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#36 | Sal conmigo

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Hoseok | 17 de marzo

Desperté un poco más temprano de lo normal, la casa se encontraba tranquila, podía escuchar los ruidos matutinos de la ciudad y los coches transitar a toda prisa, la luz solar se escurría por los pequeños agujeros de las rendijas dando directo a la cara de YoonGi pero tal parecía que a él no le importaba, fui bajando las escaleras mientras me estiraba y bostezaba, corrí los últimos escalones, saltando en el ultimo, mi cuerpo se sentía bastare bien, tantas horas de ejercicio y baile y unas que otras actividades físicas habían desarrollado todavía  más resistencia y me mantenía más activo. Llegué directo al refrigerio a pellizcar algo de la comida de ayer antes que los trogloditas de Jimin y Jungkook atacaran.

  —A ver... ¿qué hay por acá? —Meticulosamente miraba en cada tuppers. 

—Buenos días —la ronca voz de NamJoon me distrajo de mi cometido, levanté la vista hacia el más alto y este solo se rascaba el trasero.

—Buenos días también —saludé.

—¿Saldrás hoy? —Se sentó en la silla frente a la isla de cerámica color blanco... o algo así, seis hombres no significaba exactamente limpieza, apretó el botón de encendido del radio y puso alguna estación.

—Posiblemente.

Pasaron al rededor de cinco minutos en los que ninguno decía nada, la radio anunciaba un excelente clima y también las nuevas promociones del mercado, dando a conocer que tendrían martes 2x1 en pescados frescos.

—¿Sabes?, mañana será un día importante—terminé de tomar todo para ponerlo en un plato y después meterlo al microondas, me acerqué al rubio y me senté a su lado.

—¿Ya mañana nos dirán si se aprobará el nuevo disco? — Pregunté sereno. Sabia lo que seguía a continuación.

—Así es —me sonrió— ¿no te emociona?

—Por supuesto, estoy tan emocionado de volver a los escenarios, ha sido lo que más he deseado en estos cinco meses —sonreí, recordando la primera vez en la que subí a ese majestuoso lugar y logré sentir esa adrenalina que corría de una manera excitante, latiendome el corazón a mil por hora.

—Hoseok —despabilé mi burbuja imaginaria y giré a verlo— ¿tienes algo que decirme?

Febrero, un mes atrás.

La música retumbaba en los oídos del pelinegro, ahora con un nuevo corte y diferente peinado, sus facciones contraídas por el esfuerzo en sus músculos mantenían una mirada fija a su reflejo, en cada uno de sus movimientos que eran tan suaves y a la vez tan bruscos, con el arte reflejado en sus ágiles pies que danzaban bajo la madera de roble en color cereza, su cabello sedoso caía en su frente con pequeñas gotas de sudor. Todo fluía en un orden casi irrompible.

Así había sido durante las siguientes semanas, ya no había más días en cama durante días enteros, ya no había más encierros ni momentos de debilidad cuando cruzaba el pasillo a media noche después de una horrible pesadilla, ya no continuaba culpándose.

Había cumplido su palabra ante todos.

¿Pero por dentro?, ¿qué es esa sonrisa fingida?, ¿lo has estado haciendo bien, Hoseok?

La puerta de madera solida hacia ese singular rechinido que todos podían percibir, excepto él, quien estaba perdido en su mundo, en la música, ajeno al hermoso día detrás de su espalda, a todo aquello que se presentaba fuera de ese lugar.

Los movimientos divertidos de una chica no distrajo en absoluto la atención de Hoseok sino después de aquel repentino golpe sobre sus hombros cuando cayó en cuenta que alguien lo llamaba, por un momento recordó la cabellera naranja asomarse detrás de la puerta del salón de baile, arrancó ese recuerdo para ver frente suyo a una pelirroja que había  interrumpido su perfecta coreografía para el nuevo sencillo que se venia venir dentro de unos meses.

—Me has asustado —quitó los cascos de sus oídos para ver a la pelirroja frente a él con el ceño fruncido y sus manos cruzadas sobre su pecho.

—Hace un hermoso día fuera ¿qué haces aquí? —mostró su característico ceño fruncido y sus labios suprimidos.

Ligero parecido encontraba en ella.

—¿No es obvio?

—Dah, no me refiero a eso —rodó los ojos, dando un toque sarcástico—, hoy no había entrenamiento, estás prácticamente todo el día aquí, te he visto salir tan tarde, ¿acaso no tienes amigos?

Las preguntas empezaron a causarle migraña a Hoseok, sintiendo que estaba siendo entrometida en sus asuntos, la miró un momento para luego responder.

—¿Has escuchado ese refrán de zapatero a sus zapatos? —Preguntó con una sonrisa burlona al ver la expresión interrogativa de la pelirroja—. Significa que no hagas muchas preguntas cuando nadie las ha pedido.

La actitud tosca que había tomado Hoseok causaba bastante gracia a la pelirroja, sintiendo que la mirada deprimente que mostraba se desvanecía cuando lo hacia enojar, aun si terminaba siendo llamada chismosa.

—Hay un lugar que queda perfecto contigo —miró fijamente al hombre frente a ella, esté frunció levemente el ceño—, tienes todo el estilo de un sexy chico solitario.

—No estoy interesado —se burló—,  ademas no soy solitario, disfruto de mi compañía que es diferente.

—Se nota en tu mirada la tristeza que cargas —la sonría había desaparecido en sus labios. 

Una sensación de ira se incrementaba en su interior, las ganas de desaparecer todo rastro de Taehyung en su cuerpo lo empujaban a tomar malas decisiones.

—Entonces, ¿en dónde queda?

—Cerca —jaló del brazo a Hoseok, arrastrándolo por el pasillo, fuera del local se encontraban dos personas, dándose golpes medianamente fuertes— ¡Hey!

—¡Por fin sales! —Se quejó el castaño, acercando se brazo sobre su hombro—. Pedazo de idiota, casi me rompes el brazo.

—Eres un llorón, JB  —comentó el de cabello blanco.

—Basta, los dos! — Los regañó la más baja de los cuatro— Les presento a J-Hope, él es quién les hablé el otro día, ¿a qué tiene pinta de encajar en el mal querida? —El moreno la observó con cierta duda, ¿qué era eso de la mal querida? Se preguntó.

—Uh, entonces ¿estás dispuesto a olvidar tus males y adentrarte a un lugar lleno de excesos?

—Idiota, lo asustarás —encajó su codo en la costilla del rubio—. Mi nombre es JaeBum pero soy conocido como JB, esté charlatán de aquí es Jackson y el de allá —señaló un auto negro— es Junior, somos miembros de un...,   un bar que busca a personas con talento para el baile, canto o simplemente que entretenga a aglomeraciones de chicos y chicas un tanto divertidos de más —le sonrió de lado, ofreciéndole su mano para terminar su presentación y la de los otros.

—¿Y en dónde entro yo? —Preguntó, un tanto dudoso.

—Ésta chica de acá me ha mostrado un tanto de tu talento nato para el baile, me ha propuesto la idea de invitarte al lugar y si te gusta, puedes presentarte, claro, se te dará paga y lo puedes dejar si no te gusta o por cualquier razón —Jackson le había sonreído de lado.

La idea sonaba tentadora, los pensamientos de Hoseok, por simple reflejo era rechazar la oferta, su cabeza no estaba para shows o presentaciones, además, ¿qué si su empresa se entara? Acarrearía más problemas. Pero su mente le gritaba con fiereza que esa era una buena solución a un poco de sus problemas.

Nadie se enteraría.

—¿Entonces?, ¿quieres ir a conocer? —Dejó la invitación en el aire, a la espera de su respuesta.

—Por supuesto.

Terminó por aceptar y con ello, un mes más adelante, latentes relaciones surgirían.

Hoseok | Presente 

—Has cambiado demasiado —continuaba con aquel sermón que desde hace unos días había comenzado, ruedo los ojos mientras continuo mandando un mensaje de texto.

«Nos vemos en un rato, Ok?
5:44 p.m.»

—Te comportas raro, sales muy tarde y no paras de llegar con un olor a cigarro, dime la verdad ¿en que rollos andas metido? —Jin continua intentando sacarme información al tiempo que en mi teléfono entra un mensaje.

«Lo siento, hoy no JH
5:44 p.m.»

—Oh, vamos Jin —levanté mi rostro a su dirección, un poco frustrado, paseé mi lengua por mi boca antes de hablar, el nombrado me miraba raro—, todos cambiamos, aprendí a despertar sin ganas de estrellar mi puño sobre alguien por todo lo que sentía, deberías estar feliz por mí, ya no siento nada —enarqué una sonrisa socarrona la cual pareció no agradarle nada al mayor.

—No, tú no eres el tipo de persona que demuestras ahora —me levanté del sillón, ignorándolo por completo.

Estoy empezando a cansarme de esto, ¿acaso no lo entienden? ¡Lo he superado! Ya no siento nada por él. Se acabó el día que decidió por los dos el alejarnos y no seré yo el perdedor que termine rogándole amor a nadie. ¿Es tan difícil de comprender?

—Estás confundiendo las cosas, si antes te parecía patético era porque lo era, ya no.

—Hoseok...

Salí de la habitación de NamJoon y Jin, el calor empezaba de nuevo y su habitación siempre me pareció más fría pero ahora me era difícil acceder a ella sin recibir algún sermón o simplemente alguna imagen mental de ellos dos jugando raro.

Últimamente actúan raro...

Ya no falta nada para que vuelva verte, diez días más para enfrentar a la única persona que ha logrado tumbarme a sus pies y sin embargo ya no sentía ese mismo dolor.

Ya no sentía nada.

Lo sé, lo sé, qué capitulo tan pedorro y de relleno pero ya, YA VIENE, REGRESARÁ OMG, ¿Qué creen que pase?, ¿Hoseok seguirá tan vale madre como es ahora? 

OMG, ya se viene el drama y todo, tooodo, chan, chan, CHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN.

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