Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

002: I wasn't hungry.

002.


Me despierto y miro el el reloj perezosamente. 4:30 a.m. Me deshago del agarre que Ashton mantiene en mi cintura mientras duerme como un tronco a mi lado y me dirijo al baño de la habitación; me miro en el espejo. Mis manos se ciernen alrededor del borde del lavamanos, para tratar de cesar el repentino mareo que invade mi cuerpo. Cuando el mareo finalmente se va, lleno mis manos con agua y libero mi rostro de la sudoración nocturna que ya se ha vuelto común.

— ¿Estás bien? —su voz somnolienta me sobresalta. Maldigo en voz baja y recobro mi ritmo cardíaco normal.

— Sólo tenía mucho calor y vine a refrescarme. No hay nada de que preocuparse, Ash —beso su mejilla.— ¿Te apetece agua?

— Me apetece un beso —me toma de la mano, acercándome a su cuerpo y chocando sus labios contra los míos unos segundos para luego tomar mi rostro y profundizar el beso mientras acaricia mis mejillas.

— También se me apetecía eso, Sr. Irwin —murmuro contra sus labios.— Ahora, si me disculpa, iré por un vaso de agua. —beso casta y rápidamente sus labios. Salgo de la habitación, sintiendo inmediatamente sus brazos en mi cintura, acompañándome en el camino a la cocina.

Bajamos torpemente las escaleras, casi cayendo por éstas por culpa de Ashton y su insistencia en acompañarme. Tomo el agua rápidamente y volvemos a subir a nuestra habitación, acurrucándonos y entrelazando nuestras piernas.

— Vamos Mary, sólo uno más. —curva sus labios hacia abajo, formando un tierno puchero. Lo beso cortamente.

— A dormir, Fletcher. —le doy la espalda, acomodándome en la cama.

— Mary, —bufa frustrado.— sabes que nunca hago esto.

— Pues lo estás haciendo. Duerme —besa mi hombro.— Ashton, son las cuatro de la mañana pasadas y estoy cansada.

— ¡¿Cansada de qué?! Marya, te necesito —siento el golpe que le da al colchón.

— Ha sido un día agitado para mi, ¿vale? —alzo mi tono de voz.— No pienso seguir con esta estúpida, ridícula e innecesaria discusión sólo porque no esté de humor para complacerte con tus "necesidades de hombre." —me levanto de la cama, enojada y camino hasta la puerta con mi almohada contra mi pecho.— Buenas noches. —le digo, para luego cerrar la puerta con fuerza, creando un fuerte estruendo y me dirijo a la habitación de huéspedes, en la parte de abajo de la casa. Me tiro en la cama, dejando que las lágrimas mojen la almohada.

«Si tan sólo supieras

[...]

Salgo de la habitación, luego de colocarme un short y me arrepiento de haber salido de mi refugio cuando mis plegarías no son escuchadas. 

Ashton está desayunando en la encimera de la cocina. El silencio reina en la cocina y el ambiente es completamente incómodo. Tomo la caja de cereales y pongo un poco en un tazón, para luego buscar la leche en la nevera.

— Marya, he notado que has estado pálida estos días. —Ashton para de comer y su mirada se fija en mí. Escaneándome.

— Me hace falta tomar sol.  Estoy bien —termino de colocar la leche en el tazón y me siento en el sillón, lejos de él.

— ¿Por qué cada jodida vez que te pregunto por algo que me preocupa siempre me respondes "estoy bien"? —alza su voz y se gira en la butaca, mirándome enojado.

— Porque estoy bien. ¡No me está pasando nada, maldición! —me levanto del sillón, exasperada.

— No, tú no estás bien —se acerca a mí, su mirada es desafiante— Algo te está pasando y eso me preocupa, entiéndelo, me preocupo por ti —su mano se cierne en mi muñeca, impidiéndome dar un paso más.

— No me está pasando nada, nada. ¡nada! —le grito, tratando de deshacerme de su agarre, lo que sólo provoca que él lo apriete más junto con su mandíbula.

— No, si te está pasando algo —eleva su voz una octava— Y me estás mintiendo. Sabes que odio las mentiras. Estás rara —me atrae hacia su cuerpo, buscando mi mirada.

— ¿Ahora me crees mentirosa? Perfecto. —lo miro, decepcionada— Me estás haciendo daño —me mira alarmado y suelta mi muñeca, apartándose de mi y halando su cabello.

— L-lo siento, Mary. Y-yo...

— "Y-yo" nada, Ashton —lo interrumpo— Nos vemos luego, cuando hayas calmado tu "frustración sexual" —subo las escaleras y meto rápidamente en un bolso una muda de ropa. Bajo, ignorando a Ashton completamente.

— Mary, vamos —me grita, tomando mi muñeca de nuevo.

— Nada, Ashton. Nada —suelta mi muñeca y abro la puerta.

— Vamos, vete entonces, vete —me reta.

— Hasta luego —salgo de la casa, escuchando un golpe contra la pared en el momento en que cierro la puerta.

Camino unos minutos y ni siquiera me había dado cuenta que salí en pijama de la casa. Las personas me miran raro, hago una cortina con mi cabello marrón y continúo caminando, ignorando todas y cada una de las miradas que se posan en mí persona. Al transcurrir el tiempo, luego de caminar unos treinta minutos, me encuentro con la fachada de a casa de los chicos. Me acerco a la puerta y miro mi reloj antes de tocarla. 10:30 a.m. Toco el timbre y le doy unos golpes a la puerta con mis nudillos. Paso mis manos por mis brazos, dándome un poco de calor. Miro mi muñeca, y me estremezco al ver la piel roja e irritada. Pronto tendré un moratón con la forma de los dedos de Ashton. Bonito, ¿no? Es la primera vez que Ashton utiliza su fuerza contra mi. Vuelvo a tocar el timbre luego de unos diez minutos. 

Malditos vagos. 

La puerta finalmente se abre, mostrándome a un Michael somnoliento que talla sus ojos.

— Mike, ¿podría quedarme aquí hoy? —me avergüenzo del hecho de tener que pedir posada en casa de mis amigos teniendo una casa propia.

— Clar... —sus ojos se abren al verme, claramente preocupado.— ¿Qué ha sucedido? —se hace a un lado, dejándome pasar.— Si te hizo algo juro que le corto las bolas. Lo juro —cierra la puerta y pone su mano en mi espalda, obligándome a caminar.

— Él está molesto —bajo la mirada, mientras clavo mis uñas en mis brazos.

— ¡Mary! —Calum me abraza.— ¿A qué se debe est...? —mira a los lados, buscando a Ashton; al no encontrarlo, se cruza de brazos.— ¿Habéis discutido? —me limito a asentir.— Venga, ya —pasa su brazo sobre mi hombro, mientras Mike lo tiene alrededor de mi cintura.

Me dirijen al sofá, donde Michael se sienta y yo coloco mi cabeza sobre sus piernas. Calum coloca mis piernas sobre las suyas y ambos guardan silencio, esperando a que hable.

— Él está molesto, aunque más que molesto, está frustrado porqué anoche, o mejor dicho, esta madrugada, yo no quise —hago una mueca. Puede ser incómodo hablar de estos temas con chicos— ya saben, tener relaciones con él —tapo mi cara con ambas manos.

— ¿Y por qué no? —Calum habla.

— Porque ayer fue jueves. Maldita sea. 

— Vocabulario, Morgan, vocabulario. —se escucha la voz ronca de Luke acercándose a nosotros.

— No saben cuán cansada llego los jueves a casa, y justo ese día, a él se le ocurre empezar con sus "juegos de seducción." Maldito bastardo. Me ha llamado mentirosa. ¡Mentirosa! —golpeo el sillón con los puños.

— Mary, sabes que le estás mintiendo. —Luke se une a la conversación, sentándose en el suelo frente al sillón. Vistiendo sólo un pantalón.

— Luke, —miro su cuello.— ¡¿Qué es esa mierda que tienes en el cuello y en el pecho?! —me siento de golpe y lo veo mirándome apenado.— Robert Hemmings, dime que tu no te has acostado de nuevo con aquella zorr...

— ¿A quién le dices zorra, Morgan? No es mi culpa que tengas problemas en el paraíso con Irwin —su voz inunda toda la sala y la veo apoyada en la escalera, vistiendo una camisa de Luke.

— En este momento juro que quiero matarte, Luke. Pero no lo hago porque no me siento bien y necesito su apoyo —gruño entre dientes, apretando mis rodillas con mis manos.— Aleisha, —me da hasta asco pronunciar su nombre.— Deja la camisa de Luke donde la encontraste, vístete con tu ropa y vete.

— No me puedes echar de una casa que no es tu...

— Ya la has escuchado, Aleisha. Vete —Interviene duramente Luke.

— Esto no puede ser posible —bufa y desaparece de mi campo visual.

— Hablando de usar ropa de otra persona. —Michael tira de la tela de la camisa de Ashton que llevo puesta

— ¿Ha sido él? —Luke toma mi mano, mirando la marca en mi muñeca y palpándola con cuidado.

Ahora toda la atención se centra en mi muñeca, cosa que hubiera preferido que no hubiera sucedido.

— Ha sido mi puñetera culpa, ¿vale? —saco mi mano de su agarre.— No puedo creer que lo hayas vuelto a hacer.

Observo a Aleisha bajando las escaleras hecha una furia, le tira la camisa a Luke y sale de la casa. Maldita zorra.

— Ya, déjalo estar. Mary, te haré una pregunta y quiero que seas sincera y respondas sin tener vergüenza —Michael juega con mi cabello. Asiento, esperando su pregunta.— Vale, ¿hace cuánto no tienes sexo con Ashton? 

— Más o menos unas tres semanas.

— Joder, ¡con razón se ha colocado de esa manera! ¡¿Tres semanas?! Dios, eso es como un tipo de tortura —miro a Calum con cara de pocos amigos.

— Calum, tus comentarios son completamente innecesarios, no porque tú seas una máquina sexual significa que los demás tengamos que serlo —sus mejillas morenas se llenan de rubor y baja la mirada.

— ¿Cada cuánto es lo normal? —Estos chicos no tienen vergüenza.

— ¿De verdad tengo que contestar eso? —miro a Luke, que fue quién formuló la pregunta. Él asiente, totalmente serio— Bien. No lo sé, cada que queremos —inevitablemente  me sonrojo cuando sus caras se muestran totalmente sorprendidas.

— Ustedes no pierden el tiempo, ¿no? —vale, ya iba a comenzar a recibir burlas.

— Cállate Michael. —Lo regaña Luke.— No es momento para hacer bromas. ¿Has desayunado?

— Se me quito el hambre en el momento en que comenzamos a discutir y dejé el desayuno en el sillón para luego venir aquí. —me encojo de hombros. De todas maneras, desde un principio no tenía hambre.

— Vamos, tienes que comer. —me toma por mi antebrazo sano y me levanta del sillón.

No refuto, ya que sé que si lo hago, me harán comer el doble.

— ¿Qué te hace pensar que no vendrá a buscarte? —la voz de Michael es cortada por el sonido del timbre.

— ¡Bingo! —encarno las cejas, sarcástica y me encierro en el baño.

Él.

Camino hacia la casa de los chicos, sé que ella está ahí. Toco el timbre y Michael me abre la puerta, interponiéndose en mi camino para evitar que pase.

— Vengo a disculparme —trato de entrar de nuevo, me lo vuelve a impedir.

— Amigo, lamento no poder dejarte entrar, pero, dale tiempo. Usa tu mano, no lo sé, cualquier cosa, y cuando te calmes por completo, podrás hablar con ella. ¿Vale? —me mira, esperando mi respuesta. Asiento con la cabeza.— No la presiones, dale tiempo. Cuando te lo quiera decir, te lo dirá —me cierra la puerta en la cara.

«Cuando te lo quiera decir, te lo dirá»

¿A qué mierda se refiere? 

-

editado.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro