Capítulo quince
Abrí los ojos mientras exhalaba con fuerza, junto a mi estaba "papá" y una enferma con un desfibrilador en sus manos, al parecer habían tenido que reanimarme. Maldije el momento en que acepté meterme en Nina para recordar aquellos momentos tan oscuros que tenía enterrado en lo profundo de mi ser.
Once estaba aun en aquel tanque, pues también había aceptado el mismo procedimiento, por parte de mis hijos me negué en rotundo, no deseaba que ellos revivieran su estadía en el laboratorio.
—¿Estás bien? —preguntó Brenner.
—sí, solo...necesito algo de privacidad —me acomodé el traje y me fui a mi habitación.
Cerré la puerta detrás de mi y la trabé con la silla que estaba junto al escritorio.
Fui por algo por una tela cualquiera, me senté en el piso y ate eso en mi cara tapando mis ojos.
—bien...—suspiré —puedo hacer esto.
Me concentré en Henry y pronto me hallaba en un vacío negro, de pie, caminé en círculos pues no entendía nada.
—¿Henry? —pregunté a la nada —¡Henry! —exclamé un poco mas fuerte. —por favor...necesito verte —insistí.
—¿Estás segura de eso? —oí su voz viniendo del alguna parte.
—s-sí.
La negrura es reemplazada por un versión algo oscura de Hawkins, todo estaba completamente lleno de enredaderas.
Y entonces veo a lo lejos un hombre alto, se fue acercando hasta estar a mi alcance, me fui hacia atrás por la impresión.
—¿Henry?
—él mismo —dijo aquel ser.
—negué con la cabeza, aguantando las lágrimas —no...no, tú no...
—cuesta creerlo ¿Cierto?
—¿Qué te pasó? —pregunté impresionada.
—Brenner, mi padre, mi madre...la humanidad en sí —respondió molesto.
—¿Yo? ¿Tus hijos?
—no, ustedes son la excepción. —admitió.
—¿Por qué? ¿Por qué te condenaste así?, íbamos a escapar, formar una familia, tener un perro, quizás casarnos, seriamos felices —limpié una lágrima que se me había escapado —no lo entiendo.
—tú no tienes una idea de lo que sufrí, mis padres creían que yo era una abominación, Brenner me uso para sus inventos y me ¡explotó! Igual a ti y a los niños —gruñó.
—no debió importarte eso, tenías a personas que te querían y que se hubieran ido hasta el fin del mundo por ti, si tu lo querías.
—¿aún me amas? —inquirió —porque yo no he dejado de hacerlo, estás en mi mente día y noche.
—no —negué —amo a Henry, tú solo eres su oscura y herida versión.
—¡Yo soy Henry!
—mi Henry no...él no es un monstruo —murmuré.
—"tú Henry" solo era una máscara, el real es un monstruo.
Salí de ahí y me quité las telas con frustración, había perdido al hombre que amaba, sé que ese Henry que me cuidó, me ayudó y me amó era el real.
Vecna solo era una oscura sombra de lo que era él.
—¿Puedo? —Once se asomó por la puerta
—claro —sonreí apenas.
—¿Estás bien? —se sentó junto a mi
—no, lo fui a ver —frunció el ceño —a Henry...creo que lo perdí.
—nada esta perdido aún —apoyó su mano sobre la mía en señal de apoyo.
—asentí —¿Cómo estás tú?
—bien...bueno eso creo —se encogió de hombros— es duro volver al laboratorio.
—si, lo es —dije de acuerdo.
»──── « ❀ » ────«
Estaba de nuevo en el laboratorio, desperté en mi cama y lo primero que vi fue un papel doblado cerca de la puerta, me paré con gran dificultad y lo tomé, me encontré con una tarjeta.
"Ve al sótano a las doce en punto" H.
Salí de la habitación ya que casi era la hora y me dirigí hacia aquel lugar, en el camino me encontré con Once por lo que fuimos juntas.
Llegamos y Henry se apareció sacándonos un susto, junto a él estaban los mellizos.
—vengan —nos llevó hacia el otro lado donde había una cañería, el rubio le quitó la tapa —esta es la salida, vayanse y no mire atrás.
—¿Ustedes ni vienen, papá? —preguntó Emma.
—son muy grandes, ellos no caben —notó Once.
—no, no me iré sin ustedes—nos abrazó siendo correspondida por ambos
—lo harás ¿Sí? Es la unica manera de que sean felices —admití.
—Jamie, Emma,Once a partir de ahora su responsabilidad es cuidarse mutuamente.
—tiene que haber una manera para que ustedes puedan venir.
—el problema es que tenemos una caso que nos rastrea —corrimos nuestro cabello mostrando la pequeña protuberancia.
—podemos sacárselo —dijo Once.
—bien —el rubio se quitó el cinturón, luego se sentó y dejó la zona descubierta sin antes morder su cinturón. Once se concentró y el chip fue expulsado del cuerpo de Henry. —te agradezco —sonrió.
—mamá, es tu turno —dijo el pequeño Jamie.
Me senté con ayuda del rubio e hice lo mismo que él y finalmente el chip de mi cuello salió disparado lejos de mi.
—¡Ah! —exclamé al sentir un gran dolor invadir mi cuerpo, esta era como la quinta vez desde que me había levantado.
—¿Estás bien? —Henry me ayudó a ponerme en pie.
—sí.
En eso se escucha que gente empieza a entrar, tomamos a los niños y buscamos una salida que nos dejó en el pasillo cerca de la sala arcoíris.
Pero los guardias nos acorralaron, Henry se deshizo de todos con sus poderes.
—por aquí —nos metimos a la lavandería.
—¿Tienes poderes? —preguntó Once.
—sí y ella también —asentí.
—no lo entiendo —ambos les mostramos nuestras muñecas, los niños quedaron impresionados.
—ya vengo, quedense aquí.
—¿mamá estás bien? —preguntó el pequeño rubio, al verme hacer otra mueca.
—sí, creo que alguien quiere conocer el mundo.
Entonces fue cuando recordé esos sueños horribles que tuve con Henry.
Los minutos pasaban y el rubio parecía no querer regresar.
—voy a salir —Emma abrió la puerta.
—¡Emma no!
La niña salió y todos fuimos detrás, fue como si de repente le hubieran subido el volumen, los gritos se hicieron presentes.
Llegamos a la sala arcoíris, quise detener a mi hija pero fue demasiado tarde.
Al entrar nos encontramos con una verdadera masacre.
—Jamie, toma a tu hermana y vayan al sótano, escapen mientras puedan, Once ve con ellos.
—no —dijo la niña.
Los niños corrieron por el pasillo perdiéndose, rogué por dentro que pudieran irse de aquí.
—Henry —mis ojos se llenaron de lágrimas al ver sus fríos ojos azules, lo cálido en ellos se había borrado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro