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015: She will be very happy to see you.

015.

Un mes después.

En el siguiente mes no supe absolutamente nada sobre ella, y casa vez que le preguntaba a alguno de los chicos, me respondían con un simple "Ella está bien." 

Han pasado dos meses, y siendo bastante sincero, no me siento bien del todo, no me siento bien en lo absoluto.

Me refiero a que, ¿cómo se supone que voy a estar bien si tengo a la persona a la que amo, a la dueña de mi felicidad, lejos?
Ni siquiera podía precisar cuán lejos está, porque no tengo ni la menor idea de dónde puede estar.

Melbourne,  Perth, Brisbane, Newcastle, Canberra, Albany, Orange, Bunbury, Adelaida.

El territorio australiano es demasiado grande y si pudiese, lo recorrería entero hasta encontrarla.

Recorrería cada casa existente Australia preguntando por ella si pudiese, así me tildaran de loco y de todo lo que quisieran.

Ya he comenzado a perder la esperanza de saber dónde está, y también la esperanza de que un día de estos ella esté de vuelta en Sidney; porque, al parecer, Mary no tiene intensiones ni de decirme su ubicación, ni de volver.

He de admitir que Trueno me hace sentir un poco más acompañado y hace que mi mente se mantenga lo más ocupada posible mientras estoy en casa; porque el resto del día me la pasaba en las calles de Sidney buscando un empleo, ya que el que tenía lo perdí por estar tan distraído y casi ponerle encima una caja de más de cinco kilos encima al gato de la empresa. 

El sonido desesperado del timbre, junto a los gritos de mis amigos me distrae de mis pensamientos y me obliga a levantarme de mi cómoda cama, y a abrir la puerta lo más rápido que puedo.

— ¡¿Qué es lo que les pasa a ustedes tres?! —exclamo una vez que han entrado a mi casa.

— Mary, Ashton —Luke trata de calmarse.

— ¿Mary qué? ¿Qué pasa con ella? —comienzo a alarmarme con la pura mención de su nombre.

— Está en el hospital, Ashton —finalmente Michael suelta la bomba.

Siento como si perdiera todos los sentidos y no soy capaz de moverme. 

— ¿Qué? —suelto en un jadeo y trato de controlar mis nervios.

— ¿Vas a quedarte aquí o qué? —Calum rompe con la calma que había estado tratando de mantener hasta el momento. 

Corro escaleras arriba y meto toda la ropa posible en el primer bolso que consigo, cuando estoy  punto de salir de la habitación, observo como Trueno me mira curiosamente tratando de comprender la situación.

— Vamos, amigo —lo tomo en brazos luego de haber colgado el bolso en mi hombro.

Llego en pocos segundos a la planta principal de mi casa y Calum mira como sostengo al cachorro en brazos, encarnando las cejas en forma interrogativa. 

— No voy a dejar al maldito perro aquí — explico y tomo las llaves de mi auto.

— Vamos a un jodido hospital, ¿estás bromeando? —Mike dice con burla, siguiéndome afuera.

— No permiten animales en los hospitales, Ash —Luke habla suavemente.

— Díganme algo que no sepa—compruebo que he cerrado todo con seguro y meto a Trueno al auto, para luego meter mi bolso en la maleta y entrar a mi lugar y encender el coche.

Miro por la ventana cómo mis amigos dudan en si subir o no al coche. Hago el amago de arrancar y es entonces cuando ellos suben, soltando varias maldiciones cuando casi se sienta sobre Trueno. Una vez que todos estamos en el auto, emprendo camino.

Me doy cuenta de que estoy por salir de Sídney y me orillo en la autopista.

— ¿Alguien puede decirme hacia dónde carajos se supone que debo conducir? —comienzo a sentirme estúpido.

— Adelaida—Calum confiesa en voz baja.

— ¿Están jodiéndome? —cuestiono y continúo sintiéndome estúpido.

— ¿Deberíamos? —Michael responde con otra pregunta y su tono completamente serio.

— He ido una o dos veces —frunzo el ceño, escarbando en mi memoria—, pero creo que recuerdo el camino. 

[...]

Luego de quince largas horas de camino, quejas y varias paradas en el camino, finalmente estaciono mi auto en The Queen Elizabeth Hospital. Vacilo en el momento en el que me bajo del auto y siento como el pánico y a su vez, la emoción, comienza a invadirme.

Ordeno mis ideas y procuro controlarme cuando entro al hospital. Respiro fuertemente y voy hasta la recepción, completamente solo, ya que los chicos se habían adelantado mientras que yo seguía en el auto, pensando en cuan irreal es toda esta situación. Pregunto por ella y una enfermera me indica el camino a su habitación.

Mis manos tiemblan y mis ojos pesan por el cansancio, pero en ningún momento me permito dar vuelta atrás.

A las afuera de la habitación, se encuentran los padres de Mary, sentados en unas, a mi parecer, incómodas sillas de plásticos. Camino hacia ellos con pasos apresurados y cuando notan mi presencia, ambos se levantan, para recibirme con un abrazo.

— Ashton, que bueno que estás aquí —mi suegra habla casi en susurro y en su voz noto su extremo cansancio.

— Ella estará muy feliz de verte —John palmea mi espalda y vuelve a sentarse.

John, mi suegro, siempre ha sido un hombre de pocas palabras, pero seguía queriéndole como si fuese mi padre.

— ¿Quieres tomar un café? —le propongo a la madre de Mary y ella asiente, metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

El clima comenzaba a tornarse gélido y yo no había sido lo suficientemente precavido como para traer una chaqueta, pero en el momento, eso no era importante. 

Tomo dos vasos de cartón y los lleno con el líquido humeante y amargo.

— ¿Cuándo la internaron? —pregunto a Maura, una vez que nos hemos sentado en una de las mesas que hay en la cafetería.

— Esta mañana —responde suavemente y toma mi mano, dándole un reconfortante apretón— Deberías dormir un poco, te ves cansado.

— Lo estoy —admito, con un poco de humor—, pero quiero verla. La he extrañado demasiado estos meses.

— Lo entiendo, cariño.

— ¿Por qué, ya sabe, está aquí? —finalmente me atrevo a preguntar lo que había tenido rondando en mi cabeza desde que los chicos me dijeron.

— Deberías preguntárselo a ella —señala con la cabeza hacia atrás de mi, giro la cabeza y veo como mis amigos van acercándose a nosotros— Ve —me anima.

Los chicos ha salido de la habitación, eso significa que es mi turno para entrar.

Vería a Mary por primera vez en meses.

El momento por el cual había estado esperando estaba justo aquí, frente a mis ojos. 


_

 se viene lo bueno, no se imaginan, jejeje; no, Orazio, tú no juegas.

momento de self-promo; pásense por mis otras fics y háganme feliz, si, ¿si?



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