Capítulo 7-Desayuno
El chasquido de los besos era lo único que sonaba en aquella oscura habitación, ninguno de los dos supieron cómo llegaron ahí, pero lo disfrutaban, contaban aún con ciertas prendas de ropa pero sabían que estás desaparecerían en cualquier momento.
-Eres mío Omega, Simplemente mio, mi pequeño.
Ambos jadeaban pues la sensación era tan placentera, trataban de no hacer mucho ruido.
-Vamos alfa demuestrame que soy tuyo.
Después de aquellas palabras el alfa lo tomó con fuerza, amaba ese espectacular cuerpo que estaba debajo de él, lo empotraba sin piedad, sabía que así lo quería el Omega.
Después de que el clímax llegara y el nudo bajara fue ambos se encontraban recostados, el Omega tenía su cabeza apoyada en pecho del alfa, mientras sus cuerpos seguían agitados.
-Alfa- el mencionado hizo un sonido con su boca, afirmandole que lo escuchaba-¿Cuándo vas a presentarme con tu familia?.- dijo con la voz más suave y sumisa.
Al oír aquello este se paró de inmediato para comenzar a ponerse su ropa- alfa no te vayas, perdoname, prometo no volver a preguntar.
-Siempre dices eso, justo es por esas cosas que siempre terminamos peleados, entiende Jungkook, lo nuestro no tenemos porque andarlo ventilando, o es qué acaso desconfias de mis intenciones - preguntó el alfa muy molesto.
-No Taehyung claro que no.
-Pues no pareciera, aprovechas cada instante para volver a repetir tonterías, entiende, me gustas, eres mío, pero también sabes como son mis padres, si se enteran que estamos juntos, nos van a separar y no quieres eso verdad conejito - decía mientras le acariciaba su cuello con ternura.
-No alfa, yo quiero estar contigo -decia con voz mimada al sentir las caricias de Tae.
-Entonces borra eso de tu cabecita, debo irme, pero prometo que mañana vendre a verte.
Después de que se vistiera salió de aquel departamento que le había comprado al menor, Jungkook y él tenían aproximadamente tres años de relación, el alfa sabía muy bien que Kook era su destinado desde un principio cuando lo conoció en la fiesta de presentación de Seokjin, sin embargo negó dichos sentimientos hasta que su lobo ganó y tuvo que aceptarlo cuando se reencontraron en la empresa en la que ambos trabajaban, sin embargo ellos tenían algo más privado, Tae no quería que lo vieran con el Omega varón, era algo muy deshonroso y sobre todo vergonzoso, pero Jungkook no comprendía aquello era tan difícil hacerlo entender que aunque lo amara jamás formaría algo serio, solo esperaba a que la linda Omega que tenía como novia aceptará casarse con él para ahora sí darle fin a la aventura que tenía con su conejito.
....
- Vaya alfa no sabes cuanto había extrañado tus caricias, no esperaba que hoy viniera a verme, estuviste tan pasional, creo que jamás te habías mostrado así tan posesivo y caliente- su voz sonaba cansada y nerviosa después de haber alcanzado el mejor de los orgasmos, justo ahora se encontraba recostada mientras era abrazada de la cintura por el alfa- me encantas amor, deseo que el tiempo pase lo más rápido posible para ya por fin ser tu esposa.
Seokjin sólo la escuchaba pero su mente estaba en otro lugar, más precisamente en aquel lindo Omega de bonitos hoyuelos, no podía sacarse de la cabeza los besos que compartieron porque después del primero llegaron más, era tan placentero tomar aquellos apetecibles belfos, pero la razón cayó a su mente como agua fría cuando sintió como su cuerpo reaccionaba al omega, se sentía tan deseoso de tomarlo que incluso su hombria dolía como nunca, tenía una necesidad y fogosidad que pocas veces había experimentado y si lo recordaba bien sólo Namjoon había sacado esa faceta de él.
-Alfa....- Nam quería pedirle que se fuera, deseaba estar sólo pues con aquel beso solo comprobaba lo estúpidamente enamorado que estaba de Jin, entonces no entendía porque cuando el primer beso terminó enrollo sus brazos al rededor de su cuello mientras este lo abrazaba con más fuerza para seguir con un beso mucho más intenso y candente, solo se detenía para respirar y enseguida continuaban con otro mucho más duradero que el anterior.
Ambos se olvidaron del tiempo y el lugar, hasta que unos tipos gritaron cosas desagradables a Namjoon, razón por la cual Seokjin se separó molesto queriendo golpearlos, pero estos fueron mucho más rápidos, justo cuando regresaba con Nam, fue que se dio cuenta de lo caliente y duro que estaba, sabía que si se acerca de nuevo al Omega lo haría suyo y nada podría detenerlo.
-Perdoname Namjoon...debo irme....porfavor disculpame por esto- su voz sonaba nerviosa y con un deje de culpabilidad.
-Es mejor que te vayas Jin y no te preocupes olvidemos esto, por favor.—su voz sonaba avergonzaba, no debió dejarse llevar así, Seokjin tenía pareja y además de eso le había dejado en claro que no sentía ya nada por el, más que amistad.
—Perdoname Nam, también por lo que te dije, nuestra relación fue muy importante para mí, es solo que prefiero que ahora seamos amigos, no quiero que esto se vuelva incómodo para nosotros, pero tienes razón olvidemos esto.
Después de que ambos se disculparan el alfa salió casi corriendo a su hogar, sin embargo su necesidad seguía ahí, quería tomar al Omega, quizás estaba confundido por lo que fue directo al hotel con su prometida, la necesitaba para darse cuenta que a ella era a la única que deseaba.
En cuanto entró a la habitación de Jisoo la hizo suya, la tomó con un poco más de posesividad, pero cuidandola pues era más delicada, y aunque alcanzó el orgasmo, en su mente siempre estuvo presente los labios y cuerpo de Namjoon.
....
El fin de semana llegó y ahora se encontraban los Kim preparando un rico desayuno, Seokjin les había pedido que lo hicieran pues quería que su prometida conviviera con su familia.
Cuando llegaron Yoongi fue quien les abrió dirigiéndolos a la mesa donde ya estaba todo listo, sus padres ya estaban ahí, Jimin y su pequeño también estaban sentados y justo a lado de su sobrino estaba Namjoon, al verlo sintió como su estómago se removía y su lobo despertaba emocionado ansioso por bañarse en el aroma de este.
—Hola buenos días — dijo la Omega de manera amable— me da mucho gusto venir a verlos y convivir con ustedes— su mirada se centro en alguien en específico —saben hubiera traído a una amiga pero pensé que el desayuno era familiar— dijo de forma amable pero mirando directo a Namjoon.
El Omega al escucharla se sintió incómodo, era verdad él no pertenecía más a esa familia, ahora ese lugar le correspondía a Jisoo.
—Todos los que estamos aquí somos familia— dijo de forma muy seria y cortante Yoongi pues no le había gustado la forma en que la omega se dirigió a su amigo.
—Yoongi— le advirtió su hermano pues había notado lo brusco al hablarle a su prometida.
—Es la verdad Seokjin, aquí estamos solamente la familia.
Sus padres miraban la escena para ellos la razon la tenía su hijo mayor, pero no querian incomodar a la novia de Jin.
—Gi— habló por fin Namjoon tratando de calmar al omega— vamos a la cocina en lo que Jin y Jisoo se acomodan.— Yoongi no quería hacerle caso pues estaba molesto, pero al ver los ojitos de su amigo fue que acepto.
Por otra parte Seokjin también estaba molesto, sabía que Gi apreciaba mucho a Nam, pero ahora debia respetar a Jisoo, cuando se sentaron siguió a los omegas pues quería disculparse con Nam.
—Yoongi por favor disculpame con todos pero creo que lo mejor es irme, te dije que era mala idea quedarme — pues el Omega había ido ayudarles y aunque sus planes eran irse Yoongi lo había convencido para permanecer ahí.
—No es mala idea Namie, también eres parte de la familia...
— Yoongi tiene razón — los interrumpió Seokjin —Gi podrías dejarnos solos un momento por favor.
El Omega de mala gana aceptó — Seokjin creo que tengo que irme, no quiero ocasionarles problemas, este momento es tuyo y de tu prometida, mejor me voy, nos vemos luego.
Justo cuando el alfa iba a replicar el teléfono del Omega comenzó a sonar, por lo que le pidió un momento para contestar, Seokjin estaba molesto pues había escuchado muy bien quien lo había llamado, era aquel estúpido alfa, sin darle tiempo a que conversar con él, Jin le quitó el celular para cortar la llamada.
—¿Qué te pasa Seokjin? Estás loco— preguntó molesto.
—¿Por qué te molesta tanto Namjoon? El idiota que tienes como jefe no tiene derecho para hablarte en tu día de descanso o es que acaso pasa algo entre ustedes— su voz sonaba muy enojada era obvio que Seokjin estaba celoso, su lobo era posesivo pero salía a relucir únicamente con Namjoon, a Jisoo jamás le había hecho una escena de celos.
—Y si así fuera a ti que te importa Seokjin, no te metas en mis cosas por favor — cuando el Omega quiso salir, Seokjin lo tomó con fuerza de la cintura y lo pegó a su cuerpo impactandolos en la pequeña isla que tenía la cocina.
—No te vas a ir con ese idiota — su voz sonaba ronca y posesiva, su lobo estaba a nada de aparecer — no se que me pasa Namjoon — dijo tratando de tranquilizarse al darse cuenta de lo que hacía.
— Será mejor que me vaya Jin— su voz era tímida pero necesitada, ambos estaban muy juntos, el alfa había pegado sus frentes, sus aromas se estaban mezclando — Nam no quiero que te vayas...quédate por favor — su voz había cambiado y ahora era más suave.
Ambos se veían sus labios estaban a nada de tocarse pues sus alientos incluso ya se mezclaban, justo cuando Jin había soltado algo de fuerza en el Omega fue que esté quiso liberarse pero al hacerlo rozó sus intimidades, ambos soltaron un pequeño jadeo.
La excitación estaba ahí nuevamente, la necesidad creciendo en sus cuerpos, sus lobos pedían a gritos entregarse al otro.
—Tengo que irme Jin.
—Tienes razón — afirmó el alfa, sin embargo sus manos seguían apretándolo de las caderas, sin pena alguna había llevado su nariz a su cuello, olfateando pero a la vez marcandolo con su aroma.
Nam solo podía ladear su cabeza para darle mejor acceso, Jin amaba eso del Omega, su cuello lucía tan bonito, así expuesto para él, que saboreando su sabor llevó su lengua hasta ese cálido lugar.
El Omega trataba de no gemir, pero la forma en que el alfa chupaban y mordía su cuello lo estaba volviendo loco, incluso podía estar casi seguro que su área ya se encontraba muy roja y que probablemente para más tarde tendría unas marcas enormes y moradas pero no le importaba y en su lugar se inclinaba mucho más.
Seokjin dejándose llevar por el deseo comenzó a besar su cuello para bajar a sus clavículas las cuales mordió a su antojo, quería ir más abajo y probar aquellos pequeños botones que habían despertado y eran muy notorios en el cuerpo del Omega debido a la excitación, pero entrando algo en razón comenzó a subir hasta que llegó a la mandíbula definida del menor.
Cuando se detuvo un poco para verlo fue que su deseo creció Nam tenía sus ojos dilatados y cuello muy rojo, sus labios estaban entre abiertos y eso claramente era una invitación a tomarlos y así lo hizo.
El beso era demandante y húmedo, sus lenguas bailaban sin cesar al querer tomar el control, sus manos también estaban incluidas pues el alfa había cargado al Omega en aquella isla, metiéndose entre sus piernas mientras frotaban sus intimidades.
Pero Seokjin quería más cercanía su miembro estaba duro y necesitado, así que tomándolo de las caderas lo cargó enrollandolo en su cintura mientras el alfa se sentaba en los pequeños bancos que tenía el desayunador.
Namjoon se encontraba a horcajadas del alfa, mientras Jin solo podía masajear sus glúteos y besarlo con pasión, por su parte Nam había desabrochado la mitad de aquella linda camisa rosa que el alfa llevaba puesta, sentía tanto placer al sentir el vaivén que manejaban en su cuerpo, moviéndolo a su merced.
Ninguno de los dos razonaban en lo que hacían, solo querían satisfacerse llenarse del aroma del otro.
Sin embargo después de un rato fue que Nam entró en razón, se había cegado por Jin, pero debía alejarse.
Cuando se paró Seokjin lo veía como a su pequeña presa, tenían sus labios hinchados y ojos muy dilatados y brillosos, los cuales expresaban únicamente lujuria y adoración por el Omega.
—Debo irme — pero sin fuerza fue tomado nuevamente por Jin mientras lo pegaba a la isla de nuevo y comenzaba a besarlo, el deseo regresaba como una chispa sin control.
Seokjin sólo quería tomarlo, su lobo igual le pedía que hicieran suyo al Omega, en su mente solo existia Nam y su hermoso cuerpo, sabía que lo seguía queriendo pero ya no eran unos adolescentes, ahora eran hombres maduros que tenían un camino y destino diferente.
—Muero por estar dentro de ti Omega— si voz era tan ronca y seductora — quiero perderme en ti, probar cada parte de tu cuerpo— susurraba en su oído.
—Hazlo alfa — ambos estaban necesitados y cegados por la lujuria, tanto que no razonaban el lugar en donde estaban, incluso habían olvidado que fuera de esa cocina estaban su familia y prometida.
Pero ya nada les importaba así que comenzaron a besarse de nuevo mientras el alfa apretaba esos grandes glúteos y piernas que lo tenían apresado, Nam parecía un koala pues sus piernas y brazos rodeaban el alfa, su beso era candente y sucio, no dejaba nada a la imaginación acerca de lo que querían hacer.
Estaban tan perdidos en el placer que no se dieron cuenta cuando cierta Omega llegó a la cocina, hasta que por la impresión tiró aquella pequeña jarra de naranja que llevaba a rellenar.
El sonido de los vidrios rompiéndose los sacó de su mundo ardiente, Namjoon se bajó de inmediato de la isla mientras acomodaba su ropa y Seokjin abotonaba su camisa ambos muy avergonzados.
Cuando estuvieron listos se acercaron a levantar los vidrios, sus caras estaban rojas, querían que el mundo se los tragara por la vergüenza.
—Yo puedo sola...será mejor que te vayas Namjoon — contestó tan seria, que el Omega sintió su pecho doler.
Jin quiso replicar pero la mirada de esta se lo impidió —Claro, yo me voy....una disculpa...adiós señora Kim —Nam salió por puerta trasera esperando una respuesta pero la Omega no lo veía a la cara, estaba muy decepcionada, siempre le dijo a Nam lo mucho que valía y que no debía ser escondido o la segunda opción de nadie y ahora verlo siendo el amante de su hijo fue muy triste, limpiando sus ojos de las lágrimas que se habían derramado sin querer se puso de pie y tomando la jarra de naranja que había en el refrigerador se lo hecho encima a Seokjin el cual la veía con asombro más no decía nada.
—Ve y date un baño, al menos ahora tienes una buena excusa para hacerlo y quitarte el aroma que está encima tuyo— la señora Kim había notado como su hijo apestaba a Nam, sabía que de no haber entrado esos dos se hubieran acostado, le dolía mucho lo que sus dos pequeños estaban haciendo.
Después de un rato el alfa bajó con nueva ropa y todos desayunaron cómodamente, aunque claro que Yoongi notó aquella seriedad y tristeza en los ojos de su madre.
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