🍁𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑿𝑰𝑿/𝑭𝒓𝒂𝒈𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒆𝒏𝒍𝒂𝒛𝒂𝒅𝒐𝒔🍁
Los recuerdos vienen con las personas menos deseadas, es esa pequeña parte que dice, recuerdas más fácil lo malo que lo bueno.
Karina
Las acciones de Dominic la percataron de que algo no estaba bien, y de que la persona que había tocado la puerta era poco deseada por aquel hombre, eso le hizo tomar una pequeña decisión… una acción intrusiva.
Camino hacia Dominic y se paró al lado de la puerta, puso su mano la mano que el hombre tenía sobre la puerta.
Dominic la miro con el seño fruncido por la confusión y ella aprovecho esto para retirar las manos de la puerta dejándola libre que junto con el empuje de Rebeca dejo que la chica de ojos desiguales pasará.
En cuestión de minutos la pelirroja estaba parada frente a frente con Karina, de repente su corazón se aceleró y pudo sentir los palitos por todo su cuerpo acompañados con un escalofrío.
Pum… pum pum… pum… pum pum
Podía escuchar con firmeza los fuertes latidos, incluso parecía como si el corazón estuviera palpitando en sus oídos… era lo único que escuchaba… de repente solo pudo sentir una fuerte punzada en los laterales de su rostro justo al frente de sus orejas antes de caer al suelo.
Seguía consiente, aún sentía y escuchaba la voz de Dominic acudiendo a su caída para ayudarla, pero su cuerpo no respondía, no demoró mucho en quedar totalmente inconsciente.
Despertó nuevamente en una especie de sueño lúcido, estaba sentada en medio de una habitación totalmente oscura que pronto comenzó a ser más clara debido a la luz de la Luna, pero esa luz solo iluminaba en siete lugares específicos.
En aquellos lugares comenzaron a formarse cuerpos y muy pronto pudieron ser identificados por Karina, eran Aron, Emma, Larry, Lira, Dominic, Rebeca y finalmente Gabriel… todos parecían unidos por un lazo que llegaba hasta Karina y la ataba totalmente.
A pesar de intentar soltarse no podía, pero esto le permitió ver las verdaderas realidades de cada uno… se dio cuenta que verdaderamente estaba sola.
Pronto se dio cuenta de algo más, y era que todos estaban parados alrededor de Rebeca, aquella pelirroja… era el centro de todo, de cada acción que cada uno realizaba.
Era como si ella diera órdenes, pero, ¿Qué tan importante podría ser?, no entendía muy bien hasta que lentamente se soltaron las cuerdas que la ataban y aparecieron dos mujeres detrás de Rebeca.
Una de ellas estaba en silla de ruedas y la otra caminaba con elegancia y porte.
Ambas se movían por cada una de las personas susurrando diferentes cosas, aun así cada una lo hacía por su parte hasta que llegaron al lugar donde se ubicaba la pelirroja, allí ambas le susurraron mientras acariciaban su vientre.
Múltiples recuerdos llegaron a ella… pequeños fragmentos que tenían mucho sentido y a la vez no le daban a entender nada.
Solo tenía unas notas… un escritorio en una cabaña… Rebeca y Dominic juntos… Gabriel y Larry juntos… Lira sentada frente a la cabaña mirando al bosque y…
Despertó con un gran sobresalto en los brazos de Dominic mirando directamente a la pelirroja… gracias a ella había recordado algunas cosas y esas cosas la llevaban a una conexión entre fragmentos.
Había despertado en una cabaña en la playa… la cabaña de Larry y Lira… y aunque esto fue solo un producto de su tiempo desconectada del mundo, allí también llegó su primer recuerdo originado en la playa cuando era niña y corría junto con Aron tras una cometa.
Ese último recuerdo era en la playa frente a esa cabaña… y luego estaba su supuesto accidente en el yate… no lo recordaba así, recordaba estar en un yate en la playa frente a esa cabaña, solo recordaba estar festejando algo, pero no era su cumpleaños…
Pronto tuvo que salir de su mente cuando sintió como Dominic cubrió su nariz para que no respirara y así reaccionará.
—Tierra llamando a Karina, ¿Estás bien?
—s-si, lo estoy – respondió Karina volviendo a su realidad para alejarse de Dominic y mirarlos juntos – ¿Ustedes son pareja?
—No
—Si – respondió Rebeca al mismo tiempo que Dominic.
—Linda pareja – dijo Karina titubeando un poco, aún su mente estaba centrada en sus recuerdos – yo, necesito estar sola.
Se levantó y camino lentamente hacia las escaleras mientras sus labios murmuraban relatando sus recuerdos para ver si encontraba algo más entonces sintió la mano de Dominic deteniendo su camino.
—¿Qué sucede?, ¿Recordaste algo? – dijo ansioso esperando que no recordara algo que pudiera joderlo… joder a todos.
No puedo decirle que recordé algo… y si lo que vi tiene que ver con que él también está en mi contra.
Karina titubeó un poco para contestarle, se debatía entre encontrar en él un aliado y poder descubrir todo, o encontrar un mensajero que les contará a todos los implicados.
Después de unos minutos termino negando y subió las escaleras rápidamente para evitar más preguntas lo que dejó desconcertado a Dominic el cual no le puso mucha atención y camino a pasos grandes hacia Rebeca.
—¿Qué pretendes con esto?, ¿Cómo supiste que estaba aquí? – reclamo totalmente enfurecido.
—bombón, te recuerdo que tu tía me dio un rastreador para mantenerte cerca o lejos pero saber dónde estás.
—Maldita, mi día ya es malo y tú lo empeoras más.
—Pero bombón.
—PERO BOMBÓN NADA, DEJA DE LLAMARME ASÍ – explotó finalmente el hombre tornando sus mejillas rojas de la ira.
Rebeca solo se acercó y le dio un suave beso en los labios para caminar hacia la puerta.
—En casa ajena no se grita, ¿Recuerdas esa frase? – suelta una pequeña risa – me encanta esa frase, espero que a ti también bombón.
Dominic tenso la mandíbula al recordar el motivo de esa frase…
Sabía perfectamente a que se refería con su pregunta de si la recordabas…
Claro que lo hacía, ese fue el inicio de toda la mierda que ahora estaba comiendo.
Fue el inicio de su relación con Rebeca y de su amor con Karina, fue el inicio de las mentiras que los enlazaban, a él, a la pelirroja y a muchos más.
Él hombre tuvo que salir de su burbuja de recuerdos para caminar fuera de la mansión Meyer detrás de Rebeca para reprender y dejar en claro que no podía joderlo de esa manera.
Aun así sabía que tenía mucho que perder… la pelirroja siempre tiene algunas mañas que lo vuelven víctima de sus propios inventos.
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