010: Old habits, same person.
010.
Narrador omnisciente.
Ya una semana ha pasado desde que Mary ha dejado Sidney. Una semana en la que Ashton no ha sabido absolutamente nada de ella. Una semana en la cual Ashton ha estado hundido entre el humo de cigarrillos y alcohol. Una semana en la cual Ashton había vuelto a sus viejos y desagradables hábitos que Mary tanto odiaba. Una semana en la cual Ashton se había reusado a tener cualquier tipo de contacto humano, así pues, rechazando cada una de las continuas visitas de sus amigos; los cuales comenzaban a preocuparse por su estado.
En Adelaida, hace una semana Mary está establecida en su nueva residencia junto a sus padres; sintiéndose culpable por haber tenido que bloquear —por su propio bien— a Ashton en Whatsapp, por rechazar cada una de sus llamadas y por ignorar cada uno de sus mensajes de texto. Sintiéndose culpable por casa uno de los mensajes que recibía de sus mejores amigos, quienes le informaban sobre el estado de Ashton. Una semana en la cual el sentimiento de culpabilidad la carcomía lenta, silenciosa y dolorosamente, porque sabía que al final de todo, ella era una mentirosa. Al final de todo, ella era la mala de la historia.
Una semana que podría resumirse como unos terribles siete días para ambas partes del partido.
Ashton en Sidney pasándola mal y Mary en la capital australiana pasándola de la misma manera.
Los dos en una distancia de 15 horas y 1,408 kilómetros, pero extrañándose al mismo tiempo.
Ambos preguntándose un "¿por qué?", pero con diferente contexto; Ashton se pregunta el por qué Mary se ha ido —puesto que, está más que claro que él sabe que ella de una manera u otra le está mintiendo— y Mary preguntándose el por qué todo esto le está sucediendo a ella en este momento.
Él.
Toco la puerta con los nudillos sin esperanzas de que ésta se abra.
Los he estado ignorando por una semana y yo pretendo venir a esperar a que me abran la puerta y me dejaran pasar como si nada hubiese pasado.
Soy realmente patético. Es más, si me cerraran la puerta en la cara, ni me molestaría, puesto que yo les he hecho eso en más de cuatro ocasiones, añadiéndole el hecho de que golpeé a uno de ellos a puño cerrado hace exactamente siete días.
Me río de mi mismo y giro sobre mis talones para volver por dónde vine a paso lento, casi arrastrando mis pies.
— ¿Ashton? —detengo mi caminar y miro sobre mi hombro, Michael está parado en la puerta mirándome incrédulo.
— ¿Quién más si no? —respondo entre dientes riendo amargamente. Me volteo y le veo sonreír. ¿Qué mierda? Corre en mi dirección y me abraza fuertemente, haciéndome tambalearme en mi lugar.
— Micha... ¡Ashton! —grita ruidosamente Luke y se me tira encima.
¿Desde cuándo tanto amor ha...?
— ¿Ruloso? —Reconozco la voz de Calum e inmediatamente me preparo para sentirle en mi espalda, esta vez logrando que perdiese el equilibrio y que los cuatro cayésemos al suelo.
Michael y Luke están sobre mi, y a su vez, yo estoy sobre Calum. Todos estallan en carcajadas e inclusive, logran que yo ría un poco por lo ridícula y homosexual que debe verse esta escena.
Supongo que siempre vamos a seguir siendo ese grupo de chicos que se sentaban al final de la clase con el único propósito de ser unos idiotas ruidosos.
— ¡Voy a morir por falta de oxígeno! —Calum grita y de pronto, todos nos dispersamos en el suelo.— ¡Ustedes son unas malditas morsas!
— Yo también os he extrañado, chicos —inhalo fuertemente y cierro los ojos.
— ¿Habéis escuchado eso? —Mike dice con euforía.— ¡El capullo nos ha extrañado! aunque nos cerró la puerta en la cara, ¡nos ha extrañado, joder!
Y de nuevo, siento un enorme peso sobre mi.
— Joder, Michael. Me asfixias —golpeo sus hombros, intentando que se levante.
— Te he extrañado —acaricia su cabeza contra mi cuello, tal como si fuese un gato.
— Lo entiendo. Ya, levántate. En serio —digo con dificultad por la falta de aire en mis pulmones.
— Vale.
Y puedo respirar sanamente pocos segundos después. Me levanto rápidamente, para evitar a toda costa que uno más de mis amigos —o en su defecto, los tres— me utilicen como cama. Miro a Luke, quién tiene los ojos cristalizados, ¿qué?
Frunzo el ceño, interrogante.
¿Por qué Luke iba a llorar?
— Te eché mucho de menos, Ashy —dice y se cuelga de mi como un koala.
¿Es que todos se han convertido en animales o qué?
— Ugh —de pronto, se desprende de mi con una mueca de desagrado— Hueles a cigarrillo, ¿has estado fumando, Ashton Fletcher? —me mira decepcionado.
— Viejos hábitos, misma persona —es lo único que atino a decir mientras me encojo levemente de hombros, sabiendo que había roto una promesa que hice hace dos años.
-
editado.
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