque tampoco se pasaba), no tener a nadie controlando sus pasos ahora, lo hacía comportarse más libertinamente que nunca, había confesado.

- ¿Percy? - el latino nombró al susodicho, quien estaba sentado en una silla en el comedor, luciendo un rostro extrañamente apesadumbrado. Me sorprendió, nada más porque cuando había ido a saludarme cerca del medio día, se había visto de lo más alegre. ¿Ahora? Parecía que un toro le había atropellado. - ¿Qué estás haciendo sentado allí aún? ¿Calentando la silla con tu culo? - Leo le regañó, frunciendo duramente el entrecejo. - ¡Ve para el sótano te había dicho! ¿Y dónde está Nico? ¿Ya está abajo?

- No - Le contestó el azabache cortante, pareció que no tenía suficiente fuerza para contraatacar a Leo. - Fue a su cuarto hace unos minutos, seguramente a darse una ducha rápida. - se encogió de hombros, - O a hacer cosas de italianos, que se yo.

Me moví un poco para poder recostarme contra una alacena detrás de mí, jugando con la lata de cerveza sin abrir en mis manos, y tratando de acostumbrarme un poco al ambiente. Mi movimiento debió llamar la atención de Percy, porque de pronto, sus rostro viró en mi dirección para echarme un vistazo.

Perdí el aliento cuando me fijé en sus intensos ojos mar. Lo primero que sentí fue admiración, lo segundo, envidia. Totalmente celoso de aquella mirada marítima, cautivante y arrolladora. Percy tenía esos ojos que hacían reír tontamente a las chicas, incluso a las más maduras como chiquillas enamoradas; y a aquellos chicos que les gustaba lo mismo que a ellas. El guitarrista de la banda inframundo, no tenía NADA que envidiar de alguien en su vida. Al menos, en cuanto a buen físico se refiere.

Lo saludé tímidamente, con un pequeño golpecito en el ala de sombrero. (¿Qué? Así nos saludábamos en el viejo oeste, ¿ok?) El chico me devolvió la sonrisa con desgana, ignorando los farfulleos de Leo sobre la importancia de haber estado calentado los dedos desde hace rato. Lo estudié silenciosamente, la camisilla azul que traía Percy estaba hecha para destacar y lucir su increíble musculatura y sus tatuajes, su cabello azabache es rebelde, y un mechón de color azul, roza una de sus cejas provocativamente.

- Hola de nuevo, - murmura hacia mí, y con un gruñido de esfuerzo, se levanta de la silla. - Ya, ya, Valdez. Ahora voy para abajo, ¿Lucas está abajo? Necesito hablar con él sobre algo...

- ¿Es sobre tu acosadora ex de nuevo? - Bromea Leo, enviándome una fugaz mirada divertida. - ¿Qué no has cambiado ya el número más de veinte veces?

- ¿Veinte veces? - repito con incredulidad, sin embargo, Percy no parecer mostrar atisbos de que sea una mera exageración. Oh, mierda, contras de ser famoso...

- Sí, veinte. - hace una mueca. - Creo que fueron más, en realidad. Como sea, iré abajo, ¿vendrás tú también?

- Sip. Leo piensa que seré de ayuda o algo así para ustedes los profesionales. - Digo, riendo algo inseguro. Me miró atentamente, y luego a Leo con una extraña mirada que no logré descifrar. Vuelve a mirarme con normalidad, sonriendo torcidamente.

- Okay. Pásala bien, hombre. - me dice guiñándome un ojo, y tengo que contener el impulso loco de soltar "Contigo puedo pasarla más que bien, si me lo permites".

¡¿Quééé?! ¡Está guapo y yo soltero!

Vamos, Will, ¡cálmate! (A veces me asustaba el parecido que tenía con mi padre en ciertos momentos como estos). Aún así, simplemente no podía dejar de pensar en el hecho de que eran estrellas de Rock, y lo que conllevaba a todo eso... Ya saben, todo eso de Drogas, sexo y Rock and Roll, especialmente la parte de sexo atraía bastante mi atención. Simplemente, la curiosidad hormigueante de conocer aquel mundo nuevo y pecaminoso, me abrumaba de formas inimaginables, y de pronto, mi mente estaba lleeena de ciertas imágenes muy atractivas.

Apostaba a que ellos lo hacían de la mejor manera. Descontrolada, desinhibida, y apasionadamente. Y lo mejor de todo, sin tontas ataduras que al final solo rompían el corazón. Sin tontas promesas, ni engaños. Solo sexo y diversión. Algo puramente físico. Oh, sí, boy, definitivamente aquello me atraía, (ya he tenido suficiente de noviazgos con papanatas ridículos y mentirosos). Lástima que Percy no se veía como alguien de sus mismos gustos, (tengo como un sensor para reconocerlos) una verdadera lástima.

Había estado tan concentrado en mis salvajes y cochambrosos pensamientos, que casi no llego a oír la repentina charla clandestina que iniciaron ambos miembros de la banda, (intentando inútilmente pasar desapercibidos) no obstante, alcance a oírlos con dificultad. Fingiendo que no los escuchaba al mismo tiempo, claro está. Hice como que estaba muy concentrado saboreando mi cerveza Heineken.

- ¿Lo intentaste de nuevo, verdad? - oí murmurar a Leo a Percy, dejando caer una mano sobre su hombre con sus labios cerca de su oído. Suponía que no debía oír, pero la curiosidad me obligó a prestar máxima atención a sus siguientes palabras. - Tú no aprendes, ya ni gastaré palabras contigo, hermano. Es así de sencillo, a algunos les gusta la banana y a otros el budín. Punto. Sencillo.

¿Qué clase de conversación era esa? ¿De qué estaban hablando? ¿Comida? Pero presentía que esto solo era utilizado como metáfora. Un tipo de simbolismo, que no lograba identificar aunque tenía la sensación de que era bastante simple.

- Yo... Yo solo creí que por fin... - balbucea, rascándose un lado de su cuero cabelludo con frustración. - No pensé que él fuera a... atacarme, normalmente me ignora, pero igual yo...

- Son unos idiotas autodestructivos. - Escupió el castaño, apretando sus dedos sobre el hombro de Percy como si con aquel gesto, contuviera sus ganas de darle más que un coscorrón. - No sé cuál de los dos es peor, siendo sincero. Ambos son peor que Niños caprichosos.

Percy dejó salir un largo suspiro de rendición, se zafó de la mano de Leo, y se dirigió hacia el pasillo, sin contestarle en lo absoluto.

- Ahhhh, - Leo también soltó una exhalación ruidosa, mirando a un punto cualquiera con ceño fruncido, para luego, encogerse de hombros como si se animara así mismo a darle igual el asunto; acto seguido, se giró de nuevo hacia mí rápidamente como si se hubiera olvidado de mí.

- Oh cierto. - se frotó las palmas de la mano con entusiasmo. - Tú también, sígueme. Te mostraré el lugar donde tu mejor amigo y sus secuaces, crearemos arte para tus oídos.

🌞~~

Cuando terminamos de bajar todos los escalones para llegar hasta el sótano, al primero que diviso al momento de repasar mi mirada para estudiar el ambiente de mi alrededor; es a un chico rubio lleno de piercings en los labios y con un cigarrillo colgando de ellos también, estaba acostado casualmente en el suelo (cubierto de alfombra color granate), en medio de la habitación, luciendo un rostro relajado y concentrado. Con las rodillas levantadas y los tobillos cruzados.

Sobre su pecho descansa su guitarra eléctrica de color beige, (la cual está conectada a un parlante cerca de él) un par de revistas están desperdigadas en el suelo cerca de su cabeza, de mechones rubios despeinados, y también un cenicero medio lleno. Por un momento me quedo algo estático, el riff suave y sensual que tocaba el chico, de repente hizo que cada terminación nerviosa de mi cuerpo despertara automáticamente, y me sorprendió que lo hiciera con solo oír un par de notas.

- Levántate del suelo hombre, tenemos visita - . Leo le ordena, dándole una ligera patada en sus costillas al pasar a su lado. - Haz brillo de tus buenos modales, ¿quieres? Eres el único que los tiene. Hazle ver por favor que no somos un montón de animales maleducados y ladrones como Nico en este grupo.

Sonreí con diversión, mientras Leo nos dejaba solos y se dirigía a su vez a ayudar a otro chico al fondo, que intentaba instalar torpemente las piezas de su batería. A su izquierda, Percy conectaba cables en ciertos agujeros de su respectiva guitarra de color azul, sin dejar de lucir algo distraído. Y me pregunté si ya habría resolvido aquello desconocido con Lucas. ¿Un problema con una ex? No debería ser tan difícil... Me quise dar una bofetada cuando recordé mis propias experiencias, ¡difícil era un eufemismo!

Pocos segundos después, el rubio del suelo, se puso sobre sus propios pies con un suspiro cansino; se volteó hacia mí con una sonrisa amable y educada. Y automáticamente supe, que él era el chico encargado de resolver los problemas de la banda siempre con un poco carisma.

- Hola, soy Jason Grace, uno de los guitarristas de la banda. - Will estrechó la mano cálida y firme que le pasó, mientras sus ojos se dirigían con curiosidad hacia la guitarra eléctrica que sujetaba con la otra mano. Ese instrumento, se veía jodidamente caro. - . Leo me habló un poco de ti, ¿listo para oír algo de Rock Heavy?

- Bueno, siendo sincero ya de antemano, es que no sé mucho de ese estilo. Pero supongo que, música es música al fin y al cabo. - me encogí de hombros, soltando una pequeña risa nerviosa. Ver la cantidad de piercings que Jason tenía en los labios, me causaba un raro mareo y la irrefrenable sensación de querer soltar escalofríos. - Veamos qué es lo que tienen muchachos. Sí logran hacer mover los dedos de mis pies al menos, (a un chico amante del country) entonces podrán conquistar cualquier público.

Jason sonrió en grande y asintió satisfecho. Me alegré internamente de haberle caído bien. Y más profundamente, lamenté que mi sensor no me dijera nada que pudiera ayudarme para tener algo con este guapo rubio enamorado de los pequeños alambrillos que decoran sus labios finos. Aunque tampoco me sentía tan decepcionado. Contuve una mueca de dolor, por mis partes nobles, al imaginarme ciertas cosas.

- ¡DE ACUERDO! - Leo llama la atención de todos de repente, se sienta pomposamente detrás de su batería sobre pequeña butaca, y en sus dedos giran un par de palillos que están listos para tamborilear y golpetear todos los tambores. - Probemos solamente que todo esté en orden, luego podemos volver a holgazanear y rascarnos nuestros traseros mientras Nico se rompe el cerebro tratando de vomitar letras... momento, ¿DÓNDE ESTÁ ESE EMO?

- ¡Oye! Más respeto hacia mi hermanito, Leo. - Oigo la advertencia suave de una mujer, proveniente de detrás de mí, cuando volteo, me encuentro con una hermosa afroamericana vestida con chándal y blusa holgada, acompañada de un gigantesco hombre con barba recién cortada que claramente, (por la mano apoyada en su cintura), que es su novio. - Y está viniendo a paso de tortuga, se veía muy concentrado mirando la lista de su recién comprado mp3...

- ¿Con que eso dijo ese canalla? ¿Comprado supuestamente? Ah, descarado... - No pude evitar el tono indignado de mi voz, casi rayando a la extrema incredulidad. La chica se fijó en mí entonces con sorpresa, y adoptando una expresión desconcertada. - El mp3 nuevo que tiene, es mío. - me explico. - Me lo robó hoy a la tarde. Cuando lo vea yo voy a...

La puerta se abre, y Nico aparece en el marco para luego bajar los escalones sin dejar de mirar la pantalla del mp3, está muy concentrado en ello. Y los pequeños mechones de la parte de arriba de su cabeza, se balancean con cada escalón que baja. Un repentino Dejavu me ataca con ese simple gesto y por un momento, me siento de nuevo como un niño.

- Este tipo sólo tiene country, pop y Britney Spears. Qué asco. - venía murmurando, sin alzar todavía la mirada para darse cuenta de mi existencia. - No me sorprendería si encuentro a Justin Bieber...

Doy dos zancadas apresuradas, y le quito finalmente mi mp3 de sus manos despreocupadas. Automáticamente, Nico levanta la mirada estupefacto sin entender al principio, pero cuando nuestras miradas se enlazan, la duda desaparece de ellos y es reemplazada por una mosqueada ligeramente irónica.

- Hey, estaba oyendo I love Rock and Roll de Spears. Maleducado. - me acusa, luego mira hacia Leo. - ¿Qué hace él aquí?

- Seré su juez. - me adelanto a contestar, sintiendo unas ganas irrefrenables de querer jugar. - Seré muy duro contigo, así que canta lo mejor que puedas o te daré una nota baja.

Por sus ojos pasa fugazmente una emoción. Pasó demasiado rápido para que pudiera identificarlo. Pero al hablar, su voz sonaba sospechosamente más ronca.

- ¿Me enseñarás a cantar? - Inquiere, la profundidad de sus ojos me deja momentáneamente en blanco.

- Puedo enseñarte... - no, no, no digas nada sugestivo con este idiota. - A cantar como se debe en vez de todos esos gruñidos y gritos salvajes.

Los labios de Nico se comprimen, se arrugan para contener una risa malévola, lo adivino por la diversión contenida que baila por aflorar de sus ojos. No tengo idea de qué estará pensando, pero presiento que no era nada santo.

- ¡Ya consiganse un cuarto! - Grita el chico llamado Lucas de golpe, causándome un respingo de espanto; casi me olvido que había más gente a mi alrededor. Frank ríe en voz baja, y choca los cincos con el roadie del comentario. El asiático tiene el bajo colgado de su hombro, y su novia se aleja para sentarse en un sillón marrón largo, puesto contra una pared

(Roadie. Los roadies, pipas o plomos son los técnicos y personal de apoyo que viajan con un grupo musical durante sus giras, y que se encargan de todos los aspectos de sus conciertos, N.A: pensaron que no había investigado para está historia, ¿Eh culeros? ¡Dame un voto por eso ahre! 😋)

- No, no, no, nada de cuartos. - Leo niega con regaño, pero un microsegundo después, su rostro brilla de malicia. - Todavía no, al menos. Primero ensayamos, ven aquí Nico. Cuanto más rápido empecemos más pronto estarás con tu solecito para iluminarte.

- ¿Quién dice que quiero estar con él? Estás delirando. - contraataca el italiano, con cara contrariada. Pasando cerca mío, sin darme otra mirada.

- Idiota. - Susurré, viendo su espalda alejarse, cruzándose con Percy en el trayecto, cuyos hombros se pusieron rígidos de repente, casi de forma imperceptible. Me causó una gran intriga, y empecé a meditar sobre un montón de opciones. ¿Enemistad? ¿Problemas de sociabilidad? O... Algo más... íntimo.

Me dirijo hacia el sofá donde estaba sentada la (nada parecida) hermana de Nico esperándome, ella me había llamado con un gesto amable, por lo cual me animo a sentarme a su lado. Me sonríe, sus ojos dorados brillando como si él sol estuviera iluminándolos eternamente. Se ve fresca y muy bien descansada.

- ¿Will, no? Me llamo Hazel. - nos damos la mano con jovialidad. - Soy la hermana del chico que canta gruñidos y esas cosas.

- Oh, sí. - carraspeé incómodo, sentí como que me había regañado sutilmente por haberme burlado de su hermano, y noté como mis mejillas se calientan por el bochorno. - Lo siento, solo me estaba burlando un poco de él... - apreté mi mp3 en una mano. - esta será la primera vez que lo oigo. - eso fue una mentira, pero no hacía falta decirlo.

- Te va a gustar. Soy más de música clásica y alternativa, - me cuenta - pero ellos son tan buenos en lo que hacen, que les gusta hasta a los viejitos más aburridos.

Asentí en acuerdo, y entonces el sonido agudo y chirriante del micrófono, suena hasta casi romperme los tímpanos. Lucas se disculpa por ello penosamente, y toca un par de teclas en su notebook y tablero de sonidos, hasta que parece resolverlo finalmente para Nico. Este da unos golpecitos al micrófono, luego dice probando:

- Un, dos tres, Leo es un elfo en secreto.

Un ligero murmullo de risas inunda la habitación, y Frank se pone detrás de él, cerca de donde estaba Leo sentado, quien gritaba insultos al azabache mientras daba pisotones y hacía sonar el bombo. Percy está cerca de Nico al frente, apretó un par de botones en su guitarra eléctrica, inclinó levemente la muñeca y pulsó el acorde que hacía vibrar mis entrañas. Solo unos segundos, pero encendió mi entusiasmo de anticipación. Jason está cerca de él, dos pasos más atrás, y mueve la cabeza de arriba abajo con una melodía que solo suena en su cabeza.

- Empecemos con algo suave. - anuncia Leo, y acto seguido, sus palillos empiezan a golpear los platillos. - Elastic heart, chicos.

- Alguien está sensible hoy, - se burla Nico, sujetando el micrófono que este a su vez es sostenido por una barra de hierro. E ignorándome deliberadamente, aunque era difícil, porque estaba justo delante suyo. Su puño se cierra sobre el palo, y llego a leer las sílabas "F-u-c-k" tatuadas en cada dedo. Me pregunto si debía tomarlo como una indirecta atrevida u ofensiva.

- Pero no tanto como tú, cuando escribiste esta canción. - devuelve Valdez, sin dejar de tocar los platillos con un golpeteo incesante. - Vamos, comienza.

(N. A/ Música en multimedia. Imagino la voz de Nico, así)

Y otro más muerde el polvo (cae derrotado),
oh, ¿por qué no puedo conquistar el amor?

- Y puedo haber pensado que éramos uno, quería luchar sin armas en esta guerra. - Su voz se eleva apenas iniciar con la letra, forzando su garganta en un crescendo perfecto, que me hipnotiza. - Y lo quería, lo quería mucho, pero había tantas banderas rojas (de peligro)

Él sigue cantando a capela, presumiendo de su áspera y baja voz. Los demás esperan prestando suma atención, los oídos atentos y las manos flotando en sus tablero de traste. Percy parece contar los segundos con un pie, y Frank envía una sonrisa a una emocionada Hazel con las manos entrelazadas cerca del pecho.

Ahora, otro más muerde el polvo.
Sí, vamos a ser claros, no confiaré en nadie.
Tú de ninguna manera quebrantaste mi espíritu,
todavía sigo luchando por la paz

Su voz me incita a imaginarme un montón de escenarios húmedos y calientes, en donde todo su cuerpo está a mi poder, con sus manos sujetando las sábanas de la cama, mientras sus sensuales brazos se flexionan y mis caderas hacen el trabajo, de hacerlo gritar mi nombre.

Ni siquiera me sorprendo de dónde han ido a parar mis pensamientos. Ni me molesta. Estaba demasiado ocupado siendo hechizado con su voz para que me importara un pito, que estuviera fantaseando sexualmente con mi antiguo rival. Y mientras su rostro se arruga de esfuerzo para dar con las notas altas, no puedo evitar imaginarme ponerle esa misma cara, al momento en que cierta parte mía se introduzca en cierta parte suya.

Tengo una piel dura (gruesa) y un corazón elástico,
pero tu filo, puede ser muy afilado.
Soy como una goma, hasta que tiras muy fuerte,
puedo saltar y me muevo rápido

Y cuando pienso que nada puede ser mejor que voz de barítono, entonces Leo reemplaza los platillos por los tambores y Percy HoT Jackson, empieza a arder el infierno con su guitarra eléctrica.

pero no me verás caer en pedazos,
porque tengo un corazón elástico,
tengo un corazón elástico,
sí, tengo un corazón elástico.

Mamá querida. Sújetame o lo violo. Sip, esa mismísima fue mi expresión mientras mi corazón daba un escandaloso y violento giro en mi caja torácica. El riff que inició Percy, dejando volar sus dedos rápidamente sobre las cuerdas, prendió cada terminación nerviosa de mi cuerpo instantáneamente, haciéndome incluso inhalar fuertemente de admiración. Combinado con el fuerte golpeteo de los bombos y tambores de Leo, punzando profundamente en mi pecho, aquello solo lo mejoró, para dar ese toque épico y sublime.

Era como una inyección de adrenalina directo a las venas. Te invitaba a saltar del asiento y hacer... Lo que sea, para liberar la emoción. Ahora entiendo cuando decían que los conciertos de Heavy, cruzaban hasta lo descontrolado.

Jason tocaba igual de sorprendente que Percy. Con semblante concentrado, e intenso, como si la vida dependiera de ello. Su riff parecía alabar y sostener las notas de su compañero, una base que lo sostenía. Y por supuesto, sin quitar mérito a Frank, los surcos que tocaba eran el sonido sensual que complementaban los riffs. Eran un buen equipo.

Y estaré en pie durante la noche,
y vamos a ser claros, no cerraré los ojos,
y sé que puedo sobrevivir,
caminaré a través del fuego para salvar mi vida.

Nico Di Angelo, era mucho mejor que el porno, cuando cantaba. Desde lejos, mejor que los pornos del pelado de Brazzers. Y a pesar de que sus ojos oscuros reflejaban todo excepto sumisión, estoy de seguro que resultaría muy divertido persuadirlo para tenerlo bajo mi posesión.

Tú de ninguna manera quebrantaste mi espíritu,
todavía sigo luchando por la paz.

Hey, bad boy, lo llamé en silencio, mis ojos clavándose en su seductora figura y en esos labios que provocaban los sonidos más celestiales y sensuales que alguien podría escuchar en su vida. Era imposible que yo, amante de la música, no cayera ante esto. Y rápidamente, todos mis sensores activaron sus alarmas automáticamente, y me pregunté cuánto me tomaría tenerlo.

Bueno, solo se trata de diversión, ¿no? Son buenos para eso. Y yo estaba listo para entrar en ese mundo.

🌞En el próximo capítulo:

-¿Esto es en serio? ¿Desde cuándo los mapaches comen cables con corriente? - Leo exclamó irritado. Perseus, seguía tocando el animal muerto y con olor a quemado con una vara. - No tengo más remedio que cancelar la fiesta maldita sea.

-¿Y ahora qué? - Percy preguntó desinteresado. Una idea afloró en mi mente, mientras sonreía entusiasmado.

- ¿Les gusta la cerveza de raíz?

Próximamente los sábados en Wattpad. 🌝🌚


🌞~~~🌞

Juro que casi "termino" al escribir a Percy tocando la guitarra no mamen. JODER QUE HERMOSO. ESE RIFF DE GUITARRA ES ORGASMO AUDITIVO. Si lo han imaginado tan bien como yo, es imposible que no se hayan mooooj... morido 7w7.

¿Qué? Les dije que publicaría los sábados 7w7 (el otro sábado no cuenta, ajá ajá, ejem) jajajja una promesa es una promesa. Rock será publicada los sábados... realmente intentaré que sea cada sábado...

Psd: Me pone nerviosa ver que tengo tantos nuevos lectores en esta historia. Lo admito. Temo por escribir mal, y eso me ha causado algo de inseguridad mientras escribo. Ah, pero he hecho lo que podía.

SON 5000 MIL PALABRA. Ahg, yo me prometí que serian sólo 3000 cada cap >:v así que merezco un votito. :3 Vota si te gustóbye. Loviu. Los amo desde el fondo de mi corazón lleno de gusanitos. ¡Gusanillos digan Hola!

Gusanitos: Hola, ¡Amer, sigue comiendo hamburguesas deja la fruta! >:v (y por eso tengo anemia T^T, soy víctima de ellos)

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