024.

— ¿Cuándo comenzará a crecer tu barriga? —pregunto con una sonrisa y acariciando su -aún- plano estómago.

Escucho su risa y me siento un poco ofendido por su reacción hacia mi pregunta.

— No te burles de mi, estoy emocionado—reprocho, haciendo un puchero con mis labios.

— Ashton —unas arruguitas se hacen presentes en los costados externos de sus ojos debidas a su sonrisa—, apenas tengo dos meses y medio, con suerte al tercer mes debería comenzar a notarse, todo depende.

— ¿Depende de qué? No puede esperar para verte con un pequeño bulto en tu estómago, ¿te imaginas cuando sepamos si es una niña o un niño? ¿cuando comience a patear? ¿cuan-? —sus labios se presionan dulcemente sobre los míos y me calla—. Vale, lo entiendo, tengo que dejar de hacer tantas preguntas y disfrutar de esto —sonrío contra sus labios y le beso una vez más.

Cuando nuestro labios se separan, Mary entrelaza nuestros dedos y los deja sobre su abdomen.

— Dime, si es un niño, ¿cuál te gustaría que fuese su nombre? —su voz es completamente alegre.

— Aiden, ese nombre me gusta. ¿Y a ti?

— Sebastian. ¿Y si es una niña?

— Marya —pronuncio sin siquiera pensarlo, y adoro su reacción.

— A mi también me gusta ese nombre —sus mejillas están rosadas y abultadas por la sonrisa que adorna su bello rostro— ¿Sabes? Me encanta tenerte aquí.

— Y a mi me encanta estar a tu lado. ¿Cuándo te dan el alta? Quiero que estemos juntos los tre- cuatro en casa, en Sidney, está un poco desordenada, pero no es nada que no se pueda arreglar.

— No lo sé, los doctores dicen que tengo que estar en observación debido a lo de la arritmia y eso —muerde la esquina de su labio.

—Bien, en ese caso tendré que volver a casa con Trueno para buscar algo que olvidé allí.

— Tienes esa mirada en los ojos, ¿qué estás tramando, Ashton Irwin? 

— Nada —me encojo de hombros pero la sonrisa me delata—, no seas cotilla.

Ella bufa con clara molestia al no saber de mis planes, y beso repetidas veces sus labios, no tarda mucho en ceder y luego comienzo a dejar besos por todo su rostro, sacándole una risita.

— Te amo.

— Yo también te amo, Ash.

{...}

Paso toda la tarde con Mary hablando sobre nuestro bebé y haciendo planes para el futuro, y cuando el sueño la vence, me quedo a su lado, haciéndole mimos, murmurándole cosas a mi bebé.

Doctores y enfermeras entran en la habitación con regularidad, revisando y ajustando miles de cosas; dándome sonrisas compasivas.

Paso mis dedos por toda la extensión de su cuello y al llegar a lo poco que puedo ver de su pecho, acaricio la piel de la zona, contando los días para que le pueda volver sentir mía en todos los sentidos posibles.

En su sueño Mary está un poco inquieta, moviéndose sin parar, pero es cuando el monitor cardíaco comienza a alterarse que me preocupo; noto como una lágrima sale de sus ojos cerrados y despierta abruptamente, llevándose una mano al pecho y con la respiración sumamente acelerada.

— Hey, hey —tomo sus hombros mientras ella mira desconcertada a su alrededor—, está bien; fue sólo un sueño, amor.

— Ash, y-yo soñé qu-que —y se calla.

— ¿Qué sucede, Mary?

— Soñé que algo le sucedía al bebé —sus ojos se cristalizan y veo el temor en ellos.

— Fue sólo un sueño, cariño —la abrazo y froto su espalda—, tranquila —beso su frente—. Voy a conseguir algo de tomar. ¿Quieres algo?

— Si, de hecho si. Quiero dulces, miles de ellos, oh, chocolates.

— Mary...

— Ashton, por favor —pone ojos de perrito.

— No me mires as-, está bien. Ya vuelvo.

Beso su frente y entonces salgo de la habitación hacia el cafetín del hospital, consigo una coca-cola y los dulces para Mary, pago por todo y cuando voy de nuevo hacia el cuarto, me encuentro con Calum, Michael y Luke.

Trago saliva incómodamente, sin saber qué decirles.

— Ashton —Calum es el primero en hablar—, espero que no sea muy tarde para felicitarte por lo del bebé —me sonrío y abre sus brazos hacia mi.

Le sonrío de vuelta y gustoso le abrazo fuertemente, luego siento como mis otros dos amigos se unen al abrazo.

— ¡Felicidades!

— Gracias, chicos.

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cuando digo que el final está cerca lo digo en serio, bai.

*se esconde entre las sombras*