Kpop <3
Idol: Tao, ex Exo :'(
Genero Acción.
Solo es una escena porque no se me ocurre nada más, sino tomenlo como One Shot.
Cuarto golpe... El que esta vez si le hizo sacar sangre, sabía lo que le esperaba y estaba dispuesto a aceptar su destino con tal de no delatar a sus amigos, esa no era una opción. Quinto, sexto, el séptimo cambió de lugar, ahora era en su abdomen lo cual lo dejaba sin aire.
Sentía el gusto amargo de la sangre en su boca y ahora tendría que respirar por la boca ya que su nariz de encontraba temporalmente tapada por los mismo golpes que habían roto su tabique.
-Volveré a preguntarte otra vez. –Dijo el hombre limpiándose las manos con un trapo. -¿Dónde están los demás? –El golpeado levantó la mirada.
-Con tu abuela. –Sonrió divertido, la soga que ataba sus manos den el respaldo de la silla estaban tan ajustado que hasta cortaba su circulación, ya ni siquiera podía sentir sus helados dedos.
-Huang Zi Tao... Estas aquí... Cuánto ¿Una semana? –Sonrió mientras daba una vuelta alrededor de la silla donde se encontraba el nombrado cabizbajo. –Y de seguro estás muerto de hambre. Y mira eso. –Se acercó a él y tomó su rostro para mirarlo. –Tus heridas de ayer y antes de ayer se van a infectar... Qué feo. –Fingió una mueca de tristeza pero la remplazó por una sonrisa burlona. -Podemos seguir así el tiempo que quieras, ¿Vas a decirme donde están los demás? –El chico atado apartó su rostro de sus manos y volvió a bajarla en gesto de negación.
El nombrado Huang Zi Tao estaba atado de pies a cabeza en una silla con sogas y cadenas en los pies en medio de un galpón completamente vacío salvo él y los dos tipos que lo trajeron ahí y vienen todos los días tratando de conseguir respuestas.
La habitación solo es alumbrada por la luz del día que entra por una ventana ubicada cerca del techo a unos tres metros del suelo, no hay focos de luz di alguna otra cosa, por lo tanto, a la noche lo único que alumbra la sombría habitación no es nada más y nada menos que la hermosa luna. Se prometió a si mismo no volver a cometer un error, ya que el que lo hayan atrapado es uno, y uno bastante grande ya que estaba seguro de que no lograría salir vivo de esta.
-Many, ya es tarde. –Uno de ellos miró su reloj y le hizo saber al otro que era hora de irse.
-Bien... -Suspiró, era la segunda vez en el día que vienen a buscar información, el hecho de que lo torturen ante cada aparición no es nada bueno, algunas heridas ya pararon de sangrar, al menos las más profundas, pero en realidad ya no tenía fuerzas ni siquiera para seguir intentando zafarse de los nudos de su mano. Su vista se iba debilitando cada vez más pero podía reconocer esos rostros eran los mismos todos los días. –Niño bonito... Regresaremos por ti mañana a la mañana, no te digo la hora porque ni siquiera sabes que día es hoy. –Sonrió burlón.
-Martes veintiuno. –Dijo Tao alzando la mirada con una sonrisa torcida.
-Maldito infeliz. ¿Quieres pasarte de listo con nosotros? –Se acercó a él para pegarle.
-Héctor... No vale la pena, mañana vendremos con algo más fuerte. –Many caminó hacia la puerta y el otro lo siguió. –Hasta mañana niño bonito. –Y esa fue el fin de la discusión, ambos al salir cerraron la puerta y el estruendo retumbó en todo el galpón.
La palabra Llorar no estaba en su diccionario, al menos no desde que tenía once años, se prometió nunca más volver a hacerlo sea cual sea la situación, débil si, él sabía perfectamente que ante ciertas cosas la debilidad siempre va a estar, sus amigos por ejemplo, ellos si son su debilidad no iba a delatarlos ni aún dando su último suspiro.
¿Qué estarán haciendo cada uno de ellos en este momento? Si bien son bastantes, corrían el riesgo de que los encontraran, es por eso que hoy en día todos están separados en distintos países viviendo sus vidas "Normales" pero un error lo delató, calló en una trampa tan torpe que ya podía escuchar los reproches que Kris estaría haciendo en estos momentos.
Estaba seguro que no podía aguantar mucho más, tal vez día y medio, porque su estado físico en verdad era desastroso. Distintas formas de torturas había tenido que vivir, pero lo único que salía de su boca eran puros insultos que hacían que ellos se enojaran cada vez más, por un lado eso era bueno, el tenía pensado profundizar sus heridas para durar menos y así acabar con su sufrimiento, pero por otro, no quería que sus amigos sufrieran por su muerte. De solo pensar que uno de ellos le pasara lo mismo que a él, hace que la piel se le estremezca.
Nadie sabe la cantidad exactamente de cuantos son, solo ellos... O al menos eso pensaba...
Toda la noche pensando en el día de su muerte, ¿Qué es lo que verá? ¿Alguien del más allá vendría a buscarlo? ¿Su muerte será lenta y dolorosa o simplemente su corazón se detendrá sin darse cuenta?
¿Ya era de día? Eso parecía porque una luz entraba por la ventana alumbrando gran parte de la habitación. Si así es, entonces pasó realmente rápido, estuvo pensando toda la noche sin poder dormir, estaba listo para morir, su mente estaba tranquila y rezó por sus pecados antes cometidos, podía morir en paz.
Unos golpes de puño tocaron a la puerta, tres golpes, silencio, tres golpes, silencio... Luego de esto un fuerte estruendo lo hizo saltar, también venía de la puerta, pero solo bastó con el segundo para que la puerta se abra golpeando fuertemente contra la pared. No quería levantar la vista, sabía que habían vuelto, aunque les pareció extraño que hayan llegado así destruyendo la puerta. Esperó a que dijeran algo, o que al menos comiencen con un golpe, pero en cambio recibió un ladrido que lo hizo sobresaltar.
-Hey, hey.... ¿Me escuchas? –Aquella voz... No pertenecía a uno de los malditos torturadores, era diferente, incluso podría llegar a imaginar que se trataba de una mujer. -¿Puedes escucharme? –La persona levantó su rostro haciendo que lo mirara, y si, efectivamente ese era el rostro de una mujer. –Hola. –Sonrió. -¡Dime! ¿Si me escuchas? –Gritó provocando que vuelva a sobresaltarse y lo único que atinó a hacer fue a asentir reiteradas veces. –Bien. –La mujer dio la vuelta quedando en su espalda y de pronto sintió sus manos libres. La vio volver de nuevo a su visión arrodillada en el suelo quedando más bajo que él. -¿Sientes tus manos? –El negó y ella comenzó a sacudirlas y golpearlas. -¿Ahora?
-Si. –Dijo en un hilo de voz mientras comenzaba a mover sus dedos. Miró a la mujer sorprendido y entonces sus miradas se conectaron.
-Bien. –Ella vestía de negro con un gorro de lana y mechones de su flequillo cayendo por su oreja, su pelo largo estaba atado en una trenza de costado y tenía ojos realmente grandes y negros. Tomó su mochila que colgaba en su espalda y sacó una bolsa. –Toma, necesitas recuperar fuerzas, se que no es mucho, pero al menos es algo. –Dejó la bolsa en su regazo y dicho eso se paró y corrió hacia una pared. Había un perro, el mismo que antes había llegado a él y le ladró.
Miró la bolsa y ahora que sentía sus manos pudo abrirla y encontró un enorme sándwich, sin pensarlo dos veces lo tomó en sus manos y comenzó a comerlo con desesperación. El perro a su lado comenzó a saborearse mirándolo fijamente, pero no sabía como reaccionar ante eso.
-¡Sammy! Déjalo comer tranquilo, tú ya comiste. –Gritó la chica y el perro bajó la cabeza enseguida como entendiendo lo que ella dijo y se acostó observándolo, ahora no deseando comer, sino que mirando cada movimiento atento a lo que hace como protector.
La chica miró hacia él y tomó la mochila del suelo acercándose a él a pasos cortos pero rápidos hasta llegar a él y romper las cadenas de sus pies con una herramienta pesada. –Listo, vamos. –Ella tomó a Tao por debajo del brazo y lo ayudo a ponerse de pie.
Aca terminó mi imaginación para este... bueno no tanto, los chicos son extraterrestres, tal como está en mama, la Cia los busca, como cazandolos... Y la chica es enviada por Kris. Es lo único que se me ocurre.
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