#31 | ENERO |
¿Cuánto había cambiado Taehyung durante estos meses? Al parecer demasiado.
Saqué el celular de mi bolsillo, tendría algunos minutos desde que empezó a vibrar, yo no podía ponerle atención, estaba perdido entre jadeos, volver a sentir a Taehyung, volver a besarlo, probar su piel había vuelto todas esas sensaciones que daba por perdido.
Salí del baño después de arreglar aquel asunto que Taehyung había dejado en mis pantalones, estaba muy molesto por su repentina huida porque sí, él se fue sin una explicación.
Nunca me dijo el porqué de su repentino matrimonio, nunca me dijo nada acerca de que había vuelto con Dara, simplemente se fue. Ya. Sin más.
Yo soy el malo, entonces ¿qué es él?
Desgraciadamente ahora no puedo buscarlo ya que tengo a Jimin mandándome mil mensajes para despedirse de mí, corro hasta la puerta y ahí están todos, él me mira, pero luego vuelve la mirada hacia Jimin, este último camina hasta mí y me estrecha en un fuerte abrazo, jala de mi cuello para estar a su tamaño y susurra en mi oído algo.
-¿Qué? -Lo miré a la cara.
-Tonto -me sonrió y se alejó.
¿Entendí bien lo que dijo?
-¡Adiós, chicos! -Agitó su mano mientras subía al taxi que lo llevaría directo a casa, todos nos despedimos de él de la misma manera hasta que se fue.
-Bien -comentó Namjoon-, fue una bonita noche, fue bueno verlos a todos divertirse -giró su mirada a Tae y a mí - aunque algunos anduvieron perdidos en los baños -Taehyung desvió la mirada-, espero todos nos hayamos divertido y...
El vocifero de una chica nos hizo dar media vuelta a ver. Era Dara, la noviecita del idiota de Tae.
-¡Tae! -Gritaba- ¡Amor!
Auch.
-¿Qué quieres, Dara? -La chica llegó hasta él, tomó su mano y la unió a la suya.
-¿Dónde estabas? Tus amigos me dijeron que estabas por ahí pero no te encontraba -volteé a ver a los demás, ellos me sonreían cómplices.
Espera ¿qué?
«¿Te divertiste?»
Eso fue lo que me susurró en el oído Jimin, entonces, ellos...
-Estaba ocupado arreglando unos asuntos, vuelve a la fiesta -soltó a la chica, la sonrisa traviesa de Dara apareció, me miró de reojo para luego ponerse de puntitas y plantar un jodido beso en Taehyung.
-Está bien, recuerda que tenemos que volver pronto-ella se dio media vuelta y, moviéndose de manera elegante regresó a la fiesta. Tensé la mandíbula, me sentía tan impotente, ¿por eso la trajiste?, ¿por eso te fuiste?
Taehyung se giró y lo miré a la cara, estaba molesto, estaba hirviendo en enojo, ¡Sí, demonios, estoy celoso! Me mantuvo la mirada, pero luego la bajó. No, mírame, mírame Taehyung.
-¿Nos podrían dejar solos un momento? -Pronuncié en voz baja. Miré sobre mi hombro como se iban alejando excepto Jungkook, él me miraba extraño, YoonGi lo tomó de la muñeca y lo jaló consigo.
Cuando ellos se habían alejado lo suficiente, me acerqué a él, él no me miraba aún.
-Mírame -volví a hablar en voz baja, él no lo hacía- Taehyung...
-¿Acaso es lo único que sabes decir? -Subió su rostro, su expresión era diferente a la de meses atrás, era dura, llena de tanto enojo.
-¿Por qué? -Fruncí el ceño, el seguía con la misma expresión, hubo un momento de silencio que él rompió con una sonrisa sarcástica.
-¿Por que qué, Hoseok?
-Tú no la quieres, ¿cierto? o ¿lo que sentías por mí era puro juego? Dímelo porque no te entiendo, actúas como si te importara, pero luego me demuestras lo poco que sientes por mí, dime lo que piensas, grítame si eso quieres, pero dime la verdad, ¿acaso bromeas conmigo? -Tomé su rostro entre mis manos, necesitaba tocarlo, saber que la persona que estaba frente a mí era el, mi Taehyung. Mío.
Él me miraba fijamente, puso sus manos sobre las mías y las fue alejando de su rostro, sin ninguna emoción, parecía como si no le importara más.
-Te lo dije, esto se acabó -desvió la mirada un momento para luego verme otra vez-. Por el bien de los dos, olvida todo porque ya no hay manera de regresar el tiempo, nos equivocamos al sentir cosas por el otro. No supiste aceptarlo y yo no aprendí a alejarme antes de herirnos -frotó su dedo índice en su nariz, suspiró cansado-. No perdamos lo único que nos puede unir ahora; seamos amigos, sin sentimientos equivocados.
Mi corazón se rompió en mil pedazos, yo, realmente no podía mantenerme de pie después de esto, todo el enojo se convirtió en tristeza, en decepción, él estaba siendo egoísta conmigo, me estaba pidiendo algo que yo no podía hacer ¡no quería hacer!
¿Amigos? ¿Realmente lo podría ver como un amigo después de todo?
-No puedo -alejé la mirada de él, empecé a andar, chocando mi hombro con el suyo, subí mi muñeca a limpiar la lagrima que salía. Era demasiado, jamás creí que realmente dolería tanto amar.
-Hoseok -pronunció fuerte mi nombre-, me iré dentro de una hora, ¿esa es tu respuesta?
-Sabes -sorbí mi nariz-, tienes razón, nos equivocamos demasiado, no, espera -subí el rostro al cielo- me equivoqué yo al creer que si te volvía a ver podríamos arreglar esto, que, tal vez tú y yo podríamos volver a intentarlo o en definitiva te superaría pero llegas de esa manera y traes a mi todos estos sentimientos tan fuertes en los cuales me envuelven en ganas de no dejarte, pero está bien, esto se acabó. Adiós, Taehyung, te deseo lo mejor con ella y, cuando vuelvas te esperaré con los brazos abiertos para desearte una muy buena vida, amigo -mi herido corazón habló, pronunciando las mejores mentiras que podía ofrecer.
-Me alegra que lo aceptes y que me desees lo mejor, también lo hago por ti, amigo.
Mientes tan bien.
...
Después de eso, nos fuimos por caminos separados, él volvió con ella y yo me fui al auto, me recargué en él, no quería llorar, ya había sido mucho, no podía seguir derramando lagrimas por un amor que ya no existía.
La fiesta había acabado, me obligué a mi mismo a levanté de los escombros, limpié mi rostro y, como si no hubiera pasado nada, esperé a los demás miembros que no tardaron en llegar, esa noche solo estarían en la casa Jin y YoonGi por lo cual, ellos no me hicieron preguntas y yo lo agradecí, viajamos en silencio a casa.
-Iré a acostarme -Dijo YoonGi, él caminó a las escaleras mientras se iba quitando la ropa, Jin se quitó el saco y lo dejó en el perchero, me hizo una seña de que él también se iría a acostar y yo solo asentí.
-Descansa...
La sala se encontraba en completo silencio, pero mi mente hacia demasiado ruido, no podía dejar de pensar en Taehyung, en sus palabras, en todo lo que había pasado.
Caminé hasta el baño, miré la puerta un momento, recordando algunos de los momentos que pasaron detrás de esa puerta.
Toqué la puerta.
«¡¿No te iras?!»
Lo escucho gritarme.
«¿Por qué me haces esto?»
Instintivamente empecé a forcejear la puerta.
«¡Te dije que te fueras!»
Ábreme, Tae.
«Quizás así logro sacarte de mi mente»
Escucho su llanto. Giró la cabeza, él me mira, estaba completamente mojado en aquella esquina de la regadera. Empiezo a caminar lentamente hasta llegar a él.
«Me iré mañana...»
Debí detenerlo, nunca soltarlo de mi lado.
«Lo siento, lo nuestro es imposible. No podemos querernos»
Tenías razón.
Me dejo caer de rodillas, él se había ido por mi culpa, él sufrió más y es por eso que ahora me odia, tiene razón en irse, pero, yo lo necesito, él me necesita, ¿cierto?
-¡No! -Grité y me puse de pie, golpeé el espejo con toda mi fuerza- ¡deja de mentirte! - mi puño seguía cerrado, cubrí mi cara y me dejé caer de rodillas llorando sin parar.
-Llora todo lo que necesites -siento los brazos de Jin rodeándome, lo que me hace llorar aún más fuerte.
-¡Lo extraño tanto! -confesé, limpié mis lágrimas con la mano lastimada, manché todo mi rostro de sangre, pequeños pedazos de vidrio incrustados en mis nudillos cortaron mi cara, pero no me importaba.
-Lo sé, Hope, lo sé -tallaba mis brazos y recargaba su mentón sobre mi cabeza.
Mi corazón ya no aguanta más, ¿cómo es que no puedo sacarte de mí? ¿Qué me hiciste para amarte tanto? Quiero olvidar, quiero dejar de sentir ¿es tanto pedir?
-Jin -pronuncié su nombre, el solo se separó de mí para verme a la cara, tenía una expresión de tristeza- a partir de hoy, nunca más volveré a llorar -pasé mi muñeca por mi cara, me limpié las lágrimas y me puse de pie.
-Está bien llorar, te sientes mal, tienes que dejarlo salir.
-Ya no -volví la mirada a los pedazos de espejo que quedaban, miré mi reflejo en los múltiples pedazos, me veía patético-. Se acabó y tengo que aceptarlo.
25 de diciembre. 5:09 a.m. Daegu.
Dara lo hacía de nuevo, parecía una loca gritándome, no le ponía atención, no tenía tiempo para escuchar sus estupideces.
-¡Escúchame! -Me gritó en la cara, giré el rostro a verla, ella se miraba frustrada, yo la miré sin ninguna expresión- ¿Cómo te atreviste a dejarme sola? Soy tu maldita prometida, y luego tus amiguitos esos dándome rodeos, ¡agh! ¡Estoy tan enojada!
-¿Y crees que me importa? ¡¿Crees que soy tu idiota para que me importe si estás o no enoja?! No, Dara, no soy tu estúpido, me importa muy poco si te gusta o no -le grité. Ella se calló, en sus ojos brotaban lagrimas- ¿Lloraras? ¿En serio, Dara? No porque llores voy a disculparme, en primer lugar, todo es tu culpa.
-Pero...-Me di media vuelta, saliendo del auto- ¡Taehyung, vuelve aquí!
La ignoré, no quería discutir más, no quería nada, solo estar solo, olvidar esta noche y hacer de cuenta que nunca pasó. Sin darme cuenta, mientras corría, las lágrimas salían, corrí más y más rápido hasta que mi cuerpo no aguantara, gritaba la frustración que sentía.
¿Cómo pude hacerle eso? Siento clavado en el pecho todo el dolor que me tragué al decirle cada una de aquellas palabras.
Yo no quise decirte eso, yo te amo, te necesito.
Subí hasta el único lugar en donde me sentía vivo, dejé de correr, respiraba agitadamente, mi mente me tortura con cada recuerdo, cada palabra, me recargo en el barandal, seco mis lágrimas y miró hacia el frente.
El sol estaba por salir, pero eso no significaba que mi cerebro lo entendiera, seguía estancado en anoche, en su cuerpo, sus miradas, sus palabras, en cómo se fue alejando de mí y como yo no me atreví a ir detrás de él.
Que imbécil.
-Te tardaste un poco ayer -escucho la voz de alguien detrás de mí. Limpié mis lágrimas y sorbí mi nariz.
-¿Me esperabas?
-No, solo que me acostumbré a verte todos los días aquí, ¿por qué tan bien vestido?
-Una fiesta de navidad -di una sonrisa sarcástica- hoy se acabó mi vida -agaché la mirada, llorando en silencio-. Perdí al amor de mi vida por estar atado a una chica con la cual me casaré...
-¿Y no la amas? -Se recargó a un lado de mí, agradecí que no me mirara.
-No.
-Entonces escápate.
-No puedo.
-¿Y por qué no quieres casarte con ella? Acaso ¿ella no debería ser el amor de tu vida?
-Yo amo a otra persona que, justo en este momento daría lo que fuera por volver a ver, pero soy un maldito idiota que lo arruinó todo -sonreí amargamente y luego triste.
-Tranquilo -se acerca un poco a mí, pone su mano sobre mi espalda y me da unas palmadas- puedo ayudarte a evitar tu boda- giré el rostro a verlo, sorprendido por sus tontas palabras, sonreía mostrando los dientes-. Sí, te ayudaré.
-Estás loco -me reí en su cara.
-Me dicen eso siempre, pero, hablo en serio, cuenta conmigo para la operación: ¡Naranjita sin esposa! -él levantó su puño, yo lo miré extraño, tomó mi mano, la hizo puño y después la levantó junto con el suyo- Ya hemos hecho un trato, ahora deja de llorar, por favor, se mira mejor una sonrisa -sonrió, pasó su dedo por mi mejilla, yo me hice hacia atrás, era tan raro su tacto que, al momento que lo hizo, sentí electricidad.
-Lo dices tan fácil -fruncí el ceño-, tú no sabes todo lo que he pasado, no puedo sonreír.
-Entonces te haré hacerlo.
1 de enero, 4:23 p.m. Seúl.
El teléfono suena al lado de mi cabeza, intento ignorarlo, pero no para de sonar. Con mi mano derecha lo tomo, sin ver el remitente pulso el botón de contestar la llamada.
-¿Hola? -Contesto con la voz ronca.
-¡No! -Me alejo de la bocina, el grito me había aturdido- Levántate en calidad de en chinga, Hoseok, por si no lo recuerdas, hoy empiezan las clases a las que accediste ir -Jimin me gritaba del otro lado de la llamada, gruñía mientras lo arremedaba. Jimin se ría, pero yo no bromeaba, me senté en la cama todavía con los ojos cerrados, puse la pantalla frente a mis ojos, Jimin seguía hablando, pero no le tomaba atención.
4:28
Me paré directo al baño mientras Jimin me decía bien la dirección y que le hablará bien a Sam, la chica de la escuela de baile, colgué la llamada en cuanto entré, saludé a Jungkook que estaba orinando y me fui desvistiendo para entrar a la regadera.
-¿Saldrás? -Me preguntó.
-Sí, Jimin no sé cómo logró convencerme, pero sí, saldré -me metí a la regadera, dejando que caiga el agua helada sobre mí, pasó a tibia y luego a caliente en menos de un minuto.
La habitación se sumió en el sonido del agua, tallaba mi cabello y mi cuerpo con rapidez, escuché la puerta abrirse y luego cerrarse, Jungkook ya se había ido. No quería pensar en nada.
Ya hace una semana de eso.
Subí la cabeza para que el agua quitara el jabón, cuando por fin había terminado, salí del baño y tomé una de las toallas, sentía frío erizar mi piel.
El espejo que rompí fue reemplazado, esta vez con la advertencia de que ya no lo volverían a cambiar, me reí un poco al recordar cómo me lo recalcaban en mayúsculas.
...
Salí de casa, tomando un taxi, era tarde por lo cual debía darme prisa, miré hacia la ventana, las personas iban despreocupadas de la vida mientras otras se mataban tratando de vender sus productos, había niños jugando, uno acababa de hacer una burbuja de jabón, esta volaba en dirección a donde yo iba, la seguí con la mirada hasta que esta explotó.
Que fácil era crear una burbuja, pero aún más destruirla.
-Gracias -pagué al taxista y salí del coche, me encaminé hasta la puerta, ahí estaba Sam, me sonrió amablemente y yo se la regresé.
-Buenas tardes, Hoseok, el salón es el D4, puede dejar sus cosas en los vestidores que se encuentran ahí mismo- me informó de manera agradable, se paró y me acompaño hasta el salón.
Toqué la puerta, la música se escuchaba alto, en cuanto la abrí, vi a mínimo quince personas dentro del salón, el instructor me sonrió y me dio la bienvenida.
-Chicos, tenemos un nuevo integrante más -yo los observé a todos con una sonrisa-. Su nombre es Hoseok.
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Actualicé rápido, OMG ⊙⌒⊙
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