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# 33 | NamJoon | EXTRA

El continuo cosquilleo en mi cabeza poco a poco iba despertándome, sabía quien lo hacía más no me atrevía a hacer que se detuviera.

El fluyente movimiento de sus dedos en mi cabello hacia que cualquier dolor de cabeza disminuyera considerablemente y justo eso necesitaba, con todos los problemas que se han formado a causa de ese par, todos estamos cansados y sobre todo tristes. Al que más le ha afectado es a Jin pero velo, aquí está a pesar de que le dije que descansara, que durmiera un poco más, sin embargo ahora se encuentra tumbado a mi lado contrario acariciando mi cabeza.

—Para de hacer eso —tomé su mano sin voltearme. Escuché su bufido y como alejaba de su mano la mía.

—No te veías bien hace un rato.

Si yo me veía fatal, él lucía desgastado a un lado de mí.

Con lo que pasó con Hoseok en el baño lo dejó bastante mal, entre los ataques de ira y tristeza por parte de Hoseok, Jin salió lastimado pero nadie lo notó más que yo al día siguiente en el que entré a nuestra habitación y lo encontré curándose su costado izquierdo.

Desde ese día no he podido dejar de sentirme culpable por estar tan lejos de ellos, por no ayudarlos en nada y solo estar en la oficina, intentando ahogarme en trabajo para no pensar en todo esto, huir de la realidad que se vino a nosotros.

Los culpo, sí, no lo voy a negar, estoy furioso todavía pero no quiere decir que no los apoye, todos la cagamos aunque sea una vez en la vida, incluso dos.

—¿Cómo está tú cuerpo?, ¿mejor? —Giré mi cabeza al otro lado para verlo con el único ojo que podía mantener abierto, tenía una bufanda azul cubriendo su cuello y parte de su barbilla con una irónica camiseta de manga corta.

—Te dije que no fue nada, un raspón simplemente  y hazte a un lado, preocupón —fue empujándome hasta  que quedé muy adjunto a la pared.

—Jin, no le restes importancia a tu salud, está bien que quieras ayudar pero habla cuando te sientas mal, eres igual de importante que cada uno de nosotros —hablé serio pero parecía que esta mañana Jin había despertado muy risueño ya que solo sonreía.

—Vamos, NamJoon, dime cuantas veces no te has hecho daño y te  haz alejado para que no te veamos —su mirada se encontró con la mía.

—Es diferente, en mí es normal tener uno o dos hematomas y raspones las veinticuatro horas por los siete días de la semana, no puedes culparme de eso —cerré los ojos, sonriendo por mi mala suerte y mis dos pies izquierdos.

—No es diferente, simplemente es quitar preocupación, no lo hagas más ¿entendido? —Abrí un ojo para ver cómo me señalaba con el dedo indice para tomar mas seriedad.

—Lo pensaré.

Los dos reímos un poco, a sabiendas que yo era un terco y él un ser muy maternal.

—Nunca aprenderás ¿cierto?

—Ni en mil años y creo que me estoy quedando corto.

Y así se fueron unos minutos que parecieron eternos, acostados en la cama sin decir nada, él con su mente fuera de éstas cuatro paredes y yo pensando en cada una de las cosas que he hecho mal. Jin me parece un ser perfecto, puede que más de una vez envidié su fresca personalidad y esa actitud tan positiva, también hay ocasiones en las que desearía convivir un poco más a su lado, ver todas esas cosas que nos oculta bajo sonrisas amistosas y palabras de aliento.

Has pasado un mal rato ¿verdad?

Ojalá fuera más cuidadoso y pudiera acercarme a cada uno de ellos, saber lo que piensan y la razón de sus acciones. ¿De qué me sirve ser tan inteligente y poder descifrar ecuaciones tan complicadas si no puedo resolver uno solo de los pesares de mis amigos?

—Deja de pensar tanto y quita ese ceño fruncido —Jin me tomó por sorpresa, golpeando mi frente con su dedo y formando una mueca de disgusto en la suya.

—Bien, te confieso que eso es imposible, así funciono —soltó una sonrisa melosa.

—Es tu naturaleza, lo sé pero no lo hagas cuando estás conmigo.

¿A qué te refieres?

De nuevo lo haces, Jin. 

—Eres muy raro —me impulsé con mis codos para posteriormente levantar mi cuerpo de la cama.

—Dime quién no lo es —levantó sus manos a mi cabello, despeinandolo por ultima vez— ¿quieres desayunar?

—Luego —atiné a ponerme una camisa blanca y una sandalia en el transcurso al baño.

—¿De nuevo te iras sin desayunar? —Antes de salir, volteé a verlo con una sonrisa.

—Es mi naturaleza, Jin.  

Y salí de la habitación, quedándome un segundo parado en la oscuridad del pasillo, aún no salia el sol por completo, la habitacion era cálida, al contrario del resto de cada habitacion a la que entraba. Tomé el cepillo de dientes y fui poniendo pasta dental para luego llevarlos a mis dientes y empezar a tallarlos mientras tarareaba una canción que tenia en mi mente.

Me siento solo y quiero verte 

Me siento así especialmente durante las noches solitarias

Intentaba darle el ritmo a esa letras que volaban por mi cabeza desde ya hace un mes, durante el transcurso de las semanas me visitan con la intención de ser terminadas más no he podido. Aun no encuentro quien me haga sentir aquellas palabras, hasta entonces seguirán inconclusas.

Corrí la puerta transparente del baño, sonriendo internamente por los gritos de niña que Jin y Hoseok han soltado más de una vez en las que los demás miembros deciden hacer de las suyas. Abrí la llave, aun teniendo la ropa puesta me metí al agua, mi cabello ahora rubio había crecido haciendo que tapara gran parte de mi visión.

Pensé en algunas respuestas que daría dentro de algunos días a la prensa, han estado sobre nosotros durante estos dos meses y lidiar con ellos sin involucrar a los demás ha sido atareado.

''—¿Por qué no se retiran de una vez? Su imagen ha quedado muy  dañada—''

Mi rostro se tensa al recordar algunas de las tantas basuras que nos han lanzado, aparentando que no duelen, fingiendo arrepentimiento y agachando la cabeza a personas que juzgan sin pensar, pequeñas cosas insignificantes, creyendo que tienen el derecho de poner sobre nosotros una gran presión.

¡Están enamorados! ¿En que le afecta a ellos?

Es una pena la situación de ellos, veo a Hoseok un poco mejor a dos meses atrás, Jimin ha sido un buen chico, apoyándolo con una paciencia envidiable y por otro lado Taehyung...

Pobre chico.

—¡Me va a explotar la vejiga si no sales de allí dentro, NamJoon! —Me sentí aturdido al escuchar los alaridos de YoonGi y sus insistentes golpes en la puerta—Si me orino aquí, tú lo vas a limpiar —me amenazó. Atiné a reírme fuerte lo que hizo que el pelirrojo golpeara más fuerte. 

—Aprietale fuerte —grité, mientras cerraba la llave y enrollaba la toalla sobre mi cintura.

En cuanto abrí la puerta, YoonGi me sacó a toscos empujones haciendo que casi se me cayera la toalla.

—Y por favor, no andes por allí mostrando tus miserias —me cerró la puerta en la cara, dejándome con la palabra en la boca.

Ya quisieras tener mi sensual cuerpo, azúcar amargada.

Entré a la habitación aun riéndome de lo sucedido, siempre era lo mismo, YoonGi y yo discutiendo por el baño o cualquier cosa, es un chico bastante sincero y quejumbroso. No se puede ir a ningún lado en paz teniendo a YoonGi en la misma casa.

—¿De nuevo te echaron del baño? —Jin se encontraba doblando su ropa limpia, volteó a verme con una risa burlona y yo solo asentí con una sonrisa.

—Ya es religión eso.

 ...

Había decidido que hoy no me presentaría en la empresa, en primer lugar porque el manager me ha pedido que me tome un descanso y segundo porque ¿por qué no? Casi no paso tiempo con mis compañeros pero...

—¿Entonces me estás diciendo que no?  ¿A mí?

—Sí, YoonGi, existe esa palabra y se puede emplear hacia ti de vez en cuando —JungKook continuaba en negación, ninguno de nosotros quería ir a comprar algo de comida y Hoseok aun no llegaba de sus clases.

Era preferible eso a estar escuchando sus tonterías, aunque me reía, ¿quien no? YoonGi parado frente al sillón negro donde está Jungkook el cual estaba intentando ver a través del mayor y este moviéndose a la misma dirección para no dejarlo ver.

—¡Soy tu mayor! 

—¿Y?  

Y fue así como le sacaron de las casillas a la princesa.

—¡Ya! 

Oh, oh.

He aquí mi presentación estelar.

—Tranquilos, iré yo —me acerqué al barullo abrumador, miré a los tres esperando a que se calmaran para después tomar el dinero de la mesa y acercarme a la puerta, en cuanto iba a tocar la perilla, esta ya se encontraba en movimiento, la puerta se abrió dejando ver al exhausto de Hoseok entrar con una sonrisa disimulada en su cara y un movimiento de saludo.

Se ve serio, algo le pasa.

—Hola chicos —saludó sin verlos a la cara, dejó sus cosas sobre el sofá y fue quitándose la chamarra negra.

—No te la quites —tomé su hombro para detenerlo.

—¿Por qué no? —Me miró interrogativo.

—Ven conmigo.

—Pe... —lo miré dándole a entender que no quedaba de otra— Bien, ya voy, deja me cambio de ropa, esta está sudada.

Hoseok trotó hasta las escaleras en donde desapareció momentos después, yo por mi parte salí al patio, me recargué un momento en la pared, mirando la hora me di cuenta que ya era un poco tarde para comer algo pesado.

En eso se abrió la puerta, pensé que era Hoseok por lo cual empecé a andar sin esperarlo.

—Tengo que hablar contigo de algunas cosas.

—¿Cómo cuales? —Hice un gesto de interrogación, esa no era la voz de Hoseok.

—Jin, pensé que eras Hoseok —lo encaré, él sonría por lo cual me obligué a regresar el gesto—. Hace frío, vamos, entra —suspiré al ver que no funcionaba así que con mis manos extendidas le hice un gesto para que entrara pero no me hacia caso, tuve que ir hasta él, abrirle la puerta y empujarlo de forma juguetona para que entrara.

—¡Yo solo quería un jugo! —se quejó.

—Y te lo voy a traer, no hace falta que vengas —seguí con mi misión de alejarlo de la fría brisa del mes de enero.

Mientras forcejeaba con Jin, Hoseok apareció atrás, me miró raro, dejé de empujar a Jin para luego volver a mi seriedad.

—Vamos. 

En el transcurso del camino nos quedamos callados unos minutos, pensé en decirle de frente la pregunta que tanto rodea nuestro entorno y era: ¿cómo están las cosas entre Taehyung y tú? Pero eso era demasiado brusco, incluso estaría pensando que quiero meterme en su vida.

—Ya dilo —me dio un leve empujón con el puño.

—Hoseok, sabes que somos amigos ¿cierto? —Él asintió— Y como amigos podemos contarnos las cosas, sin importar la hora, el lugar o la situación, siempre estoy para ti  —sonrió levemente.

—¿Ya no me odias? —Sonrió achicando los ojos.

—Nunca te he odiado, entiendo que fui rudo contigo anteriormente y tal vez se tomó a malas interpretaciones pero te aseguro que eso era por el enojo que sentía en el momento, las cosas no estaban yendo nada bien, la prensa estaba sobre mí, ustedes estaban sensibles, todo eso afectó a mi cerebro haciéndome desvivir por esto —quise explicarle la situación, él lo entiende pero no por completo, no estaba al tanto de todo lo que había estado girando a su alrededor hasta hoy.

—Fui muy molesto —agachó la cabeza—, de verdad que no fue me intención que todo esto pasara, una cosa llevó a la otra, lo que sentía en ese momento me estaba derrumbando y no podía... —puso sus dedos en el arco de su nariz para contenerse.

—Tranquilo, te enamoraste, eso fue lo que pasó —pasé mi brazo a sus hombros y despeiné su cabellera, él me miró y me sonrió levemente—, a lo que quiero llegar es que ¿en qué términos quedaste con Taehyung?

La mirada de Hoseok se volvió sombría, sin el brillo característico del mayor, sus manos se fueron directo a sus bolsillos del pantalón y levantó la mirada.

 —Él me aclaró las cosas, de ahora en adelante no volveremos a causar problemas —lo vi directo a los ojos, pensando en mil razones pero la más obvia golpeaba mi mente.

¿Es acaso el final de su romance?

—Estoy bien, podré sobrellevar las cosas de la mejor manera, Taehyung es alguien que no puedo ni quiero sacar de mi vida, es triste la forma en la que dejamos las cosas pero estoy seguro que podre con el amor y lo convertiré en una bonita amistad —sus palabras sonaban cada vez más débil, quise acercarme, sin embargo él me lo impidió—. No me tengas lastima Kim NamJoon —rió en medio de un mar de sentimientos—, solo dame un tiempo o quizás menos  —en su rostro se formaba un gesto extraño en el cual contraducía mi mente sobre si estaba sonriendo o no.

Pero lo que menos nos queda es tiempo, el nuevo disco ya estaba siendo revisado y si salia aprobado, los planes para nuestro regreso se tendrían que poner en marcha. Posiblemente Taehyung tenga que viajar de regreso y, no lo sé, las cosas pintan bastante mal.

—Él volverá —dije por fin.

—Y lo esperaré con los brazos abiertos. 



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