Es irónico siempre comenzar por el final, pero, a quien no le gusta caer en un abismo de supersticiones buscando cuál es la razón de todo ello... La pregunta es, ¿A dónde te llevará ese abismo?

Gabriel

Los recuerdos son cada vez más borrosos, pero aún tiene presente su primer contacto con el hombre que lo enloquecía, había acabado de firmar un pase directo a la muerte, pero su mente solo pensaba en una persona, haciendo que le importara menos el simple hecho de que moriría.

Sin dudarlo pregunto que seguía, y como si la mirada de los ojos verdes de aquella mujer diera las órdenes por sí solas, pudo escuchar lo que desde hace rato deseaba.

— ven conmigo— dijo la poderosa voz de Axel generando un total vuelco en el corazón de Gabriel.

Gabriel no se enteró como llego a la habitación de Axel, él solo lo seguía casi que dando saltos y con una extraña sonrisa que por más que luchaba en no demostrar era visible, una vez en la habitación, se emocionó de una manera extraña, el típico problema de un adolescente y sus hormonas.

Sus ilusiones cayeron cuando el chico le dio unos documentos y salió de la habitación esperando que Gabriel lo siguiera.

— es mi hoja de vida, encárgate de ser convincente y no me hagas perder el tiempo.

— hijo de tigre sale pintando— susurro Gabriel ante las palabras de Axel que solo le recordaba a la molesta de voz de aquella mujer.

— deja de susurrar que pareces una rata.

— si sí, su rata – abrió los ojos y se tapó la boca – digo, soy la rata, siento la rata, actuó como rata.

Se dio una cachetada mientras Axel parecía indiferente a sus palabras.

Pero qué mierdas ando diciendo

mientras se acariciaba la mejilla, desataba una pelea interna por las estupideces que decía y seguía a Axel, llegaron a fuera y le dieron la orden que subiera al auto, en el cual Axel subió detrás.

— espero no seas tan estúpido, y puedas convencer a Andrew Meyer.

— la rata hará su trabajo.

¿Por qué mierdas me sigo llamando rata?
— tanto te gusto ese apodo, eres exageradamente estúpido.

— y usted exageradamente guapo.

Lo siguiente que acompaño el auto fue un silencio incómodo, Gabriel luchaba porque su vergüenza no se hiciera presente, pero sus mejillas estaban rojas y sus orejas calientes.

Ya me puedo ir despidiendo de mi vida

comenzó a moverse de un lado a otro con algo de nervios hasta el punto que decidió hablar nuevamente esperando una respuesta o un golpe, en ambos casos sería bendecido, ya que vendría de Axel.

— ¿por qué hacen esto contra los Meyer?

— ¿Qué no te dejaron el claro que no debes hacer preguntas?

— merezco saber

— tú lo único que mereces es un golpe

— y una cogida también

— disculpa

— lo disculpo

Axel puso los ojos en blanco y rastrillo sus dientes, se veía aparentemente más estresado, pero se mantenía callado y con cordura, o al menos eso hacía ver.

Gabriel solo le dio una sonrisa con aparente triunfo, pero eso no haría que se callara, estaba decidido a establecer una conversación.

— ¿Por qué su hermana no puede hablar y usted sí?— ahora el problema no fue la acción de Axel, sino la mirada asesina del conductor por medio del retrovisor.

— eso no te importa

— lo pregunté porque me importa

Ahí Axel salió de quicio y tomo por el cuello a Gabriel y puso su dedo contra sus labios para decirle que permaneciera callado, pero Gabriel solo lamió aquel dedo, Axel se demoró en reaccionar y no sabía muy bien que hacer, se notaba en su mirada que buscaba el argumento perfecto para decir algo.

Por fortuna el auto se detuvo y Axel rápidamente salió del mismo, Gabriel solo sonríe y salió detrás de Axel buscando que lo mirara.

—deja de jugar niño— dijo Axel ya con un tono brusco— entra ahora y has que comience a trabajar allí.

Gabriel solo soltó una risita y camino hacia el interior de la mansión Meyer, era relativamente satisfactorio jugar y volver loco al mayor, aunque posiblemente no pasara nada entre ellos, aquello de amor a primera vista y el primer amor hacían palpitar velozmente su corazón.

Camino hacia la oficina de Andrew Meyer, entro a aquel lugar como si la casa fuera suya, y para su sorpresa, el gran Meyer tenía compañía y era nada más y nada menos que su heredera, la cual debido al accidente que provoco la muerte de Levana, Karina estaba en silla de ruedas.

— Gabriel, que gusto que estés aquí, necesito que hagas razonar a mi hija de que necesita un guardaespaldas.

Señor Meyer, esto me cae como anillo al dedo o miembro de Axel en... CONCÉNTRATE GABRIEL

— justo venía para decirle que vine con un gran profesional en ese tema, que está buscando trabajo, es totalmente recomendado, venía a preguntarle si lo hacía pasar— sintió la pesada mirada de Karina que le decía que esta se la pagaría.

— adelante hazlo pasar.

— sí señor

Gabriel salió algo incómodo, Karina era una gran amiga, esto de traicionarlo no le agradaba ni un poco, y realmente no le agradaba saber que de alguna u otra manera iba a morir, pero no tenía mucho que hacer ahora mismo, no más, no se suicidaba porque no se moriría sin darle un beso a Axel.

Camino hacia la salida y una vez allí le hizo una seña a Axel para que se acercara y entrara, así mismo caminaron hasta llegar a la oficina, entro Gabriel y detrás el futuro guardaespaldas.

— Él es Ax... Larry— trago hondo intentado no hacer notoria su casi falla— aquí está su hoja de vida.

Le paso al señor Meyer aquel documento que antes le había entregado Axel, y así mismo Andrew examino lentamente y luego miro a Larry.

— ¿Cuándo puedes comenzar con el trabajo?

— ahora mismo, señor— dijo Axel con un nuevo semblante, uno más alegre y cálido.

Gabriel lo miro y dio una sonrisa nerviosa, por lo que Karina se acercó a él en su silla de ruedas y lo miro.

— ¿algo que quieras decirnos Gaby? - pregunto Karina con la duda de que algo sucediera y con la esperanza de no tener guardaespaldas.

— yo...

— nada linda señorita que tendría que decir— interrumpió Larry, el cual se inclinó para quedar de la altura de Karina y así besar su mano.

Karina solo retiro su mano y le dio una mirada asesina a Larry para luego irse, entonces hablo Andrew.

— bueno, te haremos algunos exámenes de rutina y podrás comenzar a ser el guardaespaldas de mi hija en una semana— Andrew camino hacia la salida y antes de irse se giró hacia Gabriel— es un buen hombre, gracias por ser un buen amigo con mi hija.

Gabriel soltó un aire que no sabía que estaba reteniendo al ver que se fue Andrew, su corazón casi que iba a salirse del pecho, tomo rápidamente su mano y lo saco de la mansión llevándolo a las afueras de la misma junto al auto.

— ya está.

— buen trabajo, te mantendrás con vida— dijo irónicamente Axel

— no me digas, estoy re feliz, joven Larry

— no te pregunte como te sentías

Axel se dio la vuelta y se subió al auto, Gabriel no podía creer que no recibió ni unas gracias, pero no iba a detenerlo, solo se lo comería con la mirada, pero no detenerlo.

— deja de mirarme así maldito hormonal, si eres gay será tu problema, pero no es el mío – Axel hizo una seña y el chofer solo comenzó a conducir alejándose cada vez más.

Gabriel casi que echaba humo, pero no se rendiría tan fácil... ese día juro hacerlo, caer en sus redes... ese día sus búsquedas en Google solo eran del tipo: "como enamorar a un hombre", "como volver gay a un chico"; y múltiples preguntas más.

Y realmente si lo hizo caer en sus redes... tanto así que fue víctima de su propio invento y ahora, después de siete años, estaba contra la pared con una erección esperando que su Axel volviera, pero no lo hizo, así que solo atendió su erección y se fue, después de todo Larry no era su Axel, y el conflicto de intereses entre estos dos personajes era aún más complicado de lo que parecía.