016: He's kinda depressed.
016.
Ella.
Escucho unos suaves golpes en la puerta, y digo en un tono de voz alto "Pase."
Mi corazón palpita fuertemente contra las paredes de mi pecho. La cabeza pelinegra de Mike se asoma por la puerta, con una pequeña sonrisa en sus labios. Más arriba se asoma la cabeza morocha de Calum, y luego se asoma la cabeza rubia de Luke.
— ¿Se puede pasar? —me sonríe Calum, yo asiento con la cabeza, aún asombrada. Los tres chicos se pelean en la puerta para entrar con prisa y terminan en el suelo. Ahogo una carcajada y Luke me abraza con fuerza.
— ¿Cómo estás? —me susurra suavemente, mientras besa mi mejilla.
— Los extrañaré, ¿lo saben, cierto? —es lo único que atino a decir, sonrío levemente. Sus ojos se llenan de lágrimas y me vuelve a abrazar, ésta vez seguido de Calum y Mike.
— Oh, Mary, cállate —Mike solloza y aprieta sus brazos más a mi alrededor, escondiéndose como un niño pequeño.
— Lo sé. —Calum también tiene la voz llorosa.
— Si siguen llorando me harán llorar. —un nudo se forma en mi garganta.— ¿De verdad viajaron quince horas para verme? —y no lo puedo evitar, ya me he unido a su llanto.
— Lo que sea por nuestra linda princesa. —Mike vuelve a llamarme por mi estúpido apodo, ganándose un golpe en la cabeza de mi parte.— Hey, estás enferma pero no te has amansado. —se soba la cabeza, separándose del abrazo grupal.
— "Bicho malo nunca muere." —cito, sonriendo con suficiencia.
— No es nada gracioso, Mary. —Calum me mira disgustado.
— Lo siento, supongo que me he estado acostumbrando a este tipo de bromas —me encojo de hombros.
— Deja de ser cruel, hemos viajado quince horas para verte . —el tono con el que Luke me habla es totalmente serio.— ¡Casi me quedo sin trasero! —exclama girándose y palmeando su trasero.
— Oh, vamos, Luke. —suelto unas carcajadas. Me han hecho reír. Hace tiempo no reía.— Sabes que aún viajando mil horas en auto tu trasero nunca dejará de ser genial. —halago su más preciada posesión.
— ¡Hey!, ¿no era que yo tenía el mejor trasero? —Cal me mira indignado.
Aquí vamos otra vez.
— Cal, ya tuvimos esta discusión antes. Sabes que tu trasero es el mejor. —él me abraza por los hombros y deja un sonoro beso en mi mejilla.
— ¿Cómo te sientes? —mi mirada se dirige hacia Michael, quien está sentado en uno de los sillones, jugando con sus dedos.
Es increíble cómo cambian los ánimos en esta habitación. Pasamos de ser unos lloricos, a tener una charla de "Quién tiene el mejor trasero" y ahora a tener una conversación totalmente seria.
— Mentiría si digo que físicamente me siento bien, tampoco es algo que no pueda soportar. Pero, emocionalmente, me siento feliz por tener a mis tres idiotas conmigo. —sonrío y de pronto mi pecho se llena de vacío.
«A mis tres idiotas.»
Ashton.
Su ausencia me agobia, me deprime y me destruye. El hecho de que los chicos hayan viajado quince horas y hayan recorrido más de mil kilómetros por mí, es simplemente fantástico, y me siento feliz por eso; pero, mi cuento de hadas se desmorona al darme cuenta de que la persona de la que estoy enamorada, una de las personas más importantes en mi vida, no pudo hacer lo mismo que mis tres amigos para verme. Pero, no lo culpo, él a diferencia de los tres chicos que me acompañan en este momento, no sabe nada sobre esto. Absolutamente nada.
— ¿Cómo se encuentra? —rompo el inminente silencio que se había formado.
— Mary, él está...
— Algo deprimido, pero ha comprado un perro, creo que eso lo ha ayudado un poco —Calum interrumpe a Mike.— No lo sé. No me mires de esa forma, Mary.
— Lo siento. —bajo la mirada, mordiendo el interior de mi mejilla derecha.
— Mary, —Luke me habla suavemente.— ¿no has pensado en decirle de todo esto? —niego con la cabeza.— Veo algo injusto el hecho de que nosotros siendo tus amigos lo sepamos y que él siendo tu pareja y amigo, no sepa nada.
— Lo sé, Luke. Pero me parece más injusto que al decirle esté todo el día y toda la noche preocupándose. Él no lo merece. —limpio las lágrimas que comienzan a hacer surcos en mi cara.
— Él no pudo viajar hasta aquí. Tuvo que quedarse en Sidney. —Calum se dirige a mi.
— ¿Qué le han dicho sobre mi estado? —mordisqueo mis labios nerviosamente. Malditos traidores. Me habían jurado su voto de silencio.
Bastardos.
— Que enfermaste y estás en hospital. — Calum me agarra el rostro entre sus manos— ¿Está bien? —asiento y bajo la mirada.
— Hey, Mary, tenemos que irnos, ¿vale? — Luke me mira desde la puerta.— Volveremos mañana. —me asegura con una sonrisa en sus labios.
— ¿Dónde se están quedando? —les pregunto, justo antes de que salgan por la puerta.
— Hablaremos con tus padres sobre eso, no te preocupes —me responde Mike y salen de la habitación, cerrando la puerta.
«Él no pudo viajar hasta aquí. Tuvo que quedarse en Sidney.»
«Él está algo deprimido.»
Las lágrimas comienzan a mojar mis mejillas y abrazo la almohada, ahogando mis sollozos en ella.
Unos minutos después escucho de nuevo golpes en la puerta.
— Mamá, quiero estar sola unos minutos. Baja a tomar un café y luego puedes subir. Dormiré un rato. —los golpes cesan y escucho la puerta abrirse.— Mamá, por favor—aprieto la almohada entre mis puños, parando de sollozar.
— Tu madre acaba de tomar un café, preciosa. Yo mismo se lo he comprado —siento como mi corazón deja de latir y me congelo. Sorbo mi nariz y levanto la vista.
Ashton.
Él está aquí.
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este capítulo lo tengo escrito desde que Michael tenía el cabello rojo, saquen cuentas, y he tenido que dividirlo en dos partes.
han vuelto los capítulos narrados por Mary y admito que yo también la extrañé.
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