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Chapter 4

Este Fanfic Tienen lemon, tengo algo de miedo por el hecho que no se si puedo de verdad escribir esto. Según me dicen no hay ningún problema, pero sigo con la duba en la mente. Como sea. 


Los ojos del Ex-Silver Saint se abren con cuidado, buscando todo lo que fuera real, reconociendo su cuarto con rapidez, con esfuerzo se intenta levantar apoyándose en sus manos para incorporarse, sintiendo rápidamente el dolor de sus heridas, viendo las vendas llenas de grande rodeando todo su torso y parte de sus brazos.

- Despertó - Escucho la voz de su casi hermano volteándose a donde este se encontrada, encontrándose con 5 Gold Saint en su cuarto.

- Amigo ¿estás bien? Nodue te ataco cuando estadas desprevenido y luego desapareció - Dice el Chino (Shoran)

- ¿Enserio? No recuerdo. - Espeto con sarcasmo.

- Estuviste inconsciente 4 horas, ya son las 2 de la tarde - Dice Flora.

- Laila estuvo preocupada - Dice el Rubio con una sonrisa pícara hacia su compañero en cama.

- ¿Donde está ella? ¿Qué paso? ¿Que dijeron? - Todos no pueden evitar reír el verlo así de preocupado, al punto que de no ser por sus heridas se hubiera levantado de la cama.

- Iré a llamarla - Anuncia Helena de Aries saliendo del cuarto sonriendo cómplice.

- Te lo tenías bien escondido gatito - Como si el hermano mayor sobre protector que disfruta molestarla a su hermano se tratara; Linux se lanza y rodea con su brazo a Nicolás - Así que ¿2 años en una relación sentimental con Athena? ¿Encontrados a medio vestir entre besos? Si Ikki te viera estoy seguro que lo matas de un susto al ver que casi te castigan por jugar al muy macho.

La cara de Nicolás estada roja de la vergüenza - ¡¿Y tu como sabes?!

- El patriarca nos dijo todo. Muy anti-social tu, pero muy guardado te tenias a la señorita de novia. - Se une Flora. - Nunca me lo espere viniendo de ti, no te imagino como ella ha dicho.

- No te molestes, debo decir que tienes suerte, la señorita Laila es bonita - Elogia Shoran. - Digo no cualquiera tiene el privilegio de ser la primera vez de una diosa bajo voto de castidad.

- ¡Dejen de meterse en mi vida privada! - Grita exasperado, apartando al toro de su lado y incorporándose fuera de la cama - Primero; solo no tenía camisa. Segundo; No llegamos a nada. Tercero; aun no somos nada, debido al tema de diosa virgen. - Se cruza de brazos molesto con una expresión negativa en el rostro.

- Eso era antes.

- ¿A qué te refieres Flora?

- Mejor que ella te lo diga - Responde Shoran.

- Helena no debe tardar - Dice Argaios, bastante desconfiando, sin terminar de aceptar la situación. - Por cierto hermano, luego hablaremos tu y yo sobre esto solos. Con su permiso - Y se retira.

- Te tocara algo difícil con él, siente que estas faltando el respeto a tu cargo. - Le informo Linux a su compañero, haciendo que la vista de este se pierda por donde se fue su hermano.

- Por cierto. ¿Recuerdas algo antes de que Nodue te atacara?

- Pues recuerdo que dijo que era su renuncia. - Responde la pregunta de su amigo.

- ¿Su renuncia? Eso es raro. Llegue a ser un poco cercana a él y nunca tuvo planes de dejar su puesto, estada orgulloso de su Excálibur y titulo como espadachín perfecto al esforzarse al límite como varios de sus antecesores.- Expresa la belleza de ojos azules.

- Hablare con los demás y veré que puedo averiguar - Se ofrece el rubio en lo que unos pequeños golpes en la puerta llamaron la atención de los 4

- Permiso. ¿Me dejan un momento solo con mi novio? - La cara de Nicolás era un Poema en ese momento mientras sus compañeros no hicieron más que reír y obedecer a la diosa, dejando a los tórtolos solos.

- ¿Novio? ... ¿Qué paso cuando no estuve? - Sonríe en un gesto un poco adorable para la chica, Laila ríe sutilmente acercándose a paso lento mirándolo con dulzura para abrazarlo. Las manos del Ex-Santo de Orión la acarician con cuidado acercándolo con cariño. - ¿Ya nadie nos interrumpirá verdad? - Dice sarcásticamente.

- No descuida. Afrodita vino esta mañana y me ayudo, hablo con el patriarca y dejo tener mi relación contigo, junto a un poco de libertad de mi juventud, tanto para mí como para ti, y los demás.

- ¿Que tanto tuvo que decir ella para eso?

- Mejor ni te lo digo. - Le guiña un ojo asiendo sonreír al chico. - Solo está el hecho que como diosa, muchos siguen sin aceptarlo. -

- De eso no pensar ahora. - Nico agarro su mentol con cuidado para besarla con pasión por unos escasos minutos, sutilmente paso sus manos por sus brazos en una caricia para besar sus manos.

- Te amo.

- Yo a ti.

Pegaron sus labios sutilmente, donde ni se vieron cuenta de lo que pasada a su alrededor, o la lluvia que caía desde una hora.

- Déjame ayudarte, puedo curar tus heridas. - Ella se separa informando de eso al joven, pasando sus manos por su pecho.

Este asiente y se voltea para quedarse acostado en la cama, boca abajo. Cuando sintió un tacto de 2 manos agradables en su espalda donde las heridas provocas por cortes empezaron a sanar con rapidez, obra del cosmos de la chica.

No fue un proceso lento, no tardaron mucho hasta que el chico se levanto y menos en que empezara a quitarse las vendas, donde podía ver que toda herida desapareció.

- Lai, ¿Te quedas un rato conmigo? Los 2 solos. Aparte con esta lluvia no creo que puedas volver. - Ofrece Nicolás.

- Claro, pero después deberíamos buscar que comas algo, has de estar débil después de ese ataque. - El leo Saint asiente y la sostiene de la mano y la acerca para acostarse y acomodarla a ella junto a él, tratando de enredar un poco sus piernas, pasando una mano por su cintura y dejando el otro brazo para ser su almohada, dejando su cabeza pegada entre su pecho y hombro.

- ¿Qué haces?

- Está lloviendo y entrando frío, busco asegurar que si te va frío te haré entrar en calor ... ¡No de ese modo!

(N/A: Nicolás heredo la técnica mas poderosa de su Tio Shun :v jajajajaja. Esto lo iba a hacer tarde que temprano :v)

- Jaja, descuida, entiendo. - Ambos se abrazaron buscando quedarse dormidos uno junto al otro, fue una experiencia totalmente agradable para los 2, verse tanto el dormir como despertar. Laila llego a preguntarse porque el capricornio había atacado así de improvisto a su pareja, no quería arruinar el ambiente que tenían ya que por fin después de 2 años donde se confesaron ponían estar juntos sin sentir miedo a algún peligro para el otro, lo olvido de momento, total ya antes con los demás no hallaron respuestas.

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Pasaron los días, y una semana después de ese evento, Arquinse de Arion, amante y generar de Afrodita, un hombre alto y de buen físico, de cabello rubio pálido, ojos azules, y muy atractivo, portando una galante armadura azul y blanca.

Fue a hablar con el patriarca para una invitación de parte de la diosa para una celebración en sus templos, para celebrar el triunfo de los ellos sobre su antiguo amante.

Un poco confundidos aceptaron. La relación de Nicolás y Laila empezó bien esos días, cada uno seguía con sus obligaciones después de terminar la guerra y al terminar se daban en tiempo de pasar un rato juntos, ya tranquilos de que nada pasaría, incluso estaban junto a sus compañeros.

Al llegar la noche los 11 dorados y patriarca que estaban en ese momento, (menos Hiero que no quiso y se quedó orando) todos con sus armaduras puestas, y la diosa, llegaron a la invitación, mirando todo lo hermosamente decorado que estada, junto las ninfas de la diosa vigilando y terminando de arreglar ciertos detalles.

- Que lindo esta todo - Elogia Flora viendo lo bonito del ambiente, con flores y cristales brillando alrededor.

- Olvidaré de eso, mira esas ninfas - El vampiro se lame los labios queriendo clavarles los dientes a su sangre, creyendo que se refería a otra cosa fue seguido por Géminis.

- Gracias por venir - Se presenta la diosa cerca de ellos, invitándolos a pasar. - ¿Y Virgo? - Cuestiona al no ver cerca.

- No quiso venir. Le gusta privarse de las relaciones humanas. - Se quedo analizando sus decisiones y a los dioses que servía, buscando el pecado de su alma y purificarse.

- En se lo pierde. Espero no les moleste pero también invite a Sorrento y Hideo.

- Descuide está bien.

Paso en rato, donde todos reían y disfrutaban de su compañía. La diosa Afrodita mirada a todos detallando cada acción, notando ciertas cosas. Principalmente por el tipo de confianza (y algo mas) que se mostraban el acuario y la escorpión, luego su vista paso a Argaios conversando sutilmente con Tenedra, mientras esta disimuladamente pasada su vista a su hermano, que estará pretendiendo a una de las ninfas de Afrodita, los demás estaban conversando en grupos. La diosa sonríe de lado, bueno lo que le importada en este momento: Laila.

- ¿Llamo? - Dice la rubia frente a la diosa al estar de frente respondiendo al llamado de esta.

- Ten - Le entrega un pequeño frasco con un líquido morado, lo cual Laila no sabía cómo interpretar. - Les arregle un cuarto para los 2 así pueden estar tranquilos un rato conociéndose mientras los demás conversar. - Dijo en tono sugerente que dejó la chica sonrojada.

- Espera, ¿Me estas insinuando...?

- Claro, pienso que es el mejor momento donde nadie los interrumpirá, en la botella hay un brebaje hecho entre Diosiono y yo, no sentirás ningún tipo de dolor en tu primera vez, y de paso no hay riesgo de embarazo.

Laila no sabía cómo reaccionar o si aceptar. Pensada que era un poco rápido, pero ¿y si aceptada? Sus ojos miraron a su novio que estada parado recargado en las paredes junto a sus compañeros, esperándola.

- No lo sé, me va miedo el resultado, o que nos estemos apurando.

- Cariño no pasara nada malo. Solo se conocerán de un mejor modo, disfrutando el hermoso de calor de sus pieles encontrándose para amarse. - La expresión de la peli-plata mostrada que hablada por experiencia, Laila estada asustada, apenas empezaron y ya era mucho - Dime una cosa ¿ustedes se quieren verdad? Sé que fue tu más gran amigo y compañero, la persona a la que más le tienes confianza. No creo que sea tan hijo de su madre como para hacerte algo malo. - Vuelve a hablar al ver la expresión de la chica, buscando calmarla.

- Si lo es, pero...

- Entiendo. Estas asustada, primero tenías la idea que morirías sin la oportunidad de amar y luego tienes tu oportunidad. No debes temer nada, ya que estarás entre los brazos del chico que amas.

- Gracias — La diosa dijo lo correcto para tranquilizarla, sonriendo — Creo que aceptaré - Habló después de meditar mucho - Por cierto. Gracias por ayudarme, ¿cómo supiste que esto pasada?

- Es bien sabido que Athena y yo no nos llevamos muy bien y hemos tenido muchos percances a lo largo de los siglos, pero te consideró una chica agradable que no me merece tanto presión sobre sus hombros a tan corta edad, por eso una de tus doncellas es espía mía. - Le guiña el ojo - Ya todo acabo, disfruta.

Laila iba a decir algo tras esa revelación pero fue interrumpida, una de las ninfas la guió junto al hijo de Ikki, se tomo el contenido que le Afrodita como señal de su decisión.

Afrodita los mira con una sonrisa en los labios mientras se iban, su mirada pasa al resto de invitados - Prepara unos cuarto por si acaso, distinto la tensión sexual con facilidad, siento esto se liberara tarde o temprano. Y avisarle Arquinse que en unas horas soy suya. - Dijo casualmente a unas de sus doncellas al ver a los Saint convivir entre si, como bien dijo la diosa distinguía el deseo, el amor y la atracción entre las personas con solo verlas, y aquí había mucho.

— ¿Que le dijiste y a donde van ellos? — El patriarca se acerca a la diosa mirando interrogante.

— Relajante un poco, déjalos disfrutar de su juventud, no pasara nada malo, ve y disfruta, mis doncellas te pueden regalar un buen rato — Le guiña un ojo al patriarca dejándolo un poco indignado, antes de retirarse y dejarla sola. Los ojos de Shiryu fueron a los demás Gold, le recordaban tanto a su juventud con los demás.

— ¿Patriarca en que piensa? — Shiryu presta atención a su predecesor antes de negar con la cabeza.

— En nada.

- ¿Esta seguro? Lo veo incomodo.

- Si. Estoy seguro.

— Como usted diga — Sin decir más se dirige con sus compañeros, mirando por unos escasos segundos a géminis y luego Piscis, captando por unos segundos la atención del primero, volteando para dirigirse con la segunda que estada hablando junto a Hideo muy animadamente.

El Saint de Leo mirada los pasillo por donde su novia lo guía, entre la confusión y la duda de ha donde lo llevada y porque. Solo la había visto hablando con Afrodita para luego guiarlo por el templo a no sabía dónde, tenía una pequeña idea pero no estada seguro.

- Es Aquí - Abrieron la puerta donde un hermoso cuarto decorado se mostrada, se alcanzada a ver chocolates, unas debidas, posiblemente vino, y una coma hermosa y decorada.

La cara de Nicolás lo decía todo, apenas armo en rompecabezas en su mente sus ojos se abrieron a más no poder, toda la sangre se le fue a cara, y su corazón se detuvo, como si todo a su alrededor se detuviera y acabará de explotar. Nunca olvidaría esas veces que Linux le mostró pornográfica como para no entender que pasada, o bueno, que estaba por pasar.

- Laila... Nosotros vamos... A - Sus palabras se perdían en lo que quería decir. La chica lo abraza por la espalda enredar sus manos en el pecho de la armadura.

- ¿Te gustaría? De Afrodita fue la idea, y la verdad no me molestaría en este preciso momento, tú y yo... Bueno.

- Claro que me encantaría, pero no pensé que fuera tan rápido. - Un brillo lleno el cuarto mientras la armadura dejada su cuerpo y volvía a su medallón, se separa un poco para dejarlo junto a una mesa de noche, empezando a desvestirse. Su cuerpo era un verdadero recuerdo de un campo de guerra.

Al estar Nicolás de espalda, la rubia pasa su mano con cuidado por su espalda, donde las marcas del ataque de Capricornio sanaron, sacando escalofríos por todo su cuerpo, siendo esta sección mas fuerte cuando esta se abrazo a él, pegando sus senos a su espalda. Ya no traía el vestido, eso se notada.

En ropa interior se voltea y la mira de frente, a esos ojos que parecían brillar con inocencia, haciéndolo tragar grueso para luego abrazarla de forma posesiva, con cuidado le beso las manos para luego besarle los labios. Nicolás no sabía qué hacer o como seguir, bueno, en su mente inexperta en todo lo que relaciones con otras personas amerita, pensó que sería buena idea imitar lo que el Tauro le mostró.

Y así hizo, la cargo para acomodarla en la cama y posicionarse sobre ella, rozando sus intimidades sacando un gemido del otro, donde Nicolás le empezó a besar el cuello, al tener sus "voluminosos" senos cerca, se le cruzó el morbo de como seria tenerlo en los boca. No se iba a quedar con la duda y los empezó a besar y chupar. Podía sentir como su virilidad se urgía con fuerza. Nunca había tenido ese tipo de contacto con nadie y lo disfrutada, era mejor que la pornografía que le mostró Linus, y apenas empezaban.

Sintió como Laila le acariciada el cabello, asiendo que levante la vista y la vuelva a besar. Las manos del otro recorrieron sin vergüenza el cuerpo del otro, buscando conocer el rincón más privado de su cuerpo.

La rubia pensada que en este momento Athena estaba decepcionada de ella, u otra cosa. Sucumbir ante ese tipo de placeres que Athena repudia, era algo que pensó que la molestaría, pero no, Athena estada feliz por ella, aun en su amorío prohibido con Pegaso nunca hubiera estado con el de ningún modo.

Los dedos de Nicolás viajaron desde su cuello, pasando por su estómago, muslos y terminando en esa cavidad que se humedecía a cada segundo. Metiendo sus con cuidado y jugando con ellos dentro de ella.

- Según se ¿Esto... te dolerá verdad...?

- Descuida, Afrodita se encargo de eso, no sentiré nada.

- Como digas. - Le sonríe, terminando de despejar sus cuerpos de su ropa para volver a pegar sus labios, mientras con cuidado Nicolás entra en su cavidad húmeda, sintiendo un obstáculo que con rapidez paso, sin saber que le acababa de quitar la virginidad. Su bien votado miembro empezó a moverse con fuerza y rapidez penetrando buscando entrar dentro, sin que sus labios se separen.

Afrodita tenía razón, no sentía nada de dolor, en su lugar solo había 2 cosas; placer, originado por el movimiento que ejercía Nicolás contra ella, mientras esta misma lo sujetada, y las pequeñas gotas de sangre que salían de su cuerpo.

Nicolás parecía un depredador devorando a su presa, estaba poseído en el placer de sus sentidos, todo murió en ese momento, solo estaban ellos 2, como dijo Afrodita, solo sentían el calor de sus pieles encontrándose para amarse. Sintiendo ese hormigueo aumentada el calor en todo su cuerpo, buscando al otro.

- Te amo. - Pronuncia el peli-azabache recobrando un poco la cordura, sus ojos eran diferentes, parecía poseído en su instinto asesino, al percatarse de eso, la diosa queda impresionada, no asustada, porque sabía que no le haría nada malo, o ya lo hubiera hecho, su rostro solo reflejada deseo, no mostrada ningún tipo de emoción negativa. - Gracias por ser la persona con la que me ofrece su amor y su confianza. Así fue desde que nos conocimos ¿Recuerdas?

- Nunca lo olvidare - Ambos se acomodan para quedar uno sentado y la otra sobre el - Siempre fuiste al que más le pude depositar mi confianza, con la que me sentía normal, aunque fueras un rebelde anti-social - Nicolás ríe ante lo dicho lo su novia. - Me alegra haber calmado esa vestía.

- Ahora tienes otra más peligrosa - Dice entre coqueto y burlón cosa que no paso desapercibido por la chica mientras este empezada a besar su cuello.

Laila empujo a Nicolás haciéndolo quedar contra la pared y la cabezera, donde sus ojos aguamarina lo miraban detallando cada parte de su cuerpo, mientras Nicolás. Ufff. Digamos que estada disfrutando de lo que debería.

Ahora ella mandada, haciendo que Nicolás suspira ronco al sentir.

- Vate media vuelta por favor - Pide él, la chica obedece, sintiendo los brazos de Nicolás alrededor suyo y sus labios cerca de su cuello y clavícula - Creo que me gusta mas así, - Aparta un mechón de su pelo para susurrar en su oreja. Busca sus labios mientras sus manos buscaban y acariciaban su cuerpo.

Un último cambio de posición y estaban uno sobre en otro al borde del clímax, sintiendo el órgano reproductor del otro más húmedo, a punto de explotar, a este punto a Nicolás le dificultada moverse por la presión que ejercía su cavidad sobre su miembro. Sus labios rojos, sus cuerpos sudados y su respiración agitada fue el escenario en ese cuarto donde ambos llegaron a sus orgasmos, separándose para recuperar un poco el aliento.

Ambos se miran ya normales otra vez, una ventaja de tener Cosmos es que su resistencia y recuperación era rápida.

- Deberíamos ir con los demás, ha pasado un bien rato y deben estar preocupados.

- Dejarlos así, quiero quedarme un rato contigo - Se levanta sujetando su mano con cuidado, Laila se incorpora para pegar gentilmente sus labios.

- Por lo que veo Afrodita nos dejo unos dulces ¿Los probamos antes de ir?

- Claro.

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Ikki: ¿Ven? ¡Ven! Mi hijo tiene los huevos de su padre, logro en cuestión de poco tiempo lo que este burro con alas nunca logro en décadas - Elogia al borde de las lágrimas viendo a su hijo desde el "nirvana" Nicolás estada ya vestido sólo con sus pantalones sentado en la cama jugando con Laila (ya vestida) y esos dulces.

Seiya: Déjame en paz gato atropellado, ya oíste a Afrodita, ella no es Athena, no se comparada a nada de lo que yo hice por Saori.

Hyoga: Nop, porque tú te hiciste el pendejo y príncipe azul mientras ella no te hacía caso, en cambio Nicolás se gano su confianza y cuando pudieron estar juntos en menos de 2 semanas ya tuvieron sexo.

Seiya: ¡Fue por Afrodita que lo hicieron!

Shun: Lo siento Seiya, pero ellos tienen razón. La verdad yo si me preocupe, me dio miedo que Shiryu sea capaz de castigarlo.

Ikki: Lo mato donde lo tenga en frente. Al menos todo salió bien. Que orgulloso estoy de mi hijo, le diré a Sofia, aparte de vengar mi muerto, mis nietos serán semi-dioses.

Seiya: No vayas tan rápido. Ella no es Athena, es una huésped. Y Nicolás apenas tiene 19 espera unos años.

Hyoga: No seas un mal perdedor Seiya. Acéptemelos, eres el único de nosotros que murió virgen, a Miho la dejaste olvidada y abandonada, a Shaina nunca le paraste bola y Saori nunca a ti.

Seiya: Eres un...

Ikki: ¿La verdad duele verdad? Nunca tuviste suerte con las mujeres, solo tuviste un alumno.

Shun: Ahora que me acuerdo, ¿No había una chica que admirada a Seiya?

Hyoga: ¿Cual?

Ikki: eso no importa, ni así Seiya la hubiera conquistado.

Seiya: Malditos.

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Espero les gustara este Fic, de momento esto es todo. En mi libro Tauromaquia, hay una continuación pero con Helena y Linux de 2 partes, pero no he terminado la segunda. Jeje. Gracias por haber llegado hasta aqui. 

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