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extras II

“CUCHICHEOS…”

Ó

“Cuando se unen las mujeres

puede ser peligroso… y

traumático”

Un pueblo unido es un pueblo

fuerte, y de eso Berck está

seguro, aunque hay algunas veces

que la unión de unos y otros

puede llegar a ser… fastidiosa.

Como un grupo de chicos y sus

bromas, los cuales por cierto ya

no las han practicado desde su

castigo, o al menos no tan

elaboradas o peligrosas, pero no

estamos refiriéndonos a ellos,

sino a otro grupo más conocido

en Berck, quizás desde que la

misma aldea se fundó, y también

quizás también temido.

No, tampoco son los dragones,

ellos ya son parte de la gran

familia que es la aldea, aunque

aún hay varios que aún se sienten

un poco reticentes a la idea de

convivir con sus antiguos

enemigos, es extraño como este

cambio tan radical se ha dado y

aceptado, como si esto hubiera

predestinado a ser, todo gracias a

un chico y su dragón, pero no se

quejan, ya que en el fondo saben

que esto es para mejor.

Ahora, a quien nos referimos,

pues a aquellas damas que son

uno de los eslabones vitales de

cualquier sociedad, madres y

señoras de casa, y también

guerreras, pero que no olvidaban

su lado maternal.

Ellas crían a los futuros

guerreros, son el lugar cálido

donde los esposos saben que les

espera al regresar de un largo

viaje o batalla y donde los niños

buscan consuelo, pero no todo es

dulzor y cariño, también son ellas

quienes ponen en orden la casa y

utilizan armas tan sofisticadas

que los hombres apenas pueden

comprender, lo que científicos

llamarían más adelante como

chantaje emocional, intuición

femenina, o incluso psicología

inversa.

Oh, cuando se juntan, pueden ser

una fuerza que jamás quisieras

enfrentar, y es algo que ocurre en

casi todas las sociedades.

Las mujeres se juntan, amigas y a

veces no tan amigas, hablando

por hablar o contando anécdotas

para reír y burlarse un poco

entre ellas o personas fuera de

ellas, es divertido y de cierta

forma sienten que les da cierto

poder, ningún hombre desea

saber a ciencia cierta de que

hablan algunas veces, tal vez

demasiado complicado para ellos,

pero saben que en el fondo les da

curiosidad y hasta ansiedad.

El mundo de las mujeres podría

llegar a ser peligroso para ellos,

quienes utilizan puños y espadas

para atacar, y escudos para

defenderse, pero las mujeres

pueden utilizar suficiente ingenio

para dañarse de forma más sutil

pero algunas veces mucho más

dolorosa que un cuchillo, sus

palabras pueden ser como dagas

invisibles, que cuando se encajan

no sabes cómo desacerté de ellas

por que no vez el arma o la

herida para curarla.

Por eso es que los hombres

normalmente evitan a las mujeres

cuando andan en ese ambiente de

grupo, y por eso se sorprendió

más de uno cuando cierto grupo

de mujeres, mas halla de la

curandera, la costurera y la

anciana sabía que visitaban a

Hiccup en la casa de Stoick con

naturalidad para sus revisiones y

compra de prendas, decidió

instalarse en el comedor y

despachar con total naturalidad al

dragón en algún mandado y jalar

al anfitrión, Hiccup, a sentarse

junto a ellas.

¿Qué rayos estaba pasando ahí?,

nadie afuera de la casa lo sabía, y

era lo que Hiccup trataba de

resolver en su cabeza mientras

sonreía nerviosamente a sus

autoproclamadas invitadas, lo

único que sabía era que estaba

terminando de desayunar,

despidió a su padre y tío, luego

pensó en pasar un rato con

Praxedes descansando en

cualquier lugar apartado, donde

nadie pudiera verlo en esos

vestidos que ya empezaba a usar

por su abultado vientre, pero

antes de tan siquiera sugerir la

idea, la puerta sonó, y ellas

entraron adueñándose con

naturalidad de su hogar.

-Oh Hiccup, veo que estas

utilizando la ropa que me

compraste- esa había sido la

costurera que sonreía

abiertamente ante el aspecto del

muchacho.

Los vestidos eran sencillos, largos

y sin muchos detalles, como

estaban entrando a invierno eran

de manga larga y de tela gruesa,

no todos, algunos eran de tela

fresca, la costurera alego que

probablemente podría

experimentar unos cambios de

temperatura llamados

“bochornos” debido al embarazo,

y no había nada más desesperante

sentir calor y tener ropa que se lo

aumentara.

-Si- apenas es capaz de decir, esa

situación es incomoda, realmente

incomoda, a donde rayos fue

Praxedes.

Hablando de él, una de las

extrañas señoras le sugirió traer

moras silvestres, y no había en el

marcado, moras frescas del

bosque, muy buenas para Hiccup

y sus nauseas matutinas y el

cachorro que esperaban, solo con

esas palabras se fue a buscarlas,

solo que no era época de muchas

moras, y en el bosque parecía no

haber muchas, y si no había en

los bosques de Berck se iría a

buscar a otra isla lo más rápido

posible para regresar junto a su

Hiccup.

Y regresando con el joven

domador de dragones y héroes de

Berck.

-Ya se empieza a notar el

embarazo-

-Con la forma que se empieza a

notar yo digo que será niña-

-Que dices mujer, se nota a

leguas que será niño-

-Eso mismo decía yo y tuve

gemelos, a un par de tempestades

para ser exacta, a mi Tuff y Ruff-

-Jajaja te sacaste el gran premio

con esos dos-

-Un doble premio de dolor de

cabeza-

Y todas empezaron a reír e

Hiccup aún no comprendía que

rayos estaba pasando ahí.

Tock tock

¡Oh genial!, tal vez Odín había

escuchado sus plegarias y ahora

Praxedes estaba de regreso o tal

vez era su padre o tío y de alguna

forma podría escabullirse de esa

situación tan extraña.

-Ah ha Hiccup, yo atenderé, como

un panecillo que trajo Helga- y

una morena, que conocía como

una panadera del mercado, tomo

un pan con miel y vallas incluidas

y se lo metió prácticamente a la

boca antes de que se pudiera

negar.

La mujer fue a la puerta

encontrándose con un par más de

mujeres, ¡su tía y la madre de

Astrid!, de acuerdo, algo le decía

en su interior que se pondría muy

incómoda la situación.

-Hola Hiccup- saludaron al

unísono ambas mujeres, y algo en

ese tono hiso estremecer al

pequeño y joven vikingo, que se

sintió de repente más pequeño y

sin ninguna escapatoria posible

en esos momentos.

Mientras, afuera de la casa de

Stoick, varios vikingos observaban

la casa como si de repente esa

casa hubiera obtenido una

atmósfera escalofriante y

peligrosa, que a sus ojos así era.

-Crees… ¿crees que deberíamos

de informar de esto a Stoick?-

comento uno a otro, el otro trago

duro.

-No… no lo sé, mi esposa fue una

de las que entraron-

De repente, sintieron como si

miles de ojos los observarán, y en

realidad era así, bueno, no eran

miles de ojos, si eran muchos

pares de ellos, y de nuevo, no, no

eran los dragones, eran ELLAS.

ELLAS los observaron

inmediatamente cuando hicieron

esa sugerencia, y comprendieron,

que todas ELLAS, estaban de

acuerdo en algo, no permitirían

que esa peculiar reunión fuera

interrumpida, por nada del

mundo.

Tragaron duro y le desearon la

mejor de las suertes a Hiccup en

sus adentros, esperando que su

suerte y experiencia con luchar

con un dragón del tamaño de una

montaña lo lograra sacar de esta,

aunque luchar con dragones era

muy diferente que tratar con

mujeres.

-Oh pequeño, supongo que has

experimentado algunos síntomas

del embarazo, mareo, nauseas…

entre otras cosas-

-Eh… si-

-Recuerdo mi primer embarazo,

toda una tortura los mareos,

bochornos y nauseas, jajajaja

pensé por un largo rato que no

podría comer alimento por el

resto de mi vida… hasta que

vinieron los antojos-

-Oh si, los antojos, ¿Quién diría

que carne semi cruda y unas

vallas silvestres trituradas sabrían

tan bien en el embarazo?-

-Eso no es nada, a mí una vez se

me antojo comer un estofado con

leche de oveja y cabezas de

pescado-

-Es raro lo que come una cuando

está esperando jajaja y luego

tener a los maridos de un lado

para otro tratando de satisfacer

nuestros antojos-

¿Fue su imaginación o ese último

comentario había sonado…

sospechoso?

-Lo sé, lo sé, oh y cuando dan los

bochornos hay veces que dan

ganas de mandarlos a dormir

afuera para no sentir tanto calor

jajajaja-

-Si jajajaja… y otras en que no

quieres que se paren de la cama

en todo el día si saben a lo que

me refiero-

Y de nuevo empezaron a reír, no

con ese tono amistoso, sino con

uno más de secretismo, cosa que

aumento la incomodidad de

Hiccup, le pidió a su cerebro en

sus adentros que se pusiera a

trabajar en una manera de

escapar de ahí, oh poderoso

Thor, oh por el padre de todo,

¿Cómo podría salir de esta?,

simple, no podría.

Hay veces en que una

conversación entre amigos llega a

cierto punto sensible, siendo

hombre o mujeres, son pláticas

que por la confianza y fraternidad

se dan el lujo de darse, esos

puntos sensibles pueden ser

divertidos y picante, quizá

demasiado picante para alguien

no acostumbrado a esas platicas,

no contaba que a su padre se les

soltara la lengua cuando llegaban

borrachos a la casa ya que él las

trataba de evitar encerrando en

su cuarto y los pocos fragmentos

que captaba los olvidaba en un

rincón de su mente.

Las mujeres parecieron

intercambiar miradas,

intercambiando mensajes en una

especie de lenguaje sin palabras,

otra cosa por la que las mujeres

en grupo daban miedo.

-Hiccup- dijo con una voz suave

pero sin dejar de ser animada su

tía, este al ser llamado sintió algo

de miedo –has estado muy

callado, cuéntanos un poco de tu

embarazo-

-Eh ha este… pues, creo que… ha

ido bien-

Las mujeres sentadas sobre la

mesa se le quedaron mirando sin

pestañear, instándolo a que

continuara, oh, ese extraño don

que tenían las mujeres de decir

algo sin realmente decirlo.

-Pues emmm… si he llegado a

experimentar náuseas y mareos

los primeros meses-

-Si eso es muy común, bueno, tú

eres un chico, pero suponemos

que el embarazo no será tan

diferente al de una mujer-

-Con la excepción que lo tuyo fue

con un extraño dragón y que fue

bueno… por la puerta de atrás,

por decirlo de alguna manera-

De repente sintió las mejillas y

orejas arder, ¿se suponía que las

mujeres platicaban de estas cosas

entre ellas? ¿Era normal que el

estuviera ahí? ¿Cómo rayos había

llegado a eso?

-La anciana dijo que era algo de

la magia que tenía el dragón o

algo así para que quedaras en

cinta-

-Por lo que lo demás suponemos

que será lo más normal en un

embarazo-

-Mareos, náuseas y… antojos-

-Y como suponemos que Stoick y

Gobber son demasiado cabezotas

como para tener la plática

contigo-

-Emms pero eh esa “platica” ya la

tuvieron conmigo- sí, la dichosa

“platica” que todo padre le debe

dar a su hijo ya la experimento,

hace un par de años, y fue

realmente incomoda y en algunos

aspectos poco clara por el

nerviosismo de su padre y por la

falta de conocimientos que tenía

él en ese entonces, y ahora ellas

querían dársela, no, no gracias.

-Pero nunca te dieron la versión

femenina, y como tu madre no

está aquí para darte consejo,

Odín la tenga en su gloria, para

eso estamos nosotras-

Oh Odín, ¿en qué se había

metido?

Cuatro horas después, cuatro

largas e interminables horas

después, el grupo de mujeres

salía de la casa, sonrientes,

alegres, y despidiéndolas en la

puerta, siendo cortes a pesar de

todo, un Hiccup rojo hasta la

medula incapaz de ver a los ojos

a ninguna de las mujeres que

salían de su casa, los hombres

cerca al ver esta escena parecían

haber contenido el aliento un

momento, Hiccup parecía haber

salido entero.

-Nos vemos otro día Hiccup, si

aún tienes dudas puedes consultar

a cualquiera de nosotras, estamos

para apoyarte-

Hiccup solo fue capaz de asentir

sin ser capaz de articular palabra

alguna.

Habían platicado de TODO, desde

que remedios caseros eran

mejores para las náuseas, hasta

llegar un punto en que le

cuestionaron de cómo había sido

engendrado su bebé, léase, como

habían sido sus primeras

relaciones sexuales, y rayos, esas

mujeres aunque la voz se le

cortaba, lograron de alguna

forma sacarle la información, no

había sido muy descriptivo pero

si lo suficiente para que les diera

una idea, y ELLAS sonrieron con

sus palabras, y realmente no

quería saber porque lo hacían.

Las últimas horas había sido una

plática de cómo hacer el sexo

durante el embarazo y que los

“antojos” serían más intensos

llegado a cierto punto, al parecer

había formas para continuar con

sus… encuentros íntimos con

Praxedes a pesar de que su

movilidad y tamaño de barriga se

lo dificultaran en los últimos

meses, incluso habían preguntado

sobre el tamaño, no el de él, sino

el del furia nocturna, y eso era

una pequeña parte de lo que

habían platicado, las mujeres

daban miedo.

Hiccup es un héroe, no solo fue

el primero en montar un dragón,

en enfrentarse a uno del tamaño

de una montaña y vencer y hacer

que hubiera paz entre ambas

especies enemigas sobreviviendo

en el intento… también a

sobrevivido a una reunión de

mujeres que dan y consultan

demasiadas cosas personales,

Hiccup en verdad es un héroe al

sobrevivir aquello.

Mientras las mujeres se alejaban

un furia nocturna bajaba al lado

de la casa y se transformaba,

poniéndole poca, por no decir

nula atención a las féminas

humanas que se alejaban del

hogar, las cuales sonrientes y

radiantes se dirigían a sus propios

hogares con sus propias familias

y hacer sus propios deberes.

-Hiccup traje las moras- escucho

una voz a su lado que percibió

algo lejana, apenas procesando lo

que acababa de vivir -¿Hiccup...

estas bien?-

-¿He?-

Praxedes se percató del color rojo

de su todo, ¿estaba enfermo?, no

veía otra razón por la que

estuviera en ese estado, no

habían estado en unos de sus

encuentros íntimos ese día.

Volteo a ver a Praxedes y se

sintió incómodo y aliviado al

mismo tiempo, aliviado de que

por fin había regresado,

incomodo por la reciente platica

con esas mujeres.

-Te extrañe- alzando los brazos

abraso a Praxedes ignorando el

saco de tamaño considerable

lleno de las dichosas moras y el

hecho de que estuviera desnudo,

necesitaba un abrazo para

sentirse mejor.

-¿he?... yo también te extrañe-

devolvió el abraso un poco

extrañado pero con mucho afecto

como siempre.

Praxedes no lo sabía, pero Hiccup

había salido con vida de otra gran

batalla, y sin su ayuda, Hiccup se

merecía ese abrazo.

Stoick trato de preguntar por lo

sucedido esta mañana en la

noche, e Hiccup solo dijo que no

quería hablar de eso, hay cosas

que definitivamente no quieres

saber.

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