Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

30

Ambos estaban sentados en el sofá con un vaso de leche, Ben hubiera preferido tener esa conversación el día siguiente pero ya había empezado.

El pequeño gato dormía sobre las piernas de Laura tranquilamente, el doctor lo había cuidado en su ausencia.

—¿Qué quieres saber?

—Todo, ¿quiénes son tus padres? —respondió Ben.

—Mis padres son Albert y Ximena Castillo —contestó luego de suspirar.

—O sea… los millonarios esos —Laura asintió—. ¿Y porqué no estás con ellos?

—Mi madre me provocó la amnesia —el pelinegro se cruzó de brazos y apretó los puños inconscientemente—. Estábamos discutiendo, como siempre, ella me empujó a la piscina y yo no sé nadar, no hizo nada y yo me estaba ahogando, mi corazón se detuvo pero una sirvienta me llevó al hospital a tiempo —su mirada estaba fija en el vaso en sus manos.

Había recordado que era una aficionada a la leche con vainilla y azúcar, su abuela se la había preparado.

—¿Te gustó? —preguntó la mujer refiriéndose a la leche que le había dado a su nieta menor.

—Sí… —tomó un trago— ¿cómo se hace?

—Se pone la leche, una cucharada de vainilla, una de azúcar y adivina cuál es el ingrediente secreto —la observó con ternura.

—Mmm… no sé —mencionó luego de pensarlo un momento.

—Amor, ese es —le dio un beso en la frente.

Laura sonrió al recordar aquello.

—Tienes una hermana según me dijiste, ¿cierto?

—Sí.

—¿Cómo es su relación?

—Buena, aunque siempre le daban de todo y la preferían a ella, ella nunca me dejó de lado —sonrió tomando otro trago.

—¿Porqué no vas con ellos? —indagó.

La pelirroja no quería responder, no sabía cómo reaccionaría Ben. Y tampoco sabía cómo reaccionarían sus padres si la veían de nuevo.

Tenía la esperanza de que si iba, sus padres la recibirían con un abrazo y muchas disculpas por todo lo que le habían hecho, pero algo le decía que no sería así ni de lejos.

La última vez que su hermana había ido a su casa le había dejado la dirección, también su número, pero…

—¿Laura? —preguntó Ben—. Están tocando a la puerta desde hace unos minutos, ¿no vas a abrir?.

Era cierto, la puerta sonaba apresurada con golpes al otro lado bastante rápidos, como un pedido de ayuda.

Se paró del sillón y a tropezones se dirigió a la puerta. Cuando la abrió se encontró a una pelirroja, Lucía.

—¿Qué haces…? —la pregunta quedó al aire cuando su hermana la agarró que los hombros.

—Dios, Laura. Debes irte ahora mismo de aquí —sus ojos estaban totalmente mojados al igual que sus mejillas y su voz era firme pero cortada.

—¿Porqué? Tranquila —empezó a hacer señas para que respirara profundo pero Lucía la ignoró.

—Ellos están viniendo. Me mandaron a seguir y descubrieron que vine a verte, te quieren matar, Laura. Debes irte ahora —empezó a sollozar fuertemente.

La luz que Ben prendió en el interior de la casa alumbró el rostro de Lucía dejando ver un golpe en su mejilla que empezaba a ponerse morado, tenía una pijama de seda demasiado delgada que le estaba provocando temblores. También tenía unas pantuflas sucias y ligeramente rotas.

Observó el bolso negro del que sobresalían fajos de dinero a montones. “¿Pero qué mierda?”.

—Entra, rápido —mencionó Laura.

La de ojos verdes entró con el cuerpo tembloroso, observó a Ben pero no dijo nada ya a sabiendas que no era momento para interrogar a su hermanita sobre con quién se juntaba.

Ben por su lado identificó al instante a la gemela de Laura, que de no haber sido por los ojos esmeralda hubiera confundido con su rojita.

—¿Qué hace aquí?

—No es momento para explicar, ahora vengo —caminó rápidamente a su habitación.

Se quitó los shorts del pijama y se puso unos pantalones de mezclilla algo ajustados y unas Vans blancas que agarró al azar. Hizo una pequeña maleta con todo lo necesario y luego agarró unos zapatos y otra muda de ropa para su hermana.

—Lucía —llamó.

Al entrar a la sala vio a Ben con la camiseta puesta y recostado en el respaldo del sillón con los ojos cerrados como si se fuera a dormir. Y a Lucía en el sillón individual mientras temblaba levemente.

—¿Ya estás lista? —preguntó la mayor.

—¿Ya está lista para qué? No creo que sea buena idea que te vayas con ella, si ese es tu plan.

—Yo… —Lucía la interrumpió.

—Jódete. Yo vengo a buscar a mi hermana para sacarla de este lugar y que nuestros padres no la encuentren, me importa muy poco si crees que no soy de fiar, pero en estos momentos lo único que importa es lo que Laura crea mejor —observó a la susodicha—. Si tú no quieres ir y no me crees te puedes quedar, pero yo me voy a ir ya.

Laura observó la mirada llorosa y suplicante de su hermana, y luego a la mirada seria de Ben que estaba dirigida a la ojiverde. No sabía que hacer.

Si de quedaba podría estar corriendo un riesgo del que no estaba segura de querer correr, pero si se iba correría el riesgo de que estuvieran manipulando a Lucía para que la llevara con sus padres, aparte de que perdería todo lo que tenía con Ben, si es que tenían algo.

Pero a fin de cuentas lo que quería era alejarse de Ben, ¿no?.

—Lo siento, pero quiero y debo ir con mi hermana —vio al pelinegro.

Él la miró con el ceño fruncido dando a entender lo poco que le gustaba su elección, pero asintió cruzando los brazos.

Laura le dio la ropa a Lucía y le indicó que se fuera a cambiar, cuando volvió ya tenía puesto el pantalón de mezclilla, la blusa negra de manga larga y los tenis negros.

Cayó en cuenta de que ella tenía sostén delgado, blusa de pijama y una sudadera grande encima, ya era tarde para cambiarse.

—Ben, tú puedes ir con nosotras si quieres. Sé… que te preocupa Laura —mencionó con voz suave.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro