Un nuevo año llego, Milk y sus amigas se encontraban realizando una larga fila para las inscripciones a una de las universidades más prestigiosas de su país.

Crees que logremos inscribirnos hoy, decía Bulma mirando la enorme fila.

Tiene que ser hoy si no nos quedaremos sin inscribirnos, decía la pelinegra.

Cómo pasa el tiempo, ustedes dos ya llevan 3 meses con sus chicos y ellos se han vuelto muy sobre protectores con ustedes, dijo Dieciocho mirando a un par de jóvenes que se encontraban a unos metros del lugar donde estaban ellas.

Que mi Vegui me proteja tanto me encanta, dijo Bulma.

A mi también, no tiene nada de malo que nos cuiden, dijo Milk.

Si, tal vez tengas razón, dijo Dieciocho mientras veía aproximarse al par de jóvenes.

Chicas, salgan de esa fila ya, dijo Vegueta.

Pero como vamos a salir, nos quedaremos sin inscribirnos, decía Bulma.

No linda, me acabo de contactar con alguien que conoce a papá y que les hará el favor de inscribirlas a las tres sin tanta perdida de tiempo, dijo Vegueta.

Vaya que la familia de Vegueta es influyente, dijo Milk.

Pues si mi niña, Vegueta tiene muchos conocidos, dijo Gokú tomando la mano de la pelinegra.

Horas después: "Restaurante"

Un grupo de chicos platicaban en un restaurante:

Por eso hubieras empezado amor, así nos evitábamos estar paradas tanto tiempo, decía Bulma.

Es que yo no sabía que el amigo de papá trabajaba allí hasta que lo vi, luego me comunique con papá y el nos hizo el favor, dijo Vegueta.

Vegueta es muy influyente, dijo Krilin riendo.

Bueno, lo importante es que logramos inscribirnos, dijo Milk sonriendo.

¿Y tú Krilin dónde andabas que no te vimos?, dijo Gokú.

Fui a comprar algo, es que me moría de sed, dijo el calvo riendo.

Claro ahora comprendo porque no estabas allí. Mi niña, ¿cuándo empiezan tus clases?, dijo Gokú mirando a la bella pelinegra.

La próxima semana, ¿por que?, dijo Milk con una dulce sonrisa.

Porque para ese día espero darte una sorpresa, dijo Gokú sonriendo.

1 semana después: "Casa de Milk"

Una bella jovencita pelinegra se encontraba terminando de alistar para ir a su primer día de clases cuando el claxon de un auto hizo que ella se asome a la ventana.

¡Gokú¡ dijo sorprendida la jovencita mientras sonreía.

La bella pelinegra termino de alistarse rápidamente, tomo su bolso y salió apresurada de su habitación.

Minutos después:

Gokú se acercaba a la bella pelinegra a abrazarla mientras le daba un dulce beso en los labios.

¿Desde cuándo lo tienes?, dijo Milk intrigada mirando el auto color azul.

Desde ayer, me lo compre con lo que gane del torneo que participe, dijo Gokú sonriendo.

Está muy bonito, dijo Milk.

Sube mi niña, dijo Gokú abriéndole la del auto para que la bella pelinegra subiera.

Gokú llevó a la pelinegra a su primer día de clases. Mientras conducía miraba a su bella acompañante que le sonreía dulcemente.

Luego de algunos minutos Gokú estacionaba su auto frente a la universidad donde la bella jovencita estudiaría a partir de ese día.

Llámame en cuanto terminen tus clases para venir por ti, dijo Gokú sonriendo.

Así lo haré, dijo Milk sonriendo dulcemente.

Horas después: "Cafetín"

Entonces Gokú, ya tiene auto, decía una rubia.

Si, hoy me trajo aquí en el, dijo Milk sonriendo.

Bueno después de todo, le esta yendo bastante bien con las artes marciales, dijo Bulma.

Si, así es tanto así, que Vegueta y él tienen planes de poner algún día su propio gimnasio, dijo Milk sonriendo.

Si, mi Vegui me comento algo de ello, decía la peli azul mientras tomaba un refresco.

Meses después: "Gimnasio"

Un par de jóvenes platicaban mientras estaban sentados en el piso:

¿Y cómo vamos Vegueta?, decía Gokú.

Haciendo cálculos entre lo que los dos hemos aportado a los ahorros, creo que en un año, podremos cumplir nuestro sueño, decía Vegueta.

¿En serio?, decía Gokú con ilusión.

Si bobo, yo cuando te he mentido, decía Vegueta fingiendo molestia.

Es que pensé que tal vez te has equivocado, pero si aún nos falta un año para reunir el dinero tendremos que esforzanos para llegar a cumplir nuestro sueño, decía Gokú.

Pues sí y cambiando de tema, que planes tienes para hoy, decía Vegueta.

¿Para hoy?, dijo Gokú.

Si para hoy, es fin de semana ¿no piensas hacer nada?, dijo Vegueta.

Tienes razón, soy tan despistado a veces, me parecía que aún era jueves, dijo Gokú riendo.

Los chicos de la generación me contactaron por Facebook y están organizando un reencuentro en la playa, ¿te apuntas?, Bulma y yo iremos y también irán nuestros amigos, dijo Vegueta.

Milk no me platico nada, dijo Gokú.

Si Bulma me dijo que parece que a Milk y a ti eran los únicos que Lunch no pudo contactar, dijo Vegueta.

Es que yo casi no entro a esas cosas y Milk anda tan ocupada en sus estudios y ayudando a su padre que tampoco tiene tiempo, a las justas nos damos tiempo para vernos diariamente, dijo Gokú sonriendo.

Si, los comprendo, Pero ¿qué dices vas?, dijo Vegueta.

Por supuesto, dijo Gokú.

Ambos jóvenes se pusieron de acuerdo en la fecha, hora y lugar del reencuentro de su generación.

Minutos después:

Un atractivo jovencito de cabello alborotado se encontraba sentado en su auto color azul esperando la salida de su bella novia de la universidad.

Te hice esperar mucho, escucho Gokú girando su rostro ante la dulce voz.

No mi niña, dijo Gokú sonriendo, mientras abría la puerta de su auto para que la bella jovencita subiera.

El joven de cabello alborotado acerco suavemente su rostro al de su bella novia y la beso dulcemente. Luego de algunos minutos encendió su auto para partir mientras platicaban.

¿Entonces si te enteraste?, decía Gokú.

Hoy me lo dijeron Dieciocho y Bulma, dijo Milk sonriendo.

Yo le dije a Vegueta que iríamos, ¿hice bien o mal mi niña?, dijo Gokú sonriendo.

Hiciste bien, yo también quiero ir. Dieciocho dice que será en la playa, en el mismo lugar donde fuimos cuando estábamos en tercero de secundaria, dijo Milk.

Si ese lugar nos traerá muchos recuerdos, dijo Gokú sonriendo.

Domingo:

Un grupo de bulliciosos jóvenes se encontraban abordando un bus que se encontraba parado frente a su ex preparatoria.

¿Quién falta?, decía Lunch.

Milk y Gokú, dijo Marón.

Si es cierto, faltan ellos, dijo con molestia la rubia.

Lunch, ya supéralo, el siempre te vio solo como amiga al igual que a mi, dijo Marón.

Si lo se, tal vez tengas razón, además Milk después de todo no tuvo la culpa, ambos se amaban era solo cuestión de que ellos reconociesen sus sentimientos para que estén juntos como hasta ahora, dijo la rubia.

Mírenlos haya vienen, se los ve tan enamorados, dijo Mai con ojos soñadores mientras veía acercarse a Gokú y Milk de la mano.

¡Hola chicas¡ dijeron ambos saludando cortésmente a las tres jovencitas.

Bueno ya estamos todos, suban, dijo Lunch.

Milk y Gokú subieron tomados de la mano y ubicaron en la parte trasera del bus a su grupo de amigos.

Chicos aquí les separamos asientos, decía Bulma.

Horas después:

El bus se estacionaba frente a una bella playa. Los jóvenes bajaban uno a uno del bus y observaban las calmadas olas del mar.

Chicos a colocar las sombrillas, dijo Marón.

Los jóvenes jugaron en la playa con la arena y el agua, mientras recordaban los momentos que pasaron juntos en la escuela y preparatoria y a la vez se ponían al tanto de lo que estaban haciendo en esos meses que se habían dejado de ver.

Luego de algunos minutos, Gokú y Milk se separaron del grupo y caminaron de la mano por el borde de la playa mientras platicaban.

Te vez muy linda vestida así, dijo Gokú mientras miraba a la bella pelinegra con su vestido de playa y sombrero.

Tú también estás muy apuesto, dijo Milk sonriendo.

Mira Milk, dijo Gokú agachándose a recoger algo de la arena.

¿Qué es?, dijo Milk.

Un caracol, dijo Gokú mostrándoselo a la pelinegra.

Es muy lindo, dijo la pelinegra.

Te lo regalo, dijo Gokú sonriendo.

Lo guardare junto al otro que me diste, dijo Milk sonriendo.

¿Aún lo conservas?, dijo Gokú.

Por supuesto todos tus obsequios están en un lugar muy especial en mi habitación, dijo Milk.

Pues el que tú me diste el día del intercambio también esta en un lugar muy importante de mi habitación, es como un amuleto para mí, dijo Gokú.

Ahora comprendo porque nunca lo usaste, dijo Milk.

Milk, esas muñequeras y ese gi, son muy especiales para mí porque me los regalaste tú, el amor de mí vida por eso solo usare el día que logre mí sueño, dijo Gokú sonriendo mientras Milk lo miraba intrigada.

¿Tú sueño?, dijo Milk.

Si y sabes cada día está más cerca, dentro de un año posiblemente Vegueta y yo seamos socios de nuestro propio Gimnasio, dijo Gokú sonriendo.

Estoy segura que tu sueño se cumplirá, dijo Milk abrazando a su novio.

Milk, no sabes cuanto doy gracias a ese juego que organizo Lunch por la navidad el año pasado, dijo Gokú.

¿Cuál juego, el del amigo secreto?, dijo Milk sonriendo.

Si, ese juego, dijo Gokú.

Pero tú no fuiste mi amigo secreto más bien yo fui tu amiga secreta, dijo Milk riendo.

Si lo sé mi amor, pero yo fui más que un amigo secreto, yo fui tu admirador secreto dijo Gokú haciendo sonrojar a la pelinegra.

Si tienes razón, entonces que te parece si aquí frente a esta playa que tanto me gusta y con este caracol de testigo, hacemos una promesa, dijo Milk mostrándole el caracol que Gokú le había dado hace algunos minutos y que ella sostenía en la mano.

¿Qué promesa?, dijo Gokú rodeándola con sus fuertes brazos de su cintura mientras la apegaba a él.

Que prometamos que este amor que sentimos será eterno, que durará por siempre, dijo Milk.

Esa promesa me gusta, claro que prometo amarte por siempre y para sellar esa promesa te daré algo como muestra de mi gran amor por ti, dijo Gokú separándose de la pelinegra para sacar una cajita de terciopelo que tenia en uno de los bolsillos de su short y abriéndola para sacar de ella un delicado anillo que coloco en uno de los dedos de la pelinegra.

¿Es una anillo de compromiso?, dijo Milk emocionada.

Si, se que aún somos muy jóvenes para casarnos aún, que tú aún tienes metas por cumplir y yo tengo las mías pero este anillo es símbolo de nuestro, de un amor que en unos cuantos años concretaremos con el matrimonio si tu lo deseas como yo, dijo Gokú.

Claro que lo deseo, dijo Milk.

Entonces llevaras este anillo, hasta que llegue el momento de cambiarlo por un aro de matrimonio, eso si cuando llegue el momento de proponerte matrimonio yo no diré nada por que tú ya aceptaste casarte conmigo en algún momento, dijo Gokú.

Así será, yo solo diré que si cuando sepa que el momento llego, dijo Milk mientras colocaba sus delicados brazos alrededor del cuello del joven de cabello alborotado que la beso con dulzura sellando de esta manera una promesa de amor, un amor que había permanecido por tanto tiempo oculto en el corazón de ambos y que gracias a un juego había salido a luz y que sería para la eternidad.

FIN

Nota:

Este es el final de esta bella historia de amor GoChi, espero y le hayas gustado tanto como a mí.

Mañana estaré subiendo un pequeño epílogo de está bella historia de amor.

¡Gracias a todas aquellas personas que siguieron, votaron y dejaron sus mensajes para esta bella historia navideña¡

Con mucho cariño.

PrincesaLirio.