MATILDE

Alma me llama en cuanto deja a Hope en su departamento, yo supe que ella estaba en el maldito bar con Daliah, pero no podía solo aparecer sin que me hiciera preguntas sobre como sé que ella estaría ahí. La primera vez que fui con Ivy, caímos ahí de "casualidad" que fue todo menos casual, claro que sabía que Hope estaba ahí y como me enervó la sangre ver que esa imbécil de mierda la besara.

—¿Ya se te pasó el enojo? —pregunto entrando a la oficina de Ivy.

—Sí ¿Qué necesitas? —dice sin levantar la vista de los papeles y dejo dos entradas para la obra musical que quería ver en primera fila, este sábado.

—¿Todo esto es porque me enojé contigo?

—No, es porque te lo mereces —levanta una ceja— y sí, porque te enojaste conmigo —sonríe y las toma guardándolas en su cajón— ¿Me vas a seguir ayudando?

—No, porque es estúpido lo que haces.

—Ivy.

—Que no —suspiro—. Dile a tu familia que terminamos, o lo que sea, se siente raro besarte. Ya reforzamos la amistad y yo mis creencias de que soy muy hetero para tu gusto. Se acabó.

—¿Terminas nuestro falso noviazgo conmigo?

—Sí.

—¿No podrías hacerlo antes de que te diera las entradas?

—No, soy tan estúpida. ¿Sabes una cosa? —suspiro y me siento finalmente frente a ella— Dicen que de lo errores se aprende, o a ti te encanta aprender o tu segundo nombre es aprendizaje, porque de verdad no puedes tomar tantas malas decisiones en la vida —intento hablar, pero me calla—. No soy Gwen, Mati, no soy el tipo de amiga que te dirá las cosas suavizadas, contigo esos métodos no funcionan, evidentemente, tú necesitas alguien como yo, que te diga las cosas de manera real y cruda, sin rodeos, sin suavidad. Entonces deja de perder el tiempo con Hope, no sé a quién intentas engañar, pero no, no has dejado de amarla un solo día. El tiempo ha pasado y quizás ella ha cambiado, pero estás tan aterrada con el miedo de que te lastime y lo entiendo, pero sino le das una oportunidad, tampoco sabrás si ha cambiado. Ahora vamos a comer —toma sus cosas—, tú invitas.

Salimos de su oficina ella me sonríe y le guiña un ojo a su ligue, el contador nuevo que entro a trabajar y con el que lleva acostándose un mes.

Ivy tiene razón, es una de las pocas que me deja sin palabras y a la cual no puedo discutirle. Pensar que nuestra amistad comenzó con un me caías mal y nos unió el amor por la perdida de nuestra persona en común y amiga de ambas, Gwen. 

Comemos y me siento mirando por la ventana, siempre me ha gustado sentarme cerca de una ventana para ver hacia afuera a la gente pasar.

—La amo —le admito sin mirarla y mi confesión no le toma por sorpresa—. Al menos puedes fingir sorpresa ¿no crees?

—¿Para qué? solo es una perdida de tiempo. ¿Vas a terminar con tu idiota jueguito de no la soporto? —sonrío y niega— De verdad me violentas, prefieres perder el tiempo en algo tan estúpido como eso ¿Qué más necesitas? Se nota que ella sigue enamorada de ti, que ambas se aman.

—Necesito saber que puedo confiar en ella —ella suspira.

—La pondrás a prueba —niega con la cabeza—, espero que no te mande a la ver... un café por favor —le dice al mozo cuando aparece a levantarnos los platos— verga —me río—. Eres muy estúpida, ya la perdiste una vez —me encojo de hombros, no estoy dispuesta a permitir que me lastime otra vez.

Nos marchamos luego del café a seguir trabajando, ella se queda en su piso y mientras voy en el ascensor me llama la tía Julia, para invitarme a una cena de gala benéfica a la cual debo asistir en representación de JM Company.

—Bien ¿a qué hora y dónde es el evento? ¿Irán las tías?

—Sí, Atenea y Scarlett irán, creo que también irá Hope, así que no te vas a aburrir —sonrío al saber eso—, ya te mando los detalles por mensaje y la invitación ¿vas con nosotras o nos vemos allá?

—Nos vemos allá, seguramente llego sobre la hora.

—Bien, nos vemos y Victoria te manda saludos, pollito bebé.

—Yo también a ella y besos para ti, tía.

—Ah, ahora sí.

Cortamos y sonrío, siempre tan celosa la tía Julia y aunque no quiera asumirlo, es muy parecida a la diosa griega en carácter por algo son buenas amigas desde hace años. Pero lo que me hace sonreír no es el eso, sino el hecho de que voy a tener la oportunidad de ver a Hope vestida de manera formal en un evento así  y el solo pensarlo, hace que se me haga agua la mente, el cuerpo y la boca.

El día llega y estoy algo nerviosa, me arreglé en el salón y compre un vestido conforme al código de vestimenta de la cena, pero no para el evento, sino para ella, quiero lucir bien para Hope, aunque jamás admitiré en voz alta que lo hago por y para ella.

—Buenas noches, tías —les digo llegando a ellas mientras trato de disimular buscando con la vista a Hope.

—Todavía no llega —me susurra mi tía Vicky al oído y me guiña un ojo. Ella sabe algo y no voy a negárselo, tía Vicky siempre ha tenido un octavo sentido—. Iré a buscar algo para tomar, ve con tu tía que te quería presentar a unos accionistas.

Asiento y voy, es cuando estamos conversando que la veo entrar, todo absolutamente todo parece haberse congelado, todo va en cámara lenta, incluso mi propio suspiro que sale de mí lento, y hasta como parpadeo. Todos mis sentidos están enfocados que en la castaña de un ojo azul o otro verde que acaba de ingresar. Dios mío se ve como si eso fuera posible aún más hermosa de lo que en realidad es, camina detrás de sus madres y sonríe por cortesía cuando la saludan, más de uno voltea a verla y más de uno desvía su mirada a verla ¿Qué mierda creen que hacen con mi mujer?

Llegan a dónde está la tía Vicky, me aclaro la garganta y me obligo a apartar la mirada un momento fingiendo que estoy prestando verdadera atención a lo que hablan estos hombres que no me interesa en lo más mínimo, una vez que Hope entró, todo ha dejado de existir, y sino me controló mi pulso será una de esas cosas, porque mi corazón late demasiado rápido. Miro nuevamente hacia donde estaba y ya no la veo, me disculpo y voy a buscarla cuando la veo desaparecer por una de las puertas que lleva a los baños, la sigo es mi momento de hablar con ella.

Se dirige a un lugar, pero no son los baños y supongo que es su intento de por huir de la única persona que le representa peligro, yo. La encuentro, respiro hondo antes de entrar, y trato de controlar en temblor de mi cuerpo, es ahora cuando tengo que fingir seguridad.

—Le escurridiza solía ser yo —le digo y voltea a verme, de cerca está aún más hermosa, quiero besarla tan desesperadamente—. Me gusta como te queda tu vestido.

Me mira sin poder creerse lo que acabo de decirle, ni yo me lo creo, si hasta hace no mucho le dejé hasta una carta diciéndole cuanto la "odiaba". Su cabello tomado, me recuerda a las veces que hicimos el amor, de manera desesperada, necesitada, y hasta de la manera más dulce y tierna, su cabello tomado es como cuando yo lo tomaba para que ella se hundiera con la boca entre mis piernas. Esos recuerdos me dan más ganas de arrancarle el vestido y hacerla mía aquí y ahora.

La presiono, sé que lo hago, pero necesito desesperadamente saber si puedo confiar en ella, necesito poder confiar en ella, la quiero de vuelta, la quiero conmigo, quiero intentarlo, lo quiero todo. Pero al presionarla sé que me excedí y soy una imbécil, una gran imbécil al lastimarla con mi desconfianza, Ivy tenía razón, la perderé sino no actuó, sino hago las cosas bien, tengo que remediarlo, voy a remediarlo. 

Llegamos a la mesa y la hija del vice presidente se acerca y le habla de manera muy familiar. Hope es mi mujer y no voy a dejarla con esta estúpida a solas. En un acto impulsivo que es lo que menos me caracteriza me la llevo de la fiesta.

—Sube al auto o te besaré tanto y tan rico delante de ella, que la niña de papi se nos querrá unir.

Así es como canto victoria y Hope se sube a mi auto, le saco el dedo medio a la estúpida y me subo acelerando, me quede a la chica, pero esto no ha terminado, tengo que solucionar mi idiotez de hace un momento.