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Capítulo 2: El inicio de todo

Un par de minutos pasaron, minutos en los que ambos chicos se la pasaron buscando el dichoso salón, cada quien por su lado. Claro.

El primero en llegar fue Jared, quien con una leve sonrisa entró al salón, aún recordaba algunos lugares de la escuela, por lo que pudo guiarse gracias a sus recuerdos intactos.

Al ingresar a su aula asignada, observó de reojo a varios alumnos, los cuales lo quedaron viendo al apenas notar su presencia, sin duda su vestimenta no le ayudaba.

De la nada, el mismo chico con quien había platicado momentos atrás entró después de él.

—¡Hola de nuevo! —Dijo Carlos con una sonrisa.

—Hola de nuevo... —Saludó Jared de manera tenue—. ¿También te asignaron a este salón? —Preguntó curioso y sorprendido.

—¡Así es! —Afirmó—. ¡Y parece que a ti también, ¿Verdad?! —Quiso saber sin dejar de sonreír.

Jared se preguntó como la alegría de ese chico no se disipaba por nada en el mundo, quizás porque era su primer día en aquella escuela o porque su vida era tan alegre comparada con la de él.

—Sí —Contestó a secas observando el salón.

De repente, el timbre sonó, indicando que las clases habían comenzado.

Junto a eso, una profesora entró al salón, provocando que todos los alumnos se sentaran en sus respectivos pupitres. Los únicos que se quedaron parados fueron Jared y Carlos.

—¡Muy buenos días a todos! —Habló la profesora al entrar.

—¡Muy buenos días a usted también, profesora! —Dijeron algunos alumnos en respuesta.

La docente dejó algunos libros encima de su escritorio, para luego comenzar a hablar.

—Hoy me enteré que tenemos a dos nuevos compañeros —Exclamó alegremente con su vista dirigida en el chico elegante y el chico alegre, quienes aún seguían parados en medio del salón­—. Hola, soy la profesora Cheerilee, ¿Podrían presentarse ante mí y sus nuevos compañeros? —Les preguntó de forma amable.

Ambos chicos se observaron mutuamente, siendo Carlos el primero que se presentó.

—¡Hola a todos!, me llamo Carlos Fritz, espero poder llevarme bien con todos ustedes —Dijo Carlos con una grata sonrisa a la vez que saludaba a todos los presentes.

Al terminar la presentación de Carlos, Jared soltó un ligero suspiro, aclarando su garganta para así hablar.

—Muy buenos días a todos, yo me llamo Jared Glimmer, es un placer conocerlos —Se presentó con un tono de voz que reflejaba tanto seriedad como educación, alzando su sombrero a manera de saludo; para después volvérselo a poner.

—Muy bien —Habló la maestra—. Ahora que ya se presentaron pueden tomar asiento, veamos... —Su vista se centró en la búsqueda de algún pupitre desocupado.

—Puedes sentarte en ese lugar que está vacío —Dijo la misma señalando el pupitre—. Y Jared al lado de Twilight —Señaló a este último el lugar en donde se sentaría.

—Está bien, muchas gracias —Agradecieron los dos al mismo tiempo, sorprendiéndose por su sincronía.

El primero en dirigirse a su asiento fue Carlos, notando que al lado de su lugar también se encontraba otro pupitre desocupado.

El siguiente fue Jared, quien al notar que se sentaría al lado de una dama, procedió a saludarla de la misma manera en cómo se presentó, alzando su sombrero.

—Muy buenos días tenga usted —Saludó aun con su sombrero alzado, esbozando un gesto alegre.

—I-igual... tu —Tartamudeó la chica.

La chica era de color violeta claro, su cabello era de tono azul marino con rayas de color rosa y morado, el cual tenía recogido en forma de un bollo, además de que usaba unas gruesas gafas negras, complementándose así con su vestimenta consistente en una playera celeste de rayas azules, lo que parecía ser un listón rosado en la parte del cuello del mismo y una falda morada.

—Tu eres Twilight, ¿Verdad? —Inquirió Jared, sentándose en su respectivo lugar.

—Así es, Twilight Sparkle —Se nombró la chica a sí misma a la vez que sonreía. Jared solamente se acomodó su sombrero.

El chico elegante sacó de su mochila una libreta morada, acompañada de un llamativo bolígrafo, preparándose así para tomar nota.

—¡Wow!, ¡Tenemos la misma libreta! —Exclamó Twilight sorprendida, sacando el mismo cuaderno.

—Vaya, que coincidencia —Espetó Jared comparando ambas libretas.

—Muy bien, voy a empezar con la clase —Avisó la profesora, empezando a escribir algunas palabras en el pizarrón.

—Emm... Disculpe, profesora —Una suave y casi inaudible voz sonó en la entrada del salón.

—¿Fluttershy? —Volteó la profesora—. Oh, Fluttershy, creí que no vendrías hoy —Comentó al notarla.

Una chica color amarillo y de cabello rosado se encontraba parada en la entrada del aula, sosteniendo entre sus manos su mochila.

—Perdone por llegar tarde, es que mi auto se averió durante el camino —Agachó su mirada, mostrándose tímida—. ¿Puedo pasar? —Preguntó.

—Por supuesto, Fluttershy, estaba a punto de empezar con la clase —Agregó la maestra con su mirada puesta en la pizarra.

—Gracias... —La chica entró al salón, siendo saludada por 5 chicas, entre ellas Twilight.

Carlos, al ver a Fluttershy, quedó totalmente estupefacto, al mismo tiempo que boquiabierto. Empezó a sentir esa sensación conocida como: "Mariposas en el estómago". Su vista se centró en ella, solamente en ella, ignorando completamente su alrededor.

—"Es hermosa" —Dijo Carlos en sus pensamientos.

La recién llegada notó que el lugar en el que ella se sentaba habitualmente ya estaba ocupado, disponiéndose así a buscar un pupitre desocupado, encontrando uno, el cual estaba al lado de un chico que ella no recordaba haber visto.

Ella procedió a acercarse tímidamente hacia aquel lugar, siendo saludada por el desconocido.

—¡Hola!, ¿Qué tal? —Le saludó y preguntó ese chico con una actitud tan alegre que le hizo recordar a una de sus amigas.

—H... Hola... —Fluttershy respondió. Su voz apenas era audible.

—¿Cómo te llamas? —Quiso saber.

—Soy... Fluttershy —Dijo en el mismo tono inaudible.

—Fluttershy, ¿Eh?, es un hermoso nombre —Expresó el peli dorado, realizando cierto cumplido hacia ella—. Yo soy Carlos Fritz. Hoy es mi primer día aquí —Continuó.

—Oh, ya veo —Murmuró la peli rosada, sentándose en su momentáneo pupitre.

La clase transcurrió con normalidad. Jared demostró tener un vasto conocimiento en distintas materias, sorprendiendo a sus compañeros, entre ellos a Twilight, quien sintió una pequeña rivalidad durante la clase de química.

Por parte de Carlos la cosa era distinta. Él era muy aplicado, no tanto como lo era Jared, pero hacia su mayor esfuerzo. Su único defecto era su falta de atención, ya que se distraía por cualquier cosa, hasta por ver a una hormiga pasar.

Tras largas horas de estrés, el receso había iniciado; algo que tanto Carlos como Jared celebraron.

—Eres increíble, Jared —Alagó Twilight—. Jamás había conocido a alguien tan inteligente como yo —Bromeó.

—No es para tanto —Dijo Jared rodando los ojos—. Es solo cuestión de leer y poner mucha atención.

—Oye, Twilight, ¿Vas a ir a la cafetería? —Se dirigió a ella una chica del mismo color que Jared, este al notarlo se sorprendió, más no dijo nada.

—Ya voy, Rarity —Dijo Twilight—. ¿No vas a ir a comer? —Le preguntó a Jared al observar que el seguía haciendo apuntes en su libreta.

—En un momento —Confirmó el chico elegante—. Nada como un buen momento para relajarse —Vociferó, dejando y guardando los cuadernos que había ocupado.

—Está bien, nos vemos allá —Sonrió Twilight, abandonando el aula.

—Vamos, Jared, puede que la comida se acabe —Dijo Carlos preocupado.

—Ajá, si como no —Gruñó Jared con incredulidad.

Cuando Jared terminó de realizar sus apuntes, acompañó a Carlos a la cafetería.

—"Parece que el tiempo avanzó sin mi" —Pensó Jared mientras recorrían los pasillos.

El dúo llegó al paraíso de la escuela denominada: la cafetería. Los dos pidieron su comida, acto seguido empezaron a buscar una mesa en donde sentarse.

—Muy bien, ¿En dónde nos sentaremos?... —Musitó Carlos disponiendo de su vista para ubicar alguna mesa libre.

Por su parte, Jared simplemente decidió emprender su propia búsqueda, dejando solo a Carlos sin que este se hubiese dado cuenta.

—Veamos... —Carlos siguió en la búsqueda—. ¡Bingo! —Dijo alegre al haberlo encontrado, pero luego se puso nervioso al ver que en aquella mesa se encontraba aquella chica de cabello rosado, quien estaba acompañada por otras 6 chicas.

Carlos, temeroso, se acercó. Era la primera vez que hacía eso; hasta él se sorprendió por lo que estaba haciendo.

—Emmm... H-hola —Saludó con su pulso a mil por hora.

—Hola —Respondieron las 7 chicas al unísono.

—Tu eres el otro chico nuevo —Comentó una de las chicas. Ella se caracterizaba por tener el cabello rubio y ser de un color anaranjado, además de poseer un acento campirano—. Me llamo Applejack, un placer conocerte.

—¡Ay, es cierto! —Se retractó al no haberse presentado primero—. Me llamo Carlos Fritz, ¿Puedo sentarme con ustedes? —Preguntó tras un breve periodo de silencio.

—Claro —Respondió una de ellas. Su color de piel era de un tono similar o más tenue que el amarillo y sus mechones eran rojos con amarillos.

El nerviosismo de nuestro buen amigo aumentó cuando vio que el único lugar disponible se encontraba al lado de Fluttershy...

Sin querer causar una mala impresión, Carlos se sentó lentamente imitando elegancia, cosa que no pudo hacer, o bueno, no a primera instancia.

—¿Cómo se llaman? —Les preguntó una vez ya sentado.

—Yo soy Rainbow Dash, una de las mejores atletas de esta escuela —Exclamó otra de ellas, quien era de color celeste y de cabello arcoíris.

—Yo soy Rarity, mucho gusto —Dijo una peli azulada y de color blanco. Algo que por un momento dejó confundido a Carlos, fue que ella se parecía a Jared, salvo por el color de su cabello.

—Yo soy Twilight Sparkle —Dijo la chica que se había sentado al lado de Jared en las clases.

—¡Yo soy Pinkie Pie, mejor conocida como Pinkie Pie!, ¡Soy la encargada de hacer las mejores fiestas del mundo mundial! —Se presentó una chica de color rosa. Desde su cabello hasta su piel era de ese color.

—Bueno, Carlos... tu ya me conoces —Comentó Fluttershy soltando una risita.

—H-hola... Fluttershy —Por alguna razón, el sentía una extraña sensación proveniente de sus adentros.

—Hola, Carlos, yo soy Sunset Shimmer —Se presentó la que parecía ser la líder del grupo.

—Ahora que recuerdo, ustedes también van en mi salón —Exclamó Carlos al reconocer sus rostros.

—¡Así es! —Gritó Pinkie mientras asentía repetidamente—. ¡¿No es genial?!

—¡Sí! —Respondió Carlos con total confianza. Parecía que Pinkie tenía su mismo sentido del humor.

—¿Dónde está tu amigo? —Le preguntó Twilight al notar que el chico elegante no se encontraba acompañándolo.

—Oh, es cierto, ¿En dónde se metió? —Exaltó Carlos al haber notado que su amigo no se encontraba con él—. Quizás se fue a comer por ahí —Bostezó—. Él es muy reservado y serio —Comentó empezando a comer.

—Y muy inteligente he de decir —Agregó Twilight.

—Ese chico casi logra humillarte en la clase de química —Dijo Rainbow burlonamente.

—¡No es cierto! —Negó la chica de los anteojos—. Que Jared haya sorprendido a todo el salón por su manera en cómo realizó las mezclas de varios químicos no significa que me halla humillado.

—Parece que alguien acaba de conocer a su rival —Exclamó Applejack de forma picara y simpática.

—¿Rival?, claro que no. Jared es muy inteligente y sabe mucho al igual que yo... Quizás si seamos rivales... ¡Pero todavía no!... no, no podemos ser rivales, ¿O sí? —Decía y negaba Twilight en más de una ocasión.

—¿Quién es el chico del que hablan? —Preguntó Fluttershy tímidamente.

—Es el otro chico nuevo —Contestó Sunset.

—Me pregunto por qué se vestirá así, es tan anticuado —Expresó Rarity un poco disgustada.

—¿Como que "anticuado"? —Inquirió Pinkie haciendo comillas con sus dedos—. A mí me parece normal, a excepción que tiene una pluma en su sombrero, ¿Por qué lo tendrá?, ¿Qué no solo las aves tienen plumas? —Confesó extrañada.

—Lo digo porque ese tipo de vestimenta se usó hace mucho, mucho tiempo —Explicó casi a detalle segundos después.

Mientras eso ocurría, el joven de la pluma en el sombrero había encontrado una mesa, la cual yacía ubicada en una de las esquinas de la cafetería. Después de haberse sentado procedió a comer. Jared no decía ni una sola palabra.

—Disculpa, ¿Podemos sentarnos a comer aquí? —De la nada 3 jovencitas aparecieron, asustando a Jared en el proceso.

—Claro, no hay problema —Afirmó al reincorporarse.

Las adolescentes se sentaron apenas Jared habló, sus semblantes no eran los mejores que digamos...

—Rayos, estamos condenadas —Sentenció una de ellas. Su cabello era rojo y su piel amarilla.

—Creo que esta vez tienes razón —Admitieron las otras dos. Una era de piel blanca y de cabello que emanaba dos tipos de colores, notándosele elegancia. La otra joven, en cambio, era todo lo contrario. Su piel era anaranjada y su cabello era de cierto tono rojizo, pero no tanto. La ropa que ella traía puesta daba a entender que le encantaban los deportes.

—Oh, vamos, Applebloom, no creo que sea tan malo —Exclamó la joven anaranjada tratando de sonar lo más optimista posible.

—Estamos perdidas, Scotaloo, acéptalo —Vociferó la que en ese momento no había hablado.

—No es cierto, Sweetie Bell —Rechazó Scotaloo—. Tenemos cuatro días para entregarla.

—Ay si, como si pudiésemos hacer esa mega investigación de historia de la noche a la mañana —Parloteó Applebloom tapándose la cara debido a la presión que ella sentía.

Jared solo veía incómodamente esa escena. Una gota resbalaba por su frente, sintiendo compasión por ellas.

—Perdón que las interrumpa, pero... ¿Qué es lo que tienen que investigar? —Les preguntó seriamente, dando un pequeño sorbo a su café totalmente azucarado.

—Bueno... tenemos que investigar un evento histórico —Respondió la de cabello rojo, quien tenía su mirada fijada en el joven elegante, parecía que algo le pasaba, más Jared no dijo nada.

—El Desembarco de Normandía para ser exactos —Mencionó Sweetie Bell.

Tal fecha resonó en los adentros de Jared, sintiendo un escalofrió provocado por una sensación de haber sido empapado por un balde de agua fría, helándole hasta los huesos.

—Pues si gustan yo puedo ayudarlas, se algo de historia —Dijo Jared luego de que un puñado de recuerdos pasaron por su mente. Él recordaba todo a la perfección.

—¿De verdad puedes ayudarnos? —Preguntó Scotaloo aliviada. Applebloom y Sweetie Bell se sentían de la misma manera.

—Claro, no hay problema —Accedió Jared. Aunque en sus adentros se preguntó el porqué de ayudarlas sin siquiera conocerlas—. Me llamo Jared... Jared Glimmer, un gusto conocerlas —Se presentó alzando su sombrero y volviéndoselo a colocar.

—Hola, Jared, yo soy Sweetie Bell —Hizo una leve reverencia, algo que Jared también realizó. Ambos soltaron una risita.

—Yo soy Applebloom —Habló embobada la peli roja de aquel grupo.

—Yo soy Scotaloo —Se presentó con el ceño fruncido.

Tras haberse presentado, el cuarteto se dispuso a comer. Mientras hacían eso, las 3 chicas le hacían preguntas, puesto que no lo conocían.

—¡¿De verdad vienes de la escuela Cristal?! —Cuestionó Sweetie Bell admirada. Ella siempre había soñado con ir a ese lugar.

—S-sí... —Confirmó Jared nervioso.

—¡¿Esa escuela es tan increíble como dicen?! —Volvió a preguntarle sin bajas su volumen.

—Pues... sí, creo, jeje —Respondió ahora con varias gotas recorriendo por su cuerpo.

—Ya basta, Sweetie Bell, lo estás incomodando —Dijo Applebloom al notar como Jared se ponía nervioso.

—Oh, perdón si te hacía sentir así —Se disculpó la jovencita de doble color de cabello.

—No es nada de eso, es que hace mucho calor —Comentó, sacando de su bolsillo un pañuelo con el que se secó el sudor.

—¿Será por qué llevas puesto ese atuendo? —Inquirió Scotaloo, viendo detalladamente su vestimenta.

—¿Qué atuendo? —Se quejó.

—Ósea lo que traes puesto —Aclaró Applebloom, robándole la palabra a su amiga—. Es solo que parece un poco... extraño, pero se te ve muy bien.

El joven de apellido Glimmer suspiró, aquellas niñas tenían razón, su vestimenta ya no combinaba con la época.

A tan solo unos cuantos metros, 7 chicas y un chico yacían comiendo.

—"Vamos, tienes que decirle algo" —Dijo Carlos en sus pensamientos. Se encontraba muy nervioso, esto a causa de aquella chica que se encontraba al lado suyo.

—Y... es una linda noche, ¿No crees? —Preguntó tontamente, luego se arrepintió de haber dicho tal interrogante.

—¿Noche?, pero si apenas es el medio día —Devolvió Fluttershy sin siquiera notar los nervios del peli dorado.

—B... bien, emm —Murmuró casi perdido en la mirada de la amante de los animales.

Carlos, quien seguía en ese breve trance, agarró su refresco, pero este se le cayó de sus manos, derramándose en la ropa de Fluttershy.

—¡Lo siento!, ¡lo siento mucho!, ¿Estás bien? —Exclamó Carlos muy preocupado al salir de su trance.

Fluttershy no decía ni una sola palabra, bueno... hasta que reaccionó por el frio de la bebida.

—Sí, e-estoy... bien —Contestó algo temblorosa. El contenido del refresco se vertió por casi toda su ropa.

—Déjame ayudarte —Sacó una servilleta con la cual empezó a limpiarla, pero después se dio cuenta que aquella servilleta era con la que se había estado limpiando los residuos de comida que estuvieron impregnados en sus labios—. Oh, rayos. Perdón —Dijo demasiado tarde.

Fritz no sabía lo que estaba haciendo. Al ver como el ambiente se incomodaba cada vez más decidió salir corriendo, saliendo de la cafetería.

Jared observó todo lo acontecido, soltando una sonrisa.

—Y bueno, ¿Les parece si nos vemos más tarde en la biblioteca?, es que ahorita voy a estar algo ocupado —Comentó el del sombrero levantándose de la mesa.

—Seguro —Aseguraron las 3 jóvenes.

—En ese caso, nos vemos más tarde —Procedió a despedirse de la misma manera en cómo se presentó.

Mientras él se alejaba con rumbo a la salida de la cafetería, una chica de cabello rojizo lo quedaba viendo con ojos amorosos.

El joven Glimmer decidió pasearse por las instalaciones del plantel. Todo había cambiado. En eso se topó con cierta persona que había tenido un pequeño percance momentos atrás.

—¿Qué haces aquí? —Cuestionó Jared al ver que ese joven se encontraba en la entrada de la enfermería.

—Verás... me siento un poco mal —Respondió Carlos tocándose la barriga—. Siento mariposas en el estómago, una sensación que jamás había sentido —Dijo alegremente, teniendo aquel bello rostro grabado en su conciencia.

—¿Desde cuándo te empezaron esos síntomas? —Inquirió, sabiendo por donde iba el asunto.

—Desde que conocí a... Fluttershy —Terminó.

—¿La que llegó tarde hoy?

—Sí... —Suspiró amorosamente.

—Parece que estás enamorado —Diagnosticó.

—Creo que si —Musitó—. El problema es que cada vez que le quiero hablar me pongo todo tonto y no sé qué decir —Pausó—. ¿Puedes ayudarme? —Clamó.

—¿Ayudarte en qué? —Alzó una ceja.

—En que pueda hablarle de forma correcta sin que me ponga todo tonto, quiero captar su atención —Pidió con sus ojos llenos de ilusión.

Si bien Jared no había tenido tantos amoríos en su vida, tenía mucha experiencia en como expresarse delante de los demás. Tras habérselo pensado decidió ayudarle, no tenía otra cosa más que hacer.

—Muy bien. Te voy a ayudar —Confirmó Jared acomodando la pluma de su sombrero.

—¡Gracias!, ¡Gracias!, ¡Gracias! —Agradecía el joven enamorado con un apretón de manos.

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