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A Avenir no le sorprende la noticia que le acaba de dar su pequeño borreguito lila, en cambio planea dejarle muy en claro a su esposo e hijo mayor que si no dejan de atormentar a Mu o la van a pasar muy mal.
Le sorprende que ese par consideren al menor como un niño con nulo sentido común, como alguien completamente dependiente al criterio de otros. Hasta donde sabe ha criado bien a una persona que es capaz de entender lo bueno y malo, incluso lo ambiguo.
Se siente confiado al soltarle las riendas a Mu, de lo contrario, como va a crecer y madurar, si siempre hay alguien detrás cuidándolo y evitando que cometas sus propios errores.
Sonríe al ver el adorable sonrojo de su niño, es inevitable sentir algo de tristeza el darse cuenta que sus bebes ya crecieron, Shion es un joven adulto y Mu ya tiene su primer novio, el cual sabe que no es un mal chico, conoce desde hace años a Shaka y su familia, confía en el rubio menor. En cuanto a Hakurei y Shion los va a mandar a internar o detener en caso de hacer algo estúpidamente ridículo, es increíble que los considera un par de hombres inteligentes y en cuestión de minutos mandan sus neuronas de paseo.
- Mu – el menor juega con sus dedos evitando la mirada del mayor. Avenir toma de la mano al menor y le sonríe para que calme los nervios un poco. - ¿Cuánto tiempo tienen de novios? – Mu volvió a desviar la mirada, mordiéndose el labio inferior.
- El domingo cumplimos una semana. – Avenir está sorprendido, pero por el poco periodo de tiempo que tienen juntos, en su opinión, Shaka es lento. Por un momento pensó que su noviazgo cuenta con un mayor lapso, ambos viviendo a lo romeo y julieta por culpa de su esposo e hijo mayor.
- Mu, acepto su relación y no te preocupes por Hakurei y Shion hablare con ellos para que no te atormenten. – a Mu se le iluminaron los ojos y por impulso se levantó de la silla para abrazar a su padre, quien correspondió al gesto. Recapacitando lo de Shaka, lo hará sufrir un poco, aun no supera lo de la semana pasada.
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Por mas que Avenir intento que la conversación de Shaka y Mu con su esposo e hijo mayor para comunicarles que son novios se llevara a cabo de manera relativamente normal, no fue así, apenas se descuidó, Hakurei y Shion se llevaron al rubio a un lugar donde lo interrogaron dejándolo semi catatónico por los nervios. El problema en el que se metieron ese par con el padre de Shaka fue digno de la irreverencia, todas las circunstancias de esa tarde fueron absurdas.
Para la pareja durante seis semanas las cosas han sido normales, sin peleas, muy tranquilo. Ambos se apuntaron en clases de yoga junto a Asmita. Mu tiene poca flexibilidad, el rubio mayor es deseado por hombres y mujeres de la clase, y Shaka poco a poco esta descubriendo que es un poco pervertido, cosa de la cual se avergüenza.
Tuvieron la tan necesaria conversación que se resumió en Mu sentenciándolo al sufrimiento (una vez más) cuando se enteró de toda la mentira del rubio, al mayor no le quedo de otra que aceptar que le tocara sufrir por un tiempo más. Aunque todo parece empezar a quedarse en un punto de olvido.
Una cosita que en ese periodo el rubio jamás llego a imaginar fueron los celos de Mu hacia Aioria. Lo descubrió una noche en la que estuvieron viendo una película en la casa del menor. El rubio empezó ha hablar de lo agradable, carismático e infantil que puede llegar a ser el castaño, de un momento a otro se quedo hablando solo y lo siguiente que escucho fue la puerta de la habitación de Mu ser azotado, un sonido que alerto a todos en la casa y que termino en un interrogatorio de sus suegros para averiguar qué es lo que le había hecho al borreguito, cuando termino el relato el señor Avenir mantenía una postura divertida y despreocupada, en lo que Hakurei permanecía de brazos cruzados.
- Mu, es algo posesivo con lo que le gusta, y se irrita si ese algo que le gusta lo tiene otra persona, o en este caso, esa persona tiene mucha de su atención. Una de las palabras favoritas de Mu siempre fue ''Mio'' - Avenir ladeo la cabeza, curioso al observar la expresión de sorpresa en el rostro del menor. – me sorprende que no sepas que Mu es celoso y posesivo.
Shaka se sorprendió por el comentario del mayor, y empezó a meditar por qué no recuerda haber descifrado ese detalle del menor en ocasiones anteriores.
Sus conversaciones con el menor siempre han girado en torno a las cosas que les gustan, películas que vieron, libros que leyeron, lo molestos que son algunos maestros, sus otros amigos. Shaka desde un principio admitió para si mismo sentir molestia al descubrir lo cercano y cariñoso que el menor es con Aphrodite, de hecho sintió algo parecido al odio cuando este le contaba de los numerosos abrazos, beses en las mejillas y las ocasiones en las que han caminado tomados de la mano, pero nunca se imagino que Mu experimentara algo similar y lo ocultara muy bien, aun que recuerda bien el como en ocasiones el menor evadía el tema de conversación, si esta se centraba en particular en Aioria.
Esa noche Shaka salió de la casa de sus suegros sin despedirse del menor. Nunca pensó en disculparse o en consolar lo, pues considera que las inseguridades de Mu, le corresponde al el resolverlas o por lo menos hablarlas sin azotar la puerta en el proceso. Lo mejor que se le ocurre es demostrarle que no hay nada de qué preocuparse, así que lo mejor que se le ocurrió fue presentarle a Aioria y Marín. A la semana siguiente fueron a comer junto a ellos algo y terminaron caminando por el parque del centro de la ciudad. La castaña le agrado tanto a Mu que en días posteriores se la presento a sus amigos. Shaka se sintió tranquilo al observar cómo su novio dejaba de lado las inseguridades que sentía a la vez que este se avergonzaba por formar una tormenta en un vaso con agua.
Después de eso con dificultad, vergüenza y molestia hablaron de lo que les incomodaba y de sus celos. Pelearon un poco y pasaron a lo mucho 24 horas sin hablar, a la mañana siguiente Mu decidió que Shaka es suyo, que están enojados, pero que aun así es su novio, fue con ese pensamiento y el constante recuerdo de esa realidad que logro reconciliarse con el rubio.
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Seis semanas en las que Shura se la ha pasado intentando ayudar a Milo con Camus, esperando a que el rubio se decida si intentar conquistarlo, hacerse amigos o dejarlo por su paz mental.
Después de escuchar la perspectiva del rubio acerca de que lo más prudente es no insistirle más al menor y que lo mejor sea buscar formas de no caer en tendencias obsesivas compulsivas, decidió apoyarlo, pero luego, la próxima semana le apareció con pensamientos de espiarlo y seguirlo mientras se le aparece con escusas de ''hay pero que casualidad''. En esos momentos le dan ganas de internarlo en un psiquiátrico, pero desiste por los episodios de lucidez del rubio, en los cuales simplemente le menciona que lo mejor es ser amigos por el hecho de que son cuñados.
Es un círculo que se ha repetido durante cinco semanas y en su disposición por ayudarlo, ha reunido al grupo entero de amigos de Mu y propios en salidas. Desde que se conocen todos han tenido un total de cuatro salidas.
Reuniones en las cuales la actitud del de cabellos rojos se ha vuelto positiva (por así decirlo) pues durante las primeras se mostraba reacio a quedar cerca de Milo y en las ultimas la cercanía del rubio no le molesta, para esos momentos lo único que quiere hacer es sentarlos en una sala juntos, amarrarlos, abofetearlos mientras les grita unas cuantas verdades, nadie es perfecto, pero ese par son una montaña rusa dispuestos a la calamidad.
Hace unos minutos salió de la casa de Milo, le toco acompañarlo en una de sus crisis de indecisión y durante las últimas cinco semanas ha llegado a la conclusión de que el universo lo está poniendo a prueba. No se considera una persona paciente y tomo la mala decisión de ayudar al rubio, hay momentos en las cuales se arrepiente, pero dejar a Milo solo no le da buena espina.
Por estar centrado en sus pensamientos giro en una calle la cual no conoce, pero si algo hiso que no retrocediera fue toparse con otro de sus dolores de cabeza actual.
A unas casas de distancia observa como Aphrodite acomoda unas masetas con flores, nota en la acera de la calle un cartel con la palabra floristería. Muerde su labio inferior debatiéndose si debería saludarlo. La vocecita de la razón en su cabeza le dice que se aleje de los problemas, sin embargo, su cuerpo obedece a los deseos.
Durante todas sus salidas se ha visto encantado con la personalidad y carisma del menor, se siente como un vil traidor a su pareja, pero ha notado como este tiene un comportamiento positivo hacia Aphrodite también.
Shuar se ha percatado de la forma en la que ambos reacción de manera positiva al de cabellos celestes, pero descarta esos pensamientos al contemplar la posibilidad de ser su mente jugando con su percepción de una forma egoísta, considerando si puede tener a los dos al mismo tiempo. ¿eso es posible? En ocasiones fantasea con la posibilidad de estar los tres juntos, no sabe cómo puede funcionar una relación de tres y menos si ellos quieren algo así, además, que le garantiza que Aphrodite siente algo por él y su pareja. Ángelo lo va a matar si se da cuenta que anda pensando esa clase de cosa.
Arrepintiéndose internamente se detiene a unos metros de Aphrodite y este levanta la vista y sonreí al verlo.
- Hola ¿Qué te trae por aquí?
- Me equivoque de calle. – minutos de silencio ambos se sienten nerviosos por la cercanía del otro. – ¿te ayudo?
- No es necesario.
- Insisto.
Empezó acomodar las masetas junto al menor, recriminándose por estar ahí y no haber escapado de los problemas.
Aphrodite se siente algo incomodo por la cercanía del mayor, él y su pareja le gustan, lo tortura el hecho de no poder ser algo para alguno de ellos.
- Gracias por la ayuda. – después de unos 20 minutos terminaron de acomodar las masetas y entraron a la tienda. El azabache quedo sorprendido por la cantidad de rosas en el interior del local, son hermosas y su aroma embriagante.
- ¿Cuánto cuestan las rosas?
- Te puedo regalar una por la ayuda.
- Gracias.
- De nada. ¿Es para Ángelo?
- No. Es para mi madre. Ángelo no es muy fanático de las flores, le gustan, pero prefiere otras cosas.
- Ah...
- Algún día vendré a comprar un ramo para mi madre. Su cumpleaños se acerca.
- Te daré un buen descuento.
- Te lo agradezco. – giro su vista para ver en su totalidad todas las especies de flores en el local y le pareció curioso ver ahí solo a Aphrodite. – ¿trabajas solo aquí?
- No. La floristería es propiedad de mi padre y mi tío. Hoy les llego un pedido al invernadero por lo que no pudieron venir, y Albafica tiene un trabajo de fin de curso, así que me toco quedarme solito y abandonado, yo solo ayudo en caso de ser necesario, prefiero pasar más tiempo en el invernadero. Espera. – el menor salió del lugar, dejándolo con la palabra en la boca, apareció a los diez minutos con una bandeja y dos tazas sobre ella.
- Siento que me estoy aprovechando. – menciono cuando el menor le dio una taza con te.
- Tu solo di gracia. Te estoy reteniendo, pues ya te dije me encuentro solito, abandonado y aburrido. Camus esta con su padre en el trabajo y Mu con Shaka.
- Y yo soy tu último recurso.
- Algo así. Eres mi recurso sorpresa. Y si tienes tiempo ¿puedes hacerme compañía? – ambos sonrieron y pasaron el resto de la tarde conversando. Shura ayudo al menor con sus clientes, se divirtió aprendiendo hacer arreglos florales y ramos de flores. Fueron horas amenas, pero claro, todo es risa y diversión hasta que ambos recuerdan que Shura tiene pareja, y en cierto punto las intenciones con las cuales hacen algunas cosas no son buenas y es ahí donde el remordimiento aparece
El azabache se despidió del menor cuando Albafica llego al local. De camino a casa la sensación entre la felicidad y la incomodidad lo tiene intranquilo, su cabeza es un lio.
**
Durante mucho tiempo le ha dado vuelta al asunto de su interés por Camus, es momento de aclarar las cosas.
A media noche sentado sobre su cama, con la luz encendida en su cuarto, después de semanas de conversaciones con sus amigos, decidió que debe ponerle fin a su insistencia, firmar la paz con Camus y esperar que no duela tanto el fin de su amor idílico.
Triste le manda un mensaje a Camus, citándolo al día siguiente en ''campos elíseos'' rogando para que acepte.
En esos momentos desea volver a tener 10 años y poder ir a dormir con Degel, pues de hacerlo ahora con toda seguridad lo tira de la cama diciéndole ''que ya no es un niño y tiene complejo de pulpo''.
**
Camus no estaba tan seguro de querer salir con Milo, pero por más que se quiso negar, las ganas de verlo a solas lo impulso aceptar la salida con el rubio.
Entra al local, siendo recibido por el agradable aroma a café, reposterías y flores. A paso lento se dirige a la terraza del establecimiento preguntándose de que quiere hablar Milo ¿quiere que lo perdone? ¿una oportunidad para cortejarlo? ¿declarársele por cuarta vez? Para lo que sea esta más que dispuesto a decirle no.
Visualiza al rubio sentado en una mesa junto a la baranda de la terraza observando al cielo de brazos cruzados, en una zona alejada bastante privada. Camus se permite quedarse unos minutos admirando el perfil del rubio, nadie puede negar que Milo es hermoso y menos él. Elegante o casual, tanto serio como alegre, a Camus le provoca un sin número de emociones y sensaciones agradables. Sacude un poco la cabeza y se dispone a caminar hasta la mesa y sentarse enfrente del rubio.
- Buenas tardes. – la voz tranquila, grave y cordial de Milo, le gusta, pero le sorprende que el mayor se encuentre calmado y hasta cierto punto serio. Empieza a sentirse incomodo y no sabe por qué.
- Buenas tardes.
- ¿deseas algo? Yo invito. – el comportamiento de Milo lo tiene algo inquieto.
- No gracias.
- Insisto.
- No es necesario.
- Es una manera de pedirte tregua.
- ¿tregua?
- Si, hacer las paces, por lo del incidente en el cine. – Milo quedo en silencio por unos segundos, buscando las palabras para explicarle lo que desea. – buscar la forma de tratarnos como amigos, de manera tranquila frente a nuestros familiares. Estar en paz, porque somos cuñados y bueno, dejar claro que no te intereso como pareja y no seguiré insistiendo, y pues, si aceptas mi invitación, será como iniciar de cero, cuñado. – extendió su mano. - Solo como simple conocidos o familiares lejanos.
Milo le acaba de decir que lo dejara en paz, algo que según el lleva esperando desde hace mucho tiempo, pero por algún motivo no se siente feliz, tiene una sensación extraña que dista mucho de ser alegría, lo atribuyo a no creérselo. Titubeante estrecho la mano del mayor.
- Bien, pediré un mocaccino. – le seguirá el juego hasta ver a donde llega, no le cree eso de dejarlo tranquilo.
- Ok.
Por una hora se quedaron en el local conversando de todo y a la vez de nada, pues aún que tuvieran temas de conversación estos no fueron de tanta relevancia. Camus esperaba que Milo hiciera o dijera algo tonto, pero eso no ocurrió y le sorprendió, le agrado, toda esa reunión lo dejo asombrado y extrañamente inconforme.
Milo consciente de la decisión que tomo cito el día anterior a Shura y Aioria a las cinco de la tarde en su casa. Los tres juntos en la casa del rubio comen helado mientras se entretienen con Scary Movie, en lo que un triste y desconsolado bichito trata de no pensar y reírse a lo estúpido, por momentos funciona y por otro es necesario de palabras de apoyo por parte de sus amigos. Durante la noche Ángelo, Shaka y Kanon también se unieron a la reunión con pizza y una botella de vino que Death robo de la casa de su tío, planea inculpar a su primo de la desaparición del vino.
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Kanon y Sorrento se han limitado durante seis semanas a salir, platicar y pasar horas pegados al celular ya sea en llamadas o mandándose mensajes.
El de cabellos azules está encantado con el menor y las cosas en común que comparten, su compañía es muy agradable para él y Sorrento no es ajeno a las emociones que experimente el mayor, pues son las propias.
Girando y girando en la sala con el trapeador en las manos simula un vals mientas escucha faceless de red, le da un espectáculo de no creer a su gemelo y hermana. La niña solo se limita a sonreír y aplaudir en lo que Saga trata de imaginar que mosca fue la que pico al menor.
- ¿Kanon? – el menor se detiene y lentamente gira su cuerpo, avergonzado. - ¿Qué demonios te pasa?
- Nada y tu no vista nada. Estás loco y ahí termina la conversación. Ahora si me permites, desaparece que tengo que limpiar la sala. – el mayor lo dejo solo con sus locuras, pues a él le toca cuidar de la niña y ya dijo la mágica palabra ''popo''
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Hay cosas como el remordimiento que no lo dejan tranquilo. Desde que conoce a Aphrodite no puede negar que le gusta, que ha fantaseado una relación con él, pero que a la vez quiere, desea y anhela la compañía de Shura y todo de él, desde sus virtudes a defectos, lo conoce bien y siente atracción hacia él, lamentablemente eso no es suficiente para alejar las sensaciones y emociones positivas hacia el de cabello celeste.
Quizás lo que haga será algo muy estúpido, pero quiere contarle sus inseguridades a su pareja y que sea este quien le diga que todo está bien, ambos están bien.
Su mente apela a una reacción positiva del azabache, ruega que lo entienda y perdone su infidelidad mental. Por negación desecha todas las posibles reacciones negativas de Shura, escudándose en el hecho de ser la persona más cercana a él.
Se conocen desde hace un par de años y la confianza, cercanía y conexión de ambos fue lo que lo llevo a desarrollar con el tiempo sentimientos más allá de lo fraterno por él. Shura es su amigo más cercano y novio, y cree le va a entender y lo ayudara a dejar de lado sus crisis de inseguridades.
Aprovecho el hecho de que esa tarde estará solo en casa, por primera vez en mucho tiempo agradece los veneficios de ser hijo único. En unos minutos el timbre anunciara la llegada de su pareja y aún no sabe cómo iniciar la conversación, después de todo no es fácil decirle a tu pareja que te gusta otra persona.
Cada minuto es una eternidad, cada movimiento de las manecillas del reloj le molesta despertándole las ganas de tirarlo por la ventana. ¿es una buena decisión la que tomo? Ya no le queda tiempo para considerar esa posibilidad al escuchar el sonido del timbre resonando en toda la estancia, encontrando la melodía de este irritante. Se va a tirar por la ventana.
Camina hasta la puerta y al abrirla se encuentra con el repartidor de pizza, por suerte ha ordenado en más de una ocasión por lo que la acción de pagar la hace de manera automática mientras su sistema nervioso se reinicia.
Va a matar a Manigoldo, una vez dos neuronas lograron conectar se percató de las llamadas perdidas de su primo perdidas en su celular. Que el tipo pasara a las seis por las pizzas ¿Qué necesidad, no pudo enviarlas a su casa? La cabeza del mayor es un misterio para él.
Mientras discute por teléfono el timbre vuelve a sonar, abre la puerta y continua con su retahíla de insultos a su primo. Todo bien hasta que corta la llamada y observa al azabache observándolo detenidamente con la ceja alzada.
Mirándolo por varios minutos no puede evitar quedarse admirando su belleza, su pareja es hermoso, una persona seria y agradable, no puede llamar amor a lo que siente por Aphrodite, pues no lo conoce como a Shura, del cual, si puede decir y describir, que ama dé el y por qué lo ama. Aun así, le inquieta la atracción hacia el menor y si se permitiera conocerlo esta casi seguro que también lo amara.
El azabache y el de cabellos celestes distan de ser parecidos, pero ambos lo atraen, ambos le gustan, aun así, no quiere perder a uno por otro, sobre todo a Shura.
- ¿Veremos una película o saldremos? – va a entrar en crisis de desesperación.
- Hablaremos. – logro decir a duras penas.
- ¿De qué? – el comportamiento de Ángelo le intriga, su postura, tono de voz, ¿Qué hiso o que hará?
- Aphrodite. – apenas fue un susurro que Shura entendió y se tensó, preguntándose si Ángelo sabía o había notado algo de su comportamiento hacia el menor.
- ¿qué sucede con él?
- Pues. – el nerviosismo de su pareja junto a una expresión en su rostro que no había visto antes lo desconcierta, no pasa por alto que todo el tiempo ha visto hacia el suelo o le huye a su mirada.
El ambiente se siente extraño, tenso, lleno de incomodidad, vacío, el silencio inquietante le hela la sangre y el comportamiento del de cabellos azules empeora a cada minuto. Shura nota como este trata de hablar, pero no logra nada o se detiene en el intento.
¿Qué le incomoda? ¿Qué está pasando?
Es durante esos minutos en los que su mente pasa los recuerdos de los momentos en los que ha notado la cercanía de su pareja con el menor, llegando a la conclusión que quizás sea eso, Ángelo se siente atraído por Aphrodite y su lado pesimista le da la intuición de hasta aquí llego su noviazgo.
- ¿Lo quieres? – logro articular con dificultad y temor, notando el sobresalto del de cabellos azules mientras se tensa.
- Si. – junto a un asentimiento de cabeza, se empieza a cuestionar si fue buena idea hablar.
- Se acabo todo. – quiere llorar, correr. Se pone de pie y solo desea irse de esa casa.
- ¡no! ¡espera! – se apresura a cerrarle el paso a Shura y tratar de explicarle todo al azabache. – no es como crees, me gusta, pero te amo, no quiero que termine lo nuestro. – las palabras le salen en una retahíla que Shura apenas entiende. – no lo niego es hermoso, pero tú también lo eres. No ha pasado nada entre él y yo, solo conversaciones y nada más, solo... yo... solo... quería contarte mis inseguridades como amigo. – coge aire agitado, con claro terror en el rostro, al contemplar la idea de que Shura lo mande al carajo. Le inquieta la mirada inexpresiva del azabache y lo que menos se espera es un abrazo.
- Sería muy hipócrita de mi parte victimizarme en estos momentos cuando yo he sentido lo que tú por él. – se separa del abraza y nota el rostro perplejo de su pareja. – no soy inocente y si quieres continuar con lo nuestro por mi está bien y si no, lo entiendo. – la incomodidad del ambiente le impulsa a darle un beso en la mejilla y salir de la casa.
Ángelo permanece en el mismo lugar por minutos procesando lo que le dijo el azabache. Ambos han estado sintiendo lo mismo, por la misma persona y lo que hace que ría como maniaco y perturbe el silencio de la casa es el hecho de no saber si debería estar enojado o feliz.
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