Espeon se quedó pasmada por varios minutos, ese primer día que estuvo con Chris le hizo recordar algo más, esos fatídicos momentos que pensaba que había enterrado para siempre: volvieron. Como rayos golpeando su cabeza, su mente explotó en una ráfaga de dolorosos recuerdos que plagaron sus neuronas de intensa actividad, ese lindo recuerdo se convirtió en otro de terror absoluto.

Los horribles gritos de sus hermanos, la atormentaba a cada segundo que pasaba, empezó a elevar la cuchara que tenía sostenía por su telekinesis y la mantuvo suspendida en el aire mientras aguantaba con pánico hasta que un recuerdo por unos instante se volvió tan nítido que recapitulo ese preciso instante; Se localizaba en unas instalaciones secretas de una poderosamente malvada organización criminal, acompañada por un gran número de su especie, cientos y cientos encerrados en jaulas una encima de la otra y a los lados, celdas de a montón, como si fueran Rattatas de laboratorio.

De repente contempló con horror, como un Eevee llevado a un salón al final del pasillo donde seria torturado, de tal forma que sus desgarradores gritos ocasionaba en todos los tipos normal un penetrante pavor que los hacia estremece del miedo, luego de un intensa sesión de quien sabe qué extraño experimento, los desafortunados como magullados especímenes eran arrojados a una trituradora como si fueran basura.

Para su desgracia la próxima en ingresar en ese cuarto del terror fue ella, levantaron su jaula y se la llevaron a esa habitación; llena de computadora, espacioso, con mesas por doquier y en el centro una mesa adentro de un tubo gigante de vidrio con muchos instrumentos de acero aunado a una demás cosas de segura tortura. Ella empezó a temblar mientras miraba como la llevaban a ese cuarto de la perdición; en eso se apareció Giovanni.

─¿Cómo va el proyecto? ─Preguntó.

─Después de mucha investigación, dimos con un linaje que posee una genética que logra conseguir el objetivo.

─¿En serio? ─prendió un cigarro.

─Si, de hecho esta Eevee es miembro de esa familia.

─Excelente, es bueno saber que luego de meses por fin consiguieron un avance ─le dio una buena succión a su tabaco.

─Desafortunadamente son pocos los que logra sobrevivir, para ahorrar espacio tuvimos que titular los cuerpos.

─No importa, lo venderemos de abono de ser necesario ─lo miró con seriedad─ terminen con el trabajo.

─De acuerdo jefe.

La Espeon continuo recordando con claridad toda esa tortura que sufrió, sus ojos que miraban hacia la nada no aguantaron más, humedecidos por completo, sus lagrimales se pusieron manos a la obra inundando sus ojos con abundante agua que después comenzó a brotar a cantaros; sentía ese dolor del pasado como si lo estuviera viviendo en el presente. La amordazaron para inmovilizarla, en eso ella se espantó cuando vio esa grande jeringa, pero empezó a templar del terror cuando contemplo con pavor esa enorme aguja de ocho centímetros y bien grueso.

La Eevee desesperadamente trató de escapar pero los científico la tenían bien controlada, sin poder hacer nada más que sufrir la Espeon volvió a sentir esa monstruosa bestialidad perforándole una de sus nalgas; gritó de dolor; podía apreciar como cada milímetro de ese fierrote era sumergido en su carne, sentía la penetraban sin piedad, solo deseaba que dejaran de partirla en dos y salir corriendo de ese horrible lugar, pero la tenían bien controlada.

En consecuencia el científico terminó de taladrarle por detrás, prosiguió a llenar la jeringa con la sangre de su víctima, llenando el envase con ese líquido vital color rojo, la pequeña seguía gritando y llorando del dolor sin consuelo; de repente la Espeon perdió el equilibrio por un segundo de la silla en la que se ubicaba sentada y eso fue más que suficiente para desplomarse de golpe al piso, siguió en su trace mirando hacia la nada; finalmente le retiraron la aguja de su trasero y uno de ellos tapo el agujero que le dejaron en sus nalgas café con un algodón con alcohol, lo cual hizo que la tipo normal volviera a gemir como si no hubiera un mañana, después de todo esa operación la Eevee no dejaba de jadear sin control por todo esa tragedia que le hicieron pasar.

En alguien del personal colocó a la traumada Eevee entre sus brazos y la cargó de vuelta a su celda, en el trayecto le estuvo acariciando su tembloroso cuerpo con sus manos.

─Ya, tranquila pequeña, ya pasó pronto te recuperaras... Samatha ─Espeon recordó su nombre.

Más tarde, Chrisphofer, su abuela y padre estaban cenando junto con él cuando de repente su progenitor empezó a platicar con su padre, luego de que la conversación estuvo bien desarrollada salió una noticia que no dudo en comunicar.

─Mama, me ascendieron ─reveló el oficial de policía.

─Que buena noticia ─felicitó la persona de la tercera edad.

─Bueno, más que asenso más bien fue transferencia ─Aclaró antes de echarse un bocado a la boca─ hijo ¿te gustaría acompañarme?

─Claro papa, con gusto, ¿A dónde?

─Nos vamos directo a...

¡Kalos! Seguía igual que de costumbre, los Fletchling contando, los entrenadores caminando hacia la torre del centro de la ciudad y un Blaziken mega-evolucionando. Pero de regreso a esa historia, Greninja se localizaba en el centro pokémon, recuperado de las heridas que tuvo en la fiesta de anoche, el tipo agua-siniestro ya estaba totalmente recuperado y solo faltaba el visto bueno de la doctora Joy. En eso entro Ariana a la habitación y con mucha alegría abrazó con fuerza a su pokémon.

─¡Greninja, que bueno que despertarte, me tenías bien preocupada! ─Gritó de la felicidad la joven.

El pokémon ninja le dio unas palmadas en la espada mientras correspondía el abrazo, le sonrojó el saber que le importaba mucho a su entrenadora, pero luego de forma brusca ella le dio una cachetada.

─No me vuelvas a asustar así idiota ─el tipo agua-siniestro solo hizo una sonrisa─ vámonos Greninja, de regreso a nuestra casa.

De regreso al departamento de las hermanas. Su padre tragaba todo el día, su madre había hecho a hacer las compras, Adriana estaba en pleno concurso y Mariana se ubicaba en el patio entrenando con su Delphox recién evolucionada. En eso Greninja y Mariana llegaron a su hogar.

─¡Ya llegamos! ─Gritó la hermana del medio.

─También nosotras ─Respondía la menor de las tres.

─A qué bien ¿ya término la liga?

─SI, mi Braixen evoluciono en plena batalla y logramos entrar por fin a los cuartos de final, aunque después perdimos contra un chico de pelo verde con su mega-Scepile ─comentó la adolescente.

─Bueno, a veces se gana a veces se pierde, yo por eso no me gustan las batallas o los concursos ─respondió Ariana.

─ ¿y cuando le podrás nombre a Greninja? ─Preguntó Mariana.

─Nunca había pensado en eso, pero nunca les pongo nombres a mis pokémon, ¿para que serviría?

─Por ejemplo mi Delphox se llama Maria, y un como que un nombre te vincula más con tu pokémon ¿Por qué no lo intentes?

─Bien ─rodo lo ojos─ este... ─lo pensó un poco─ bien Greninja, desde ahora te llamaras Gregorio ─fue el primer nombre que se le vino a la cabeza‼6 ¿te gusta? ─le respondió con una gran sonrisa.

─Le gusta ─comentó la menor de las hermanas.

─Que alegría, bueno, si nos necesitas estaremos encerrados en mi cuarto haciendo nada como de costumbre ‼6se marcharon.

─De acuerdo... ─Mariana se quedó en el jardín.

La Delphox se quedó mirando al pokémon ninja con una mirada pervertida su serio y desinteresado rostro antes de que se fuera arriba con su entrenadora. En la habitación de Ariana.

─Muy bien Gregorio ─sacó su vestimenta para la universidad─ ¿te gusta? ─se trataba de un pantalón de mezclilla bien ajustado y una blusa que dejaba su ombligo al descubierto; se cambió enfrente del sonrojado pokémon─ ¿Qué tal me queda, Gregorio? ─Su pokémon estaba bien avergonzado en el suelo; si fuera algún personaje de anime random de seguro ya estaría desmayado por la abundante sangrado nasal que hubiera tenido─ ya Greninja deja de jugar, dentro de un mes es el inicio de la universidad y me gustaría conseguir a algún extranjero que me saque de esa pocilga ─de pronto el tipo agua-siniestro escucho a su corazón romperse en mil pedazos.

Después le llamaron por teléfono, en consecuencia la joven lo contestó y como la plática empezó a tornarse larga se acurrucó en su cama. El tipo agua-siniestro no podía dejar mi mirar el trasero de su entrenadora con lujuria, por lo que para controlarse decidió mejor contemplar el paisaje por la ventana. Una bonita vista si no fuera por un insignificante detalle: el entrenamiento de la tipo fuego-psíquico con la adolescente, aunque no le importó y decidió mirar todo lo que hicieron, aunque después se sintió extrañado cunando comenzó a apreciar a la pokémon zorro moviese de manera sensual frente a sus ojos. Luego de entrenamiento Mariana fue por agua y la tipo fuego-psíquico se quedó en el patio. El pokémon ninja miró por la ventana tratando de no ver a su provocativa entrenadora y en cambio ahora fue provocado por la zorra, en eso contemplo a la Delphox saludándola "casualmente desde el patio" como si no fuera la gran cosa.

─¿Es mi imaginación o le gusto a la loca? ─Pensó el Greninja.

Esta historia continuara...