018.

- Anemia, -suspiré- tengo anemia, pero no es nada grave. Sólo tengo que estar aquí unos días más y todo estará bien. Con la medicación adecuada, todo estará perfecto -le sonreí, tratando de tranquilizarlo.

- ¿Te pondrás mejor pronto? - me sonríe ligeramente, claramente aliviado por mi respuesta.

- Lo haré -llevo mi mano a su mejilla y la acaricio.

Ashton no tarda en acercarse de nuevo a mi y besarme lentamente una vez más.

Cuando nuestros labios se separan su frente se apoya contra la mía y vuelvo a besarle cortamente, con una sonrisa.

- Extrañé esto, -me besa- te extrañé a ti.

Le robo otro beso más y entonces creo un poco de distancia entre nosotros.

Entrelazo nuestros dedos y dejo que el silencio nos invada completamente por unos minutos.

Es un silencio cómodo y agradable. Transmite paz y calma. De esos que quieres que perduren para siempre.

Fijo mi mirada en la suya y obtengo una gran sonrisa de su parte.

La manera en la cual lo he extrañado no tiene comparación alguna.

Sin su sonrisa mi día no podía estar completo; sin sus pequeñas bromas, no tendría motivo para reír; sin él, y por muy cliché que pueda sonar esto, mi vida pierde todo su sentido.

Dicen que todos necesitamos una brújula en nuestras vidas, y Ashton es mi brújula.

- Deberías dormir un poco, desde China se nota que estás casi cayéndote del cansancio -susurro y paso los dedos de mi mano libre por sus desordenados rizos.

- Lo estoy -me da la razón riendo cortamente.

- Ven aquí -le hago espacio en mi cama de hospital, palmeando el colchón a mi lado.

- No deber...

- Al diablo con las reglas, Ashton. Acuéstate conmigo -bufo, haciendo un puchero con mis labios.

Veo como sus cejas de elevan de manera sugestiva y golpeo su brazo.

- No de esa manera, maldito pervertido. Estoy enferma, ¿recuerdas? -comienzo a reír- Sólo acuéstate conmigo.

Él realmente no tarda ni diez segundos en obedecer, abriéndose paso entre todas las máquinas y cables que están conectados a mi pecho y se recuesta a mi lado, pasando un brazo cuidadosamente por mi cintura y mirándome besa repetidas veces mi mejilla.

Se mantiene así hasta que el sueño logra vencerlo, cosa que no sucede mucho tiempo después, y sus preciosos ojos hazel se van cerrando lentamente, su cabeza se apoya suavemente en mi hombro y luego cae en la almohada.

Disfruto de su compañía más que nada en el mundo y no puedo evitar el jugar con los rizos de su cabello. Sonrío para mí misma, observándolo en su más neutro y puro estado. Está profundamente dormido y observo de cerca cada una de sus facetas, las cuales no me voy a permitir olvidar incluso estando muerta y que ya he memorizado miles de veces, y no me canso de admirar, porque Ashton es malditamente hermoso.

Le doy gracias de manera infinita a Dios por permitirme el tenerlo a mi lado y por sobretodo, por haberlo puesto en mi camino alguna vez.

Siento como él aprieta un poco su agarre en mi cintura, acercándose un poco más a mi y sonrío, acomodándome un poco más a su lado para seguir con lo que estaba haciendo.

Admirándolo, adorándolo, amándolo en completo silencio.

Sus pequeños ronquidos comienzan a escucharse y río, besando su frente y abrazándolo.

Noto como la puerta se abre y miro hacia mi mamá, quien se disculpa en silencio y vuelve a salir de la habitación. No le doy tanta importancia al asunto, pero agradezco que se haya ido para poder seguir disfrutando de mi momento a solas con Ashton.

El estar tan tranquila y en paz hace que comience a dormilarme un poco, pero no me niego a tener una pequeña siesta con mi novio.

- Te amo, Ash. -susurro, dejándome llevar por Morfeo.

-

cortito pero necesario.

¿alguien sigue leyendo esto? hagan acto de presencia.