4
Día tres.
Taehyung salió de su auto y caminó al ascensor, muy lentamente, ya que estaba a siete minutos y ayer Jung le había dicho que puntualidad significaba misma hora y mismos minutos de los pactados. Puso los ojos en blanco recordando esas palabras.
—¡Hola, Minmin! —ella era una señora de unos cincuenta años, tenía una oficina en ese piso también.
—Hola Taehyung, ¿Cómo amaneciste? —Taehyung respondió y luego saludó a las demás personas que se encontraba por el camino hasta llegar a la oficina de Jung. El castaño era muy social por naturaleza y ya casi todos lo conocían.
Aunque cabe aclarar que también lo conocían por su gran atractivo.
Una vez cerca de la oficina de su "jefe" -palabra que le molestaba- esperó afuera para entrar en el momento justo.
Misma hora y mismos minutos, su nuevo mantra.
El castaño estaba muy convencido de que su inteligencia era superior al promedio. Aún faltaban cuatro minutos para entrar así que se quedó parado mirando un colorido arreglo de flores que hacía días estaba ahí adornando una esquina de las blancas paredes. Se acercó para olerlas pero descubrió que eran de mentira. Se cruzó de brazos sintiéndose estafado.
—¿Qué haces ahí?
Taehyung se enderezó de inmediato al escuchar la conocida voz. Y giró lentamente, sonriendo cordialmente, si podría haría el signo de amor y paz con los dedos pero eso ya era demasiado.
—Buenos días, señor Jung —el pelinegro frunció el ceño en respuesta.
—Te pregunté que estabas haciendo.
—Oh, ah, sólo estaba mirando el adorno —dijo lo más normal que podía. Jung giró los ojos.
—Eres extraño —fue lo único que dijo mientras se dirigía a su oficina y abría la puerta—. Si prefieres quedarte mirando el adorno en vez de trabajar puedes hacerlo. Pero habrás fallado la prueba y estarás fuera, Kim.
—Hoy es mi último día —le recordó—.. ¿me dirás si me quedó o no antes de terminar el día?
—Si —soltó una vez dentro de la oficina y yendo a sentarse detrás de su escritorio—, pero no será un día fácil para ti.
Nunca es un día fácil para mí desde que entré aquí, quiso gruñir.
Pero luego de todo el trabajo que le dio Jung Hoseok sus palabras "no será un día fácil para ti" quedaron cortas. Taehyung tuvo que leer más rápido que nunca papeles que le fueron entregados para después leer más y más.
—Mierda —musitó inaudible.
—¿Puede dejar de ser mal hablado? —preguntó el pelinegro desde su escritorio y Taehyung se mordió la lengua.
—Estoy cansado.
—Estoy trabajando al igual que usted y no estoy maldiciendo —Taehyung quiso protestar pero antes de hacerlo aquel tipo volvió a hablarle—. Kim, tráigame un taza de café con tres de azúcar.
Taehyung frunció el ceño, al parecer comenzaba a escuchar la voz de Jung en su mente también.
—¿Escuchó?
—¿Perdón? —deseo con todas sus fuerzas que se estuviera equivocando, Kim Taehyung no era el mesero de nadie.
—Una taza de café. Tiene que saber que todos los días tomó una taza de café en las mañanas traído por mi asistente personal.
Taehyung omitió un jadeo y se levantó un silla: —Ese no es mi trabajo, hay muchos secretarios afuera que se pueden encargar de eso.
—Te lo pedí a ti.
—Pero-
—Bien —lo cortó—. Puedes irte a tu casa si no estás conforme con mis ordenes.
Taehyung pudo haberlo asesinado con la mirada si habría sido posible. Sus manos picaban por querer arruinar su bonita cara... bonita, ¿bonita?
—Deje de mirarme y tome una decisión. Quiero mi café en dos minutos.
Joder, lo odiaba tanto.
—En dos minutos estará su café, señor Jung —dijo fingiendo amabilidad, al mirar la cara del pelinegro se dio cuenta que se había dado cuenta de la falsedad de su voz.
Taehyung camino casi corriendo a la cafetería. A penas consiguió el café le puso ocho cucharitas de azúcar -como venganza- y antes de abrir la puerta de la oficina bebió un poco del café, también como venganza.
—Su café, señor Jung.
La mirada sospechosa de su jefe se hizo presente pero recibió la taza y tomó muy cerca de donde había estado los labios del castaño, y por alguna razón, una extraña sensación recorrió a Taehyung. Se suponía que era una venganza, ¿Por que ahora se sentía él extraño?
—¿Qué se supone que le pusiste? ¿Todo un paquete de azúcar? —se quejó con una mueca de asco levantándose de su asiento.
—Oh, ¿no quería tres de azúcar?
—¡Esto no es tres de azúcar!
—Shh, señor Jung. Recuerde, su migraña —dijo Taehyung tocando cada lado de su sien con los dedos y fingiendo preocupación.
—¿Crees que te vas a quedar luego de esto? —preguntó y al fin Taehyung reaccionó en que estaba aquí no por él sino por su amiga que estaba embarazada y tenia una discapacidad visual.
—Le traeré otro café —dijo rápido extendiendo sus manos para que le entregue la taza.
—¿Esto es un juego para usted? —Jung se alejó con la taza, Taehyung maldijo por dentro—. Esto fue su última prueba. Ya se puede ir, Kim.
—Oh, nonononono —Taehyung se desesperó y rodeo rápidamente al escritorio ganándose una mirada de susto de su jefe por ahora tenerlo tan cerca—. Por favor, déjeme compensarlo.
—V-vuelve a tu lugar —Taehyung hizo una mueca y se acercó más—. ¿Q-Qué haces?
—Le traeré otro café, realmente necesito este trabajo. Por favor...
—Debiste haberlo pensado antes —respondió el pelinegro mirando a otro lado, finalmente suspiró y le entregó la taza—. Sólo date prisa, aún tienes trabajo.
Taehyung sonrió haciendo una pequeña reverencia y se fue. Estaba feliz por la segunda oportunidad y a la vez sorprendido por eso mismo. Tal vez era cierto que Jung no era tan malo como parecía. Y aunque traerle el café definitivamente sería algo que odiara podría acostumbrarse. Dios, si su papá lo viera definidamente se volvería loco.
Taehyung había pasado la prueba, ahora trabajaba oficialmente como su asistente personal, leyendo hojas, haciendo resúmenes y organizando citas, reuniones, cenas. Organizando todo. Su trabajo parecía ser hacerle la vida más fácil a Jung y, era estresante. Para suerte de él Jung le había dejado usar oficina de su amiga hasta que ella volviera, aunque estaba seguro que ella tenía algo que ver en la decisión de tener su propia oficina.
—En la tarde tienes un evento formal donde irá Lim Xi de China y en la noche habrá una cena con la gerente de recursos humanos —Hoseok asintió, recién había pasado una semana de que estaba trabajando oficialmente como su asistente y pudo presenciar como su jefe se iba estresando gradualmente por cada día que pasaba. Comenzaba a creer que lo de la migraña era cierto, así que no lo molestaba ni hablaba de más—. ¿Necesitas algo más?
—Vendrás conmigo al evento y a la cena —Taehyung conocía los deberes de un asistente personal así que esa orden no le sorprendió.
—Debo ir a mi casa a cambiarme.
Jung recorrió todo su cuerpo con su mirada y Taehyung se sintió casi desnudo ante eso, se había dado cuenta que aquel pelinegro era extrovertido, casi tanto como él. —Estás bien así.
—Tengo mejores trajes.
Hoseok hizo una mueca: —Está bien, como quieras. Te espero allá, mándame un mensaje cuando llegues.
Taehyung asintió y salió de la oficina, sólo le faltaba una hora más de trabajo y luego podría ir a cambiarse. Él conocía esos lugares y lo que menos quería era lucir mal, por otro lado estaba planeando como esconderse en caso de que viera a conocido de su padre. Su padre no iba esos lugares así que estaba bien.
Limpió y con un nuevo traje fue al evento en su motocicleta. Siempre había odiado manejar auto y desde que sus padres se la regalaron él no la dejaba a menos que tuviera que irse a otro país.
Estacionó a moto en el estacionamiento del evento y envió un mensaje a Jung anunciando su llegada.
Hoseok llegó rápido al lobby para que pueda entrar Taehyung al lugar, el cual era privado.
El castaño lo notó más serio de los normal.
—Apúrate, llegas tarde —le dijo de forma rápida y entonces se adelantó.
—¿Tarde? —lo siguió pero mirando la hora en su teléfono y deteniéndose cuando vio un mensaje de su mamá preguntándole cuando iría a visitarla.
—Joder, Taehyung hablo en serio. Vamos —Hoseok caminó rápido a donde se había quedado el castaño y lo agarró del brazo arrastrándolo a la sala principal. Taehyung guardó su teléfono sin contestar mientras era arrastrado y cuando miró al frente ya estaban en la sala principal.
—¡Oh, Jung, viniste con tu esposo! ¡Siempre quise conocerlo! —gritó una mujer que parecía conocer al pelinegro, no pasó ni un segundo para darse cuenta que Hoseok lo estaba agarrando del brazo, el pelinegro se tensó de inmediato ante ese grito soltándolo.
—Él es mi asistente-
—¡Es tan divino! Definitivamente hacen una buena combinación, no podrías verte mejor con nadie más.
Ni siquiera pareció haberle prestado atención, no sabía si era al propósito o por el ruido del murmullo junto a la música. La mujer corrió hacia otra pareja.
—¿Qué fue eso?
—Está loca, olvídalo —gruñó Hoseok mirando hacia donde se fue la mujer—. Vamos, necesito encontrar a alguien.
Taehyung lo siguió dentro. Ambos hombres no se dieron cuenta que aquella mujer -qué los había confundido con ser pareja- estaría llevando la falsa noticia a otros y generando malos entendidos. Malos entendidos que no darían buenos resultados a la larga.
–Dualitymask
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro