#29 | DICIEMBRE | Baile
La fiesta estaba por acabar, por fin me iría de este maldito lugar, Dara parecía bastante divertida, siendo el centro de atención de las cámaras y la gente que se encontraba ahí. Terminaron de tomar la última foto y yo, por detrás de la mirada de todos, jalé despacio el brazo de ella para alejarnos y que por fin dieran por terminada la fiesta.
Ella se giró a mí, sin dejar de sonreír, puso su mano frente a su boca, tapándola a la vista de todos para poder hablar.
-¿Acaso quieres dejarnos en vergüenza? -frunció levemente el ceño, yo por mi parte continuaba con el rostro serio, observándola fingir.
Qué bien se le daba.
-Quiero que esto acabe de una maldita vez -gruñí, sin darme cuenta apreté un poco más el agarre en su brazo, ella dio en gemido de dolor, la solté de inmediato, cuando estuve a punto de disculparme, algo nos distrajo.
El sonido de un objeto de metal golpear el vidrio de una copa nos hizo dirigir nuestra mirada al lugar de donde provenía. El padre de Dara estaba parado frente a la mesa de centro, todos lo observaron interesados en lo que estaba a punto de suceder, Dara se paró rígida y sonrió falsamente, yo la imité solo que sin sonreír.
-Bien, amigos míos, me complace haber compartido esta noche con ustedes, agradezco sus felicitaciones a mi hija y mi futuro yerno, a su familia y a todos ustedes por venir -todos aplaudieron-. Hoy empieza un gran paso en la vida de mi querida hija Dara y Taehyung, quien ha sido un hijo para mí -la mirada del hombre iba dirigida hacia mí, no supe que hacer así que solo asentí-. Espero que esto solo sea el inicio de una excelente vida que compartirán como marido y mujer.
Algunas personas empezaron a aplaudir y festejar las palabras del padre de Dara, yo solo me sentía cada vez peor, esto era más que una tortura, era mi sentencia a tener que vivir el resto de mi vida con ella.
-Brindemos por ellos -propuso. Todos levantaron sus copas, un mesero nos entregó una copa de sidra de manzana, Dara la tomó, yo no quise hacerlo, pero ella levantó mi mano e hizo que la agarrara.
Todos chocaron sus copas, Dara se giró a mí y me observó, esperando a que imitara la misma acción.
No lo hice.
-Brinda conmigo-me ordenó.
-No.
-¿Quieres que todos se enteren que eres un maricón que le gusta los hombres? -Fruncí el ceño, completamente enojado, dejé caer la copa en su vestido y me di la media vuelta, todos observaban la escena- ¡Vuelve aquí! -Me gire a verla, echaba humo por la boca.
-Iré por una toalla -inventé-, tranquila, cariño -apreté la mandíbula al decir la última palabra.
Entré de nuevo a la sala, con los puños cerrados, agradecí que nadie estuviera dentro y empecé a golpear con fuerza la almohada, reprimiendo un grito de frustración, escucho la puerta abrirse y dejo de golpear la almohada para voltearme violentamente hacia la persona que tomaba mi hombro.
-¡¿Qué crees que estás haciendo?! -Habló entre dientes mi madre. La observé un segundo, parecía más enojada que yo-. Ve inmediatamente con tu prometida y pídele disculpas a todos -dejó en mi pecho una toalla blanca y se dio la media vuelta.
-Y si no lo hago, ¿qué? -La reté, sentía un nudo en mi garganta de tanta rabia que sentía.
-No tienes elección, o vas y haces lo que te dije o te olvidas que alguna vez tuviste padres -su expresión era nula, no podía creer lo que me acababa de decir mi propia madre.
Respire hondo, la mirada de mi madre era dura, hablaba en serio. Pensé en huir, irme lejos de todo y todos... No, no podía hacerlo, no podía hacerle esto a mis padres, aun si las cosas son duras, tengo que reparar mis errores.
-¿Si hago eso, estarás feliz? -Pregunté en voz baja.
-Estaré feliz cuando te vea formando una familia, con hijos y una buena esposa -suavizo su expresión, fue acercando lentamente su mano a mi mejilla, la frotó con sus nudillos, dándome un poco de amor fraternal.
-Entiendo -ella alejó su mano y me tendió de nuevo la toalla que se encontraba en el suelo.
-Me alegra mucho que por fin te des cuenta que todo esto es por tu bien, Taehyung, siempre lo será aun si ahora piensas que nosotros somos crueles, esto es por ti y para ti, para que tengas una buena vida y te cures de ese mal que te hizo aquel monstruo -pronunció las últimas palabras con odio.
Monstruo... Entonces ¿yo también lo soy?
-Ve, anda a con tu prometida que debe estar muy enojada contigo -me dio una palmada en el hombro, obligándome a caminar hacia la persona que sería mi esposa dentro de unos meses.
Empecé a caminar, dándole la espalda a mi madre, cuando estuve a unos pasos de la puerta, paré de andar para darme media vuelta, observé a mi madre limpiar sus lágrimas con una sonrisa en su rostro.
-¡Corre, cariño! -Movía sus muñecas, indicándome que continuara.
Reprimí las ganas de ir a abrazarla y pedirle perdón por no ser lo que ella desea, en cambio me di media vuelta en dirección a la chica de cabello dorado quien volteaba a mí con una expresión de enfado.
-¿Don... -no la dejé terminar, la tomé de la cintura y me agaché hasta la parte baja de su vestido y, con la toalla blanca empecé a frotar la mancha oscura de la sidra?
-Lo siento mucho, he tenido problemas en encontrar la toalla, pero estoy de regreso ¿me extrañaste? -Le dediqué una gran sonrisa y, de inmediato el enojo de su rostro se esfumo.
-Yo.... Ah -se quedó sin palabras. Cuando terminé de limpiar la mancha, me levanté, nuestras miradas se toparon cuando ella levantó su rostro hasta el mío, las grandes diferencias de alturas parecían hasta cómica-. Gracias -levantó sus manos y las dirigió a mis mejillas mientras sonreía.
Un ''¡Oww!'' por parte de los invitados rompieron ese horrible momento de pareja que se había formado en la atmósfera, los dos giramos la mirado hacia nuestros padres que nos observaban con aprobación, una que otra mirada de reproche por parte de nuestras madres como diciéndonos: ''en público no, niños'' al mismo tiempo que sus esposos las miraban con una ceja levantada dando a entender algo más.
-Me alegra mucho que sean una pareja tan unida -esta vez habló mi padre, dirigió su mirada a mi madre y esta sonrió apenada, él le levantó su mano para luego ponerla de pie.
Acto seguido, los padres de Dara copiaron la misma acción, se rigieron hasta nosotros y nos sonrieron.
-Por lo cual desearía que tengamos un baile para concluir esta fiesta como se debe -la música cambio de una tranquila a una de vals, mi padre puso su mano izquierda en su espalda mientras le ofrecía la derecha para que la tomara, en seguida mi madre lo hizo y empezaron a moverse, me gire hacia Dara, que me miraba con una expresión de confusión, copié exactamente la misma acción de mi padre solo que no sonreí, lo intenté pero esto es tan falso, tan poco amoroso que me sentí un poco mal por Dara, ella parecía bastante emocionada cuando extendí mi mano hacia ella.
Cuando las luces se centraron en nosotros y la música sonaba fuerte, Dara me acercó más a su diminuto cuerpo, me agaché un poco, recargando mi barbilla en su cabello, ella descansaba su cabeza en mi pecho y, por lo que podía descifrar, parecía que ella estaba muy feliz.
-¿Por qué? -Me preguntó en medio de un giro de muñeca- ¿Por qué lo haces parecer tan real? -Me acerqué a su oído, pasando mis brazos por sus caderas.
-No lo hago por ti, no pienses que esto es amor, es cumplir con los deseos de los demás -culminé justo cuando terminó la canción.
Ella se separó de mí, mirándome con una expresión de tristeza, cubrió su boca, y agachó la mirada, tomé su mano y la acerqué a mi pecho de nuevo, me acerqué a su rostro para susurrarle las palabras que mi mente rogaba gritar.
-Así que no caigas en el amor, yo jamás te daré lo que quieres, te empeñaste en verme miserable a tu lado, entonces, yo te haré miserable a mi lado, novia mía -todos empezaron a aplaudir muy fuerte, yo podía ver las expresiones de mis padres, sonriendo a más no poder, la madre de Dara tenía sus manos juntas y una gran sonrisa, a punto de llorar, su esposo pasaba su brazo por los hombros de su esposa mientras le daba un beso en la cabeza.
Definitivamente ellos estaban felices.
Seúl, miércoles 20 de diciembre. 7:34 a.m. Dos días después del baile.
El sonido de la regadera hacía eco en la habitación, rápidamente todo estaba lleno de vapor por el agua caliente cayendo sobre mi cuerpo desnudo, recargué mi frente en la pared, las gotas resbalan tan rápido, cerré los ojos, dejándome llevar por el sonido que el agua hacía hasta sentirme completamente relajado.
Levanté el rostro después de unos cuantos minutos de estar en esa posición y me miré en el espejo, la barba me había empezado a crecer, mis ojos estaban hinchados de tanto dormir, mi cabello estaba tan sucio y ya había crecido un poco, levanté la mirada de nuevo y por reflejo miré atrás de mi a Tae, abrí mis ojos demasiado, observando su sonrisa en su rostro, lucia exactamente igual a aquel día en el que me dijo que le gustaba observarme, me di media vuelta a verlo... pero él no estaba ahí.
De nuevo empezaba las alucinaciones.
Después del baño, enrollé la toalla en mi torso, me acerqué al lava manos, detrás del espejo tomé la caja de botiquín con una gran cruz roja se encontraba entre abierta, la terminé de abrir para escabullir mi mano y buscar algo que me quitara este dolor de cabeza, encontré un par de aspirinas, las metí en mi boca para luego hacer mi cabeza hacia atrás y terminar de pasar las grandes pastillas por mi garganta.
Regresé mi cabeza a su lugar, tomé mi cepillo de dientes, unté la pasta de dientes y empecé a cepillar mis dientes frenéticamente, sin importarme si me lastimaba o no.
-¡Te lastimaras las encías! -me dijo, arrebató el cepillo de mi mano.
-No me lastimaré nada, deja de tratarme como un niño, Tae -exigí con la mirada que me lo regresara.
-Se lavan así -puso el cepillo cerca de su boca sin tocarla- arriaba, abajo, no -empezó a moverlo muy rápido de un lado al otro- así -repitió la misma acción del principio-, tonto.
Sonreí al recordarlo, de nada sirve llorar, olvidarte será tan difícil, estoy confundido, no encuentro salida a tantas mentiras y tontas caricias ahogadas en recuerdos. Ya no quiero estar así, ya fue demasiado tus recuerdos me hacen daño, hoy se acaba todo esto.
Me alejaré por completo de ti, Taehyung.
Abrí la llave del agua y dejé salir el líquido de mi boca, observando como la espuma blanca se convertía en roja y los hilos de saliva que colgaban de mi labio inferior manchaban mi barbilla de sangre.
...
-¡Buenos días, Hyung! -me recibió Jimin cuando entré a la cocina.
-¿Qué hay Jimin? -Pasé detrás de él, estaba frente a la mesa, poniendo los platos para desayunar, levemente despeiné su cabello, este manoteó mi mano, alejándola de su cabello.
Desde ya hace una semana, Jin y YoonGi se habían ido a sus respectivas casas, Jimin pasó de mí y decidió quedarse hasta el veintiseis de diciembre, después de eso, él iría con su familia, JungKook volvería de sus vacaciones y NamJoon vendrían a casa para pasar la navidad con nosotros, posiblemente alguno de los otros integrantes volvería antes de concluir el año, pero de eso no estaba seguro.
-¿Qué harás hoy? -Me preguntó, levantó la mirada hacia mí, me distraje un momento y casi me quemaba la lengua con el líquido caliente de la taza de café.
-Buena pregunta -sonreí, volviendo la mirada a la taza, tomé asiento justo a un lado de él, di un sorbo al café y después de degustarlo, volví a hablar- Supongo que, limpiar un poco, la casa está muy sucia sin Jin aquí -los dos sonreímos- Creo que solo eso, ¿por qué? -Él terminó de masticar y engullir el huevo revuelto para después hablar.
-Me dieron estos folletos -soltó el tenedor para después tomar el trozo de papel que tenía en letras grandes ''Escuela de baile'', me lo tendió y yo lo tomé.
Empecé a leerlo lentamente.
Escuela de baile, blah, busca, blah, participa, blah, blah, primero de enero empiezan las clases, inscríbete, sí, sí, aja, sí, ¡oh! No me interesa, ¡Te esperamos!
-¿Y? -Jimin volvía a masticar mientras hablaba.
-Y... ¿qué? -Dejé el folleto en la mesa y me dediqué a tomarme por completo el café.
-¿Cómo que qué? -Frunció el ceño- ¿Qué te parece la idea? Podrías ir hoy a inscribirte -esta vez sonrió enormemente.
Jimin últimamente estaba intentando -de verdad, casi arrastrándome- hacerme salir, incluso me mandaba a regar las plantitas del vecino y vaya que eran prácticamente una maleza esa cosa.
Lo miré con el ceño fruncido, dejé la taza sobre la mesa y empecé a picotear la comida para luego empezar a comerla despacio.
-Jimin, si lo que quieres es sacarme a patadas de la casa, no está funcionando, no iré -él levantó la ceja, tal parecía que le había puesto un nuevo reto.
-A ver si es cierto que no vas... -Empezó a reír.
...
Bueno, quizás subestimar a Jimin y su gran poder para ser súper pesado ha sido un pequeño -igual de enano que él- error de mi parte, en serio que venir a molestarme incluso en el baño ya es otro nivel.
-¡Hoseok, por favor, no estás tan alto de oquis! Mueve esas largas piernas que tienes más rápido -Jimin me jalaba del suéter, aunque había replicado durante dos horas de que no iría, ahora me encontraba caminando directo a aquella escuelita de baile que no estaba nada cerca.
-¡No quiero ir! -hice un mohín para que me dejara en paz y pudiera regresar a mi dulce cama, pero él ni siquiera se había limitado a verme.
-Ya llegamos -paramos de andar para ver el local, era grande y tenía unas enormes puertas de cristal, el lugar era bastante amplio y, justo a un lado de la puerta había un gran letrero de color negro y con letras rosas diciendo ''The most beautiful moment in life is now''.
Decidí entrar, no perdía nada con ver.
Al entrar me topé con varias habitaciones con muchos jóvenes bailando y haciendo estiramientos, me quedé impresionado con los pasos que hacían, rápidos, bien hechos y con elegancia.
-Buenas tardes, mi nombre es Sam, un gusto atenderlos -hablaba de manera rápida una chica de lentes enormes y dos chongos en su cabeza, mostraba una gran sonrisa que inspiraba confianza.
-Buenas tardes -Jimin le sonrió con una enorme sonrisa coqueta, parecía que había sido flechado por Sam-, mi amigo -me empujó hacia el frente- quiere entrar en esta bonita escuela, ¿me daría información acerca de los horarios, precios y su número...? El de la escuela, claro -sonrió de nuevo, mostrando esas dos líneas curvadas que formaban sus ojos.
Intenté reprimir una risotada al verlo así, no era la primera vez que coqueteaba así, cualquier chica adorable eran su debilidad.
-Bien -ella lo miró dudosa- Las clases empiezan en...
Ella iba explicando a Jimin todo, la verdad no me interesaba ver a Jimin coquetear así que me alejé de ellos dos, seguro ni notaron que ya no estaba ahí, me acerqué a una de las muchas habitaciones de la escuela, la puerta era de cristal por lo cual me permitía ver dentro de la habitación.
Dentro había un par de chicas y chicos, la música que sobaba era de Taeyang, su nueva canción Ringa Linga, esa canción era un poco difícil de seguir para algunos que estaban ahí, había una chica un poco más baja que las del resto que, hacia los pasos con una precisión, movía su cuerpo al compás de la música, me quedé observándola moverse como si fuera ella misma la que creó la coreografía.
La canción acabó y ella pasó sus manos por su frente para limpiar el sudor. Un sentimiento de competencia en mi mente no me permitía quitar la mirada de la chica, en cuanto ella se giró, nuestras miradas se toparon, me sonrió y continuó su camino hasta que la perdí de vista.
-Hoseok, -me llamó Jimin, pasó su brazo por mi hombro- ¿entonces... -no lo dejé terminar.
-Sí, quiero entrar -finalicé con una sonrisa competitiva.
♣ - ♣
Uy, que intenso todo hahaha xD
Ya, no tengo nada que decir, no me odien, la gente siempre aparece en nuestras vidas cuando menos lo esperemos así que no me culpen por estos tipos nuevos, pueh. ♥
No, esperen, si tengo algo que decir y es que últimamente estas cosas me sale más largos y se supone que serían cortos xD Ya, bai.
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