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🍁 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑽/ 𝒆𝒍𝒍𝒂 𝒆𝒔 🍁

Obligarte a lograr algo, solo te llevará a una falsa ilusión, pero, ¿Quién no es fanático de ilusionarse?

Se encontraba perdida en aquel girar y girar, al principio su mente solo indagaba al fondo de una pregunta.

¿Que me ayudara a ver o recordar esto?

Pregunta que pronto fue respondida, cuando su mente justamente se fijó en aquel escenario que una vez ya había visto, en aquel momento, en la playa.

Volvió a escuchar aquella voz femenina que la llamaba, cuando justo soltó la cometa color naranja, a la cual no le tomo mucha importancia, esta vez sabia que sin dudar iría a donde provenía la voz.

Corrió en dirección hacia la voz para encontrarse con dos personas, la mujer que la llamaba y a su lado un hombre, solo podía ver sus cuerpos, lo cual le permitió identificar sus géneros, pero no hubo más que eso, sus rostros aún eran nulos.

Pronto el hombre se acercó a ella con la mujer detrás, la mujer seguía con gran destreza y coordinación sus movimientos, como si quisiera imitar la sombra del hombre.

— Es hora de ir a casa – pronuncio el hombre con una voz distorsionada que generaba un pitido aturdidor en sus odios sin posibilidad de reconocer su voz.

Luego miro a la mujer, su cuerpo se le hacía tan familiar, pero no sabía de qué sitio, solo podía jurar que alguna vez lo había visto, de nuevo era esa sensación de qué sabia de quien se trataba, pero no lograba encontrar su nombre, pero antes de que pudiera seguir detallando a la mujer algo paso cerca de su rostro dejando un pequeño rasguño, era una piedra que paso por su lado provocando una lesión menor.

Para su asombro, al darse la vuelta, puedo ver que la parada finalmente fue en la frente de una niña a su espalda, niña que nunca había visto en ninguna de sus anteriores visiones, y de la que solo podía ver su herida en la frente y sus ojos azules.

Podía ver la frente de la pequeña sangrar mientras ella comenzaba a llorar y se mandaba tontamente las manos a la herida, pero los adultos no se inmutaron frente a este evento, de hecho pusieron más su atención en Karina, la cual seguía viendo a la niña en su sufrimiento.

La niña al ver esto, comenzó a preocuparse más por la atención de los mayores que por su herida, se agachó y tomo la piedra, y con una mirada de odio hacia Karina ella solo comenzó a golpearse aún más la cabeza, pero los adultos siguieron sin ponerle atención, la mujer se centró en acariciar el cabello de Karina, y el hombre en acariciar sus manos.

Mientras Karina observaba con consternación lo que sucedía, se quedó paralizada y totalmente quieta no se podía mover ni siquiera para alejarse del hombre y la mujer, fue ahí cuando la niña de ojos azules empuño la piedra y dejo de pegarse, así mismo mientras su rostro sangraba se acercó a Karina y la golpeo con la piedra en la cabeza.

Con ese golpe, Karina despertó de aquel trance con un dolor en su cabeza como si en verdad le hubiera golpeado mientras dejaba caer lágrimas y se aferraba al brazo de Dominic como si necesitara su protección.

Pronto lo miro, y cayó en cuenta de todo el teatro que estaba montando, él disfrutaría burlarse de ella, por eso así que se separó rápidamente mientras lo miraba, no solo avergonzada sino confundida mientras Dominic se reía.

—A pesar de estar en el trance, sigues moviendo tu cuerpo, ¿sabes? Tu mente es la única que se va – se burló mientras cruzaba sus piernas en carrizo – ¿Recordaste algo? Espero que golpearte la cabeza y arañarte la mejilla no haya quedado en vano – pregunto mostrando una rara preocupación.

Karina se levantó mientras sacudía su ropa para luego mirarlo, estaba confundida por los pequeños fragmentos que recordaba, después de todo los recordaba a medias, y a veces tenían sentido, otra solo se conectaban entre sí y luego estaban aquellos que ni lo uno ni lo otro

— Algo así... – dijo prácticamente en un susurro, aún atónica por su comportamiento y repentino interés.

Dominic se levantó y suspiro mientras negaba, se acercó lentamente y dio una pequeña sonrisa mientras con us mano acariciaba la mejilla de la mujer y luego acomodaba algunos mechones de cabello detrás de su oreja para finalmente besarla, Karina quedó aún más sorprendida, sus ojos abiertos temblaban mientras veía los ojos azules del hombre tras los cristales de sus lentes.

Se demoró un poco, pero finalmente correspondió el beso sin tener como objetivo detenerse, aun así en ese momento Dominic se alejó un poco permitiendo que las narices de ambos aún se tocaran.

— Quería hacer esto desde hace mucho – susurro contra sus labios.

— ¿E-enserio? – los ojos de Karina por un momento brillaron.

— Besas mal, muy mal, lárgate de mi cabaña, ya hice mi trabajo y antes agradece que te deje probar mis labios como ñapa – su tono fue egocéntrico mientras se alejaba de la mujer y volvía a sentarse.

Karina quedó sorprendida y retrocedió de forma inconsciente ante lo que dijo.

¿Cómo podía ser una persona y luego ser otra?, en verdad creí que...

Mientras que Karina asimilaba y soltaba leves sollozos, Dominic recogía el trompo y organizaba unos papeles sobre la mesa sin alguna preocupación en su conciencia, y aun así tuve el descaro de mirarla mientras que su rostro parecía preguntar ¿vas a llorar?, enserio era detestable este hombre.

—¿No te has ido?, ¿Necesitas invitación para largarte? – su burla era más que evidente.

Karina no pudo evitar sentirse de manera terrible, en pocas palabras humillada por él, solo se dio la vuelta y salió de allí corriendo sin detenerse hasta llegar a la cabaña de Larry y Lira entre lágrimas.

Aun así, cuando estuvo parada en la puerta, respiro hondo y se limpió las lágrimas, no quería que la vieran mal y mucho menos afecta, más sabiendo la razón tan estúpida por la que estaba así, al entrar se encontró con ambos en la sala entonces busco una manera de evadirlos y la encontró.

—Estoy cansada – relato rápido sin darles la posibilidad de preguntar.

Se encerró en aquella habitación en la que había estado pasando todas estas noches, se cambió rápidamente y se recostó, quería dormir y poder sacar de su mente ese fuerte enojo por la humillación que Dominic había causado.

Aun así, cada vez que cerraba los ojos, no lo veía a él, pero sí sentía esa sensación de sus labios pegados a los suyos, de tal manera que en su estómago las mariposas se sentía revolotear.

Como desearía tomar agua para ahogarlas si es que si son mariposas y no es hambre.

Cuando por fin se quedó dormida, volvía a esa playa y repetía sin descanso lo sucedido, despertando una y otra vez nuevamente al sentir el impacto de la piedra, se levantó y se miró en un espejo para revisar su frente y así asegurarse que no tuviera nada, y en realidad no tenía nada ni siquiera una cicatriz que mostrara que aquella visión o recuerdo era real y si había sucedido.

En ese momento paso ante sus ojos la silueta de aquella mujer, era la mujer de sus sueños... Era Levana, y como si de magia se tratase al volver a revisar su frente encontró una cicatriz cubierta por su cabello donde terminaba su frente.

En eso, salió rápidamente hacia la habitación de la única persona en la que creía que podía confiarle esta información, la habitación de Larry, abrió la puerta de golpe y para su sorpresa él estaba despierto, sentado en un escritorio sin camisa con una de sus manos masajeaba su cabeza enredando los dedos en su cabello.

Podía ver su torso bien definido que brillaba por el sudor de una noche acalorada en una cabaña en la playa, para su deleite él al verla se levantó sin ninguna vergüenza aparente y camino hacia ella dejando ver un tatuaje de un dragón que partía de la cadera, precisamente de su pelvis y terminaba antes de llegar a su pecho perdiéndose por un costado.

— ¿Todo en orden? – preguntó Larry chasqueando sus dedos al verla distraída.

Karina volvió en sí para encontrarse con su mirada, sus ojos verdes sobre ella, la estaban haciendo balbucear y no salían las palabras, retrocedió dos pasos y bajo la mirada, no podía creer que su mente se hubiera distraído de su propósito por simplemente verlo si camisa... no se imaginaba como sería en traje de baño y...

— Te quería pedir ayuda en algo, pero si está ocupado yo puedo...– retrocedió dos pasos más mientras intentaba aclarar su garganta, las palabras que había acabado de decir habían salido casi en susurro y se sentían temblorosas.

Sus mejillas y orejas rojas de la vergüenza, ya que aparte de mirar sin descaro alguno su cuerpo, también había comenzado a imaginar cosas que la habían puesto aún as nervioso, de repente tenía más calor que el que proporcionaba la playa.

— No estoy ocupado, así que dime en qué puedo ayudarte – se sentó nuevamente sin despegar su mirada de Karina.

¿Por qué la mirada se me va para ese lugar?

Respiro hondo y se acercó poco a poco, aun así se dio cuenta de que tenía dos pies izquierdos de la peor manera posible, puso uno adelante del otro causando que tropezara y cayera de narices, esta vez no contra el suelo... Si no... Contra el perfecto abdomen que antes había admirado.

Se apresuró a levantarse, su piel pálida dejaba ver de manera muy notoria su aparente sonrojo, se cubrió su rostro con ambas manos y volvió a retroceder mientras entre sus dedos miraba a Larry esperando una acción de este.

Larry quedó algo sorprendido y en una especie de shock, cuando finalmente reaccionó, soltó una risa y se levantó con tranquilidad como si nada hubiera sucedido, le apartó las manos de la cara y la miro mordiéndose el labio para no seguir riéndose, mientras buscaba las palabras adecuadas para no hacerla sentir mal.

— Que tal si mejor me dices en qué te ayudo de una vez – su voz era temblorosa por las ganas que tenía de soltar una carcajada.

Karina se puso aún más roja y se apartó, soltó una risa para intentar no sentirse mal y lo miro, esta vez frunciendo el ceño con rostro firme, aun rojo pero firme.

— ¿Sabes de una mujer que se llame Levana? – pregunto finalmente de forma segura y firme mientras seguía teniendo su rostro rojo y una mirada achantada, pero por lo menos esta vez no veía a donde no debía.

La radiante sonrisa del chico fue cambiada por una mueca de asombro y de confusión, miro hacia el suelo un momento y luego a los ojos de la mujer, esperando a que está negara o se riera de lo que había dicho, pero Karina estaba firme a su pregunta.

— ¿De adónde la conoces? – pregunto inclinándose hacia ella para luego proseguir – es la difunta esposa de uno de los hombres más ricos del país, pero este está preso por cosas turbias, ya sabes, la gente poderosa siempre tiene sus guardados.

— Y si te digo, que ella es – trago hondo antes de proseguir – bueno, puede ser... Alguien importante como, ¿Mi madre?

— ¿tu madre?

— Bueno, solo es una suposición.

Larry entre cerro los ojos varias veces intentando descifrar lo que está acabe de decir, mientras pensaba que sería lo siguiente que haría y diría, esto podría ser un gran problema.

¿Su hija?

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