5 Odio que no te odio
HOPE
Que lindo es ser familia, que lindo, que bello y hermoso, sobre todo la parte que aunque quiera no puedo evitar tener que volver a verla.
Esta vez lo que nos une en un mismo lugar es el cumpleaños de la tía Julia, al que tuve toda la intención de no venir, porque claro que Matilde va estar aquí. Han pasado más de tres semanas donde lo que tenemos que hablar o los contratos y papeles que me deja para revisar los deja a su secretaría para no verme y como pocas veces me sentí aliviada de no verla, supongo que ella también se dio cuenta de lo rara que las cosas iban a estar entre nosotras.
—Feliz cumpleaños —le digo a Julia con un abrazo. Sí, desde que murió Tricia, ella cambió y ahora es mucho más "afectuosa" dentro de lo que cabe—. La verdad es que no sabía que traerte, espero que te guste porque no se puede cambiar.
Le entrego una caja con agujeros y al abrirla tiene un gatito durmiendo de atigrado, había mencionado las ganas de tener uno hacía unos días mientras conversaba con mis madres, hable con Vicky y le conseguí este de un refugio. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras tomaba al gatito entre sus brazos y me abrazaba, supongo que le gustó.
—Pensé que no vendrías —me dice mi hermana acercándose a mi lado.
—¿Por qué no?
—Ya sabes por quién no. Toma, carga a nuestro sobrino un rato —me pasa la pequeña copia de Valentín que sigue durmiendo plácidamente. Me siento en el sofá mientras miro embobada a mi sobrino y siento una mirada penetrante sobre mí, al levantar la vista están aquellos ojos verdes—. Dámelo de vuelta que hace mucho que no cargo a este bombón.
Matilde llega de la mano de la rubia a su lado, que saluda a todos con una gran sonrisa, Ivy es demasiado linda, carismática y simpática, me encantaría odiarla, de eso estoy segura, pero hasta a mí me cae bien. Durante todo el cumpleaños nos evitamos, hasta que ya no vernos o fingir que la otra no existe es imposible, es como querer ocultar el elefante en la habitación.
—¿Qué le has hecho a Mati? —me pregunta Kirán a mi lado.
—Para ser mi mellizo no te enteras de nada, por eso tu esposa es mi mejor amiga —el se ríe—. Yo a ella nada —doy una trago a mi lata de cerveza.
—Dudo que la callada Matilde, que te hizo sonreír durante un año entero, te haya hecho algo.
—Te sorprendería, lo que la adulta "Mati" es ahora —digo con una sonrisa amarga mientras tomo de mi lata.
—No te ha quitado los ojos de encima desde que ha llegado y la tensión sexual que hay entre ustedes nos afecta a todos. Te recomiendo que hables con ella antes de que mamá haga preguntas, sabes que no se le pasa nada —sonríe apoyándose a mi lado en la pared tocándome con su hombro—, a veces pienso que si no hubiera sido abogada, podría haber sido federal —Bianca lo llama—. Tengo que volver al lado de mi esposa.
Subo al baño de arriba, para tener un respiro, ya le cantamos el feliz cumpleaños a Julia y nadie va a notar mi ausencia por un momento, me escabullo a la biblioteca dónde me gusta pasar el tiempo con la tía Vicky a veces. Estoy un momento apoyada sobre el marco de la ventana mirando al exterior desde arriba cruzada se brazos, cuando escucho que la puerta se cierra y le colocan seguro.
—Estoy demasiado cansada mentalmente para pelear contigo —le digo sin mirarla, sé que es ella por su perfume.
—No vine a pelear.
—¿Viniste a prohibirme que me acerque a alguien más? —sonrío sarcástica.
—Solo quiero hablar.
—Soliamos escabullirnos para besarnos aquí —sonrío nostálgica—, que irónico que lo usé para estar lejos de ti y era obvio que me ibas a encontrar aquí ¿No crees? —por segunda vez desde que llegó la observo—. Antes de que me digas lo que sea que vas a decirme y vuelvas a odiarme, y no quieras verme, ni en la oficina —tiro la lata vacía al basurero—, dime una cosa —respiro hondo— Si no estuvieras en pareja, si quizás se me cruzara por la cabeza la idea de recuperarte, de la posibilidad de que quizás podríamos estar juntas, si me dejarás demostrarte ¿Tendría alguna posibilidad contigo?
—¿Para qué? ¿No te basto lastimarme la primera vez y quieres terminar el trabajo?
—¿Jamás podrás perdonarme, verdad? Jamás. Para ti seré siempre la misma que te rompió el corazón, para ti no hay posibilidades de que yo haya cambiado, no, siempre seré esa Hope —niego con lágrimas en los ojos que se desbordan y voy atrapando— ¿Sabes qué es lo realmente irónico? Que tú se lo hiciste a Ivy, conmigo, en tu oficina, pero de eso ni hablar ¿Cierto? —intenta tomar mi mano y me alejo—. Di lo que tengas que decir, Matilde, estoy segura que si tu novia no ato cabos de que faltamos ambas, alguien lo hará y vendrán a buscarnos —la miro pero está callada solo mirándome, miro la hora y llevo aquí más de 25 minutos. Me acerco y ella no retrocede, entonces beso su frente por un poco más de tiempo del que debería—. No voy a cometer el error de hacerle a ella lo que te hice a ti, y tampoco dejaré que lo cometas conmigo, si no tengo chance, déjame ir y se feliz con quién tengas a tu lado.
—Yo jamás le haría algo así a mi pareja.
—Ya lo hiciste porque darle un beso a quién no es tu pareja, es infidelidad.
La dejo ahí parada con los ojos cerrados y escucho en un susurro lo que me dice.
—Te odio.
—Que rara manera que tienes de decir te amo —le digo cerrando la puerta mientras la veo con los ojos aún cerrados.
Vuelvo a la fiesta, dónde me encuentro con la mirada de Al y Bianca, que hablaban, miro a Ivy que no se ha enterado de nada, no la conozco pero no se merece que su novia ande besando a otra y yo casi beso a Mati, era lo que más quería en el mundo, pero me contuve y solo besé su frente.
—Estaba por subir a buscarte —me dice mi hermana.
—Creo que es hora de irme, ya no puedo soportar más verlas juntas.
—Hope —mi amiga y cuñada toma mi mano.
—Estoy bien —intento sonreír, pero trago sin lograrlo—, es mentira, pero lo estaré. Nos vemos el fin de semana que viene, recuerden la noche de chicas.
Saludo solo a mis madres con un beso y tías, también me despido de mi sobrino besando su cabecita mientras lo sostiene mi cuñada y con los demás hago un saludo general, para evitar tener que tocar a Matilde y no porque no quiera, sino porque tenerla cerca me provoca unas irrefrenables ganas de besarla.
Salgo afuera y veo una carta en el asiento de co piloto de mi auto, entonces sé que está será la primera de muchas, porque ese era su sello, sonrió y la tomo, tengo muchísimas ganas de abrirla, pero si lo hago quizás cometa una locura, entre a esa casa y la tome delante de su novia. Suspiro y la dejo en mi cartera, levanto la mirada y la veo parada en la ventana.
—Si que es rara. Pero la amo, así de rara y todo.
Arranco el auto y me obligo a llegar a mi departamento para no pegar la vuelta si me tienta hacerlo, así que lo primero que hago es tomar mi cartera y meter la mano tocando el sobre mientras subo por el ascensor, tiro las llaves apenas cruzo la puerta y me apresuro en abrir el sobre para saber que dice.
Quizás llegue a verte y no tenga el valor de hablarte o quizás solo quiera besarte como desde el primer momento que te vi llegar a mi oficina. Creo que más de una vez te dije lo mucho que me gusta tu heterocromía, ahora por ese particular rasgo, quiero que sepas que siempre me dificultaste encontrarte en alguien más, en todas las formas te volviste irremplazable, y lo odio, no sabes cuanto te odio por eso.
Sé que mi arrebato te tomó por sorpresa y créeme que a mí también y de pido disculpas. Actué como una verdadera loca ¿Cierto? Lo lamento de verdad, Hope.
Discúlpame también por haber sido tan infantil, de no querer verte y evitar una conversación que sé que te debía y por si no lo hice en la fiesta, aún te debo, porque la valentía solo me llega cuando estoy contigo, y la impulsividad también y no sabes cuanto te odio por eso, por perder el control, por si no se nota o no te lo dije lo suficiente, te odio por eso.
En cuanto a Daliah, no te voy a prohibir verla, pero tienes que saber que es una mujer peligrosa, que todo el que la rodea termina herido o en el peor de los casos muerto, como su ex. Daliah es incapaz de amar a alguien o comprometerse, de manera literal se fue a una guerra antes de jugarsela por la mujer que cometió el error de amarla y decírselo ¿Te recuerda a alguien?. Ella no es una persona para enamorarse, casarse o formalizar algo, aunque seguro ya te lo dijo. Pero no voy a ponerme insistente o pesada con ese tema, tú sola te darás cuenta y espero que no sea tan tarde de hacerlo hasta haber caído en su cama. Te odio por hacer que me preocupe por ti.
Para finalizar, una vez más quiero que sepas que te odio, no importa si te he besado, no importa si a veces te veo y quizás no lo parece, no importa que crees que siento otra cosa, te odio y nada va a cambiar eso.
Con todo el odio M. A.
Sonrió al terminar de leerla, porque sé que por cada te odio, es un te amo encubierto.
La veo por última vez y recuerdo como todo esto comenzó, claramente fue para la renovación de votos de mis madres en aquel hotel y la invitación a su habitación a las 8 p.m , sí, definitivamente todo comenzó en ese preciso instante.
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