-"La vida sin amistad es como un desierto" - releía Bella una y otra vez el primer verso del poema que la profesora Gutierrez les había mandado a analizar - De acuerdo, debo reconocer los recursos literarios... Fácil, una metáfora.

La profesora Gutierrez era una de sus profesoras favoritas, pero debía admitir que más de una vez llegó a odiarla a causa de estos poemas.
La poesía es un arma de doble filo: puede ayudarte a desahogar tus penas, o puede hundirlas aún más. Lo segundo se veía reflejado en Bella. Por alguna extraña razón, los versos por separado la enloquecían, es más, solía tener un cuaderno titulado "Las frases de Bella", pero al agruparlos en estrofas, le provocaban cierto rechazo. Quizás se debía a que era una chica muy desestructurada, y la poesía, suele centrarse en la estructura.

En la escuela se había pautado para el segundo año de secundaria, el cual ella cursaba, un cuaderno con distintos poemas a evaluar. Si bien todos en la clase se veían felices, debido a que "ninguna interpretacion de una poesía puede estar mal", Bella demostraba lo contrario. La mayoría de los poemas trataban sobre la amistad, el amor y los problemas. Tres puntos que le dolían en lo más profundo de su corazón.

-Tranquila Bella, solo es un estúpido poema - intentaba reconfortarse - otro más de cientos - se rendía.

Decidió tomarse un descanso y recostarse en su cama. ¿Por qué no lograba comprender a aquellos poetas?  ¿O a caso ellos no la comprendían a ella?. Las lágrimas amenazaban con salir, pero eso no tendría que ocurrir... Ella era fuerte, no debía llorar.

-Sigamos - suspiró - "El hecho de que dos personas puedan conocerse y entablar una amistad es mágico". - dejó caer su lápiz al suelo - ¡No, no! ¡Esto está mal! ¿Qué nadie piensa en mí? Las personas que no tenemos amigos, ¿A caso no existimos? Sí, mi vida es un desierto, no tengo amigos. Pero cuando los tuve también era un desierto.

Cerró la puerta de un golpe y corrió a la cocina, donde se encontraba su mamá.

-¡Dejen de vendernos falacias! Estúpidos poetas - masculló - ¡No... me retracto! Estúpidos lectores.

-¿Qué te pasa hija? ¿Otra vez esos poemas?

-No los soporto. ¿Se supone qué debo sentirme mal por no tener amigos? ¿Por ser diferente? ¿Por buscar algo más con amigas que charlas sobre chicos y maquillaje? ¿Qué tiene de malo ser mi propia amiga?.

-Tranquila hija, ya vas a conseguir un amigo, no te preocupes. A veces es mejor estar sola que mal acompañada - la envolvió en un cálido abrazo del cual Bella se separó desconcertada.

-¿A veces? Tú no entiendes. Seré mi propia mejor amiga, estaré tan contenta conmigo misma que no necesitaré nunca a nadie más - dio otro portazo y corrió a su habitación, esta vez sin retener las lágrimas.

Sus padres eran muy amorosos, y excelentes profesionales, ambos cirujanos; Por lo que económicamente se encontraban muy bien. Eran un matrimonio muy unido y caracterizado por hacer amistades fácilmente, entre ellas y probablemente la más importante: Los Woodfenz, la pareja vecina. Vivían justo en frente de la casa y solían juntarse a cenar todos los domingos. De haber tenido hijos hubiesen sido muy amigos de Bella.

-Ya lo verá... - agregó antes de cerrar sus ojos.