
Una sorpresa inesperada para nuestros amigos.
POV Liv
El domingo en la mañana en la cabaña se cuelan rayos de luz, pero no prestamos atención y luego de unos segundos escuchamos a alguien golpear la puerta y nos levantamos sobresaltados.
—Sí, ¿quién es?
—Señorita Liv, soy Ava. —mi nana—. Su padre la espera para desayunar y pregunta por qué durmió en la cabaña.
—Enseguida voy, nana, gracias. —respondo.
Empujo a Connor a la ducha ya que quiero seguir durmiendo y nos damos un refrescante baño, aunque hacemos unos intervalos para besarnos y lavar el cuerpo del otro.
—Escúchame, amor, no podemos salir los dos juntos por si hay alguien afuera esperándome, pero luego de que yo me vaya tú te vas por el parque hasta llegar a tu cuarto, y diremos que tu auto lo dejaste en mi casa por precaución, y que te llevó Bastiaan. Después lo buscas en la tarde, así tenemos una excusa para vernos. —salto a su cintura, envolviéndole con mis piernas y lo beso con pasión, nos miramos y ambos sabemos que hicimos lo correcto.
El domingo a la noche alguien golpea mi ventana, al abrirla me encuentro con un apuesto Connor, su cabello negro despeinado, una camiseta pegada a su cuerpo tonificado y unos jeans verde musgo marcando todo lo que quería volver a ver al natural.
— ¿Qué haces acá? —pregunto.
—Bueno, nena, primero vine para decirte que mañana te recogeré en mi auto para ir al instituto y le diremos a nuestros amigos que somos novios, pero, lo segundo y más importante, no me podía ir a dormir sin un beso tuyo.
—Connor, eres imposible. —pronuncio ruborizada.
—Lo sé, nena, pero es parte de mi encanto. Ahora, Liv, por favor un besito.
Lo tomé de la camiseta, lo atraje hacia mí y comencé a besarlo con intensidad, mi lengua se introdujo recorriendo cada parte de su boca mientras nuestras manos recorrían la piel debajo de la ropa, pero nos separamos rápidamente ya que en mi cuarto nos podrían oír. Connor me besó tiernamente y se marchó.
El lunes Connor me vino a buscar, llegamos al instituto en su auto, él salió y abrió la puerta del copiloto de donde me bajé yo, nos tomamos de las manos -entrelazando nuestros dedos- y pude sentir las miradas de todo el instituto sobre nosotros y la cara de asombro de nuestros amigos.
—Hola, chicos, ¿cómo están? —dijimos al unísono.
—Connor, ¿Liv se siente descompuesta? —preguntó Aly.
—No, para nada, está perfecta, ¿por qué lo dices? —respondió Connor.
—Bueno, primero llega en tu auto, luego la tienes agarrada de la mano, ¿qué es lo que está pasando? Saben que nos pueden contar. —explicó Aly.
—Sí, les tenemos que contar algo a todos. —comenzó Connor—. Estamos saliendo, oficialmente somos novios.
— ¿Qué? —dijeron Aly, Basha, Cande, Angelo, Bastiaan y Alex al unísono.
—Sí, chicos, tampoco les dijimos que nos vamos a casar, no sean exagerados —dijo Connor irritado.
—Tenemos que hablar. —pronunciaron las chicas y me llevaron a un lugar apartado mientras Connor se quedaba hablando con los chicos. Nos interrogaron minuciosamente, nos mostraron los pros y los contras, pero al ver que no íbamos a cambiar nuestra decisión volvimos a juntarnos con los chicos y todos nos felicitaron.
Con Connor compartía tres clases nada más, el resto de estas nos la pasábamos escribiendo, mandando fotos, haciendo planes. Queríamos disfrutar al máximo el uno del otro.
Todos nos reuníamos en la cafetería, nosotros siempre pedíamos las mismas cosas o simplemente nos bastaba con sentarnos abrazados, besarnos y acariciarnos.
Basha nos pidió a las chicas que el jueves la acompañáramos al shopping a comprarse bikinis porque ya que comenzaba el verano, todas dijeron inmediatamente que sí, menos yo.
—Chicas, yo no puedo ir. —manifesté.
— ¿Por? —preguntaron todas al mismo tiempo.
—Bueno, chicas —dijo Connor—, los jueves son de cenas románticas con Liv, y los martes por la tarde son maratones de películas en mi casa...
—Ajá, a que adivino —comenzó Aly—, y los miércoles se van a Francia por los mejores chocolates. —dijo sarcásticamente—. Por Dios, chicos, dejen de ser tan pegajosos que ya asquean. —rodó los ojos.
—Sí, tiene razón, son demasiados melosos, ya veo que antes que terminemos el instituto se van a casar. —dijo Angelo con cara de repugnancia mientras todos los demás asentían.
Connor y yo aprovechamos todos los momentos que nos regalaba el destino. Puestas de sol en la playa de arenas blancas, cenas románticas, caminatas por la Acrópolis y Delfios, ver las hermosas estatuas en el Partenón, ver el templo de Atenea y caminar por los numerosos comercios turísticos.
Todo era hermoso y especial entre nosotros, dábamos gracias que nos arriesgamos a ser novios y que nuestros padres lo sabían todo, al igual que nuestros compañeros.
Luego de unas fantásticas vacaciones de verano en las cuales fuimos a la playa, a bailar y salimos en el yate de Bastiaan, era el primer día en el instituto y como era costumbre, yo iba en el auto con Connor. Nos reunimos en el frente con los chicos y nos llevamos una gran sorpresa, Aly y Bastiaan estaban saliendo. Los demás se quejaban ya que decían que en vez de una pareja insoportable ahora tendrían que aguantar a dos parejas insoportables, lo cual iba a ser peor. El día pasó rápido como el resto de la semana ya que no hacíamos nada más que charlar de lo que hicimos en las vacaciones.
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