Capítulo 17
— Regi, ¿Soy una mala persona?
— No, cariño – me mira rápidamente antes de volver la vista a la carretera – ¿Por qué dices eso?
— Porque no me importa herir los sentimientos de Elliot, pero los de Christian... Mierda, estaba tan estresado.
Regina hace una mueca con su boca, luego me mira con preocupación.
— No entiendo por qué piensas eso justo ahora, estabas tan contenta por ver a Christian.
— Si, lo estaba. Pero verlo discutir con su amigo, tan ansioso y tan confundido, me hizo sentir que algo no estaba bien... Para nosotros.
— Habla con él, solo búscalo – me señala con su dedo – Jamás te había visto tan feliz y sé que es por él.
— Lo haré, lo prometo. Gracias por dejarme quedar contigo.
— Cuando quieras.
Regina sonríe y la sigo hasta su edificio, dónde comparte con su hermana. Me acomodo en su sofá con una cobija para dormir un poco, pero no logro descansar.
Ojos grises me siguen por mis sueños, no recuerdo qué soñé, pero sé que él estaba ahí.
Cuando despierto mi cabeza está más clara que antes. Regina camina por la cocina del departamento con una taza de café y trae una para mí.
— Te ves mejor.
— Me siento mejor, gracias Regi.
— Toma el café, ve a casa y busca a tu chico.
— Lo haré.
Decido hacer el regreso a casa caminando, después de todo no estoy tan lejos y eso me servirá para despejarme. Me sorprende ver a tantas personas en Piket Market a esta hora de la mañana, así que voy entre la gente sin detenerme.
Hasta que me llama. Mierda, conozco esa voz.
— ¡Ana! ¡Ana!
— ¿Qué quieres, Elliot? – le gruño. Ha acabado completamente con mi paciencia.
— ¡Qué genio! ¿No dormiste bien?
— ¿Que quieres? – me detengo para enfrentarlo.
— Ayer te fuiste del bar, no pudimos hablar.
— ¿De qué querías hablar?
— De nosotros – me río.
— ¿Cuál "nosotros"?
— Ana, tú y yo la pasamos muy bien, creí que nos entendíamos.
— También te entendiste muy bien con mis amigas.
— ¿Estás celosa?
— No, Elliot, no estoy celosa. Estoy molesta por tu actitud.
— ¿Es por lo que dije al principio? ¿Estás molesta porque dije que solo era sexo?
— ¡No! ¡Por Dios! ¿No escuchas? ¡No me interesas!
Mierda. Estoy tan enojada que no soy capaz de medir mis palabras, pero si está es mi oportunidad de poner las cartas sobre la mesa, que así sea. Aquí, en la acera de Piket Market.
— Yo creí que...
— ¿Qué, Elliot? ¿Tú creíste, qué? Escucha, ya no tengo más amigas para que te distraigan, así que escucha bien de una vez por todas.
— ¿Qué? – Elliot sonríe, pero no es una sonrisa divertida. Está furioso, lo veo en sus ojos.
— Tuvimos algo, si. Normalmente no me arrepiento de lo que hago, pero Dios, tu eres imposible. Entiéndelo por favor, no va a volver a pasar.
— ¿Por qué? – me mira con el ceño fruncido.
— Christian.
— ¿Te ves con mi mejor amigo a mis espaldas?
— ¡Tú y yo no somos nada! – le grito – Te escuché ayer en el bar, escuché su pequeña conversación ¿y sabes qué? Esta es mi desición, elijo a Christian, siempre. No hay forma posible en que yo vuelva a estar contigo porque estoy enamorada de él.
Mierda.
¿Qué?
Elliot arquea las cejas visiblemente sorprendido. No se lo esperaba y creo que yo tampoco, pero lo sé. Quiero a Christian, quiero estar con él. Solo con él.
Él abre la boca, pero nada sale así que vuelve a cerrarla. Ahora, Ana. Termínalo ahora.
— Ahora tú decide, ¿Quieres perder a tu mejor amigo por una chica que no te quiere? Porque yo no voy a renunciar a él.
Elliot sigue inmóvil frente a mi, y como no quiero perder más tiempo me alejo de él. Camino hasta mi departamento, afortunadamente él no vuelve a seguirme.
Tomo una ducha rápida, me cambio y voy a la cama por mi móvil para enviarle un mensaje a mi chico. Ahora soy yo quien tiene que disculparse por irse sin despedirme... Y por el pequeño asunto de escuchar conversaciones ajenas.
* "El amor es una maravillosa flor, pero es necesario tener el valor de ir a buscarla al borde de un horrible precipicio. —Stendhal" *
Le envío una cita de un libro que leí en la universidad, siguiendo con su juego. No espero respuesta, así que envió el siguiente mensaje.
*¿Puedo verte?*
*¿Por qué siento que ya viví esto? 🤔*
Su mensaje me hace reír.
*Voy a disculpame, lo prometo, ¿Necesito enviarte la canción de Bieber para que aceptes?*
*No, que te disculpes es suficiente. Te veo en el café Portland*
¡Bien! Busco mi abrigo en el clóset para caminar hasta el café con una cosa clara en mi mente. Esto no se trata de si Christian es bueno para mí.
La verdadera pregunta es si yo soy suficientemente buena para él. Porque, ¿qué clase de amor egoista te hace elegir entre tu mejor amigo y ella?
Esto no está bien y yo no debería ponerlo en esta situación. Tal vez no soy la persona correcta, aunque duela.
Cuando llego a la cafetería, Christian ya está ahí sentando en la mesa del fondo. Sus dedos golpean ansiosos la mesa, hasta que se da cuenta que lo observo.
— Hola.
— Hola, ya pedí capuchinos, espero que no te moleste.
— Está bien, gracias – Me siento frente a él, sus ojos grises fijos en mi.
— Discúlpate.
— ¿Ya? Esperaba que fuera algo más espontáneo – me río.
— No. Hazlo ahora así puedo besarte.
— Mierda. Bien, lo siento por irme del bar sin decirte pero tengo una gran razón, aunque me disculparé por eso también.
Christian frunce el ceño, de nuevo no lleva sus gafas y puedo ver sus preciosos ojos con claridad.
— Escuché la conversación que tuviste con Elliot afuera del bar – Él aún me mira fijamente, así que continuo – Los escuché discutir y casi terminar su amistad por mi.
— Elliot es... – niega con la cabeza y suspira.
— Habla con él, traten de arreglar las cosas. Son muchos años de amistad, Christian, no creo que Elliot quiera perderte.
— ¿Y entonces te pierdo a ti?
— ¿Qué? – balbuceo – No tonto, tú me tienes. Yo no voy a renunciar a ti, pero quiero que pienses bien las cosas, no me sentiría bien sabiendo que te distanciaste de tu mejor amigo. No es así como quiero iniciar nuestra relación.
Mierda. De nuevo me adelanté a lo que yo deseo, sin esperar a escuchar lo que Christian quiere. Él arquea ambas cejas, luego sonríe.
— ¿Vas a esperarme? A que solucione la situación con Elliot.
— Siempre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro