2
—Buen día, señor Jung —dijo Taehyung entrando a su oficina, era el segundo día de su prueba, esta vez había llegado puntual pero para lograrlo tuvo que ponerse unas cinco alarmas a cada minuto. Odiaba tanto despertar temprano, podría hasta llorar por hacerlo.
—Agarra esto y organízalo de forma alfabética. Luego busca una carpeta para ponerlas —dijo sin saludarlo y Taehyung lo miró mal aprovechando que éste seguía con su mirada en la computadora.
—Hoy llegué puntual —murmuró Taehyung cuando se acercaba a agarrar las infinitas hojas que debía ordenar.
—Puntual es exactamente en la misma hora y minutos. Llegaste cinco minutos antes.
Taehyung contó hasta diez y mordió su lengua para no insultarlo. Realmente comenzaba a odiar a ese tipo.
—Mierda —musitó Taehyung cuando se dio cuenta que estaba haciendo mal el orden.
—Te pediría que no maldiga en mi oficina.
—¡Lo siento, señor Jung! —puto insoportable, te odio.
—¡La migraña, Kim!
¡Vete a la mierda!
—Lo siento mucho, señor Jung —susurró débilmente pero lo suficiente para que lo escuche. Hoseok sólo rodó los ojos y lo ignoró volviendo a teclear.
Taehyung miró la hora, exactamente habían pasado cuatro y él ya quería irse. Moría de sueño y en varias oportunidades sus ojos se cerraron. Como ahora. Se cacheteó a sí mismo para despertar.
—¿Se puede saber que fue eso? —preguntó Jung, mientras Taehyung acariciaba su mejilla porque se había golpeado demasiado fuerte y claramente audible.
—Un mosquito —Hoseok no dijo nada pero Taehyung tampoco miró hacia él, estaba avergonzado, ¿qué tal si pensaba que Taehyung tenía alguna especie de problema mental y no le daba el trabajo? Mierda.
Sabía que su amiga ya se había tomado la licencia de embarazado así que realmente estaba haciendo su trabajo ahora. Suspiró sabiendo que haría eso durante meses a menos Jung se apiade de él. Lo cual dudaba que pasaría.
Cuando vio varias hojas en un idioma raro se preguntó qué debía hacer. Estaba seguro que había visto esa escritura en algún país donde había ido a recorrer pero le era imposible recordar en cuál. Y de todas formas no sabría como ordenar alfabéticamente eso. Joder, su amiga no le había dicho nada de que debía saber un idioma a parte del inglés básico.
Se levantó y lentamente fue al escritorio de Jung quien a penas lo vio levantarse lo miró todo el tiempo hasta llegó en frente suyo.
—Uhm, tengo un problema —Hoseok se enderezó y tapó su lapicera.
—¿Cuál?
Taehyung le entregó todas las hojas en ese extraño idioma: —No sé cómo ordenar estas.
Hoseok las tomó, miró y las dejó a un lado de su escritorio.
—Sigue con el resto.
—¿Me despedirá por eso? —preguntó Taehyung algo afligido, tal vez debió buscar en su celular que idioma era.
—No —respondió—, termina con el trabajo que te di, hay más para hacer.
Taehyung quiso gritar de felicidad pero sólo asintió ocultando su sonrisa amplia y se fue a seguir con lo que estaba haciendo. Una vez más el teléfono con su mismo tono sonó pero esta vez no miró el suyo porque sabía que lo tenía en silencio.
—Hola, Yoonie.
Sabía que el tal "Yoonie" era su esposo. Bueno, en realidad eso suponía a menos que sea su amante ya que le hablaba demasiado amoroso, y es que Taehyung no sabía cómo se llamaba su esposo.
—Si, hoy saldré temprano, ¿Quieres que vaya por ti? —Taehyung puso los ojos en blanco porque aunque Jung susurrara él podía escuchar todo y con sólo girar podía ver la tonta sonrisa de enamorado que ponía cuando hablaba con su esposo (o su amante). Jung era tan pero tan gay.
Taehyung celebró estirando sus brazos cuando se dio cuenta que había terminado.
—Está bien. También te amo, te veo en casa —susurró con voz aguda casi como cuando le haces a un bebé.
Oh, no, Jung no era gay, era súper gay. Súper ultra mega archi gay-
—¿Te pasa algo? —preguntó de la nada Jung interrumpiendo sus pensamientos.
—Terminé —dijo Taehyung sonriendo ampliamente y casi corriendo para dejarle las hojas sobre la mesa e irse a tomar algo a la cafetería. Pero no se percató que la oficina de Jung era igual que su dueño; maligno y que al parecer solo le gustaba arruinarle la felicidad. Taehyung chocó contra la pequeña mesa y cayó al piso, junto con el jarrón que había estado preguntándose si las flores eran reales desde que llegó, ahora descubría que si lo eran y que había agua adentro. Y por cierto, mucha agua dentro que cayó sobre las hojas, mojándolas por completo.
Tal vez debería ir a misa y confesarse, no era normal tener tanta mala suerte en menos de una semana. No pensaba mirar a Jung luego de eso, sabía que diría: "¿qui si sipini qui isitis hicindi?"
—¿Se puede saber que está mal contigo? —okay, no dijo eso pero estuvo muy cerca.
—Ay... duele —se quejó Taehyung tocándose la pierna sumamente adolorido. Jung ni siquiera pareció notarlo porque lo primero que hizo al llegar a la escena trágica fue levantar sus hojas.
—¡Levantate e imprime otra copia!
Taehyung lo fulminó con la mirada: —Un momento, aún sigo adolorido.
—¡Ahora! —alzó la voz y Taehyung abrió los ojos gigante cuando aquel lo tomó del brazo levantándolo a la fuerza.
—No me toques, yo nunca te toqué —se quejó Taehyung sacando su mano a de encima.
—Apúrate, ¿Quieres?
—¿Sabes? —No llevo ni cuatro días conociéndote pero creo que eres un idiota hijo de la mierda y ojalá te mueras con mucho sufrimiento—. Ya me siento mejor, ahora mismo iré a hacer una copia —sonrió ampliamente y caminó hacia la puerta.
—Ehm... ¿Kim? –Taehyung se detuvo en su lugar.
—¿Si, señor Jung? —preguntó Taehyung tratando de sonar lo más amable posible cuando ya estaba por abrir la puerta.
—¿De donde se supone que vas a hacer una copia si no estás llevando el pendrive con los archivos?
Taehyung rio falsamente: —Cierto, ¿Me lo daría, por favor?
El pelinegro caminó a su escritorio y comenzó a abrir cajón por cajón para darle el pendrive. Taehyung no sabía si Jung lo hacía al propósito o que pero estaba tardando años y su pierna aún dolía horrores. Podría jurar que le saldría un gran moretón.
—Lo dejé en el auto —dijo y tomó sus llaves. Taehyung no sabía qué hacer si seguirlo o no pero simplemente lo siguió.
—¿Saco dos copias? —le preguntó cuando las puertas del ascensor cerraron y comenzaron a bajar.
Jung rió bajo y podía afirmar que no lo había escuchado hacerlo antes: —¿Te estás preparando en caso que vuelva a pasar algo de nuevo?
—Para ser sincero, sí —respondió con honestidad y lo vio negar divertido de reojo.
—¿Cómo está tú pierna? —Taehyung se agachó y comenzó a subirse el pantalón—... ¿Es necesario que hagas eso acá?
—Siento que me fracturé el cúbito.
Hoseok se carcajeó y eso robó una sonrisa a Taehyung que por primera vez lo veía dejar de ser tan serio: —¿Y como se supone que te fracturaste un hueso del brazo si te golpeaste la pierna?
—Mierda —musitó. Hoseok chasqueó la lengua.
—Eres demasiado mal hablado —Hoseok seguía con su sonrisa de diversión y luego su expresión cambió al ver el moretón—. Wow —se agachó para ver mejor el morado golpe de Taehyung—, eso se ve feo.
—Y se siente peor, créame —se quejó el castaño volviéndolo a cubrirse el moretón morado y casi verde con su pantalón de traje negro.
Las puertas del ascensor se abrieron y ambos salieron, Taehyung siguiendo a Jung hacia su auto.
Al abrir la puerta de su auto, Hoseok entró y comenzó a rebuscar en los cajones, Taehyung sólo estaba ahí afuera parado, mirando alrededor. Él no era fan de las cosas lujosas, sin embargo, le gustaban los autos llamativos y había un hermoso Ferrari color amarillo brillante a unos metros de distancia. De paso también le dio un vistazo hacia su bebé; su preciada motocicleta.
—¿Hola? —Taehyung giró a la voz extraña, no se había percatado que había alguien más ahí. Bueno en realidad desde que vio el Ferrari pudo haberlos atropellado un auto y no se iba a dar cuenta.
—Hola —respondió Taehyung con una sonrisa. Era un chico más bajito que él quien le había saludado y se preguntaba si lo había hecho porque quería indicaciones. Por alguna razón a Taehyung siempre le pedían indicaciones—. ¿Necesitas ayuda? —preguntó justo al mismo tiempo que el rubio parecía decir algo.
—Um... ¿No es éste el auto de Jung Hoseok?
—Ah, si, está adentro buscando algo para mi —los ojos del rubio se abrieron tan grandes de la sorpresa que Taehyung se asustó y metió parte de su cuerpo al auto buscando a Hoseok. Hoseok estaba en cuatro buscando algo en la parte de atrás del auto -donde se sientan los pasajeros-su boca se abrió al ver como sacaba culo en esa pose, era una imagen muy obscena, negó rápido con la cabeza, no era tiempo para eso—. Señor Jung, hay alguien afuera que parece conocerlo.
—¿Eh? —preguntó saliendo rápidamente. Taehyung le dio lugar—. ¡Oh! Jimin, ¿Qué haces acá?
Taehyung vio como el tal Jimin lo agarró del brazo.
—Kim, entre al auto y busque el pendrive —le ordenó mientras era llevado a un lugar lejos por ese rubio.
El castaño no tuvo tiempo para asentir porque se lo estaba llevando muy lejos. Se preguntó internamente qué demonios fue eso pero lo ignoró y entró al auto.
Si el pendrive había caído en alguna parte de ese auto lo más probable es que lo encontrarían en unos setenta años más porque el auto era gigante, ¿Por qué Jung tenía que tener un auto tan grande?
Exhausto y con calor se dejó caer en los asientos traseros -cuando por fin lo encontró- luego de sacarse el saco, soltarse un poco la corbata y abrir los primeros botones de su camisa. Tal vez debería prender el aire acondicionado del auto pero lo mas probable es que Jung se lo tomará mal con ese carácter especial que tiene.
—¿Quién mierda eres? —alguien gritó al mismo tiempo que abrió la puerta del auto, la cual había cerrado antes de buscar. Taehyung frunció el ceño y miró al chico confundido, nunca lo había visto antes.
—¿Quien eres tú?
—¡¿Perdón?! ¡¿Quien eres y qué demonios haces en el auto de un hombre casado de esa forma?!
Oh, joder, ¿Ese era el tal Yoonie?
—No es lo que piensas-
Fue interrumpido cuando aquel hombre lo agarró del brazo jalándolo hacia afuera del auto. Bien, supuso que jalar a las personas era algo que tenían en común como pareja.
—Espera un poco, hermano —dijo Taehyung sin creerse que estuviera siendo parte de una escena de celos.
—¡Vístete, jodido idiota! —el tipo había agarrado su saco que dejó dentro del auto y se lo lanzó en la cara. Taehyung no sabía si reír o sentirse ofendido.
—¡Yoongi! ¡Para! —era la voz de Hoseok. Taehyung comenzó a abotonar los botones de su camisa y acomodarse la corbata mirando desafiante al tal Yoongi, quien al ver ese gesto casi se lanza a golpearlo si el rubio no volvía a aparecer en escena.
Taehyung, molesto por haber sido llamado prácticamente roba-maridos, le enseñó el pendrive a Hoseok dándole a entender que se iba a hacer su trabajo y se fue dejándolo que arregle las cosas con su parejita. Ya dentro del ascensor bufó fastidiado con esa situación. Vaya esposo que se había encontrado su jefe.
–Dualitymask
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro