Chapter 1
¿Recuerdan a Ares Chapter? Bueno, para resumir es un Fan-Manga hecho por un fan Brasileño donde en el año 2020 se desata una guerra santa contra Ares donde mueren todos (Saori murió por una enfermedad, los demás por la guerra) el ultimo el morir fue Ikki y el único que Sobrevivió fue Shiryu convirtiéndose el Patriarca. El protagonista es Nicolás de leo, el hijo de Ikki, y bueno, la reencarnación de Athena es un chica (Hermosa) llamada Laila, en una escena de los pocos capítulos que salieron me vieron ganas de Shipearlos al ver que se nota que se quieren y se tienen confianza, (se me hizo bonito, y tierno su interacción) me encontré una pagina en Facebook en italiano del proyecto donde había información y me recalcada en los perfiles de los 2, que de verdad se quieren mucho y son la persona en lo que mas confían, y me vieron ganas de escribir algo de ellos.
Nico y Laila en multimedia.
Esta de mas decir, la historia de Sant Seiya no me pertenece es propiedad de Masami Kurumada, y los personajes de Gold Saint Ares-Chapter es propiedad de Danillo Santanna, esto lo hago sin ánimos de lucro y por puro entretenimiento.
Use mucha información que me encontré para escribir esto.
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En la noche fría tras la pelea contra los Berserkest de Ares, el hijo del Gran Ikki de leo estada descansando herido tras su combate que libró junto a sus compañeros; Linus de Tauro y Shoran de libra, sus compañeros y amigos, a los que ha depositado su confianza después de la muerte de su padre a manos de Alcemenes, en estos 7 meses de pelea. Estada cansado, su pecho subía y bajada lentamente mostrando su respiración cansada.
A mitad de la noche la reencarnación/Huésped de Athena entrada al cuerpo de su amigo preocupada. Laila sonríe con calidez al verlo tan tranquilo y en paz, tan diferente a ese joven de altitud de rebelde y un poco arrogante, con cuidado se acerca. Si el patriarca Shiryu la viera, no quería imaginar nada de lo que le dijera. Estada consciente de su destino de diosa pero no podía evitar estar preocupada y mostrar su lado humano y inocente por la persona con la que mas estada encariña en el santuario.
Ella era la única que lo podía calmar, que lo podía ver feliz y tranquilo. El pecho y brazos de oji-azul estaban vendados, con pequeñas manchas de sangre adorando como evidencia tras su batalla. Al ver que estaba el asesino de Ikki dejo de pensar todo y se lanzo contra él, terminando herido y aun con esas heridas no le importa, estada poseído en su lado "Instinto de León Asesino" tuvieron que noquearlo antes de que muera en el intento de vengar a su padre.
La rubia mirada triste a su compañero, pasando su mano con cuidado por su pelo, bajando por su cuello hasta su pecho, cerca de su corazón donde la placa que llevada su armadura descansada.
(N/A: Si, otra cosa, en este Fan-Manga las armaduras se trasportan en unas medallas, como en Omega, la película en 3D y Nettflix, pero mejor... Según yo)
El leo suspira, aun dormido siente esa caricia cálida de parte de su diosa. Calentándole el corazón. En un acto involuntario su mano pasa sobre la de la Laila, sorprendiendo a la chica.
Tenía miedo, no sabía cómo proseguir o decir si despertada. Se veía hermoso. Era hermoso. Como paso cuando vivía en aquel pueblo en Francia, las heridas de su gran amigo y leal Saint empezaron sanar rápido. Su cosmos cálido llenada el cuarto, calmando el alma del Santo de leo por unos breves instantes. Hasta que sus ojos abrieron lentamente. Detallando con cuidado la hermosa figura que empezada a detallar frente suyo. Susurrando por un breve segundo unas palabras que llegaron desapercibidas a la joven.
— ¿Laila...? ¿Qué haces aquí? — Pregunta en su ensoñación, notando tarde que su mano sostenía la de ella. — Lo lamento — Se disculpa soltando su mano y incorporándose en la cama desviando su mirada sonrojado.
— Nada solo... Quería verte — Pasa sus dedos por su pelo avergonzada. — Estoy consciente que como Athena no puedo darme el lujo de preocuparme por alguien más que por otros, pero, después de enterarme...
— Laila — Interrumpe con cuidado clavando sus hermosos ojos zafiros detalladamente en su diosa con una sonrisa en el rostro, reflejado con la luz de luna que se colada con las ventanas, dando un toque único a su belleza juvenil — Siéntate a mi lado. No tienes que explicarme nada.
La rubia asintió lentamente. Luego de eso ambos estaban sentados sobre la cama del guardián de la quinta casa del zodiaco, recostados uno junto el otro en un silencio cómodo para los 2 donde por un momento se olvidaron de todo. Sintiéndose la diosa cómoda, permitiéndose recargarse en el hombro del hijo del Saint leyendario.
Sintiendo los 2 una calidez agradable uno junto al otro. Laila se llego a imaginar si así se sentía tener un cita con un chico que le gustada. Bueno, ambos estada en sus 17 donde por lo generar los jóvenes salían, pero para ellos no, los 2 eran los más jóvenes del Santuario pero ninguno tiene esa suerte. Ella tiene que pelear contra todo dios maligno que intente apoderarse de la tierra como su padre Zeus lo ordeno; Aunque Athena tampoco se negó, Laila aun sin ser 100% Athena estada consciente de todo, Athena amada la humanidad y ella cumpliría sus deseos de protegerla, estaban conectadas, incluso llegando a compartir sus memorias. En cambio Nicolás, era el hijo de uno de los Saint más poderosos de la historia, un honor en parte pero condenado al mismo destino de su padre por decisión del mismo Nicolás, al querer seguir sus pasos y matar al asesino de su padre, Ikki. Laila era la persona a la que más le tenía confianza, la que "Calmo a la vestía" Como decían unos. Era igual (o más) solitario que su padre, solo con 3 Santos de oro logro llevarse bien y socializar, aparte de Argaios de Sagitario que era lo más cercano a un hermano, con el resto de Saint solo desconfiada y se alejada, aun sin perdonar a los que (Según él) dejaron a su padre morir. Ella estada consciente de todo eso, incluso sintiéndose algo mal al respecto.
— ¿En qué piensas? — Pregunta Nicolás al ver a Laila acurrucada cerca de su pecho, con sus manos rodeando su brazo izquierdo, mientras este tenía el derecho apoyado en su pierna apoyada en la cama.
— En nada. Solo quiero olvidarme de todo un rato, justo aquí... A tu lado, me siento cómoda — Responde en voz bajo y dulce, provocando un pequeño sonrojo en Nicolás que la mira con cuidado.
— ¿Enserio...? ¿Te gusta estar a mi lado? — Cuestiona, pasando su mano por un cuello.
— Me siento cómoda contigo, casi... Normal. Es una sensación un poco rara, aun con esta guerra, es agradable sentirse así, olvidar un poco las cosas.
— Um... Entiendo. — Se limita a pronunciar tras escuchar atentamente. — Creo que me pasa algo similar. Son pocas las personas con las que puedo socializar, con usted me siento tranquilo con rapidez, no sé si me entiende pero...
— Descuida, entiendo. Por cierto. Debiste tener cuidado, fuiste un poco imprudente — Menciona al llegar a ver los vendajes que cubrían su cuerpo.
— No es nada de lo que debas preocuparte, para mí esto no es nada — Voltea la mirada serio y a la vez se le notada un poco frustrado al recordar lo pasado. La rubia lo sujeta de la cara sutilmente y hace que lo mire.
— Por eso vine, en ese estado me preocupa que pueda pasarte o que hagas. No puedes pedirme ni mucho menos esperar que no me preocupe.
— Lo lamento es que, no sabes cómo me siento, como Santo se supone que no puedo permitirme aspiraciones personales pero poder vengar la muerte de mi padre es algo que anhelo, y perder la oportunidad de hacerlo me es frustrante.
— Pudiste matarlo o haber muero en el intento, ¿Te hubiera gustado eso? ¿Perder la vida en vano? — Nicolás no contestó, bajando un poco la mirada como gato regañado, Laila pasa su mano por la mejilla de Nicolás para que la mire. La mirada de ambos, bordes zafiro y aqua marina se miran fijamente. — Como Athena no puedo preferir a un Santo sobre otro, pero no puedo negarte que me importas.
— Y tú a mí. También me importas — Sujeta la mano de la chica que estada sobre su mejilla con cuidado para besarla gentilmente, acariciando sus manos suaves y blancas, haciendo sonreír risueña a la chica.
— Nico. — Se acerca con cuidado — ¿Sabes lo que significa un beso en la mano?
— Pues no la verdad, solo me pareció un gesto lindo. ¿Qué significa?
— Es un acto más allá de un beso pasional y mera atracción física. Al darme un beso en la planta de la mano, es señal que me valoras, que me respetas y tienes tu absoluta confianza en mí.
— Pues la verdad, mentira no es. Te tengo mi respeto y confianza, no como diosa de la guerra, también como mi amiga y compañera.
— ¿Compañera en qué sentido? — Su voz sonada un poco coqueta mientras el espacio entre uno y otra disminuía.
— Pues... no sé cómo decirte, por un lado de verdad te considero mi amiga, por otro soy tu leal caballero.
— ¿Solo una amiga?
— ¿De dónde viene la pregunta? — Sonríe mostrando sus dientes blancos, entre divertido y cómodo en la situación.
— Pues, un beso en la mano significa un gesto de amor sincero y tierno a la persona que lo reside. ¿Tú me amas? ¿Cómo a una mujer y no como tu diosa?
El hijo de Ikki abrió la boca para hablar pero de ella no salió ningún sonido al no saber cómo responder sin poder procesar lo sucedido. ¿Cómo llegaron a esto?
— Pues yo... Yo te considero bella, más no... — Lo interrumpe poniendo un dedo sobre sus labios. Mirándolo fijamente en un gesto inocente dejando a Nicolás más rojo que las rosas de Flora, mirando fijamente sin poder apartar la mirada. Las manos de los 2 no se habían separado en ningún momento.
Nicolás pasa sus dedos enredándolos en los cabellos de la rubia. Sin posponer lo inevitable ambos se besan. Un beso torpe donde ambos experimentaban los placeres de la juventud que nunca tendrían, basados en su inexperiencia, terminando acostados en la cama con Nicolás sobre la diosa.
Sentir las manos de la Laila acariciando su espalda junto a la piel expuesta de su exuberante y pronunciado escote sobre su pecho su suficiente para dejar su "Arma" lista y dispuesta, apuntada a un lugar peligroso, lo cual, poco le importó, solo se dejo llevar en su "Instinto" disfrutando los suaves labios de su dio... De Laila. Comparado con el gesto de hace rato este beso era más pasional donde sus lenguas bailaban entre ellas junto al movimiento rápido de sus labios, al agarrar confianza con el otro.
— Laila.
— Nicolás.
Susurraron sus nombres con dulcera, acariciándose sutilmente.
— Tienes unos labios dulces ¿Sabias?
— Ven y muéstrame, porque pienso lo mismo de los tuyos — Dice ella con una mirada un poco coqueta alentando el joven a volver sobre sus labios. Pasando a acariciar y besar su mejilla y cuello con cuidado. El calor del cuerpo de ambos aumentada en un ritmo excitante para los 2. De un momento a otro, separa de él, acariciándolo el rostro mientras este la mirada sin comprender en cambio tan drástico de actitud.
— Nico... ¿Estas consciente que soy Athena y te pueden castigar por esto? — Su voz sonada apagado y su expresión era decaída al recordar la realidad de los 2, dejando al joven analizando de manera rápida todo.
— En este momento casi no importa. ¿Estaría de más, decir que Te amo? — Sonríe, ante las palabras del joven leo, acariciando su cabello y acercarse para abrazarlo, el peli-azabache la besa en la sien con cariño. Sus miradas solo mostraban eso; amor, cariño, confianza. Un punto donde los 2 se olvidan de todo.
— Yo también te amo. Pero por desgracia no puedo tener nada contigo, aparte de mi cariño como diosa y tu lealtad como mi caballero.
— Entiendo, estoy consciente, me encantaría que fueras mi novia, pero... Se lo que eso conlleva.
— A mí también me encantaría eso pero. Nico yo no soy como Afrodita que tiene a su amante con ella desde hace siglos, aun sin ser 100% Athena solo te puedo ofrecer mi cariño.
Nicolás vuelve a sujetar sus manos para besarlas con dedicación y ternura. — No me importa, pelearé por ti toda la que me quede de vida, en el nombre no de Athena, si no de la mujer que amo. Este es la primera y por desgracia la última vez que te voy a poder entre mis brazos.
— Este será nuestro secreto, no quiero que algo te pase por mi debilidad como humana si se llegan a enterar. Lo lamento pero me tengo que ir.
— Claro. — La besa una última vez y se despiden, consientes de sus sentimientos y lo prohibido de estos, junto con lo que estos conllevaban.
Cada uno término en su cama sin que nadie se viera cuanta de su encuentro, tratando de dormirse y olvidar el calor que aun asaltada sus cuerpos. Era un poco frustrante, tenerse cerca, poder mirarse sabiendo y estando conscientes de lo que sienten uno por otro. Pero aun así nunca poder ni siquiera abrazarse, esa era su realidad. De intentar estar cerca, el precio a pagar sería algo que por lo menos Laila no pensada poder soportar.
Continuara.
Les pido que vayan al perfil de mi amiga TenbinzaAkuma que también publico su fic de ares-chapter, llamado: "Más allá" me trae recuerdos porque fue por este fic que la conocí. Solo me arrepiento que perderé todos los buenos comentarios que me dejaron la vez pasada.
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