15🌞 Un amor de verano
Ellos estaban borrachos, y yo a punto de estarlo.
—¡Peeeeerrrcyyy! ¡Mi viejo, gip, mi viejo mejor amigo! Gip — Canturreó Leo cual Britney Spears, para luego lanzarse a los brazos del susodicho y empezar a sobar su mejilla contra la de él — Te quieeero, gip, hooombreeee. Joder, gip, ¡como te amo! Gip, ¡Puto hipo!
—Leooooo, — Percy correspondió el abrazo, sin soltar su vaso por lo que un poco de alcohol cayó sobre el muslo del castaño, quien ni se inmutó — ¡Soy un patán, un patán! ¡Perdón por decirte todas esas feas palabras! No es cierto que nadie te quiera, ¡Yo te quiero! ¡Me lanzaría desde el monte Everest sólo para demostrártelo! —aclama, para después, darle fuertes palmadas a Leo en la espalda.
Me reí. Sentado sobre la alfombra en el suelo del sótano, llevé una mano detrás de mi espalda para intercambiar mi postura a una posición más relajada, mientras la otra mano, sujetaba un vaso que contenía una peligrosa mezcla de whisky, energizante y una "sustancia secreta" que Leo no quiso contarme. Lo había preparado apenas bajamos aquí, y Percy, Cali y yo, habíamos sido lo suficientemente estúpidos como para beberlo, a pesar de los consejos de no hacerlo por parte de Hazel y Frank.
Pero bueno, la idea de emborracharme después de un largo tiempo tampoco me parecía tan mala. De vez en cuando, tenía que ser algo más liberal, ¿no?
A mi lado, Calipso se encontraba sentada en postura India y seguía luciendo una expresión huraña por el evidente desinterés que Percy había demostrado en ella durante toda la noche. Y honestamente, no sabía qué pensar muy bien sobre su situación. Por un lado, comprendía su enojo contra el guitarrista principal de la banda, por haberla ilusionado haciéndole ojitos y terminar tratándolo como a una planta más de la habitación. Pero por otro lado, era su culpa por haberse hecho esperanzas con un tipo que conoció por un par de horas.
Ah, pero como sea, se trataba de Calipso al final de cuentas, su don era enamorarse y desenamorarse de los mujeriegos. No había de qué preocuparse, mañana estaría llorando por otra cara bonita.
—¡Hey, hermano rubio! ¿Puedo hacerte una pregunta? — Me sobresalté exageradamente, y mi rostro viró al instante hacia el dueño de aquella voz un tanto familiar. Reconocí a Jason Grace delante de mí, quien había puesto una mano sobre mi hombro antes de sentarse a mi lado. — Oh, disculpa, ¿te tomé por sorpresa? — echó una risita despreocupada— Genial, ¿podría ser que Nico me transfirió alguno de sus poderes para asustar?
—Hey, apareciste prácticamente de la nada —me defendí, a la vez que me incorporaba un poco, ya que con el susto, casi me había caído de espaldas— Fue una reacción totalmente natural.
—¡Hola, Calii! — Jason me ignora para inclinarse a saludar a mi amiga, quien ni siquiera se molesta en mirarlo o cambiar su expresión mosqueada.
—Heyy... — ella se limita a responder desganadamente, a lo que Jason contiene una carcajada divertida, y vuelve a mirarme esperando una explicación.
—Está en su modo depresivo— me encogí de hombros—. Solo ignórala, ¿cuál es la pregunta?
— Oh, ¿has visto a Archie? —formó un mohín refunfuñado — He estado buscándolo desde hace media hora, pero no hay rastros de su cabellera rizada por ningún lado.
— Ah, sí. De hecho, sí lo he visto. — Asentí, a lo que Jason rápidamente mostró interés. Le hice un gesto vago para que no se ilusionara—. Se fue hace una hora, sus pies parecían estar flotando de tan rápido que corría. Le pregunté por su apuro, y solo me contestó que su mamá lo había llamado. — Le alcé una ceja con sospecha— ¿Es eso cierto?
Jason ignoró deliberadamente mi pregunta, sin embargo, demostró una enorme desilusión por mi noticia; ni siquiera se molestó en ocultarlo. Soltó un pequeño sonido frustrado a través de su garganta, y se dejó caer de espaldas contra el suelo con sus brazos extendidos de lado a lado. Sus ojos admiraron el techo del sótano por unos segundos, como si estuviera deseando que el concreto cayera y le aplastara la cara, después, los cerró, y dejó salir un último suspiro de derrota de sus labios.
Frente a nosotros, Leo procedió repentinamente a acariciar el pie de Hazel y a murmurarle proezas de veneración, a lo que naturalmente, Frank lo alejó, implantando la planta de su zapato sobre su mejilla; sin moverse ni un centímetro de su posición sentada sobre el sofá. Percy trató de quitar el pie del asiático inútilmente.
Aproveché el estado dormitante de Jason para estudiarlo. Buscaba indicios de su aspecto, que me dieran una idea de lo que podría haber estado haciendo con el pobre Archie. Pero, aparte de tener el cabello rubio más desarreglado de lo normal, no podía ver marcas de chupetones, mordidas, o incluso golpes en la piel desnuda de sus brazos o cuello. Me rendí con mi escrutinio un segundo después, a primera vista, lo único que podía asegurar es que se veía guapísimo como siempre.
— ¿Y bien? — intenté de forma verbal, Jason abrió un ojo para observarme de reojo y mostró una expresión inocente que no me la creí ni un segundo. — El pobre tenía la cara más aterrizada que había visto en un hombre. Parecía haber visto a la muerte en persona, en vez de una guitarra. Así que, ¿qué fue lo que le hiciste al niño?
— ¡Prácticamente nada! — Jason exclamó, e incorporándose ágilmente para quedarse sentado— Es en serio. Justo cuando estaba probando la cobertura del pastel... El estúpido Di Angelo se entrometió y ahora mi pequeña presa se escapó — terminó en un tono lastimero, sujetándose el rostro con la palma de sus manos, sumamente frustrado; pocos segundos después, su expresión cambió a una maliciosa—. Aunque bueno, no todo resultó en pérdidas después de eso...
Lo dijo con un susurro, luego soltó una pequeña risita indecente que me hicieron mal pensar un montón de situaciones con Nico y Jason de protagonistas. Pero, ellos no se enrollarían, ¿verdad? Ah, era un ingenuo. Piénsalo bien Will, ¿por qué no lo harían? Ambos eran atractivos, se conocían por años, y ninguno de los dos estaba comprometido en una relación. Tal vez habían aprovechado la situación de estar lejos de los paparazzis, y el estar lejos de sus compañeros de banda para...
Nico había perseguido inmediatamente a Jason después de todo cuando vio a Archie y Jason irse juntos hacia la casa. Nico podría haberlos detenido al encontrarlos de infraganti, así que, ¿Jason dejó a Archie por Nico?, ¿por eso Archie salió corriendo prácticamente llorando?
Observé a Jason por el rabillo de mi ojo, preguntándome seriamente (y algo irritado), por qué demonios la intriga me carcomía tanto y secretamente, trataba con todas mis fuerzas de ignorar una emoción bastante parecida a los celos. Era cierto que... tal vez hubiese tenido un; minúsculo, pequeñito, casi imperceptible, crush con Di Angelo de chicos pero... Ya no era el caso, sería ridículo pensar que aún lo sentía ¡después de tantos malditos años!
Mientras cavilaba, Leo había sacado su celular y ahora estaba tomándose fotos con filtro de gatitos junto a Percy. Detrás de ellos, aún sobre el sofá, Frank les ponía a ambos cuernitos con los dedos.
—¿Desde hace cuánto están así? — Jason miraba a sus dos amigos delante de él, con una tierna expresión de cariño.
Lo pensé un rato. Tal vez había transcurrido una hora y media desde la humillación pública que Percy había provocado a mi antiguo Bully de secundaria, Trey Stenson, y casi una hora que Leo y Percy se reconciliaron mediante una lata de cerveza; desde entonces, ambos mejores amigos habían seguido bebiendo más latas, hasta que ninguno de los dos pudo seguir manteniendo una cara resentida para el otro.
— Siendo honesto, no estoy muy seguro. — Respondí, rascándome la nuca de forma pensativa— Creo que me di vuelta un segundo, y luego ambos estaban profesando su amor públicamente. Leo incluso intentó poner una tuerca en el dedo de Percy como anillo de compromiso.
Jason dejó salir una pequeña risa en respuesta, y su perfil habitualmente rudo, se relajó considerablemente; haciéndole verse un poco más joven.
—Entiendo. Me alegra de que al fin se hayan reconciliado — Dijo, formando una cálida sonrisa que obligó a mis ojos a descender hasta sus labios, los cuales ahora noto, que están ligeramente sonrojados e hinchados.
Como un inusual hundimiento de pecho, siento de golpe, algo extraño dentro de mí crecer y extenderse hasta afectar superficialmente mi ritmo cardíaco; es una sensación amarga y mezquina, que me hace apretar la mandíbula ¡y me desorienta tanto!, que cuando Jason vuelve a hablar, tardo unos segundos en darme cuenta de que se dirigía a mí
—Por cierto, Will...— Pronunció, rozando a la vez, su hombro con el mío— ¿A ti te gusta nuestro vocalista principal, verdad?
¿Ah? ¿Ya estaba borracho? Sí. Debía ser eso, porque no pude haber oído correctamente: eso. Alcé la mirada lentamente, hasta que mis ojos se quedan absolutamente clavados con estupor, en los orbes azul eléctrico de Jason Grace. Definitivamente me tomaba el pelo. Pero Thunder knight, se me quedó mirando expectante, con el humo de los cigarrillos aglomerándose alrededor de su brillante pelo rubio, mientras yo trataba de entender la simpleza de una pregunta cómo un perfecto tarado.
Momento, ¿sí preguntó eso? OhNo. ¡No estaba preparado para tal interrogante! ¡Demonios había sido demasiado directo! Tanto, que uno pensaría que solo fue una broma, sin embargo, lo había dicho con demasiada seriedad para que lo fuese.
—¿Disculpa? — Al final dije, sin saber qué más improvisar— Eh, lo siento... — mis hombros se desplomaron — Creo que no he comprendido la preguun...
— ¡Me refiero a un gusto sexual por Nico!
Mis dientes chocaron de golpe, y sentí vergüenza ante el atrevido Jason, mientras respondía:
— Ya. De acuerdo. Lo he entendido.
Jason amplió su sonrisa, y nuevamente, se me acercó aún más. Lucía emocionado. Yo estaba repentinamente nervioso. Miré a mi costado, Calipso estaba completamente ausente de nuestra conversación, así que probablemente no había escuchado o estaría flipando como yo. Mientras tanto, alguien había encendido otra vez el karaoke detrás de nosotros, y Percy y Leo estaban pidiendo a Hazel que cantara algo; la chica simplemente negaba entre risas.
— Nico...— lo nombró Jason, desviando de vuelta mi atención — Él no quiere que nadie lo sepa. Así que, me gustaría que luego finjas no saber de esto, por favor. Descuida, no es nada muy grave, es solo que a nuestro pequeño rey de la oscuridad, le saca de quicio que se metan en su vida privada. Entonces, ¿guardas bien los secretos, Will?
— Sí— contesté con seguridad, por lo que el rubio sonrió mostrando su conformidad.
— En los últimos meses, Nico se excedió, por muchos factores, consiguiendo en consecuencia, un severo cansancio mental, lo que trajo un par de problemitas de ansiedad, que acarrearon un bloqueo de inspiración, lo cual, además, empeoró en demasía su ya casi insoportable crisis — alzó un dedo, y empujó su mejilla a un lado, agregando—: Como un juego de dominó. Nico fue cayendo.
Estaba sorprendido por la noticia, Nico siempre había parecido intocable encima de su magnífico trono de huesos, mirando a todos por debajo de su mentón, como si los problemas mundanos no fuesen nada para él. Entendía que cuidara tan bien esa imagen ahora, pues tomando en cuenta dentro del mundo en que vivía, si aquellos monstruos del odio lo supieran, estaba seguro de que aprovecharían y utilizarían todas sus armas para hacerlo trizas. Y claramente, él también sabía esto.
Apartando ese hecho, también estaba asombrado, de que Jason pudiese utilizar un tono tan serio y formal. ¿No había dicho Leo que estaba estudiando derecho? El contraste de sus dos personalidades, incluso lo hacían parecer más enigmático.
— Leo cree que podría gustarte Nico. Incluso ya ha hecho apuestas sobre ti con Percy, ¿sabías? — No me dejó responder, ya que inmediatamente él continuó hablando — Es por esa razón, y otras, por la que me estoy arriesgando en pedirte esto, Will.
—¿Qué cosa? — susurré, con mi corazón de pronto, poniéndose completamente alocado dentro de mi tórax. Jason entrecerró sus ojos, y dijo:
—Una aventura de verano.
Mis cejas se elevan, con lentitud hasta mi coronilla, un rato después, cerré los labios al darme cuenta de que me he quedado con la boca abierta de forma bastante patética. ¿Realmente él ha dicho eso?
Ni hablar.
— Creo que por fin estoy borracho. Porque estoy empezando a oír cosas muy raras — Se me escapa de los labios. Inmediatamente, doy un largo, muy largo trago a mi bebida hasta vaciar mi vaso. — Ups. Terminó. Iré por otra bebida, ¿tú también quieres otro?, vuelvo enseguida...
Pero justo cuando iba levantarme y huir, Jason coloca una mano sobre mi hombro, y me inmoviliza en mi lugar nuevamente. Esos músculos no eran solo un adorno después de todo.
— Nuestro vocalista principal está tan estresado y muerto de inspiración. ¡No puede escribir una sola estrofa! ¿No sería fantástico que un guapo vaquero lo ayudara? — de nuevo no me da tiempo a responder, él rápidamente continúa hablando—: Claro que nosotros podríamos darle una mano, pero es demasiado terco para dejarnos ayudarle a escribir sus canciones. A pesar de que esto incumbe a toda la banda.
—¿No pueden contratar simplemente a otro escritor...?
—¡Eso significaría muerte súbita para la banda! — Jason exclamó inmediatamente— Nico se enojaría tanto, y luego nos abandonaría. Y no podemos prescindir de él, sería como que Francia renuncie a su torre Eiffel. Su mayor atractivo turístico. Sería nuestro fin... — me observó un rato, y agregó—: Leo dice que puedes ayudarlo. Por eso vinimos aquí. Y viéndote en acción en el bar... Creo que tienes talento. Casi tan bueno como el de Nico.
—Gracias... supongo.
—¿Por cuánto lo harías?
—¿Disculpa? — Él hablaba tan rápido que empezaba a aturdirme. Yo necesitaba pensar, necesitaba rumiar un poco, pero cada vez que intentaba abrir los labios para decir más de dos palabras, él volvía a atacar; sin preocuparse en lo más mínimo por su desfachatez.
—Escuché que estás juntando dinero para la universidad. Dime un precio, y te pagaré — ofreció con naturalidad— No te pido que seas su novio, solamente que busques la forma de ayudarlo a escribir y lo ayudes a liberar estrés...
—¡NO VOY a... — bajé mi voz exaltada y miré detrás de mí, cuando me hube cerciorado de que Calipso aún no me oía, continúe—: ¡No voy a prostituirme para Nico! Escucha, en primer lugar, ¡ni siquiera me cae bien! En segunda, si quisiera dinero fácil se lo hubiera pedido a mi padre. Mejor contrata a otra persona de los Ángeles, para que vuele hasta aquí y haga lo que estés pidiéndome.
—¿Tú te niegas?
—¡Por supuesto que sí!
—Ya veo, — Jason respondió, sin perder el brillo austero de sus ojos — Entonces, déjame contarte algo más, que podría hacerte cambiar de opinión.
Lo vi adoptar una expresión confidencial de repente, y sentí sus muslos rozando los míos suavemente mientras se acercaba aún más a mí, con la pretensión de dejar caer un secreto. Sus labios acariciaron mi oreja, pero no fue el gesto, lo que me provocó escalofríos, sino sus siguientes palabras:
— A él también le gustas...
Sentí que se me paralizaba el corazón, y no en el sentido más ridículamente cursi de la palabra, incluso mis pulmones dejaron de funcionar. Todo dentro de mí se detuvo en shock. Excepto mi mente, el cual se había convertido en un revoltoso barullo de voces repitiendo las palabras de Jason, mediante un montón amplificadores de alta potencia. Solamente dijo eso, y luego volvió a apartarse para estudiarme.
— ¿Por qué crees eso? — fue todo lo que pude sacar de mis labios.
— Ayer, cuando fuimos al bar donde trabajas. Leo empezó a bromear con Nico sobre seducirte. Él le dijo: Que no se entrometiera, o haría las cosas muy raras entre ustedes. — Jason esbozó una sonrisa burlona— ¿Te das cuenta? Él no negó que estuviera intentando algo contigo.
Me sentí ridículo, cuando sentí algo de felicidad por la declaración. Jason siguió sin inmutarse:
— Es verdad que no debería estar contándote esto, pero un pequeño empujoncito de mi parte no le hará mal a nadie, ¿no crees? Sólo acelero lo inevitable.
Entonces, Hazel decidió en ese momento, que si cantaría. Su abrupto salto hacia arriba para levantarse del sofá llamó mi atención, y la miré algo atontado, mientras trataba de reflexionar lo que Jason me había confiado. La chica dejó su coca cola a Frank, y se arregló el pelo y el escote de su top celeste.
— ¡Bravo! ¡Bravoooo! —La vitoreaba Leo, agregando aplausos y silbidos que fueron acompañados por los de Percy, y algunos invitados que se habían refugiado en el sótano con nosotros. — ¡Dedicame una canción, gip, preciosa! HAZME LLORAR.
— Basta, basta — Hazel trató de tranquilizarlo, pero fue en vano, Leo no dejaría de gritar hasta que tarde o temprano, cayera en su profundo sueño de borracho junto con Percy Jackson. — ¿Alguien puede pasarme el micrófono?
—Te refieres a que... — inicié luego de un rato, sin mirar a Jason y solo concentrándome en la hermosa Hazel, acercándose hasta el improvisado escenario para cantar— Solo... debo ayudarlo a escribir, es todo...
— Y a liberar endorfinas, ¿tú sabes cómo, no, doc? — Jason sonó divertido — Oh, no me vayas a decir que es demasiado feo para tus estándares. ¿Quién no quisiera comérselo? ¡Oh, hablando del rey de Roma!
Mi cabeza se gira de inmediato para buscarlo. Siento que he estado al borde de un patatús, al pensar que Nico había estado oyéndonos a hurtadillas. Pero ese no era el caso, el azabache apenas iba bajando las escaleras cuando lo divisé. Sus oscuros ojos se deslizaron por toda la habitación al tocar suelo, y se detuvieron al encontrarse con los míos. Al instante, supe que Nico estaba más molesto que seis mil demonios del infierno confinados en su delgado cuerpo. Definitivamente algo había ocurrido.
No se demoró mucho en mí, casi de inmediato, los ojos de Nico se movieron y cayeron sobre el otro rubio a mi lado. Jason lo saludó, y la cara de Nico se tornó agria de súbito, como si hubiese lamido limón.
—Oh, él aún se ve tan molesto — Jason soltó a mi lado, rompiendo en carcajadas.
Aquello pareció enervar aún más a Nico, quien de improviso empezó a caminar en nuestra dirección, con pasos pesados que parecían ser capaces de abrir un hoyo en la tierra para invocar unos zombies que acabarían por matarnos a todos para su placer. Pensé que se detendría cuando llegara delante nosotros, para darle una patada en la cara a Jason o algo por el estilo, sin embargo, pronto noté que su intención desde el principio, había sido el de pasar de largo e ignorarnos. Lo hubiese logrado, de no ser porque en el último segundo, Jason estiró un brazo hacia delante y agarró la muñeca de Nico para detenerlo.
La reacción de Nico fue equivalente a cuando le estiras la cola a un gato. Casi pude ver sus pelo azabache ponerse en punta, y cuando habló, fue mediante un siseó furioso:
— ¡No me toques!
—¡Owww! ¿Alguien sigue enojado porque no pudo acabar? — la voz de Jason era entrañable, y a Nico le provocó un rubor de furia sobre sus mejillas— Pobrecito, ¿te duele mucho?
—Dije. No. Me. Toques. — Nico propinó un golpe, por cada palabra que decía sobre el agarre de Jason en su muñeca. — Maldito egoísta, imbécil, asqueroso, atrevido, depravado hijo de perra. Muérete. Muérete. Muérete. ¡Suéltame!
Jason lo soltó entre risas, y Nico se limpió duramente la muñeca con su mano como si el rubio le hubiese dejado gérmenes contagiosos. Luego, me miró de reojo con cautela, como esperando a que fuera a atacarlo igual que Jason. Yo estaba más ocupado tratando de encontrarle un sentido no tan indecoroso a las palabras de Jason, y fallando abismalmente en el proceso. Ahora, era más difícil creer que no había ocurrido algo entre ambos.
Al cabo de un rato, Nico volvió a fijar su atención en el guitarrista, sus ojos se oscurecieron, pero no de la forma seductora que uno se imaginaba. Incluso dio algo de escalofríos.
— Muérete Grace — Gruñó, en voz grave y cargada de tanto odio, que me pareció extraordinariamente raro que Jason siguiera sonriendo inmutable. —No me toques, no me hables, y métete un pepino hasta asfixiarte.
—Carpe diem, Nico. Ya te he dicho lo que debes hacer ahora para solucionar tu problema. — Jason le dijo, e inclinándose sutilmente en mi dirección —¿Te sentarás con nosotros?
Nico le envió una última mirada llena de odio a Jason, y luego siguió con su camino, sin lanzar hacia mí, siquiera la sobras de su atención. Lo vi marcharse, saltando sobre las piernas estiradas de Jason y Leo, para llegar hasta la esquina más alejada del sofá, en donde se sentó a lado de Frank. Su codo se instaló sobre el apoya brazos, y luego tenía su mentón descansando sobre la palma de su mano, mirando en dirección a su hermana a punto de cantar una canción; con el vitoreo de todos para animarla.
El asiático le invitó de su bebida de inmediato, Nico lo rechazó cortésmente.
—¡Canta una canción de Arianna, Haz! —Jason gritó repentinamente a mi lado, exaltándome en el acto.
Hazel le alzó el pulgar arriba, sonriente, mientras el roadie de la banda, Luc, se adelantaba a buscar lo pedido. Un momento después, la suave y sensual melodía de God is a woman, suena por los altavoces puestos alrededor del sótano y la voz de Hazel no tarda en aparecer. Es casi idéntica a la de Arianna incluso, oyéndose aguda y afinada a pesar de estar cantando en vivo. Wow, ella no tenía nada que envidiar a su hermano, su canto era glorioso, ¿por qué no era cantante? Definitivamente era por decisión propia, pues recursos para hacerse famosa no le faltaban.
https://youtu.be/kHLHSlExFis
Las personas que habían estado distraídas, conversando con los miembros de su grupo, giraron sus cabezas de inmediato para observala con expresiones de admiración; pues es lo que sucede cuando tienes talento, inevitablemente, te conviertes en el centro de atención. Hazel parecía consciente de esto, así que mejoró sus coros, dándole un poco de originalidad a la canción. Los tonos altos ni siquiera le hacían poner cara de esfuerzo. Ella era impresionante. Y fijándome en la sonrisa llena de amor de Frank, él también lo pensaba.
—"Y yo, lo siento al paso de la medianoche. Un sentimiento que no puedo pelear..."
Luché por mantener mis ojos sobre Hazel. Incluso considere sostenerme el rostro con las manos para mantenerme mirándola. Pero simplemente, era imposible, frustrante, porque mis ojos siempre terminarían de nuevo sobre Nico. A cada rato, a cada segundo, recordaba y obligaba a mis ojos a dejar de contemplarlo, sólo para volver con la mirada hambrienta, y absorber cada mínimo detalle de su rostro. Había cerca de veinticinco personas dentro de este sótano, y yo solo podía verlo a él. Era como si fuese imán, y mis ojos simplemente acatasen la física de su atracción.
Así que me rendí en un momento dado, y en su lugar, empecé a buscar imperfecciones superficiales que pudieran desilusionarme de él. Cualquier cosa, busqué una nariz torcida, o una verruga que fuera asquerosa. Lamentablemente, no estaba encontrando nada de eso, al contrario, solamente me confirmaba cada vez más, que era demasiado guapo para que fuese justo para el resto de los hombres. Y no sólo guapo, también talentoso, no sólo atractivo, también elocuente. Incluso su forma de sentarse era tan elegante qué molestaba.
Parecía que Dios le obsequió toda la belleza del mundo a Nico, y al resto de nosotros los mortales, simplemente nos dio palmaditas en el hombro deseándonos buena suerte con las migajas que sobró.
Ah, qué injusto, Dios. ¿Por qué pones semejante manzana prohibida delante de mí? Es imposible no tentarse, suspiré, mientras mi corazón se aceleraba. Y como si lo que sintiera fuera poco, o como si Dios me hubiere escuchado y decidió que sería divertido hacer que su creación más bella jugara un poco conmigo: Él me miró. Sus ojos negros como el petróleo se movieron hasta encontrarse con los míos, azules, cuyo color jamás podría penetrar tal oscuridad.
¿Qué se supone debe hacer el hombre promedio en estas circunstancias? Cuando un hombre de tal calibre como Nico te observa. Concentrarse en respirar resultaba un buen inicio. ¿Qué buscas de mí? ¿Es lo mismo que yo?, trato de decírselo con la mirada, aunque no espero que lo entienda. ¿Te has olvidado que nos odiamos? No quiero desearte...
—"Así que bebé toma mis manos. Salva tu alma. Podemos hacer que dure... tómalo con calma".
Y de pronto, sus labios se curvan para mí, formando una lenta sonrisa provocativa con un claro mensaje retador.
Ah... Sí, cómo quería darle una mordida...
Y puedo decir que sabes que yo sé cómo lo quiero...
🌞~~🌞
Son alrededor de las cuatro de la madrugada cuando empiezo sentirme algo mareado, sosteniéndome con una mano mediante la esquina de una mesa, y preguntándome vagamente sobre el contenido de aquella bebida que Leo me había servido. Sea lo que haya sido, no tardaría en tumbarme al igual que a Calipso, quién ya se había quedado plácidamente dormida sobre el sofá del sótano. Percy y Leo habían perdido el conocimiento una hora después del canto de Hazel, y cayeron dormidos allí mismo donde estaban. En cuanto a los demás, no recordaba. Había estado más ocupado tratando de borrar pensamientos obscenos con respecto a Nico.
Percy no pudo cobrar su premio ahora que recuerdo. Bueno, no creía que Merce le hubiese puesto una fecha de caducidad a su oferta. No a ese espécimen viril.
Mirando a mi alrededor mientras me tomo un vaso de agua, que esperaba limpiera algo del alcohol en mi sistema, noto que la mayoría de las personas ya se han marchado, y la casa se encuentra un tanto vacía. Sí, aún quedaban algunas personas hablando en la sala, y en el sótano, hombres en un coma etílico por aquí y por allá, pero la cocina y el jardín, por fin se habían despejado. Tenía un un poco de paz, y silencio, para que mi cabeza tuviera un respiro.
Demonios. Dejé el vaso con un golpe sobre la mesa, y sujeté un lado de mi cabeza con una mano. Mierda, sí que dolía. ¿Qué mierda me diste elfo loco?
—¿Te sientes bien?
Aparté mi mano y me giré hacia la voz instante. Aquí estaba Nico, el dueño de mis pensamientos sucios, a un metro de distancia de mí; demasiado cerca y demasiado lejos al mismo tiempo, como a mi me gustaría. No se veía preocupado por mí, más bien curioso, divertidamente curioso. Me dí cachetadas mentales para dejar de comérmelo con la mirada.
—Sí — contesté, sí lo veía a los ojos me sentía superado, así que me fijé en algo por encima de su hombro para hablar— Un poco mareado pero bien. No esperaba que la bebida de Leo fuese tan fuerte, ¿sabes si no le ha puesto alguna droga? —pregunté, con un deje preocupado que apenas ocultó mi voz divertida.
—Las drogas están prohibidas dentro de la banda— Nico aclaró. Yo solté un suspiro de alivio, luego, sentí que me miraba fijamente, por lo que empecé a ponerme nervioso, al cabo de un rato, dijo—: ¿Quieres que llame a un taxi?
— Los taxis no trabajan los domingos aquí —murmuré, apretando la esquina de la mesa cuando sentí que el piso se inclinaba. —Día libre.
—¿No? Eso es ridículo... Oye...
No me di cuenta que había estado cayendo hacia un lado, hasta que Nico me sostuvo agarrándome del antebrazo con fuerza.
—Alto ahí vaquero — Nico se burló, y entonces viré mi rostro, para quedar cara a cara con él. —¿Ibas a algún lado?
No pude ni formular dos palabras. El rostro de Nico estaba tan cerca del mío, sentía que iba a estallar si no me alejaba pronto, pero aunque sabía eso, mi cuerpo no hacía caso a mis advertencias. Tan sólo era capaz de admirarlo en silencio, embebiéndome de su cercanía. ¿Sus labios siempre fueron así de rosados?, ¿qué hay de sus pestañas? Negras como hilos de petróleo seco.
Recuerda lo molesto de su personalidad, recuérdalo, me dije, es un egocéntrico, patán, presumido.... Y un sexy idiota. No estaba funcionando. Y sorprendemente él se acercó más. Y aún más. Tanto que sentí su cálido aliento sobre mis labios, su cadera rozando la mía, sus dedos aflojando el agarre sobre mi antebrazo para deslizarse en una suave caricia hacia abajo hasta mi muñeca, creando piel de gallina en su camino.
Es el alcohol, intenté de vuelta, está científicamente comprobado que el alcohol sube el libido de las personas, por lo que yo en realidad no estaba excitándome por Nico, sino que era a causa del alcohol. Y por la misma razón, mi otra mano había encontrado la valentía para estirarse hacia arriba y dejar caer mis dedos sobre su inmaculada mejilla. Con temor a espantarlo, acaricié su pómulo con suma delicadeza, se sentía suave sobre las yemas de mis dedos, y me hicieron desear tocar más partes de su cuerpo para comprobar si era así de suave en todos lados.
No fui consciente del tiempo que transcurrió mientras estaba contemplándolo, sólo que de un momento a otro, ya no veía sus ojos, sino sus carnosos labios entreabiertos, con aspecto tan provocativo, que si lo quisieran, podrían tenerme esclavizado por años. ¿Me permites probar un poco?, quise preguntar, pero estaba seguro de que no lograría soltar más que un balbuceo. Entonces, cómo si mi anhelo hubiese hablado por sí mismo en la mente de Nico, este se acercó hasta mi oreja, solo para susurrarme osadamente:
— ¿Cuánto más me harás esperar?
Tragué saliva, y acorté la distancia de nuestras bocas en un solo movimiento. El primer beso fue un roce suave, provocativamente corto, sumado de otros sensuales roces lentos que le siguieron rápidamente. Húmedo y cálido, con sabor a whisky, nuestro beso inició calmado y juguetón, del tipo que luego se profundiza en uno más apasionado y frenético. Lo sostuve del mentón para tener poder sobre su boca, y me adueñé de su labio inferior para darle un par de mordiscos entre besos.
Nico agarró un puñado de mi camiseta, y me jaló contra su cuerpo de forma brusca, su otra mano, se deslizó alrededor de mi cadera hasta estirar la cinturilla de mis pantalones y eliminar cualquier minúsculo espacio que pudiera haber aún entre nosotros. Dejé de sostenerme mediante la mesa, y en su lugar, apoyé la mayor parte de mi peso para acorralarlo contra este. Mis dos manos rodearon cada lado de la mandíbula de Nico y se sintió como sostener diamante pulido en mis manos. Sin dejar de besarlo, sentí mis pantalones empezando a ser incómodos. El sueño, y el dolor de cabeza de antes, simplemente se esfumaron.
Probé su lengua luego de un rato. Él me la ofreció gentilmente acompañado de pestañas caídas. Igual que el beso, nuestras lenguas se tomaron su tortuosa lentitud para conocerse, explorarse y entenderse. Pronto lo lograron, y casi me hicieron perder los sentidos por las sensaciones placenteras que me provocaban. Pero Nico de por sí, sabía besar tan bien, no cabía duda que tenía más experiencia que yo, solamente con un roce podía hacerme tener de rodillas: ya me estaba haciendo jadear, y temblar.
Podría haberme quedado así por horas, solo devorando los labios de Nico hasta que me dolieran los huevos, pero entonces, sus manos bajaron hasta mi bragueta y comenzó a desabrochar un botón. Sujeté sus manos para evitarlo.
—Espera... — detenerlo fue lo más jodidamente difícil que había hecho en mi puta vida, quería tirarme un tiro a la cabeza, y luego caer de un barranco. No sé cómo demonios pude hablar. — Hay personas aquí.
Miré mi alrededor cuidadosamente luego de decirlo, en tanto trataba de mejorar mi respiración. Es cierto que no parecía haber moros en la costa, pero uno nunca sabía, y la idea de ser grabado mientras cogía no me emocionaba tanto. Nico se apartó un poco solo para mirarme, su expresión lasciva, cambió a una de burla cuando confirmó que hablaba en serio.
—¿Y? ¿Eres tímido, Will?
—Deberíamos... — dudé, volví mis ojos sobre los suyos, y dije en un murmullo—: ir a tu cama.
Nico pestañeó viéndose sorprendido, y al siguiente segundo, él estaba soltando una estruendosa carcajada burlona por mi pedido. Eso me hizo sonrojarme fácilmente de vergüenza, ¿qué dije mal?
—Oh, ¿necesitas de una cama para tener sexo? — su sonrisa era diabólica— ¿Acaso eres un romántico cliché, Will?
—No— fruncí el ceño, quería darle un mohín indignado— Solo soy un hombre cuerdo y preocupado por la higiene y su imagen. No quiero tener un video mío en XVIDEOS para que un montón de pervertidos se masturben con mi cara.
Nico alzó una ceja con gesto pensativo, la idea parecía atraerle, hasta se mordió el labio. Me aparté de él indignado. ¡Era un pervertido! Solté un ultimátum:
—Pues esa es mi condición, o me llevas a una habitación o me largo ahora mismo. Tú eliges.
Elige la primera opción. Elige la primera opción. Por amor a todos los bebés italianos del mundo. ¡La primera!
Nico frunció sus labios, parecía estar conteniendo otra carcajada. Se quedó callado durante un rato para cavilar, en el cual sentí que iba a morir por la espera. Yo solo quería volver a besarlo, incluso si no teníamos sexo no me molestaría, (aunque claro que no me negaría si lo pidiera) tan solo quería regresar con sus labios, ¿por qué nos alejamos de repente? La distancia me parecía tan dolorosa ahora.
Entonces, Nico dio un completo repaso de mi cuerpo, cual cocinera decidiendo si valía la pena arriesgarse a llevar tal trozo de carne de la vitrina, pudiendo resultar tanto deliciosa como asquerosa.
Al final, solo sonrió y dijo:
—Ven.
Lo sentí como un disparo en mi corazón.
Guiño. Guiño.
Solo una orden, y me empezaron a temblar más las piernas, mientras seguía a Nico en dirección a las escaleras. Con cada paso que dábamos al frente, mi corazón daba un salto como esquizofrénico dentro de mi pecho. OhporDios. ¿Realmente iríamos a su cuarto? Tranquilo, Will, todo está bien. Eres un hombre adulto y viril frente a otro, con más experiencia sexual que tú, es todo. Pero al final de cuentas, todo se trata de ponerla bien y darle, ¿no? Claro que sí.
Momento, ¿hace cuánto no me he depilado mis partes íntimas? ¿Estaré como un bosque? ¿Qué tal mi aliento?, ¿y mi ropa?, ¿Qué bóxers traigo hoy? Nico había estado hablándome, no escuché ni dos palabras mientras subía los primeros escalones.
—¿Perdón? ¿Qué dijiste? — ¿Por qué mi voz sonaba tan aguda?
—Dije que tengas cuidado, alguien dejó caer cerveza...
Mi pie se resbaló a causa de un extraño líquido y perdí balance, mi rodilla chocó contra el escalón provocando dolor lacerante y luego mi cabeza fue de bruces a golpearse contra la pared. Caí al suelo inmediatamente después de eso, con los músculos inmóviles y mis ojos de pronto, espectacularmente pesados tratando de cerrarse para dormir.
—No me jodas — oí a Nico decir furioso entre la nube de inconsciencia, corriendo hasta mí para voltearme boca arriba— Oh no. ¿Dos veces? En serio.
No entendía de lo que estaba hablando, ¿dos veces sin que? Lamentablemente, no pude preguntarle a qué se refería, porque al cabo de unos segundos, simplemente todo se puso negro.
Me desmayé.
🌞~~🌞
Próximo capítulo. Un paseo al aire libre.
🌞~~🌞
Ahora un poema con rimas :3
Mi sis es hermosa,
porque es bien nalgona.
Y aunque es bien culera,
para mi es perfecta.
¡Oh mi hermosa sis!
Baila cual cisne en mi corazón,
dándole sazón a mi calzón.
♡♡♡♡
Nos vemos en sol, lectores.
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