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Capítulo 14: Un paso más cerca

Un tiempo pasó desde aquel día, dónde lograron acercarse un poco más. Cada día, la distancia que el accidente y sus secuelas habían creado, se hacía más pequeña.

Ahora, el día que tanta incertidumbre y temor, pero a la vez emoción e ilusión les había generado durante los últimos meses, finalmente había llegado. En la madrugada, Mu comenzó con las primeras contracciones, así que llamaron a sus padres cuánto antes, y todos se movilizaron.

Nadie durmió durante la noche, contando el tiempo y registrando la duración e intensidad de las contracciones, en espera de que el momento de ir al hospital llegara.

Dicho momento ocurrió cerca del amanecer, siendo Alde y Shion quienes acompañarían a Mu al hospital, mientras Izo, Ox y Dohko tenían la responsabilidad de quedarse en casa con Kiki.

- ¿Estás bien, mamá?- Preguntó el pequeño pelirojo, nervioso por el estado de su madre.

- Sí, Kiki. No te preocupes.- Sonrió el Omega, aguantando el dolor en el abdomen, que se extendía hasta su columna.- Pórtate bien, y nos veremos más tarde, ¿de acuerdo?

Kiki asintió, para después darle un abrazo al peli-lila, y por fin, dejarlos partir.

Shion tomó la iniciativa de conducir, mientras que Aldebarán se quedó en el asiento trasero, acompañando a Mu.

No supo porqué, pero su primer instinto fue tomar la mano del peli-lila y acariciar su cabello. Mu alzó su mirada, apretando los labios, en un visible intento de contener los gritos que seguramente quería soltar en ese momento por el dolor que debía ir en aumento.

- Tranquilo. Todo estará bien.- Murmuró, acariciando su rostro, limpiando una pequeña lágrima que se le escapó al Omega.- Eres muy valiente por ser capaz de aguantar esto. Pronto terminará, y estarás bien.

Mu solo asintió en silencio, apretando inconscientemente la mano de su Alpha. Sabía que quizás su Alpha podría tener algún recuerdo fugaz del día que nació Kiki, pero en ese momento sentía que si siquiera intentaba hablar, terminaría gritando, y lo que menos quería era ponerlo nervioso. Así que hizo su mayor esfuerzo por controlarse, y tener fé en que Alde podría analizar sólo cualquier recuerdo que le llegara.

Por su parte, el Alpha de cabellos castaños no estaba seguro de la razón, pero sentía que ya había vivido algo similar en el pasado. Mu le había contado muy a grandes rasgos sobre el día que nació su primogénito, pero no tenía mayores detalles al respecto. Fuera de la forma que fuera, en ese momento su prioridad era que Mu se sintiera seguro, apoyado y tranquilo, y que todo saliera bien.

Durante todo el trayecto, no soltó de la mano a Mu, mientras le susurraba que todo estaría bien, y peinaba los cabellos que se pegaban a su frente por el sudor, todo con el fin de ayudarlo a relajarse y aguantar el dolor.

Cuando finalmente llegaron, el peli-lila fue llevado en una silla de ruedas al área de maternidad. Era notorio el esfuerzo que Mu estaba haciendo incluso para ponerse de pie y cambiarse la ropa que llevaba por una bata de hospital. Alde no dudó en acercarse a él y ayudarlo, siendo su punto de apoyo, y también para quitarse la ropa y colocarse la correspondiente.

Un médico se encargó de hacer el chequeo correspondiente, diciendo que aún faltaba un poco y debían esperar por unos minutos más.

Y mientras el momento aún no llegaba, Mu hacía lo que podía para no asustar a su Alpha, a pesar de que las contracciones estaban llegando a un punto de dolor bastante fuerte.

Aldebarán notó las expresiones de Mu, y como incluso apretaba con fuerza la barandilla de la camilla, se mordía los labios y cerraba los ojos con fuerza, todo tratando de no gritar.

- Mu, tranquilo. No hace falta que aguantes todo en silencio.- Dijo el castaño, acariciando la mano del Omega.- Estás a punto de tener un bebé, es normal que duela y necesites incluso gritar. No es necesario que te contengas.

- Yo...- Jadeó con dificultad, antes de apretar de nuevo los labios ante una nueva contracción.

- Tranquilo. Estoy aquí contigo.

Mu, aún con todos los dolores de parto encima, no pudo evitar sentirse nostálgico al escuchar esas simples palabras de su Alpha. Era exactamente lo que le había dicho cuando Kiki nació.

Finalmente, se sintió con la confianza suficiente para al menos quejarse, aunque sin ser demasiado exagerado. Quizás la compañía de su Alpha lo ayudaba a sentirse más tranquilo, no estaba seguro, solo sabía que confiaba en él.

Shion se mantuvo cerca, pero dándoles su espacio, limitándose a monitorear en silencio y alertar al personal médico de cualquier novedad, hasta que la hora llegó.

Casi una hora después, el médico que recibió a Mu dió la indicación de que era el momento. El equipo médico llegó, y no perdieron tiempo para emprender el camino a la sala de partos. Shion fue en silencio, y Alde no soltó a Mu en ningún momento, hasta que llegaron a las puertas de la sala.

- Lo siento, solo puede acompañarlo una persona.- Indicó el doctor.- ¿Quién irá?

Aldebarán miró a Shion, y después a Mu. No sabía qué responder, quería acompañarlo, pero no sabía si Shion querría estar al lado de su hijo, o si Mu preferiría la compañía de su madre en un momento así.

- Ve tú.- Le dijo su suegro, sacándolo de sus pensamientos.- Tu Omega te necesita. Yo los espero aquí.

Shion le dió un corto beso en la frente a su hijo, y se apartó, dejándolos seguir su camino a la sala correspondiente.

Aldebarán no objetó nada, ni se separó de Mu, quién buscó su mirada, sin soltar su mano. Pero dentro de la sala lo tuvo que hacer por unos minutos, mientras el equipo médico preparaba a Mu, y él se colocaba el equipo de protección necesario para acompañar a su Omega.

- Tranquilo, ya estoy aquí.- Le dijo a su Omega, cuando al fin pudo volver a su lado, ya con el traje quirúrgico puesto.

- Gracias.- Murmuró Mu con dificultad, apretando su mano.

- Es mi bebé también. No voy a dejarlos sólos.

Mu no pudo contener las lágrimas que se le escaparon, mezcla de todas las emociones y recuerdos que esas palabras removían en él, junto al dolor físico que experimentaba.

El resto del proceso duró varios minutos, con un que otro grito de Mu, cuando el dolor se hizo insoportable, el médico dando indicaciones, y Alde alentando a su Omega.

Hasta que finalmente, se escuchó el llanto del bebé, y Mu finalmente sintió algo de alivio.

- Felicidades, es una niña, probablemente Beta.- Anunció el doctor, entregándoles a la recién nacida.

Aldebarán la recibió en sus brazos, teniendo cuidado de no lastimarla, y la acercó a Mu.

- Lo lograste.- Le susurró con una gentil sonrisa al Omega, sosteniendo a la bebé cerca de él.- Mira, tiene el cabello como Kiki, y también tus cejas.

Mu quería decir algo, pero estaba tan agotado por el dolor al que estuvo sometido por horas y la pérdida de sangre, que solo pudo corresponder la sonrisa y besar la frente de su hija cuando Alde se la acercó.

Aldebarán de nuevo tuvo esa sensación de ya haber vivido una situación así antes, y un repentino sentimiento de nostalgia lo invadió, haciéndole derramar un par de lágrimas. Aún así, solo abrazó a Mu con cuidado, compartiendo y disfrutando el momento de tener a su hija por primera vez en brazos.

[...]

Después de todos los procedimientos correspondientes, Mu finalmente fue trasladado a una habitación para que pudiera descansar y reponer fuerzas después del parto.

Alde se quedó a su lado, brindándole su apoyo en todo momento, diciéndole en cada oportunidad que había hecho un excelente trabajo y que era un Omega muy fuerte y valiente. Mu sonreía, permitiéndose olvidar por unos instantes la secuela de accidente, y disfrutar la compañía y cariño de su Alpha, hasta que el cansancio le pudo más y se quedó dormido.

- ¿Cómo están todos?

Izo apareció unas horas después, al lado de Shion, yendo directamente con su hijo, cuidando no despertar al Omega.

- Todo salió bien, aunque Mu está muy cansado.- Respondió el castaño, correspondiendo el abrazo que su madre la había ofrecido.

- Tranquilo, después de dar a luz es normal sentir que te arrolló un camión.- Bromeó el Omega azabache, después de separarse.

- Ni que lo digas.- Se unió Shion a la conversación.- Por algo es que después de Mu, no quise más hijos. Así como se ve de tranquilo, me dió una buena paliza el día que nació.

Aldebarán estaba algo preocupado, aún sabiendo que la peor parte ya había pasado. Se preguntaba si acaso Mu había necesitado cuidados especiales en su primer parto, su volvería a requerirlos de ser el caso, o si debía hacer algunas tareas en específico.

- Él estará bien.- Le alentó Izo con una suave sonrisa.- Déjalo descansar unas horas, manténlo hidratado y bien alimentado, y estará bien.

- Mu se recupera bastante rápido. No te preocupes, él va a estar bien.- Añadió Shion.- Con Kiki, a pesar de ser padres primerizos, los dos lo hicieron bien. Mu aguantó mucho mejor que la mayoría y se recuperó rápido de la cesárea. Y tú fuiste un gran apoyo para él.

Las palabras, tanto de su madre como de su suegro, lograron aligerar un poco el peso que Alde sentía en sus hombros. Aunque no pudo evitar voltear a ver a Mu, que dormía tranquilamente.

Había algo en su rostro y su expresión relajada que le removía todo. No sabía con exactitud qué, pero había algo. Era esa sensación de nuevo.

Justo en ese momento, la bebé comenzó a llorar, probablemente por hambre, y él no dudó en acercarse tan rápido como pudo a la cuna y sostenerla en brazos, meciéndola para calmarla, lo cual ocurrió en cuestión de segundos.

- Vaya, al parecer los genes recesivos resultaron más fuertes de lo que pensábamos.- Rió levemente Izo, mirando el cabello de su nueva nieta.- Y pensar que desde tu bisabuela no nacía ningún pelirojo en la familia, y de pronto ahora eres padre de dos.

- Agradecele también a la familia de tu suegro Dohko por tener parientes pelirojos.- Se sumó Shion.- ¿Ya saben qué casta es?

- No, el doctor dijo que los resultados de la prueba de sangre estarían listos por la noche.- Respondió el castaño, sin soltar a su hija.- Aunque mencionó que la exploración física apunta a que es una Beta.

Aldebarán sostuvo unos minutos más a la bebé, que dormía tranquilamente en sus brazos, y después la devolvió a la cuna.

Izo y Shion miraban la escena en silencio. Aún recordaban el día que Kiki había nacido, cómo Alde estaba igual de nervioso en esa ocasión, pero fue capaz de sobreponerse a cualquier miedo y acompañar a Mu en todo momento. Ambos recordaban que Alde en esa ocasión también cuidó de Kiki, con la intención de no despertar a Mu a menos que fuera completamente necesario, cuidando con suma ternura y dedicación de su cria, igual que ahora...

- ¿Está todo bien?- Preguntó el Alpha al ver como una pequeña lágrima se le escapó a su madre.

- Sí. Solo me emocioné un poco.- Respondió el Omega peli-negro.- Los dos hacen un gran equipo.

Aldebarán sintió un ligero sonrojo en las mejillas por aquel comentario. Quizás lo que iba a decir podría sonar ridículo o extraño, pero tenía muchas dudas, y no quería atosigar a Mu con preguntas.

- ¿Puedo preguntarles algunas cosas?

Izo y Shion se miraron unos segundos, y después, ambos Omegas asintieron.

- ¿Cómo fue el día que Kiki nació?- Preguntó.- Mu hace tiempo me contó a muy grandes rasgos cómo sucedieron las cosas, pero... Quiero saber si fuí un buen esposo y padre. Si estuve con él, si pude apoyarlo, si cuidé de mi hijo... Tengo muchas preguntas, pero no quiero que se sienta presionado. Ya debe estar lo suficientemente estresado.

- Créeme, Alde, hiciste un buen trabajo.- Sonrió levemente Shion, conmovido por el interés de su yerno. Definitivamente, Mu había sabido elegir bien a su compañero de vida.

...
..
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Atenas, Grecia. 01/04/xxxx

Dos padres primerizos, en el día que por tantos meses esperaron y a la vez temieron por igual. Mu había comenzado ya con contracciones, y llamado a su Alpha, quién volvió a casa lo más rápido que pudo para llevarlo al hospital.

Mu dijo con dificultad que sus padres iban en camino también y debían esperarlos, lo cual no tardó más de unos minutos.

Cuando Izo y Shion llegaron, cada uno en compañía de su respectivo Alpha, lo primero que vieron fue a sus hijos vueltos un manojo de nervios. Mu prácticamente gritando del dolor, y Alde tratando de ayudarlo a calmarse, permitiéndole a Mu apretarle de la mano.

- Cálmense los dos, todo va a estar bien.- Dijo Izo, tratando de calmarlos.- ¿Hace cuánto empezaron las contracciones?

- No lo sé...- Respondió Mu.- Cómo veinte minutos... Tal vez treinta... No lo sé.

Apenas terminó de decir eso, se escuchó un sonido similar a una bolsa de plástico llena de agua, rompiéndose.

- Mu, se te acaba de romper la fuente.- Señaló Shion.- ¿Qué te dije de estar atento?

- ¡Mamá, no es momento para regaños!

Los dos Omegas estaban a punto de comenzar una discusión, aún en medio de una situación así. Pero Aldebarán intervino, preocupado por su Omega.

- Tranquilos los dos. No ganamos nada con ponernos histéricos.- Intervino el castaño.- Tenemos que ir al hospital ahora.

Ninguno objetó nada, Alde tenía razón, no había tiempo para perder.

- Alde, carga a Mu con cuidado y vamos al auto.- Izo tomó el mando de la situación, dando a todos indicaciones de qué hacer, evitando un nuevo caos.- Dohko, Ox, al auto. Sígannos, y nos vemos en el hospital. Shion, vas de copiloto. Alde, ve con Mu en el asiento trasero. ¡Rápido!

Izo, a pesar de su casta, era bastante capaz de comandar a otros incluso en situaciones de demasiado estrés y presión. Todos estaban algo nerviosos, así que simplemente hicieron lo que el nipón les indicó, pero gracias a eso, lograron llegar rápido al hospital.

Tal y como veían venir, Mu requirió de una cesárea de emergencia, y solo una persona podía acompañarlo.

Shion estaba por ofrecerse como voluntario, pero Dohko intervino.

- Shion.- Llamó su atención el Alpha castaño, sujetando su hombro.- Su Alpha está aquí.

El Omega peli-verde miró un segundo a su Alpha, y después a su yerno. Meditó su respuesta un par de segundos, y finalmente habló.

- Ve, Alde.- Dijo con una suave sonrisa.- Yo soy su madre, pero él ya no es un niño. Este momento te corresponde a tí y a él, no a mí.

- Gracias.- Murmuró el Alpha, antes de acompañar al médico, dejando en la sala de espera a los futuros abuelos.

Por poco más de una hora, no tuvieron noticias del bebé ni de Mu, hasta que por fin fueron llamados por una enfermera, diciéndoles que todo había salido bien, y madre e hijo estaban estables y ya recuperándose.

Les indicó también que podían ir a conocer al recién nacido, dándoles el número de habitación y piso en el que se encontraba junto a sus padres. Oportunidad, que obviamente, ninguno desaprovechó y fueron cuanto antes.

Al llegar a la habitación y recibir permiso de ingresar, vieron a Alde sosteniendo al cachorro, sentado junto a la cama en la que Mu aún dormía.

- No sé si esto es buena o mala suerte. Hace años que no nacía un pelirojo en la familia.- Mencionó Ox al ver el vibrante color cobre del recién nacido.

- Lo mismo digo.- Añadió Dohko.- Desde mi bisabuelo no había nacido ningún pelirojo. Se supone que solo se salta cuatro generaciones, pero él sería la quinta.

Izo solo sonrió levemente, y Shion no pudo evitar frotarse el puente de la nariz.

- ¿Cómo está Mu?- Preguntó Izo a su hijo.

- Bien, aunque muy cansado y seguramente adolorido para cuando despierte.- Respondió el Alpha, permitiéndole a su madre sostener al pequeño.- Prefiero dejarlo que descanse y que no se estrese por nada.

Izo y Shion intercambiaron una pequeña y discreta sonrisa, conmovidos por la respuesta de Aldebarán. En el fondo, sabían que no podían esperar menos de un Alpha tan gentil y amoroso como él.

Los recientes abuelos no tardaron en encariñarse y terminar suspirando enternecidos por el nuevo integrante de la familia.

Mu tardó unos minutos más en despertar, algo mareado por los efectos de la anestesia, y cuando eso ocurrió, Aldebarán no tardó en acercarse para ofrecerle agua y preguntarle si necesitaba o quería algo.

- Gracias, Alde. Pero estoy bien.- Respondió con una sonrisa cansada las preguntas de su Alpha.- Te amo.

- Te amo también.- Sonrió el castaño, abrazando con cuidado a su Omega.

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🪺

- En esa ocasión, Mu tuvo una cesárea de emergencia, así que requirió muchos más cuidados que un posparto natural.- Finalizó Shion el relato.- Solo necesitará reposo absoluto por un par de días, no hacer esfuerzo físico durante unas dos o tres semanas, y todo estará bien.

- No olvides que debe mantener la dieta que el médico le envíe.- Aportó Izo.- Hay ciertos alimentos que no debe consumir durante el primer mes después de dar a luz, cómo irritantes o picante.

Aldebarán escuchaba a ambos Omegas, y esa sensación de haber vivido ya una escena así, se hizo más fuerte, hasta que finalmente, el recuerdo de ese día llegó a su mente de golpe.

- Cuando Kiki nació... Afrodita, Shaka, Camus y Shura llegaron unas horas después.- Murmuró, más para sí mismo que para los otros dos presentes.- Mu quería una fotografía para recordar ese día, y... Afrodita trajo un peine y algo de maquillaje, y le ayudó a arreglarse para la foto.

Izo y Shion no pudieron evitar sorprenderse, pero guardaron silencio, dejándolo continuar. Eso era exactamente lo que había pasado. Mu, como el Omega terco que era por momentos, quería una fotografía, pero quería estar presentable, y poco le faltó para hacer una pataleta para que Afrodita lo peinara y pusiera algo de maquillaje para cubrir las ojeras.

- Afrodita le puso un poco de maquillaje solo para cubrirle las ojeras, y le hizo una coleta baja.- Siguió Aldebarán.- Y... Yo...

- Me dijiste que con y sin maquillaje, con ojeras o no, seguía viéndome hermoso.

Al escuchar la voz de Mu, todos dirigieron su mirada al peli-lila, que al parecer, había descubierto a su Alpha entre sueños, aunque aún mantenía sus ojos cerrados, seguramente debido al cansancio.

- Me alegra que lo hayas recordado.- Añadió el peli-lila, con una suave sonrisa.

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