🍁 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑰𝑿/ 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒔𝒖𝒆𝒏̃𝒐𝒔 🍁
Los peores momentos sacan lo mejor de cada persona, o en este caso recuerdos.
Karina
Vio como se llevaron a aquella loca y como los vecinos curaban a Aron, permanecía sentada viendo fijamente a aquel moreno mientras los vecinos revisaran que estuviera bien, fue en ese momento, en un abrir y cerrar de ojos que los recuerdos volvieron, o al menos una parte de ellos.
Mientras miraba a un punto fijo, su mente se transporto a aquellos recuerdos que y obtuvo cuando despertó en la casa de Larry y Lira.
Volvió a aquel momento en la playa, cuando se supone que era una niña y corría al lado de un niño detrás de una cometa, pero era como un sueño lucido en el que podía moverse de manera distinta, y al girarse a ver a aquel niño se encontró con alguien que ya había visto, pero no sabía dónde.
En esa orden de escenas, volvió a estar frente a los que se supone que eran sus padres, pero está vez si habían rostros, si podía reconocerlos y aquella niña que se golpeaba con la piedra era nada más que aquella chica, ahí recordó aquel cuadro de su familia, se enfocó en la otra chica, la de los ojos azules, era igual a aquella loca que la había atacado.
Ahí reaccionó y se encontró con la mirada preocupada de Aron, sintió la calidez de la manos del mismo en sus hombros, ya estaban solos.
- ¿te sientes bien?
- ¿ella era mi hermana?
Responder a una pregunta con otra pregunta, en otro seria una falta de respeto, pero en este momento solo era lo menos que Aron podría esperar después de todo.
- Si, ella es Emma, tu hermana mayor, bueno, es... - negó ante lo que iba a decir, no podría revelar algo así como así - es solo eso, tu hermana.
- ¿Estás bien? - dijo intenso cambiar de tema, sabía, sentía que le ocultaba algo y que no se lo diría - ¿No te duele?
- si, estoy bien - soltó un suspiro, la conversación ya se estaba volviendo incomoda así que le dio una sonrisa - deberíamos ir a descansar, fue algo difícil y te vez cansada.
Karina no sé negó, realmente no quería hacerlo, no le apetecía hablar más de un tema del que claramente no sacaría respuesta.
Todos le ocultaban algo, algo que para ella podría ser algo muy importante, algo que le hiciera recordar tan siquiera quien era en realidad.
Ahora no tenía en quien confiar, y si tuviera, no sabría si es confiable, porque solo no lo recordaba, su mente era un espejo quebrado, y por cada grieta se caían sus recuerdos, lamentablemente por más que intentará detener aquellos recuerdos, por más que intentará salvarlos no podía.
Así que solo asintió y camino guiada por Aron a la habitación, allí le dio una ropa cómoda femenina, no quiso preguntar, ella solo supuso de quien sería.
Se acostó en la cama del moreno ya que este insistió que durmiera allí y el dormiría en el sofá.
Se acomodó y se quedó mirando el techo, pero más haya de mirar su mente estaba ocupada, ocupada esforzándose con el objetivo de recordar para saber si en el lugar que estaba estaría bien.
Sin darse cuenta sus ojos se sintieron pesados y cada vez el techo era menos a su vista, cada vez veía menos hasta que finalmente no vio nada.
Su cuerpo se desconectó por completo del mundo, quedó quieto e y sin ningún movimiento pero su mente no paraba correr sin freno alguno.
Está vez, se encontró en un lugar distinto en medio de su sueño.
Tal vez era su preocupación por recordar, lo que la llevo a estar con una mujer, con Levana.
Estaba en un auto, podía ver cómo Levana conducía, su seño estaba fruncido, no parecía muy feliz, movía sus labios como si estuviera discutiendo pero lo único que Karina escuchaba era un fuerte pitido.
Intento hablar, intento tocarla, pero permanecía quieta, paralizada.
Y cuando logró moverse el pitido se volvió aún más alto y agresivo con sus oídos, una gran cantidad de vidrios volaron por todos lado mientras el auto chocaba contra un árbol.
Intento moverse pero como si las tragedias la persiguieran, el árbol no resistió el golpe y cayó justo sobre el auto aplastado el lado en el que se ubicaba Levana.
Debido al impactó la hizo despertar sudorosa y con el pecho dando saltos, sus manos se movían de manera nerviosa.
Había Sido demasiado realista , era como si realmente lo hubiese vivido. Soltó un pequeño suspiro y observo la habitación, permanecía oscura, eso quería decir que aún era de noche.
Se levantó a pasos lentos y en puntilla por el camino hacia el baño, una vez así posición sus manos a manos los lados del lavado y se miro al espejo, aún tenía una expresión de miedo y terror.
Se lavo la cara y luego se miro nuevamente al espejo, soltó una pequeña risa y negó.
Esto me está volviendo loca, claro que no paso
Se átomo el cabello y camino de manera sigilosa nuevamente hacia la habitación, una vez allí se sentó en el borde de la cama e hizo círculos con su cabeza.
Y si, ¿Tal vez es un recuerdo?
Se golpeó fuertemente en la frente y negó nuevamente, lo que había sucedido con su supuesta hermana tenía bastante afectada.
Termino por acostarse y decidir en no pensar más en ello, hizo lo que pudo para relajarse, el cansancio de su mente le permitió dormirse nuevamente.
Pero, aquello de los sueños la seguía persiguiendo.
Aún así este era algo distinto, estaba en funeral, podía notarlo por los colores sobrios, los ataúdes y las flores perfectamente arregladas en coronillas fúnebres.
Se esforzó por buscar a alguien conocido, y lo encontró, encontró a su supuesto padre y su hermana al lado de un ataúd.
Intento acercarse, pero era como si sus pies estuviera pegados al suelo.
Intento gritar pero su garganta no soltaba ni un mínimo sonido.
Aún así, su hermana por varias circunstancias se dio la vuelta y miro a Karina.
Karina no sabía si alegrarse porque la había visto y le ayudaría o simplemente tener miedo por lo que está le haría.
Fue ahí mientras Karina se debatía por qué sentir, que la chica se acercó a ella y le dio una fuerte cachetada.
-¡¡Mataste a mi madre!!
Aquella palabras resonaron junto con la cachetada por todos el lugar.
Karina se sintió mareada y a punto de caer al suelo mientras intentando a gritos decir que no había matado a nadie.
En ese momento despertó, su garganta estaba seca y su mejilla adolorida como si realmente le hubiesen golpeado.
¡Que mierda!
Se pasó la manos por el rostro y miro hacia la mesita de noche donde había un reloj, vio la hora, ya era de mañana, las 7:00 de la mañana.
No descanse... que pensamientos suicidas los míos.
Se levantó de la cama y camino hacia la sala, cada vez que se aproximaba a la sala podía sentir un dulce olor que le hacía agua a la boca.
Cerró sus ojos y se guío por medio del olor hasta llegar a la cocina, una vez allí abrió lentamente los ojos y se encontró con un Aron cocinando totalmente concentrado, no pudo evitar que le causará gracias así que soltó una pequeña risita que lo alertó de su presencia.
- Buenos di... - se detuvo en media frase al ver a Karina, con grandes ojeras y una mejilla roja - ¿Dormiste bien?
- Si.
- No lo parece, tus ojeras dicen mucho.
Karina envío las manos a su rostro y corrió hacia el baño para verse en un espejo.
Dios, parezco muerta en vida, ¿O tal vez si me morí?
Soltó una risa sin ganas, se rasco la cabeza con desesperación y se miro en el espejo, soltó un suspiro y volvió a la cocina algo acomplejada y penosa.
Se supone que mi prometido deje verme así... después de todo, ¿Me desperté así después de casados no?.
Aron comenzó a chasquear sus dedos mientras la observaba.
- Tierra llamando a Karina.
Karina lo miro y le dio una pequeña sonrisa para alejarse.
- Karina recibió el llamado de la tierra.
Aron se ríe y le sirve un poco de espaguetis.
- Se que no es comida de rico, pero algo es algo, ¿No? - sonríe como si quisiera decir algo más, unos minutos de silencio pasaron hasta que se decidió por hablar - ¿Volverás a la compañía?
- ¿Compañía?
- Eres la heredera, Emma está a cargo por ahora, pero eres la presidente legítima.
- ¿Heredera?
- Juro que si sigues así te pégate a la tierra, porque constantemente estás en marte.
- Yo... Dame un minuto.
Se fue a la habitación nuevamente, tomo una almohada con la que se cubrió la boca para gritar, a este paso moriría del estrés.
Luego de unos minutos volvió como una persona nueva, se sentó y comenzó a comer espaguetis.
- Iré a la compañía, una psicópata no puede seguir representando la compañía, aún así, no recuerdo nada - trago hondo, lo que diría podía ser su perdición - elijo confiar en que me ayudarás con eso.
Aron solo asintió, no tenía más opción, creyó que Emma era la bipolar, pero se dio cuenta que era un mal de familia.
Mientras tanto Karina solo rezaba por no atragantarse con el espagueti.
Ahora es que me suicido con el espagueti, ya vi las noticias, chica muere ahogada con el espagueti.
Sigue comiendo, observa a Aron, y al mirar su expresión suspiro y se obligó a fingir que todo estaba bien.
Se me está pegando la demencia de Emma.
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