#12 | Quizás así...
Mi pie se recuperó una semana después de lo previsto, dos semanas exactamente han pasado desde que Tae dejó la habitación, no hablamos, no nos vemos, simplemente somos unos extraños y eso es lo que más me duele, no puedo evitar verlo cuando me da la espalda, siento un nudo cuando mencionan su nombre, las cosas simplemente son insoportables, intento ocultar mi tristeza bajo miles de risas falsas, Jimin me da un poco de ánimo pero me siento vacío, sin ninguna razón para sonreír.
Estoy recargado en la ahora pared de la habitación de Tae, puedo escuchar una que otra risa de su parte, agacho la cabeza sonriendo por el sonido de su voz, odio admitirlo pero ahora mi estado de ánimo depende mucho de él y lo peor de todo es que solo ríe con los demás, a mí me ignora... cierto, culpa mía.
Me siento muy solo ahora que él no está en la misma habitación que yo, recuerdo su aroma a vainilla cuando salía de bañar y se tiraba en mi cama por flojera a subir a la suya o cuando yo me levantaba a mitad de la noche, sentándome en la cama, Tae bajaba su mano y acariciaba mi cabello para luego preguntarme si me encontraba bien, sonrío mirando el suelo, pequeños detalles que nunca aprecié y ahora extraño como un loco.
Me separé de la pared con los brazos cruzados, mirando hacia abajo, quizás debería dejar las cosas como están...
Me centre tanto en mis pensamientos que no noté que alguien había abierto la puerta y cuando empecé a caminar choque y caí sobre ella, lo observe; Taehyung con sus ojos llorosos, él me empujó quitándose de encima de él y corrió directo al baño, me quede sentado en el suelo confundido pero al segundo me paré y me acerqué a la puerta, escuché el grifo abrirse y correr, toqué la puerta.
-¡Ocupado! -Dijo exaltado, me preocupé mucho pero no sabía si dejarlo solo o no.
-Eh, ah, ¿Tae? -Actuaba como un idiota ¿qué hacer en estos casos?
-Vete, Hope -el grifo paró de tirar agua, pegué mi frente a la puerta sin saber que decir, no me quería ir dejándolo así, pero dudo que me diga algo.
-Me iré si me dices que ocurre -pegué mi mano a la puerta, sentía que podía tocarlo solo de esta manera; con una puerta de intermedio.
-No.
-Entonces no me despegaré de la puerta -amenacé.
-¿Por qué no te vas? No es nada que te incumba, amigo... -No Tae, no me digas esto.
-¿Amigo? -Pregunté inconscientemente, lentamente bajaba la mano.
-Amigo...
Tanto me esforcé creyendo que esto somos: amigos, pero escucharlo decir eso realmente me dolió.
-Yo, ¡agh! -Quería golpear la puerta y atraerlo a mí- Tae...
-¡¿No te iras?! -Me gritó, me alejé de la puerta a punto de irme.
Tengo que dejarlo ir, tengo que dejarlo ir... ¡Al diablo!
-¡No!
-¿No? -Me gritó aún más enojado.
-¡No! -Respondí igual.
-¿Por qué me haces esto? -Lo escuche llorar más fuerte, instintivamente empecé a forcejear la puerta- ¡Te dije que te fueras!
-Ábreme, Tae, ¡ábreme! -Empezaba a desesperarme por no poder abrirla, recordé que en la cocina estaban las llaves, corrí a la cocina por ellas y volví, cuando lo hice escuche el agua de la tina correr, dudé si abrir o no pero aun así lo hice. Metí la llave y abrí la puerta, en cuanto lo hice, lo vi, tirado en el suelo con unas tijeras en sus manos, su cabello estaba mojado y sus manos rojas.
¡¿Qué demonios hiciste?!
Me arrodillé frente a él y lo sujeté de los hombros enderezándolo, tomé sus manos quitando las tijeras que tenía aferradas.
-¡¿Por qué te dañas?! -Alcancé una toalla blanca y abrí el puño de Tae, él había cortado profundamente sus manos, las ganas de llorar más la furia no me dejaban pensar, él levantó su otra mano y acarició mi rostro.
-Quizás así logro sacarte de mi mente... -lo vi a los ojos, tenía una sonrisa en su rostro y las lágrimas salían.
-¡Tae! -Lo abracé muy fuerte, mi vida se había destrozado al escucharlo decir eso- ¡Lo siento, lo siento, todo es mi culpa! ¡Demonios! -Me odiaba, había dañado de la peor forma a la persona que más amo. Llevé mis manos a su cara que se veía bastante mal, cerraba y abría los ojos como si tuviera sueño, lo obligué a verme.
-Solo vete, por favor... -seguía con esa sonrisa en su rostro, no podía parar de llorar.
-No me iré, mírame, Tae, por favor mírame, te lo suplico...
-Es gracioso, anteriormente me habías dicho que te mirara en circunstancias parecidas -levantó sus manos y las puso sobre las mías alejándolas de su rostro, luego sus manos las puso en su cara manchándose de sangre, tomé la toalla y limpie su rostro.
-Yo de verdad me odio por hacerte esto, lo lamento tan...
-¿Lo lamentas? -Borró su sonrisa y abrió los ojos para verme- ¿Qué lamentas? Estoy bien, amigo, ahora -intentó ponerse de pie, recargó su codo en el lava manos y detrás de él, cayó un frasco de pastillas, yo lo tomé dándome cuenta que estaba vacío- me daré un baño así que salt... -no lo dejé terminar, lo agarré en brazos y lo llevé sobre mi hombro, él se resistía pero no lo escuché -¡suéltame!
-¡Jin! -Grité, desde la cocina, Jin asomó la cabeza viéndonos- ¡Llévanos rápido al hospital!
-¡No, no iré a ningún lado! -Tae pataleó de nuevo.
-No te dejaré hacer esto, ¡no me importa si tengo que llevarte arrastrando! ¡Jin, muévete! -Caminé a la puerta directo a la camioneta, Jin abrió la puerta exaltado, Tae ya no se movía.
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No puedo cambiar los guiones, lo siento :(
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