28-Veintiocho
¿Cuántas veces puede arrepentirse un ser humano en la vida? No hay una respuesta para ello pero sabemos bien que no hay límites para dar nuestro brazo a torcer y caminar con la cabeza agacha. Este no es la excepción.
Desde un principio sabían que mi vida se basaba en arrepentimiento y más arrepentimiento con una mezcla de lástima y una pizca de alegría. Porque siendo sincera, aún no sé cuál es mi plan en la Tierra. Llegando a éste punto donde ya no sabes qué pensar y has sido parte de todo un poco te das cuenta que las sorpresas del mundo nunca terminan y que los peores recuerdos son los que tienen la última esperanza para ti.
Recuerdo la última vez que los vi a todos juntos. A los cinco pero ahora son solo tres, cuatro con ella, pero ella nunca me dejó ¿Cierto?. Estoy tan nerviosa como la primera vez, con ellos aquí soy la nerd que conocieron y que jamás se fue, sigue habitando en mí y jamás se irá. A pesar de ser solo una farsa.
—¿Vas a hablar o no?— espeta Zef aburrida. La mirada de los chicos se lanza a ella que solo encoje un hombro.
—Lo siento…— es lo único que digo. El sol quema la piel de mi cara y brazos.
—¿Sientes qué?— habla Tony, el estómago se me revuelve. Bajo la mirada avergonzada como perro maltratado.
—Siento todo, en especial tú, Tony. De verdad lo siento mucho…— hago una pausa y los nervios aparecen como la última vez. Tenerlos aquí justo en el mismo lugar donde les conté mi verdad es extraño y triste.
Las lágrimas se aglomeran en mis ojos y sorbo mi nariz.
»—Los juzgue mal. En especial tú. Te desprecie de una forma que no debía… perdóname. Los tres, lo siento de verdad— la primera lágrima cae por mi mejilla.
—¿Por qué haces esto?— ésta vez habla Caleb fijando su mirada en mí. Dejo que las lágrimas de dolor resbalen por mis mejillas sonrojadas.
—Puede que se alegren pero…— soy interrumpida por la pelinegra.
—Zac es un idiota. Es lo único que les dirá— confiesa. Ella me envuelve con sus brazos y es reconfortante.
—Te ha engañado— es más una afirmación que una pregunta y asiento dejándome mimar por mi amiga. Tony endurece su gesto relajado.
—Me di cuenta que fuí una estúpida así como ustedes lo fueron una vez conmigo. Por eso estoy acá; pidiéndoles disculpa por juzgarlos cosa que no me correspondía. Ustedes fueron sinceros conmigo y yo los alejé de mí. Por otro lado entiendo que no quieran aceptar mis disculpas, soy una idiota en todo sus sinónimos.
Me disculpo con ellos con todas las palabras que puedo sacar de lo más profundo de mi corazón descrebajado. Ellos me escuchan con atención, no pasan por alto nada y el hecho que hagan eso tengo la esperanza que puedan perdonarme porque es lo único que me queda. Ya no tengo nada que pueda sostenerme y disculparme con ellos es lo mejor que puedo hacer.
Las lágrimas no cesan y cada dos minutos repito la palabra "perdón". Ellos me dan a entender que también se comportaron como unos estúpidos sin cerebro, me piden disculpas por lo que me hicieron y me dan a saber que lo lamentan de verdad. Ambos bandos nos disculpamos por todo lo malo que nos hicimos y me doy cuenta que ésto es lo que debí hacer desde un principio.
Debí escucharlos y dejar mi lado egoísta de mierda en lo más profundo del mar. Me doy cuenta que no pensé más allá de lo que de verdad importaba solo le dí importancia a lo que yo creía bueno para mí y no era así. Dejo de llorar porque tanto Tony cómo Justin me dan una buena maltratada verbal. Bueno, me vi en la obligación de ya no derramar más agua por los ojos.
—Lo siento, de verdad— repito por milésima vez. Ellos ruedan los ojos y Zefora suelta un bufido fastidiada.
—Ya deja de disculparte, Kayla. Te ves terrible cuándo lo haces— me insulta Tony, sonrío. Río porque sé que todo con él ha vuelto como lo era antes, antes de saber qué me utilizaron y ese recuerdo ya no duele como al principio.
—Cállate— le espeto. Todos reímos.
—No sé ustedes pero tengo ganas de un frapuccino, ¿Se quedan?— inquiere Justin llamando a la mesera. Miro a Zefora pidiendo permiso.
—A mí no me mires, haz lo que quieras— se aleja de mi para acomodarse en la silla esperando que llegue la mesera.
—Yo me quedo— concuerdan Tony y Caleb al unísono. Cómo no tengo nada que hacer, opto por quedarme con ellos disfrutando de este día caluroso y agradable.
—Bien, los acompaño— acomodo mi cuerpo junto al de la pelinegra. La mesera llega y apunta todos los pedidos en su mente para luego irse y regresar a los seis minutos.
Pasamos el rato hablando y hablando de cualquier cosa que se nos venga a la mente y les cuento que mi amiga lesbiana tiene ya novia, ellos quedan estupefactos por la noticia al que no le afecta tanto es a Tony, su primo. Los otros dos le comienzan a hacer preguntas sobre Becca, ella no les dice su nombre pero responde a lo que quiere. Maldice una y otra vez por ser chismosa. ¡Vamos! Es noticia que debe saberse, al menos ellos.
Así pasamos el rato donde pedimos otra ronda de frapuccinos porque los otros ya se han acabado. Media hora más tarde se llegan las tres de la tarde. Sobre la mesa hay varios vasos del líquido espumoso y delicioso, la mesera llega con la cuarta ronda, voy al baño más de las veces necesarias pero vale la pena porque la estoy pasando bien.
—¡Cállate! Te dije que te olvidarás de mí…— la voz masculina llama mi atención. Busco con la mirad de dónde proviene.
Al parecer Zefora también se da cuenta de ello porque me toca el hombro y señala adelante de mí. El chico está parado con su porte intimidante de costumbre con su ropa negra y el cabello azabache alborotado. El pequeño dolor que sentía se desvanece y no entiendo el por qué. El dolor ya no está y un pizca enorme de alegría y emoción por verlo me invade.
—Damián— pronuncio su nombre en un susurro. El chico camina en dirección hacia nosotros pero no a nosotros.
—¿Qué tanto miran?— pregunta Caleb buscando con la mirada el centro de mi atención total.
—A nadie— confiesa Zefora. No aparto la mirada de él.
—Sí pues, entonces… ¿Por qué a Kayla se le salen los ojos?— cuestiona Justin un poco molesto. Hundo las cejas y aparto la mirada del chico culpable que me haya tatuado la piel pero no me arrepiento de ello. Es algo íntimo entre él y yo.
—Estás loco…— sorbo de la pajita del frapuccino.
—Pones esos ojos por dos razones: 1) te sorprendes de algo o son de esos temas que no te gustan y 2) algo llama tu atención pero lo evitas—. Pongo los ojos en blanco.
¿Dese cuándo Tony me conoce tan bien? Está claro que no puedo esconder mis gestos y soy muy obvia.
—Tú tienes los tornillos zafados. Nada de eso me está pasando…— el grito de la pelinegra me deja con al respiración agitada y los nervios taladrando mi ser.
—¡Damián! Aquí— sorbo para pasar desapercibida pero no puedo.
Miro de reojo el panorama, el chico cuelga la llamada y con su gesto neutral se acerca a nosotros. ¿Dónde no?, Zefora se levantó y meneo sus brazos como si un avión iba a aterrizar.
—¿Quién es?— pregunta Tony.
—Nadie.
—Un amigo de Kayla— hablamos al unísono Zefora y yo.
Le lanzó una mirada que cabó su tumba. Damián termina por llegar a la mesa que está afuera del pequeño restaurante. Curva la boca y me quedo como una estúpida viendo ese moviendo tan provocativo. Qué evoluciona en mí y recuerdo lo que ví hace una semana atrás.
—Hola, Eloísa y amiga de Eloísa— saluda con su típica voz que me vuelve más idiota de lo que soy. Claro está que ellos dos no cruzan palabras y que el pelinegro de ojos azules no sabe el nombre de mi amiga. Apenas sabe el mío y con esfuerzo el suyo.
—Hola…
—¿Qué haces por acá?— inquiere mi amiga dándome un apretón en la rodilla. Cómplice.
—Es algo que no te interesa pero haré la excepción: iba de camino a una tienda—. Posa su mirada azulada sobre mí y joder. Qué tiene el mar en ellos.
Aquí, sentada observándolo como una asesina en serie y una acosadora me doy cuenta que estoy sintiendo algo por él que antes no quería reconocer pero que no puedo negarlo más. Estoy deseando que pegue sus labios con los míos. Ahora, dejando de lado las hormonas… ¿Es normal que sienta cosas "bonitas" por un chico mientras sufro por otro?
No tengo respuesta para eso… pero sí sé qué tal vez… tan solo tal vez, el dolor que siento es solo remordimiento por lo que hizo Zac.
—¿Tú estás muda o qué?— sacudo la cabeza.
—¿Eh…?
—Nada, eres más rara cada vez. Bueno me voy— se aleja de la mesa para retomar su camino. Lo veo yéndose y recuerdo la relación entre nuestros hermanos. Oh, joder. No quiero ser testigo de eso.
—Creo que todos debemos irnos. Tengo muchos trabajos pendientes por hacer y el tiempo se me está acabando— habla Zefora sorbiendo el poco líquido espumoso.
—¿Quién ese chico? Parece tener el mundo a sus pies— elevo la mirada encontrando a Tony con cara de pocos amigos. Está claro que no le agradó, ni a él ni a los otros dos.
—No tiene importancia. Apoyo la idea de Zefora— concuerdo en irme. Deciden no preguntar más y pagamos nuestros frapuccinos.
La mesera llega, coge el dinero y se larga después nosotros. Voy caminando junto a mí amiga cuando la voz de Tony me hace girar sobre mis talones y caminar en su dirección.
—¿Sí?
—Solo quiero que sepas, que jamás dejé de quererte. Jamás pasaba sin pensar en ti. Aún sigues siendo mi hermanita la cual no tengo y deja de sufrir por ese estúpido. Ya lo superarás.
Extiende sus brazos músculos para abrazarme lo cual acepto gustosa. Su aroma varonil y caro, me envuelve haciéndome sentir segura. Segura como lo hace mi hermano mayor.
—Gracias, Tony, lo siento de verdad.
Él me da una leve sonrisa y besa mi coronilla para luego irse con los chicos. Regreso con la pelinegra que me está esperando. Hemos venido caminando por obligación. La obligué a que caminara y dejara de contaminar el ambiente por una sola vez. No tan a gusto lo hizo.
—¿Tan pronto se acabó la reunión?— giramos para ver al dueño de la voz que interrumpió el lindo momento en silencio.
—¿Nos has seguido?— cuestiona Zefora de mala manera. Ya van con la rivalidad.
—No todo gira entorno suyo… ahora. Debo aceptar que sí, bueno un poco. Quería ver si el novio de Eloísa llegaba pero no. Nunca llegó—. Su comentario en parte duele pero su presencia me hace olvidar.
—Él nunca fue mi novio y ya no somos ni amigos— vocifero. Seguimos caminando los tres. El a mi lado, o sea yo en medio de ellos.
—Eso me alegra…
—¿Perdón?
—Qué tengo pereza.
—Oh.
—¿Cómo te llamas pelinegra?— mi amiga lo mira y curva la boca.
—Zefora… por cierto no me agradas del todo— manifiesta. Yo río y Damián entorna los ojos.
—Tú a mi tampoco.
—Ya dejen de pelear, por favor— suplico. Los tres reímos y seguimos caminando. Doblamos la esquina en dirección a mi domicilio. El aire pega a nuestros rostros y el ambiente se siente cómodo y relajante. Con él es diferente.
De un largo tiempo caminando el chico rompe el silencio tomándome de la cintura y colocando su mano bajo mi mentón para que lo vea bien.
—Si él ya no está contigo… yo seré tu bad boy. Eloísa.
Sus ojos azules que contienen el mar para mí, me observan desde lo alto, en un ángulo perfecto y sobre todo sensual. Mi sistema tiembla con su tacto. Ahora, estando acá me doy cuenta de:
El tiempo se acabó y que ya no soy la misma de antes, volvieron a jugar conmigo de la misma forma y así será una y otra vez hasta que yo lo permita pero se acabó. Ser una nerd se acabó, puede que ya no me comporte como tal, empero, en el fondo seguía siendo la chica que usaba lentes sin número de graduación y fingía ser algo que no era.
Tal vez… tan solo tal vez, no fuí la destructora de lo que me rodeaba tal vez… la persona que yo menos creí capaz de destruirme lo hizo. Esa persona que yo confiaba con el alma y cada una de mis células se tomó la molestia de romperme de la peor manera que yo no quería.
Destruí una parte de mí; Esther. La destruí a ella y me destruí a mí, estando entre los brazos y bajo la mirada penetrante azulada de Damián, sé que un chico destruyó a la nerd y la hacker pero no a la bad girl.
Mi yo está partido en tres partes y dos de ellas ya fueron quemadas y vueltas polvo. Los chicos, esos chicos que yo misma alejé son parte de mí también y es la única parte que queda intacta porque ellos no se fueron de mi lado. Yo me fui del suyo.
Así que… sí. Acepto ser su bad girl porque lo soy. Ya no soy la misma sabiendo que fui una ingenua.
🍁Fin.🍁
Feliz fin de año.
Capítulo dedicado a:
Cardonadanny
Orne__007
Palo86374899
Camila11123
Black05Strom –no se si es cero u "o" lo siento ;)–
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