#48 | H de T
❝¿Sabes?, estoy enamorado de la vida.
En ella te encontré a ti y me regaló el mejor momento de juventud.❞
✨
¿Y si cantamos una última canción mientras miramos al cielo? Observando el infinto mundo galáctico con nubes en forma de algodón y estrellas muertas que brillan sin césar.
¿Y si nos perdemos por un momento del mapa mientras tomas mi mano?
¿Y si tan solo la vida nos diera una segunda oportunidad? Juro que la tomaría y te llevaría a un lugar donde los que dañaron no volverían a hacerlo.
Porque si las oportunidades se repitieran una segunda vez, te pediría justo ahora que te cases conmigo.
¿Y si me regalas una vida juntos?
. . .
TaeHyung metió sus manos a los bolsillos de su pantalón, observando la manta oscura sobre su cabeza, salpicada de destellos hermosos.
—Y dime, ¿quién es ella?
—¿A qué viene esa pregunta?
Él subió los hombros para luego doblar su labio inferior —Curiosidad.
—¿Qué quieres saber de ella? —Hoseok mantuvo su cabeza observando al frente.
—¿La quieres?
Bajo la espectante mirada del otro se contuvo a responder, lanzó una sonrisa burlona a la nada y empezó a girar sobre su eje, TaeHyung observaba cada reacción que sus gestos formaban.
—¿Querer como te quiero o querer de otra manera? —TaeHyung fruncido el ceño.
—No empieces otra vez.
—Era una broma —se hace hacia atrás al ver el puño levantado del menor—. La quiero, pero no como ella a mí y es difícil verla sin pensar que soy un idiota —el moreno borró la sonrisa, parando de moverse, cruzando miradas con Tae—, ¿seré un idiota siempre?
—Tal vez sí —se atrevió a levantar una mano, poniéndola sobre su hombro—, pero tranquilo, es natural.
El mayor ladeó la comisura de sus labios, notando la ironía en las palabras del menor.
Las cosas iban bien, mejor de lo que imaginó semanas atrás, aquella sonrisa que se le había negado volver a ver, aparecía con una pizca de inocencia, Hoseok paró a observar la forma en la que sus labios iban curvándose y se sintió tentado a besar su sonrisa una vez más.
Solo una.
Pero TaeHyung se dio cuenta antes de que pudiera hacer algún movimiento, se alejó y la sonrisa desapareció.
—¿Entonces no me dirás a dónde vamos? —adelantó dos pasos, paseandose de un lado al otro, con las manos en los bolsillos e impidiendo que el otro caminara sin pausas.
—Un secuestrador nunca revela sus escondites —contestó sin pensar, TaeHyung había parada aquel juego y se posicionaba a unos cuantos pasos de distancia.
Una puñalada a su corazón pareció abrir un poco más la herida.
—Deberías cambiar tus chistes malos —tose poniendo el puño sobre sus labios, ignorando la mirada del mayor—, tan predecible.
Hoseok metió sus manos a los bolsillos traseros, empezó a cambiar su postura con cada paso que daba, la noche estaba sobre ellos y la cálida brisa empezaba a tornarse bastante fresca.
¿A dónde iban? Era una pregunta que Hoseok no pensaba responder, sin predecir sus movimientos solo mantenían una caminata tranquila y silenciosa. Admiraba las luces brillantes de la ciudad, pero pensaba que nada brillaba más que la persona que caminaba a su lado.
Y cruzó por su mente muchas cosas, cosas que no quería rebobinar, cosas que dolían mucho y añadían piedras a su espalda, sin embargo era inevitable pensar en que sus manos eran las piezas perfectas para estar unidas.
—¿No vas a decirme?
Hoseok lo miró de reojo, sonrió levemente para luego cerrar los ojos.
—Supongo que tienes prisa por terminar todo esto, TaeHyung, solo un lugar más y te dejaré libre.
Al llegar a la calle principal el mayor levantó su brazo en señal de querer parar un taxi, en seguida logró su objetivo y los dos jóvenes se encontraban ya sentados en los asientos traseros, Hoseok dijo una dirección, TaeHyung no la conocía ni recordaba haber estado en ella, ignoró el soplido que dio el castaño a su lado y volteó a la ventana.
Lento, por favor ve más lento tiempo, te lo suplico.
Ninguno dijo nada mientras el coche se echaba a andar.
¿Por qué agachas la mirada?
Solo se escuchaba la estación de radio como fondo, ninguno de los dos tuvo el valor para mencionar algo más pues los recuerdos volvían y volvían y ya no sabían qué hacer con ellos.
Un año.
Muchas cosas marcaron su historia.
Sin duda fue difícil adaptarse a ese silencio que ambos habían formado, seguían curiosos, más prefirieron esperar un poco más.
Había un nuevo lugar que estaría en ella.
El callejón de flores. Decía el pequeño letrero grabado en una placa de metal.
TaeHyung nunca había oido de ese lugar y cuando volteó a ver al mayor este sonreía y él por inercia también lo hizo, seguían sintiéndose extraños pero aquellos gestos permanecerían siendo parte de ellos.
—¿Aquí es la última parte?
—Tal vez.
Solían encontrarse en lugares cerrados, donde nadie más fuera presente en una historia de dos, solían ocultar bajo miradas el sentimiento que los torturaba.
Solían esconderse del mundo.
Pero ahora se encontraban en un hermoso jardín de cítricos colores veraniegos, donde las risas infantiles sonaban a una distancia cercana y la viva ciudad prevalecía como un grato recuerdo viviente.
Se ilumina el cielo con lámparas a lo alto, con un camino de piedras y arena, los columpios rechinan y el olor a tierra mojada los invade.
Bonito.
—Te has lucido —TaeHyung mantenía su vista en su alrededor, maravillado con la belleza del exterior.
—Me pareció un buen lugar para conversar —sin dejar la distancia de lado, empezó a caminar de espaldas, ganandose la atención del menor.
—¿Hay algo más que debamos decirnos?
—Me sería imposible vivir sin saber muchas cosas.
TaeHyung pensó en muchas preguntas también.
—Entonces juguemos a las veinte preguntas —propuso.
—Me parece bien —paró un segundo, girando para quedar a su costado—, empieza.
TaeHyung rió con simpleza, siempre era él el que daba el primer paso.
—Vamos, Hoseok, ¿no eras tú el curioso?
El mayor hizo una mueca, avergonzado.
Se quedaron en silencio mientras una pareja cruzaba frente a ellos, parecían tan enamorados, sonriendo abiertamente cuando el par pasó a su costado.
—¿Seguirás formando parte de mi vida? —el castaño había parado de caminar cosa que sorprendió a TaeHyung.
Dudó.
—Si tú me quieres en ella —cerró los ojos aceptando aquella respuesta.
—Te toca —Hoseok lo señala con el dedo, figurando una pistola con la mano.
—¿Aún recuerdas el viaje?
—Lo recuerdo absolutamente todo.
—¿Cuál fue el motivo verdadero de ello? —Concluyó la pregunta recargandose en una banca blanca que se encontraba a su lado, Hoseok rascó su frente pensando en ello.
—Quise que todo fuera perfecto —bufó—, la playa y tú, solo quería que fueramos nostros por un fin de semana y realmente no me importó nada más que eso, claro, no tomé precauciones.
—Un poco desastroso ¿no lo crees? —el menor sonrió y Hoseok se contagió de ello— Te toca.
—¿Quién? —Levantó las cejas, divertido a las insinuaciones, TaeHyung se tapó la cara y río fuerte.
—Basta de bromas —Hoseok paró poco a poco la risa y volvió a verlo directo a la cara.
—¿Por qué no te quedaste conmigo?
—No serviría de nada explicarte si tú mismo sacaste conclusiones.
—Bueno, ahora sí me serían más entendibles.
—Era nosotros o tu carrera, Hoseok, no podía ser tan egoista de arruinar todo aquello que deseabas —la mirada de ambos se conectó, un segundo después TaeHyung giró la cabeza.
—Fui egoista contigo.
—Ya no tiene caso echarnos culpas de un pasado que no se puede borrar.
Silencio.
—¿Llegaste a odiarme, Hoseok?
—Odiarte, no, odiarme.
. . .
¿Cuál habría sido nuestro destino si no hubiese tenido tanto miedo? No tiene ningun sentido preguntarme algo que ahora no tiene respuesta.
¿Amigos para qué? Si te deseo como hombre y anhelo tus besos mientras sonríes.
¿Desconocidos?, ¿cómo? Si conozco cada rincor de tu cuerpo y tú eres un libro abierto, fácil de leer ya que expresas cada emoción.
Frente a ti me encuentro ahora, estoy seguro que igual dudas, desconfias de mi cercania y temes volver a sufrir. Yo igual lo hago y estás en lo cierto.
Nunca me perdonare el daño que te cause.
. . .
Fueron pasando los minutos en los que niños jugaban y reían, el sonido de una campana se hacía presente y un carrito de helados se iba acercando, Hoseok tomó la inciativa de ir al vendedor.
—Dos helados por favor —TaeHyung metió las manos al bolsillo del pantalón, recordó su primera cita y también aquel te amo que dijo bajo la lluvia.
Agachó la cabeza sonriendo, esa noche terminó en cama del mayor por miedo a la tormenta.
Y es que ahora le parece ridículo cómo terminó envuelto en sus brazos cuando incluso Hoseok era el más miedoso.
—Linda noche —Hoseok desconcentró a TaeHyung con un cono de helado frente a él—, tu favorito —sonrió.
TaeHyung podía ver el esfuerzo que Hoseok hacía y aunque se sentía un poco adolorido por todos esos momentos vividos, encontraba su presencia tan acogedora. Ya no estaba ese miedo tan presente, ya había disminuido esos sentimientos.
Después de tantos meses, por fin podía verlo sin temor a que él viera cuan roto estaba.
Aceptó el helado inclinandose hacia adelante para continuar caminando, agitó un poco su muñeca para ver su reloj. Las ocho con cuarenta, no se sorprendió de que las voces infantiles fuesen disminuyendo, mientras comían en silencio fueron acercandose a los columpios un poco abandonados.
—¿Qué tanto piensas? —El mayor tomó asiento en el columpio rojo.
—Contará como pregunta, ¡eh! —advirtió.
—Me quedan bastantes aún, acepto el riesgo —respondio.
—Pensaba en el pasado, han pasado muchos recuerdos que ya había olvidado y ahora me los has recordado uno por uno —lame el helado de chocolate, hundiéndose en el columpio azul.
—¿Has recordado nuestra primera cita? —No volteó a ver al chico a su lado.
—Puede ser... —deja un deje de duda en Hoseok.
—¡Lo has hecho, no mientas! —Lo señala con la nieve, el otro lo mira con cara de no entender.
—Mi memoria me falla un poco —lame el helado, mirandolo de reojo y burlándose internamente del ceño fruncido del mayor.
Hoseok se puso de pie, poniendose frente a Tae, se miraron durante segundos en los que ambos se miran a sí mismos en esa misma posición solo que hace tiempo atrás.
—¿Realmente lo recordaste? —el helado del mayor había terminado en la arena y no le importó en lo más mínimo.
TaeHyung se impulsó con sus pies, llegando a rosar sus piernas con las de Hoseok, volvió a hacerlo, esta vez saltando en el momento indicado para atrapar a Hoseok entre sus brazos.
Ambos se quedaron mirándose sin decir nada, TaeHyung sostenía a Hoseok por la cintura, inclinado hacia atrás.
—Por supuesto que lo hice.
Esa sonrisa no desapareció, incluso cuando TaeHyung estuvo a punto de caer sobre Hoseok por el desequilibrio.
—Terminaste como un gatito asustado en mi cama —Hoseok tuvo que tomar impulso para enderezarse él y Tae.
—Olvidalo, no me pondrás en vergüenza de nuevo —TaeHyung se volvió a sentar, tapando sus labios con su puño.
—"Hobi, ¿puedo dormir contigo?" —imitaba la voz de TaeHyung solo que más aguda.
—¡Era más joven!
Rieron por buen rato de aquellos días en los que siempre terminaba alguno de los dos amaneciendo al lado del otro, burlandose de las excusas tontas que cada uno ponía.
La sangre compone de errores, ellos cometieron muchos sumergidos en complejos tontos, mostrándose debiles ante los obstáculos que ahora parecian tan tontos.
—TaeHyung —el chico volteó a verlo, sus ojos estaban pequeños gracias a esa enorne sonrisa, Hoseok volvió a acercarse hasta su cara, tocando su nariz —, te había extrañado, así de esta manera.
. . .
No hay manera que pudiéramos rebobinar al pasado sin sentir dolor.
Volvemos a nuestro presente en el que ya no formamos parte de la misma historia, ya no serás mi actor principal ni yo el dragón que te dañó protegiendo algo que era inevitable.
Tal vez ya es tiempo de que terminemos esta etapa de una manera tranquila y en silencio.
Ya es el momento de decirnos adiós.
TaeHyung se había quedado callado y Hoseok entendía que era la respuesta correcta porque no había ya nada más que decir.
Habían acabado los días de sufrimiento, ya no existía el rencor enjaulado en sus corazones, ya no había culpa.
Se miraron el uno al otro y sonrieron, perdonandose sin decir ni una palabra, ambos estaban satisfechos en sus corazones.
Quizás después de todo, sí podrían volver a ser amigos.
Pero ya no una amistad normal, sabían de antemano que sería difícil, que existía el amor y había cabos sueltos en sus corazones, pero ya no eran atados por culpa y dolor.
Una amistad con residuos del primer amor.
Una amistad donde la felicidad del otro es importante y aceptaban que ya no era posible una felicidad juntos.
Una amistad donde la felicidad del otro es importante y aceptaban que ya no era posible una felicidad juntos.
Una amistad con amor propio y amor al otro.
—¿Sabes? —TaeHyung se levantó y se quedó parado frente al mayor—. Agradezco al destino por ponerte en vida, incluso si no fue para siempre, acepto que hiciste conmigo un hombre mejor y ahora más maduro, es por eso que siempre te voy a guardar en mi corazón como el amor más grande que sentí en mi juventud.
Un abrazo fundó la promesa de no volver a caer en el dolor de un amor tóxico.
Su celular sonó, lo ignoró, ya no necesitaba presentarle a nadie, ya no necesitaba terminar de decepcionar a nadie.
Ya no necesitaba mentir.
TaeHyung lo había perdonado y se perdonó a sí mismo.
Por fin encontraron el final a ese oscuro túnel y la vida les sonreía.
Sí, Hoseok se encontraba en paz consigo mismo teniendo a TaeHyung entre sus brazos una vez más.
🔰
Tuve que releer toda la historia para volver a escribir, ¡dos meses señores! Ya matenme :(
Una enorme disculpa por ser tan vaga y sin imaginación aldhfhskla ;;💕 ustedes tan lindos me dejaban mensajes todos los días y ay ;; los amo 💕
El año está a punto de acabar, les deseo un próspero año nuevo y que cumplan todas sus metas (:
¡Felices fiestas!
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