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Al shopping, a comprar los vestidos del cumple de Liv.


—Bueno, me voy al instituto, recuerden que no vengo temprano por lo del vestido y los accesorios, y quédense tranquilos que no saldremos de allí porque Basha dice que está todo en el mismo lugar. —le di un beso a cada uno de mis padres, agarré la mochila y me fui.

Como siempre, al salir al porche estaba Connor esperándome, lo miré mientras pensaba qué afortunada era de tener a un hombre lindo, fiel y que me amaba solo a mí.

—Liv, nena, llegaremos tarde. —me sacó de mis pensamientos.

—Eh, sí, ya voy. —dije.

Me subí en el asiento del copiloto y le di un beso que comenzó en la base del cuello, trazando un camino por su mandíbula hasta apresar su lóbulo, Connor gimió. Luego me dirigí a sus labios, besándonos sin piedad, introduje mi lengua en su boca mientras él comenzaba a acariciar con ambas manos debajo de mi blusa, directamente sobre mi piel. Sentía como hacía arabescos subiendo desde mi espalda baja por mi columna vertebral, lo que hizo que me estremeciera. Nos separamos y nos quedamos mirándonos, celeste contra celeste.

—Dejémoslo para la noche, amor, sino saldrá mi madre pensando que se te rompió el auto. —dije.

—Bueno, nena, pero de esta noche no te salva ni Dios. —manifestó Connor.

— ¿Quién te dijo que quiero ser salvada? —cuestioné y ambos sonreímos.

Llegamos al instituto y entramos con nuestros amigos, al sonar el timbre del primer recreo me puse de acuerdo con las chicas para que Aly y yo fuéramos en un auto, mientras que Basha y Cande en otro. Como siempre Angelo quería saber qué haríamos.

—Bueno, vamos al shopping. —respondí.

—Buenísima idea. —gritaron todos los chicos al unísono.

—Es tarde de chicas, los varones no van. —dijo Basha con el ceño fruncido.

—Bastiaan y yo vamos, porque somos novios de Liv y Aly. —anunció Connor y ambos sonrieron triunfantes.

Basha miró con los ojos entrecerrados a Connor y Bastiaan, pero antes de que pudiese contestar recibió un codazo de parte de Cande.

—Perfecto, que vengan, así nos ayudan a elegir los vestidos y nos llevan las bolsas mientras entramos en todos los locales. —manifestó Basha con una gran sonrisa. Ambos se miraron entre sí.

—No, vayan ustedes, es tarde de chicas. —se retractó Connor y todos comenzaron a reírse.

—Vayan tranquilas, chicas, y disfruten. —dijo Angelo.

—Sí, es hora de que tengan una tarde de chicas. —dijo Alex esta vez.

Connor y Bastiaan se miraron y luego nos miraron a nosotras.

—Sí, salgan y pasenlo lindo. —se apresuró Bastiaan.

Cuando terminaron de hablar, las chicas y yo no pudimos aguantar más las ganas de reír y soltamos las carcajadas que habíamos estado reprimiendo mientras los chicos nos veían con cara de pocos amigos.

Antes de la siguiente clase la voz de la directora resonó en los grandes pasillos del Instituto.

—Los alumnos del Quinto año A, B y C saldrán ahora ya que los docentes tienen Junta del Ministerio. Ya se pueden retirar, gracias.

Basha extasiada nos arrastró a todas a los autos, dejando el auto de Cande en el parqueo del instituto para luego buscarlo allí. Subí al auto con Aly y no podía negar que estaba feliz de estar con mis amigas, hacía tiempo que no salíamos juntas pero Basha siempre nos hacía sufrir al tratarse de compras.

Ella te podía hacer entrar en todos los locales para probarse todos los vestidos que le gustaban, pero siempre había un "pero". No había de su talla, o no había de su color y los otros no le gustaban, por eso era capaz de hacerte entrar en todos los locales que vendieran vestidos y terminaba volviendo al primer local y llevándose el primer vestido.

Al entrar fuimos a una cafetería, pedimos tres capuchinos y un latte, al traernos el pedido lo disfrutamos mientras que Basha en menos de cinco minutos terminó su latte y nos apuró a todas.

—Vamos, chicas, que mágicamente no va a aparecer el vestido perfecto para el cumple de Liv, así que ya dejen esos malditos capuchinos, paguen y comencemos el recorrido. —espetó Basha.

Todas nos miramos con cara de sufrimiento, mientras que la felicidad de Basha era palpable. Nos levantamos e íbamos a ir por el pasillo Norte, el cual te hacía recorrer todo el shopping, hasta que vi por casualidad una tienda nueva y tomé a Aly del brazo e hice que mirara la tienda.

—Aly, esa es nuestra salvación. Es una tienda nueva, se ve espaciosa, tiene bonitos vestidos en vidriera y trabaja con Versace, Gucci, Prada...

—Tienes razón, Liv, esta es nuestra salvación, así no caminamos por todo el shopping. Llamemos a Basha. —dijo Aly aliviada.

—Basha, ¿no viste la nueva tienda que abrieron?, trabaja con todas las marcas que usamos y en la vidriera hay vestidos muy finos y lindos, además también venden accesorios. —le informé a Basha.

— ¿Y qué estamos esperando? Vamos todas. —pronunció Basha. Cande, Aly y yo nos miramos con una sonrisa cómplice y seguimos a Basha.

Entramos a la tienda y realmente era muy lujosa, en toda la parte de abajo estaban colgados los vestidos por color y lo bueno era que no se repetían los modelos. Había veinte blancos y todos eran distintos, tenían una sección para los vestidos cortos y otra para los vestidos largos.

Aparecieron de golpe cuatro asistentes, una para cada una, si bien todas acordamos ir de corto, nunca hablamos del color, diseño ni nada. Comenzamos a ver los vestidos y todas tenemos distintos gustos y colores, luego nos metimos a los vestidores y salimos con ellos puestos para escuchar el veredicto de las demás. 


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