O2. m í r a m e
Volteé rápidamente a la puerta y YoonGi estaba en ella viéndome confundido, sonreí tratando de ignorar su pregunta.
Mieeeerda.
—¿Ya están todos aquí? —cambié el tema para que ya no me hiciera más preguntas al respecto.
—Solo TaeHyung y yo llegamos — se fue acercando hasta llegar a mí, mirándome con extrañes—, hoy no había ensayo, es día libre ¿recuerdas? Vine por ti para que fuéramos a comer los siete —me levanté del suelo con pesadez, tal vez no había calentado lo suficiente, observé el pequeño charco que había hecho en el suelo con una mueca de fastidio—. No me respondiste Hope, ¿qué pasa?, ¿tienes algún problema? —intenté esquivar sus preguntas, sonreí de lado mientras tomaba un trapo para limpiar.
—Estoy bien YoonGi, no te preocupes. Respecto a lo de la cena, creo que te quedare mal, hoy pensaba quedarme aquí todo el día, pero vayan ustedes y diviértanse —frunció el ceño, me conocía bien y sabía que mentía.
—¿Suga? —Entró Tae a la habitación buscando a YoonGi hasta que lo encontró con la mirada, después me vio a mí y yo aparté la mirada dándome vuelta— ¡Hobi! Te estábamos buscando para ir a comer, apresúrate para que te des un baño y lleguemos rápido con los demás— corrió un poco hasta llegar a nosotros. No volteé y seguí viendo qué canción poner.
Lo siento, Tae.
—Él no ira, vamos —YoonGi se giró a verme y no lo vi de regreso, me hice idiota frente al reproductor. Como siempre—. Te aguardaré un lugar por si decides cambiar de opinión, vamos Tae —asentí, agradeciendo que no continuara insistiendo.
Me sentí mal por ser grosero con ellos y más por ignorar a TaeHyung como lo vengo haciendo desde hace unas semanas, la verdad es que no puedo verlo a los ojos sin sentirme culpable por estos pensamientos tan extraños que tengo hacia él, olvidé que somos compañeros de trabajo y además amigos y me centré en observarlo como halcón, cuidarlo como si fuera mío, no sé qué me está pasando, soy un maldito enfermo.
Rayos, creo que es hora de llamar al psicólogo o algo, esto de sobrellevarlo yo mismo no anda dando resultados.
Eres idiota, eso es lo que pasa, Hoseok, más tonto no se puede.
Pongo otra canción mientras discuto conmigo mismo, de nuevo empiezo a moverme al ritmo de la música, me concentro en lo que dice, en los sentimientos que hay en ella.
Acababa de inventar una nueva coreografía y no lo sabía, estaba sin aliento mientras sostenía mi cuerpo sobre mis rodillas flexionadas y mis brazos recargados sobre ellos, escucho aplausos detrás de mí, levanté el rostro todavía jadeando del cansancio, pero me quedo sin aire al ver por reflejo del espejo a quien me aplaude.
—Nunca dejas de sorprenderme.
¿Cómo nunca me di cuenta de que él estaba ahí?
Caminó hasta estar parado a un lado de mí, no me miraba, miraba mi reflejo.
—¿Qué haces aquí? —me incliné hacia el frente limpiando el sudor, me puse de pie y fui hasta el reproductor y comencé a cambiar de canción hasta llegar a una que me gustara aunque en realidad solo era un pretexto para no tener tan cerca a aquella persona la cual me robaba incluso el aliento con una sonrisa.
Piensas más estupideces de las que hablas, que bien.
Me detuve en la canción We are bulletproof e intente volver a centrarme de nuevo, ignorando por completo la mirada inquisitiva del peli-naranja. TaeHyung dio un suspiro, levantó su rostro al techo para luego regresar su mirada al espejo, mostrando una pequeña sonrisa.
—Decidí quedarme a ensayar, iban a comer algo que casi no me gusta así que preferí quedarme contigo enseguida tomó su lugar y empezó a moverse al ritmo de la canción.
—¿En serio?, ¿qué iban a ir a comer? —pregunte curioso, casi toda la comida le gustaba a este chico. Seguíamos bailando y haciendo perfecto nuestros pasos.
—Cerdo agridulce con fideos —me desconcerté un poco, olvidando en que parte iba, él salta hacia enfrente fingiendo cantar, recordé qué seguía de esa parte y seguí bailando.
Me mientes, tú amas esa comida.
Llegó mi parte y empecé a cantar de verdad mientras veía su reflejo moverse rápidamente, concentrado en lo que hacía, por un momento parecía que estuviera fuera de este lugar.
—Tú amas comer cerdo agridulce —dije, vi como agachaba su rostro y sonreía.
—Bueno, hoy no tenía ganas de comerlo, quería bailar, bailar contigo y reírme cuando me regañaras por no hacer bien un paso —la canción aún no terminaba pero me detuve—. ¿Por qué te detienes?, ¿hice algo mal o... —me preguntó, lo ignore y volví al reproductor.
¿Quieres causarme un maldito infarto? Porque ¡demonios, que lo estás logrando!
Muy en el fondo quería correr y abrazarlo por quedarse conmigo, pero por el otro lado me siento molesto, molesto conmigo mismo por sentir esto. Mi corazón late frenéticamente por sus palabras, su mirada, su tacto en mi hombro mientras me ve con esos curiosos ojos, lo observo sin decir nada durante unos segundos.
Admítelo, Hoseok, has pillado alguna enfermedad y te vas a morir pronto, porque si no es eso, rayos, que se siente como si fuera tal.
No, no es eso, no puede ser...
—Estoy cansado, te dejo mi teléfono para que pongas la canción que quieras, iré por una toalla —dije lo más calmado que pude, intentando reprimir las ganas de correr que en este momento me cargo, simplemente pasé de él cuando quiso tomarme del hombro de nuevo.
—Dijiste que no me ignorabas pero ahora pasas a un lado de mí sin verme ni un segundo ¿es que acaso te molesta mi presencia?, ¿me odias? —me detuve en seco, por reflejo volteé al espejo y miré como se tapaba el rostro.
Me di media vuelta y caminé los pocos centímetros que nos separaban, pero con una cautelosa distancia, suficiente para intentar quitar sus manos de su rostro incluso cuando ejercía cada vez hacia más fuerza.
¿Él esta...?
¡Claro que sí, pedazo de animal!
—Mírame ¡oye, te estoy diciendo que me mires! —dejó de hacer fuerza y bajó las manos, quise levantar su rostro pero era demasiado dramático incluso para mí—. No vuelvas a repetir esa pregunta, porque te golpearé. ¿Odiarte? No podría hacerlo aún si me lo propusiera — volteó su rostro hacia otro lado pero fui más rápido para quedar frente a su rostro—, veme —me agaché para quedar frente a él, tenía los ojos cerrados y una expresión de tristeza.
—¿Entonces por qué ya no me hablas?, ¿por qué siempre te vas? He llegado a pensar que soy una molestia para ti y para todos, si me odias ¡dímelo pero no me ignores! Por favor... —se alejó de mí para luego limpiar sus lágrimas con fuerza, me fui acercando a él, creí que me rechazaría cuando pasé mis brazos a su alrededor, pero no lo hizo.
—No llores Tae, lo siento si he sido frío contigo —lo abracé tan fuerte como pude—. No puedo odiarte nunca así que jamás pienses eso, ¿entendido?
Consecuencias de mis idioteces.
—Entonces deja de hacerlo, te nece... —se interrumpió a sí mismo— ¡sí, te necesito! Odio verte reír con los demás y conmigo solo asientas como un robot, odio verte sonreír y que conmigo nunca lo hagas, es difícil fingir estar bien cuando ni si quiera me diriges la palabra...
Lo escucho llorar y no puedo evitar abrazarlo más fuerte, ahora sí que la había cagado, no se merecía mi estúpida indiferencia. Busco su rostro escondido en mis brazos, con mi brazo derecho limpio sus lágrimas, por un momento ese sentimiento de protegerlo regresa a mi mente y el instinto de no soltarlo me invade.
—No llores por favor, no quiero verte así, sonríe con esa sonrisa tan tuya, mírame y dime que ya no llorarás, perdóname por ser un estúpido contigo ya no volverá a pasar —intenté con todas mis fuerzas apaciguar el mal momento que estaba pasado por mi culpa, él me regaló una pequeña sonrisa y yo sonreí también.
El labio inferior de su boca, por completo húmedo llamaba mi atención, robándome casi la cordura, lo miré a los ojos, su expresión de cachorro que me mataba, hizo un puchero provocando más voluptuosidad a sus labios, algo en mí tenía la tentación de besarlo, pero por otra parte mi cabeza me gritaba que me alejara.
Odio cuando mi cuerpo grita y mi mente duda.
—Demonios —dije en susurro pero él me escuchó y abrió un poco la boca.
¿Qué haces, Tae? ¡Lo empeoras todo! No me provoques, no me tientes porque no podré parar.
Estamos tan cerca que puedo sentir su respiración, tengo que parar aquí o haré una estupidez.
—¡CHI... ¿cos?
Me lleva la...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro