02-Dos
A la mañana siguente despierto por el sonido espantoso de la alarma. La apago y con pereza voy hasta el baño y me ducho, lavo y aseo todo mi cuerpo. El agua fría me hace bien y relaja todo parece que irá bien. Me veo al espejo mientras cepillo mis dientes. Será un gran año, lo sé.
Termino y salgo del baño, quito la toalla que cubre mi cuerpo, visto mi cuerpo con ropa interior y luego con un pantalón de jean ajustado color negro a juego de un suéter holgado beige en el cual cabrían dos Kayla's. Calzo mis pies con unos Nike negros. Tomo mi mochila en manos y veo mis anteojos sobre mi portátil...
La nerd de mierda...
Quítate de mi camino estúpida...
Tarada, solo estorbas...
No eres nadie...
Eso y mucho más se repite una y otra vez en mi cabeza rebobinando todas esas frases que una vez dijeron sobre mí con todo el asco del mundo. Mis manos me traicionan al cogerlos pero reacciono y los dejo caer en su lugar. Al pasar por el armario veo mi reflejo.
Toda yo es la Kayla nerd, pero no. El tiempo se acabó y ahora soy yo. Abro el armario y las cajas que están hasta el fondo de éste las saco y abro una por una hasta encontrar la correcta. Saco una camisa mangas cortas y una chaqueta de cuero negra al igual que la camisa. Lista bajo las escaleras y llego a la cocina.
Mis hermanos están desayunando, Maya come lo más rápido que puede y Brad despacio como viejito. Los saludo y tomo un tazón con cereales y leche. Maya se despide pues según ella ya es tarde y la dejarán afuera. Entre platicas de ambos se llega la hora y me despido de mi hermano.
Zefora llega cinco minutos antes que Liam pasara por mí, igual que yo, se depide de mi hermano;
—Adiós hermanito, te veo más tarde— Brad solo ríe y niega divertido. Luego el auto de mi amigo aparece y aparca frente a nosotras. Subimos al auto, yo de copiloto y Zefora atrás.
—Hola, Mi Hacker favorita— saluda y beso su mejilla. Arranca el auto y se dirige a la universidad que está en la ciudad.
—Sí, hola. Yo también estoy bien, gracias por preguntar— habla sarcástica Zefora, atrás. Rio y Liam igual.
—Lo siento, olvidé que venías tú también...— deja en el aire al no saber el nombre de mi amiga.
—Zefora.
—Yo soy...
—Amigo yo sé quién eres, Kayla te menciona todo el tiempo— se queja al notar que Liam se iba a presentar. Mi amigo sonríe coqueto... oh, no. No. Le gusta Zefora.
—Me alegro— esa sonrisa es bella pero Zefora no lo apreciará. Así que mejor antes que él se haga ilusiones hablo:
—Si piensas conquistar a Zefora te recomendaría que no lo hagas, mi amiga es...— la voz de la susodicha me interrumpe para terminar la oración.
—Lesbiana, no te hagas ilusión— dice con orgullo y el rostro de Liam es cómico. Rio a carcajadas al verlo y mi amiga no se queda atrás. Él reclama molesto.
—Lo siento, Liam. Búscate otra chica— propongo dándole una palmada a su hombro en consolación.
—Lo haré y me gusta que lo digas con esa seguridad— ve a Zefora por el retrovisor y ésta sonríe amable.
En el camino hablamos sobre la carrera de Liam, Zefora le hace millones de preguntas las cuales responde rápido y preciso. Luego de unos quince minutos llegamos hasta el campus de la enorme universidad. Bajamos y Liam me desea lo mejor. Luego de eso se va a su universidad la cual no queda tan lejos de ésta.
Ambas entramos al campus y Zefora comienza a juzgar mi vestimenta. Dice que no le agrada ésta Kayla, que prefiere a la nerd y cosas así. Alguna parte de mí piensa las cosas, pero no. Soy yo y nadie lo cambiará. Lo que más me gusta que ella es que es sincera, antes de mentir y hacer daño.
Llegamos hasta la entrada principal del enorme edificio donde ya hay varios chicos mayores que yo o igual. Un maestro de mayor edad da la información que debemos ir los de primer ingreso al salón principal ya los de segundo año y más ya saben las estrategias.
Con ayuda de mi amiga que chilla a cada momento por la emoción encontramos el salón principal. Las personas entran, esperamos que entre una chica que trae muchos libros y de verdad se ve bien jodida con todo eso...
Esa eras tú, mírate justo ahí...
Borro esa idea de mi cabeza y con pasos lentos entramos al salón pero a la chica se le caen todos sus libros al suelo. Maldice y se agacha para cogerlos. Bufo. La imito y empiezo a ayudarla con sus libros, sigue maldiciendo y rio.
—¿Será muy feo si se apresuran?— esa voz, la chica con anteojos se levanta y con una mirada de terror abre su boca para disculparse:
—Lo siento...— se disculpa y se hace a un lado para que pasen. La tomo del brazo con fuerza y la detengo —Gracia... déjalos pasar— pide con nerviosismo lo que me fastidia aún más.
—Así es, hazte a un lado que hay personas queriendo pasar— esa voz de nuevo. Siguen juntos e igual de tarados. Respiro y me doy la vuelta. Ellos al verme ponen los ojos en blanco y tragan grueso. Tanto ellos como yo estamos sorprendidos al vernos de nuevo después de tanto tiempo.
—No eres nadie para tratarla de esa manera. Respetala, porque recuerda que ustedes tres no se llevan con las nerd's. No quiero problemas el primer día y si llego a saber que volvieron a hablarle así a ella, sabrán quién soy realmente— ladro, tanto ellos como las chicas a mi lado quedan boquiabiertos ante mis palabras.
Tomo a ambas chicas de las muñecas y buscamos asientos en las butacas. Nos sentamos en la penúltima fila dónde se ve todo bien. Tras unos minutos de agiteo todos ya en sus lugares un hombre el cual creo es el rector de la universidad se para justo en medio del podio.
Empieza a dar su discurso el cual no presto la mínima atención y veo a todos en éste lugar. Muchos rostros nuevos y tres demasiados conocidos. Será un gran año. Creí que solo Zefora y yo estaríamos acá, pero al parecer no. De los cinco populares solo dos no están acá y es muestra que eligieron otras universidades.
—...Se quedan aquí y el resto van al segundo salón— oigo que dice y las personas se levantan.
—Zefora, ¿qué dijo?
—Descuida. Nosotras nos quedamos acá— informa y asiento. Luego de que todos salieran y otro maestro entrara la voz de la chica con anteojos interrumpe mi atención.
—Hola soy Rebeca pero me gusta que me digan Becca. Tú, ¿conoces a los chicos de hace rato?— inquiere. Se presenta entre susurros para no llamar la atención de los demás. Becca: tez blanca, ojos tormenta, pelinegra y con unas largas pestañas y cejas pobladas sin depilar. Alta.
—Hola, Kayla Eloisa Thompson. Y sí, los conozco. Los tres son unos grandes idiotas. Pero prefiero no hablar de ello ahora— respondo, acepta con un movimiento de cabeza.
—Sí. Yo soy Zefora, un gusto saludarte— habla sarcástica mi amiga en medio de ambas. Becca ríe bajo y niega. No hablamos más en todo el curso.
El profesor entra y reparte hojas en blanco a cada uno de nosotros. Pide que escribamos el nombre, edad y qué pensamos al respecto del feminismo. Con una idea absurda escribo mi nombre completo, edad y con letras grandes y toscas marco:
Nada. Muchas mujeres lo toman de porquería y otras no lo ponen en práctica.
Luego de entregar el papel salimos al primer receso de tres. Becca así de la nada se volvió nuestra amiga, cosa que no tengo ningún problema. Más bien me agrada, es una chica increíble.
Vamos caminando juntas al patio de la universidad, paro en seco o más bien me detienen.
—Kayla. Debemos hablar— pide el chico frente a mí. El chico que me desvirgó hace cuatro semanas y que disfruté por que aún lo sigo queriendo pero ese sentimiento está por esfumarse.
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