-En teoría, pienso que los caracoles son más sabios que los búhos. -dijo Mia, caminando por delante. Llevaba un buzo grande color crema, y unas botas de charco color negras y algo enlodadas, su cabello rubio lo tenía arremangado en una coleta de liga rosa brillante.

-Es, una suposición algo, buena... -miré a mis alrededores, eran troncos y hojas remojadas puesto que la lluvia era algo normal en lo profundo de la isla, buscábamos a Reiko que había desaparecido en la mañana.

-¿Y... porqué estás triste? -dijo Mia, volteándome a ver triste. La observé algo plasmada y entonces recordé lo que me dijo Zoro la noche anterior "Eres la peor mujer que he conocido"

-No es nada, solo estoy cansada, -imité un bostezo- ¡Pero mira! ¿Soy yo ó se escucha una cascada? ¡A Reiko siempre le gustó el agua! -dije encaminándome hacía lo que parecía ser una cascada. Abrí pasó a unas hojas que me estorbaban y observé a una chica con una vestimenta blanca, era Reiko. -¡Reiko! -dije emocionada.

Me volteó a ver y me lancé hacía ella, tenía su cabello en una trenza y traía una mini blusa que solo cubría su pecho junto a unas vendas y unos pantalones igual de blancos, sin zapatos y una espada en su mano.

-¿Akane? -dijo confundida, volteó a ver hacía adelante- ¿Mia? -al rato sentí como la rubia se nos unió en el abrazo -¿Qué hacen las dos aquí? -preguntó dándonos una caricia en el pelo a ambas.

-¿Qué hacemos aquí? ¡Es lo que íbamos a preguntarle! Si fue Reiko-sama la que desapareció temprano hoy, preocupándonos a todos. . -dijo Mia ¿Regañándola?

-¿De qué hablan? Esperen, ¿¡Me están buscando!? -dijo con un sonrojo leve. Asentimos y nos golpeó en la cabeza, me separé para sobarme donde la peliblanca me dio el puñetazo. -¡No soy una niña! ¡A diferencia de ella... -apuntó a Mia, y ésta levantó la cabeza sorpresiva- yo se pelear, controlo el Santoryuu y tengo una fruta del diablo!

-¡Pero que desaparezcas en la mañana es muy raro!- le dije reclamante. -¡Ni siquiera avisaste!

Susurró algo mirando al suelo triste, le pregunté que dijo pero negó con la cabeza diciendo que no dijo nada, Mia se apresuró en decir que Reiko tenía que ir al muelle pues mi tripulación partía hoy, solo que se atrasó un poco por el incidente de la espadachína.

-Claro, claro, ahora voy pero, Mia -volteó a verla seria -déjanos por unos minutos, si quieres puedes ir y avisarles que estoy bien, pero Akane y yo debemos hablar -tragué saliva puesto que Reiko me soportaba muchas veces pero esta vez me miraba seriamente.

Mia asintió nerviosa y se fue lentamente para atrás, y al perderla de vista, me senté en una roca junto al lago.

-¿Qué hice ahora? -suspiré, esperaba que no me regañara por lo de Zoro...

Fue por su uniforme y se fue vistiendo mientras me hablaba -Akane, como ya sabrás, Roronoa ha, y es mi ídolo, lo trato como un hermano, como el hermano que mi hermana en sus años de vida dejó en un dojo. -Asentí y ella suspiró- ¿Sabes? En el baile de anoche nos divertimos mucho, Luffy hizo caso omiso a lo que Mia decía de bailar con tu "pareja" y él bailó con todos. -Reí pensando en lo sucedido e iba a decir una anécdota graciosa. -Zoro, tuvo que ser obligado, -dijo con seriedad, bajé la mirada -Akane, te he soportado varias veces tus, locuras, todas eran graciosas algo inapropiadas pero eso fue... cruel.

Suspiré y cubrí mi cara con las manos, paseándolas por mi rostro hasta llegar a mi barbilla, rodé mi vista a verla abrochándose el moño que completaba su vestimenta.

-No sé como responder Rei, estaba tan concentrada en poner celoso a Sanji que ni siquiera puse atención a lo que hacía, y no solo Zoro, me he separado de todos en la tripulación, Chopper, Usopp, Franky, hasta de Luffy -dije volviendo a poner mi rostro en mis manos. -Cielos, no había notado eso hasta que te lo mencioné.

Reiko me miró, tratando de analizarme -Akane -habló por fín -Tienes diecinueve años ¿O me equivoco? -asentí con un "tengo diecinueve" -Estás en una etapa súper delicada. ¿Te has enamorado?- me miró.

-¿Cómo se supone que responda a eso? -la miré nerviosa y me paré -Yo... sabes que he tenido muchas... parejas- crucé los brazos con la mirada triste hacía abajo.

-Todas terminaron igual, ¿No es así? -miró a su espada algo seria. -Tratando de matarte, -empezó a caminar- entregarte, ó... robarte.

-¿A qué quieres llegar?-dije aún confundida.

-¿Aún no lo ves? -dijo como si de algo sencillo se tratara. -Akane, las amistades no son tan fáciles de encontrar, pero tú, tú eres un imán de buenas personas, Jackson, yo, Mia, Luffy y los chicos, son grandes personas con corazones gigantes, a lo que voy es, una amistad siempre valdrá más que un amor incierto.

-Lo siento, pero -suspiré- me perdiste Rei.

-A ver, lo de Sanji, no te fue muy bien ¿Cierto? -asentí con la mirada triste -Si hubiera sido otra persona, Sanji que era tu novio, te hubiera apoyado cada momento, pero él no estaba ahí y cuando tu "amor" no está ahí lo que tienes es... -abrí los ojos reaccionando a lo que Reiko me quería decir.

-Lo que tengo es a mis amigos. -la voltee a ver y me sonrió. -Es cierto, ellos estuvieron apoyándome cada momento, pero yo seguí concentrada en Sanji.

-Ahora lo ves con claridad- Reiko me miró sonriendo.

-Los amores en la adolescencia son algo complicados, dejamos que nuestros pensamientos fluyan peligrosamente, y no voy a negarlo, fue amor lo que sientes por Sanji incluso en sus días de inconsciencia, él no se dio cuenta pero tú estuviste a cada rato, amándolo y enamorándote cada vez más, pero debes ponerle atención a tus amigos que también te aman, incluso aún más que el Sanji que está aquí ahora mismo.

-Eso es cierto, Minori-san. -dijo Mia saliendo de los arbustos- ¿Saben? Soy muy rápida para entregar un mensaje, -sonrió para volverse seria -Eh... siento haberlas escuchado... pero, dios, tengo quince años puedo parecer algo inocente, hasta tonta pero si de algo estoy muy segura es entender una amistad. Y... Akane-san usted es alguien increíble -se acercó a mí y me tomó de las manos -Y tiene amigos encantadores, cuidelos mucho.

Mis ojos se abrieron y se humedecieron y asentí, voltee a ver a Reiko que estaba acomodando su moño y se encaminó por delante mío y me tomó de la mano izquierda y Mia de la derecha.

-Vamos a despedirnos ¿O qué? -dijo Reiko y me jaló de la mano.

Al empezar a caminar me sentí feliz pero de un momento a otro recordé a Zoro, mi nakama peliverde... ay Oda por favor dame valor para hablarle, no quiero sentirme así, quiero a Zoro con mi alma y ahora lo he roto, suspiré.

-¡Hey, Akane!  -gritó Luffy. -¡Oh y Reiko también viene! ¡Ya nos vamos! -gritó alzando las manos.

Miré a Mia y después a Reiko que me sonreían asintiendo, de inmediato entendí lo que me querían decir me soltaron lentamente de su agarre de mi mano y caminé hacía Luffy con la cabeza baja, pude observar de su torso para abajo que estaba justo delante mío.

-¿Pasó algo? -dijo, y aunque no lo veía su tono me decía que llevaba una sonrisa.

Levanté la cabeza y lo observé, sus ojos color ébano los tenía tan abiertos y su cabello había crecido tapando parte de sus ojos, tantos cambios, tantas cosas que no noté en él, no dudé en abrazarlo y me acomodé en su cuello.

-¿Oye me estás asustando que pasa? -dijo algo dudoso.

Dejé escapar una risa leve y negué con la cabeza separándome de él.

-Despídete de Reiko y Mia, Capitán. -sonreí y caminé hacia al barco, grité por todo el barco "¡Despídanse!" Y luego bajé hacía la playa y me acomodé justo en la entrada de la puerta, en un segundo Chopper y Usopp habían bajado a toda velocidad abrazando a Reiko y Mia después bajaron Franky y Robin y después Nami y sentí el aroma de Zoro que no me miró y se fue directo a darle un abrazo a Reiko y acariciarle el cabello a Mia, bajó Sanji como último, por suerte no me notó y agradecí en silencio.

Reiko le había susurrado algo a Sanji y Mia le agarró la mano al rubio  y le dijo algo, mierda ¿Qué significaba? ¿Qué susurraban?

Caminé hacía ellas y les dí un abrazo.

-¿Seguras que van a estar bien? -dije separandome con los ojos llorosos.

A Reiko se le escapó una lágrima y asintió con la cabeza, sabía porqué, hagan consciencia somos piratas, la vida no solo es tesoros, fiestas y peleas grandiosas, cada vez que te despídes de alguien no sabrás cuando lo volverás a ver, miré a Mia.

-Se fuerte y amable con todos y nunca dejes que te hieran. -chocamos puños y empezó a llorar.

-Hasta luego, Akane-san, cuidese mucho.

Asentí y miré a Reiko.

-Debes de ser felíz de nuevo. -me dijo Reiko haciendo que la abrace una ultima vez, nos despedimos y subimos al barco todos, y finalmente zarpamos, levanté la mano en señal de despedida y a lo lejos observé como la levantaban también.

Pasaron las horas y el escándalo empezó a llegar, los menores con sus juegos, y los mayores tranquilos haciendo hobbys, estuve un rato viendo al mar y suspiré sintiendo el aroma a sal.

Subí las escaleras hasta llegar a la sala de entrenamiento, me detuve unos segundos con nerviosismo y mordí mi labio inferior, no habrá lágrimas, solo aclaraciones...

Abrí la puerta sobresaltando al espadachín y mirándome.

-Zoro tenemos que hablar.

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Al menos tiene amigos